Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. Dos vidas por media.

VICTOIRE WEASLEY ASESINA A SU FAMILIA.

La tarde del martes, vecinos de la familia reportaron sonidos preocupantes provenientes del departamento, y cuando las autoridades llegaron, se encontraron con la fatídica escena. Victoire Weasley, quien por cierto es sobrina del famoso Harry Potter, había asesinado a su esposo e hija.

El departamento de aurores se niega a dar más información sobre el hecho, pero personas de la zona sospechan que el matrimonio pasaba por un mal momento, tal vez fue un crimen por despecho. La mujer ahora se encuentra en una habitación de San Mungo, tras haber presentado episodios de pánico y alucinaciones.

¿Estará fingiendo o habrá algo más detrás de todo esto?

Una sonrisita se le escapó a Anabelle cuando leyó el pequeño artículo en aquel periódico. Se preguntaba si la familia haría algo respecto a esto, o simplemente dejarían que la reputación de la correcta Victoire se manchara para no alertar al resto de la comunidad mágica. Aunque, en realidad, poco le importaba el resto de la comunidad, estos no tenían por qué temerle. Por ahora.

El único grupo de personas a quienes deseaba hacer sufrir ya lo tenía donde quería, no iba a gastar energías en nada más.

—Ana —la pequeña voz de la mujer que la crio hasta ahora se hizo presente—, ¿leíste el artículo?

Solo respondió haciendo un sonido afirmativo, sin mirarla. Puso el periódico en la mesa, junto a su taza de té. Daria Cronwell se inclinó un poco para mirarlo, junto a las tontas especulaciones, se podía observar una imagen de Victoire siendo llevada por aurores, y a su tío Ron Weasley intentando taparla de las cámaras.

—Al parecer ella quedó realmente mal... ¿era necesario llegar a esto?

Daria no podía creer que lo dijo, llevaba todo el día pensándolo. Sentía pena hacia la chica Weasley, era tema de conversación en cada esquina del Mundo Mágico, y gracias a eso pudo enterarse de algunos detalles de su vida.

No pudo evitar empatizar, aunque sea un poco.

—¿Qué dices? ¿Esperas que me arrepienta o algo así? —la mirada y el tono enfadados de Anabelle hicieron que la mujer retrocediera unos pasos—. Seguro te apiadas de ella porque te sientes reflejada, ¿no?

Sudor frío baja por la espalda de Cronwell, y resiste las ganas de llorar. Parecía de no creer, pero durante años la persona ante ella la ha apaleado psicológicamente, desde que era una niña. ¿Cómo pudo tenerle tanto miedo a una niña? ¿Cómo es que no logró ponerle un alto antes? ¿En qué momento todo se le salió de las manos?

—Mujeres que anhelaban tener algo que no podían, y al final lo perdieron todo por su ambición —Ese fue el golpe necesario para que las lágrimas rodaran por las mejillas de la mayor.

Recordar la muerte de su esposo, que fue por su culpa, porque pensó que podía convertir a la hija de otra en suya, porque ignoró la petición de su marido de alejarse. Él ahora estaba muerto, y ella estaba sola con su asesina, solo teniendo de recuerdo su anillo de casada.

Anabelle se retiró, dejándola en el cuarto, ahogándose en su propio llanto.

Se tomó un tiempo para autocompadecerse de su situación, antes de calmarse y decidir que mejor debía ir a hacer las compras para la cena de esa noche. No es que pudiera ir muy lejos, esas eran sus únicas salidas; y sabía que, si se salía de su rutina, Ana se enteraría y terminaría igual que su esposo.

¿Qué tan estúpida sonaba si, a pesar de que Anabelle se pasó su vida haciéndola sentir miserable, siempre mantuvo la esperanza de que, un día, esta la viera como su madre? La alimentó, sigue haciéndolo, por un tiempo incluso creyó que olvidó el suceso de Bellatrix, hasta que volvió con la túnica bañada en sangre. Entonces debió escuchar a Edward y buscar ayuda.

Pero ahora estaba metida hasta el cuello, y todavía no podía alejarse de la joven que durante años reclamó como hija.

Tal vez, ¿no era tan tarde? Podría decírselo a alguien, y guiarlos a la casa para que pudieran apresarla. Ana era peligrosa hasta para sí misma.

En un arranque de adrenalina y valentía, sus piernas la llevaron con rapidez hacia el Callejón Diagón, encontrándose pronto en el río de magos y brujas que estaban haciendo sus compras. Su respiración estaba agitada, y comenzó a sentirse mareada, probablemente debido a la ansiedad que experimentaba en esos momentos.

Los bordes de su vista se oscurecían, y chocó con una persona, volteó de inmediato para intentar disculparse. Cuando enfocó la imagen de quien estaba enfrente, sintió que su sangre caía a sus pies.

—Lo siento, ¿está bien, señora?

Unos ojos azules llenos de preocupación la observaban, más abajo una piel llena de pecas, y el cabello pelirrojo contorneando su rostro.

—... Weasley —logra susurrar Daria, la otra mujer parpadea confundida pues no podía entender bien lo que decía entre jadeos—. ¡Ginny Weasley!

La preocupación en los ojos de Ginny pasó a desconfianza y miedo, cuando Cronwell la sostuvo por los antebrazos. Intentó alejarse un poco, pero la otra estaba muy alterada.

—¡Debo decirte algo!

—¿Qué? ¿De qué habla?

Daria comenzó a mirar a los costados con nerviosismo, provocando que el corazón de Ginny se acelerara de forma involuntaria. Por Merlín, solo vino a comprar algunas cosas para una poción.

—Su familia está en peligro —articula la mayor, de forma espeluznante—. Ella quiere acabar con ustedes.

—¿Quién es ella? —La Weasley se estremeció por completo, pero quería más información al respecto.

La mujer estaba demasiado aterrada.

—Llame a los aurores, llame a su esposo —rogó Daria—. Ella vendrá por mí, ella...

Una vez más, sus palabras fueron reemplazadas por jadeos y se separó de la pelirroja para comenzar a mirar a su alrededor. Las lágrimas volvieron a caer por las mejillas de Cronwell.

—Qué tonta —susurró—. Cómo pude olvidarlo.

Limpió el cuarto donde Ana tiene sus toneladas de fotos y papeles con información, donde planea cada uno de sus movimientos. Ella misma vio la foto de la persona a su lado, junto a un horario.

Tiene que irse ahora, quiere decirle, pero se queda muda al ver un rostro conocido en la multitud, que, tras dedicarle una media sonrisa, volvió a esconderse en su capucha.

Cuando los gritos a su alrededor comienzan, y se escuchan explosiones, Daria siente que, en vez de ser de ayuda en esos momentos, solo ha puesto en peligro a alguien más.

Cuando se vuelve a Ginny, esta se encuentra tan conmocionada, que no parece saber para dónde huir en medio del desastre. Y eso era malo, pues un pedazo de pared se dirigía en su dirección en ese momento.

Daria no dejaría que más personas terminaran heridas, ya no morirían más por su ineptitud y falta de coraje. Por ello se apresuró en empujar fuera del peligro a la joven pelirroja. Por un momento, parecía que solo sus piernas quedarían aprisionadas, pero entonces algo más cayó en su cabeza.

Ginny gritó, su vista estaba nublada y no podía enfocarse para intentar ayudar. Sujetó con una mano su varita, con fuerza, mientras la otra se posaba en su vientre. Bajó la mirada al suelo mientras contenía las lágrimas.

—Estamos bien. Estamos bien —se repitió para sí misma, y para el ser que crecía en su interior.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro