CAPÍTULO VII: "DETRÁS DE LAS SOMBRAS".
Nos acercábamos a la puerta del cementerio municipal, mucha tristeza y llanto se escuchaba en el aire, la fila de los chicos de la escuela estaba a menos de 10 metros del carro fúnebre, éste iba vacío porque más adelante iba la familia de los occisos con sus llantos inconsolables llevaban cargado en hombros los féretros con los cuerpos de las víctimas. El trayecto o caminata desde la iglesia hasta el camposanto era de aproximadamente 20 minutos (tránsito normal), sin embargo, por la ocasión y con la romería de gente la llegada hasta el lugar de sepultura fue de 40 minutos aproximadamente, ese día estaba el sol oculto, tal parecía que el mismo cielo estaba triste con la pérdida de estos habitantes de Tajamar. Un mes antes había sido el sepelio del concejal y muchos se habían movilizado para darle el último adiós, pero esta vez, la cantidad de personas habían duplicado la asistencia al funesto evento, nunca en mi vida había visto semejante multitud, creo que superaban las 3000 personas. En un pueblo como Tajamar, en su casco urbano únicamente para ese entonces existía una población aproximada de 12 mil personas. Esa era una movilización gigantesca y más por los personajes que representaban los occisos. Eran muy populares entre los habitantes de dicho municipio.
Muchas de las pobladores que no fueron al cementerio a acompañar a los familiares de los fallecidos, salieron a la calle principal del pueblo por donde pasaba la caravana, hacían gestos de reverencia en símbolo de reverencia por la vida de aquellas personas que ya no estaban entre nosotros; incluso algunos arrojaban flores en señal de duelo. Las calles quedaron adornadas con flores de todas las especies, más que todo de margaritas blancas, tipo de flor que abunda mucho en esa región.
Era lunes, día importante para dar clases, y a todos los estudiantes nos habían citado a las 2:00 PM en el colegio, ésto para acompañar a la familia que había perdido dos seres muy importantes en su vida y que también eran parte de la comunidad estudiantil, ya que tenían familiares en el colegio. Las noticias llegaron a los medios de comunicación más representativos de la época; Prensa local, regional e incluso nacional hicieron presencia en la búsqueda de responsables y de levantar un llamado al gobierno departamental y nacional de lo que estaba ocurriendo en un sitio que había pasado de ser un remanso de paz, a una cuna de féretros y muertes violentas.
A lo lejos podía verle, callada, pensativa, un poco ida, con los ojos hinchados, abrazada con sus más allegados y seguramente pensando: <<yo predije esto y nadie me hizo caso, me tildaron de demente, de "chiflada">>...
Se le notaba la ira y la impotencia en sus ojos. Yo quería acercarme a ella, pero realmente me daba susto alguna reacción incómoda de su parte. Recuerdo que iba junto a Rina y le comentaba a esta hermosa chica que me sentía muy mal por mi compañera Ana Luisa, la cual había predicho esto en plena clase y aunque todos con nuestra reacción la tildamos de anormal, de loca, de esquizofrénica, pero lo que ella había tenido era una premonición genuina.
La sepultura de los dos cuerpos fue aún más dolorosa, la gente del pueblo y en especial la familia de los dos occisos reventaron en llantos y gemidos que le partían el corazón a cualquiera, incluso al ser que tuviese más fortaleza.
El viernes antes de ese fin de semana sanguinario, muchos de nuestros compañeros nos reunimos en casa de George. Su madre una importante médica local había hecho una especie de compartir con los amigos más cercanos. Tuve el permiso de mis padres para asistir a la pequeña fiesta. No era ni cumpleaños, ni celebración de algo en particular, pero la mamá de mi amigo solía brindar este tipo de agasajos con la gente más cercana y gente de su pueblo, también le motivaba que sus hijos compartieran con su gente, que se involucrasen en eventos sociales y brindaran ayuda al más necesitado. Siento que tenían ese don de gente y quería inculcarlo a sus 3 hijos. George nos reunió en el patio de su casa en una piscina inflable, nos brindaron galletas, gelatinas, golosinas, dulces, helado y al final de la tarde un plato de arroz de pollo con bebida gaseosa. Fue un gran evento en medio de tanta tensión, la señora estaba siempre atendiendo a sus invitados a pesar de que en casa contaba con dos empleadas, ella era quien nos servía con mucha humildad cada platillo servido. Fue una tarde muy activa, donde la mayoría de mis compañeros de estudio asistieron, en total había como cincuenta niños, entre compañeros de estudio, vecinos, amigos y familiares de George. El patio no era tan grande pero cómodamente nos hicimos en él.
Ana Luisa asistió por dos horas aproximadamente, se llevó un plato desechable con la comida su primo mayor la acompañó. Seguramente su familia le envió para que le informara si ella hacía algo fuera de lo normal. En sus ojos aún veía esa preocupación, quise distraerla de sus perturbaciones y le salpiqué un poco de agua de la piscina, a lo que ella me respondió entre risas un "me las voy a pagar muy caro chiquitín" (como amablemente me llamaba), ésta me persiguió por el patio de la casa de George... Creo que fue un momento genuino, de los pocos que viví con ella y donde la vi sonriente y sociable. Su primo la ignoró completamente ya que se estaba divirtiendo en la piscina con los otros niños, el encargo de sus familiares de vigilarla había quedado muy mal hecho.
Después de esa tarde tan fuera de lo común y donde nos divertimos mucho, a eso de las 6:00 PM estaba ya en mi casa; tal cual como se había predispuesto por parte de la anfitriona (mamá de George) y lo establecido en el permiso de mis padres.
Los eventos que ocurrirían esa misma noche en el pueblo serían fatales.
Anochecía rápidamente y se hizo más de las 8:00 PM, cuando de repente comenzaron a sonar las alarmas del pueblo con gran intensidad, a su vez las campanas de la Iglesia también fueron manipuladas. Algo nuevamente estaba sucediendo...
Se tenía previsto que en caso de emergencias la comunidad encendiera las alarmas y la iglesia sonara sus campanas; ya fuese porque el río había subido sus niveles de agua( llegando a menos de 5 centímetros del límite de las murallas que cubrían al pueblo), esto para prevenir a las personas y que abandonaran inmediatamente el pueblo y buscaran refugio seguro. También se harían sonar las alarmas si algún robo se perpetuara en el casco urbano del pueblo o sus alrededores (eventos que poco ocurrían en ese entonces, porque la gente era muy sana) o tal vez si alguna tragedia había ocurrido.
Para nosotros era mas que evidente que alguna tragedia había pasado con todas las amenazas que estaban ocurriendo esos días en toda la zona y por el reciente asesinato del líder político en el municipio.
Toda la gente corría a la orilla del río ya que al parecer había dos ahogados flotando al lado de un viejo remolcador que tenía un tiempito de estar varado en la orilla por problemas mecánicos y por su antigüedad, prácticamente estaba arruinado... al principio mis familiares no se atrevían a salir porque no sabía qué pasaba. Sabíamos que no podía ser una inundación, ya que los niveles del río eran normales, estaban a menos de 2 metros del nivel de la muralla, lo que era imposible que se hubiese elevado tan repentinamente.
Después de cinco minutos y al ver a todos los vecinos acercarse a la orilla del río (unas 2 cuadras de la casa) decidimos salir también, mi padre me regañó porque yo no debía hacer nada allá, yo no era adulto y no me competía exponerme así; sin embargo, yo los seguí sigilosamente, escapándome así del cuidado de mi madre quien se quedo en casa con mis hermanas y mis tías. Allá fui a dar y en primera fila (las ventajas de ser pequeño y delgado y así poderse colar en medio de la gente).
Poco se podía ver porque estaban detrás de la gran sombra que generaba esta tremenda embarcación fluvial. Sin embargo, las formas de las dos personas eran de dos individuos de sexo masculino, los cuales nadie había movido porque esperaban que la fiscalía llegara a hacer levantamiento de cadáveres. La verdad quedé impresionado, jamás en mi vida había visto a dos muertos y menos de la forma que se veían, al parecer ambos estaban atados de las manos y aunque no se alcanzaba a divisar bien, se podía concluir que tendrían signos de tortura; hechos que al día siguiente fueron confirmados por la gente del pueblo y en especial por nuestra informante estrella, <<la señora Magali>> (la vendedora de pescado). Después de salir del tumulto de personas me acerqué donde mi padre quién estaba preocupado por mí, ya que no me veía en medio de las personas.
una vez puede salir del tumulto les narré allí mismo lo que alcancé a ver, muchos curiosos que no habían alcanzado a ver nada por el cúmulo de gente se quedaron escuchando mi narración...
Yo que mostraba signos de asombro y estupefacción. Mi padre me llevó entre sus hombros a la casa en modo de juego, pero supongo yo también que para evitar que me volviese a perder en medio de tanta gente. Esa noche sentí que no pude dormir porque veía los cuerpos flotando. Recordé de la predicción de Ana Luisa y menos concilié el mismo.
Al día siguiente se supo que las personas eran de un municipio aledaño, donde también estaban padeciendo la guerra absurda de estos grupos al margen de la ley. La noticia se había regado por toda la región y el miedo nuevamente reinó en la población de Tajamar.
Lo siguiente que relataré nunca lo comprobé a ciencia cierta, pero según muchas personas cercanas a mí y también mi espíritu de crío investigador supo que la historia acontecida al día siguiente fue algo parecido a esto:
<< Eran las 5:00 AM y como de costumbre en la familia de Ana Luisa sus tíos Maicol y su tía Nancy (la costurera), madrugaban a enviar los pedidos de ropa que ella hacía, su hermano lo llevaba a cierto lugar que se desconocía. Este era un negocio de ambos el cual ayudaba a la familia con el mantenimiento de semejante casa gigantesca y familia numerosa. Esa madrugada Ana Luisa quien ya dormía en su cuarto con algunos primitos, yacía profunda en sueños junto con los demás niños; sus tíos en general y padres acostumbraban a despertarse temprano a despedir a su tío Maicol y ayudar a Nancy con las cajas. Sucede que ese día sienten el sonido de un vehículo parqueado al frente de la casa, el cual era habitual que llegara, no les pareció nada extraño; era ya una rutina. Su tío Maicol sale, pero no pronuncia palabra alguna. Alguien llama con desesperación a Nancy la cual sale inmediatamente pensando que algo había hecho falta. Pasan 2 minutos aproximadamente y ya Ana se había despertado. Sus padres y tíos estaban en la sala, pero estaban silenciosos. Ella sale y grita y alguien le amordaza con un pedazo de tela de la ropa que la tía cosía y la colocan junto su madre quien al parecer mostraba signos de haber sido golpeada en la cara. A los niños les colocaron seguro en sus cuartos, aunque estos aún seguían en un sueño muy profundo>>.
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