31
Finalmente los días habían pasado, Jungkook había estado pidiendo prestado un poco de dinero a su madre para conseguir ropa nueva, algunos perfumes y maquillaje que le hiciera ver bonito. También había optado por comprar un gel de áloe vera para sus granitos, y jabón desinfectante. Había estado investigando y se decidió a comprar té de manzanilla para beberlo, y al parecer los resultados eran óptimos: sus granitos estaban empezando a irse.
Se estaba cuidando muy bien, había dejado de comer tanta grasa y se dedicaba a prepararse unas ricas ensaladas, y a comer frutas que lo ayudaran a sentirse saludable. Estaba pensando en dejar de comer carne roja y quedarse solamente con el pescado y pollo en menores cantidades. De hecho, hasta Kai lo había convencido de ir a entrenar con él a un club gratuito todos los domingos por la tarde. Y en efecto, solo había tenido una clase, se sentía agotado pero diferente, se sentía mejor consigo mismo por el hecho de estar comenzando a ser alguien más.
— Oye, Kookie — lo llamó YeonJun cuando pasó por su lado en la fila de la cafetería. — ¿cómo estás hoy? — le preguntó rodeándolo por los hombros, para no solo darle un cariñito, sino para colarse en la fila también.
— Hola, Jun — lo saludó alegremente mientras avanzaban en la fila, faltaba poco para pedir ese último postre de chocolate, sin dudas Jungkook se lo ganaría. — Estoy agotado... es lunes...
— Adivinaré — dijo YeonJun pasándose la mano por el cabello azul, Jungkook se lo quedó viendo por un momento, sin dudas era muy guapo. La forma en la que sus ojos se rasgaban hacia los costados era diferente a la de los demás, lo hacía ver intimidante, pero sensual y tierno a la vez — ¿Kai te dejó en suelo con sus pilates?
— En efecto — ambos rieron y avanzaron en la fila. Finalmente YeonJun quitó su brazo de los hombros de Jungkook y lo dejó pedir su postre, él no compró nada porque al ver los alimentos de ese día, ya no se le antojaba. — ¿Donde están los chicos? — preguntó Jungkook refiriéndose a sus nuevos amigos.
—En el patio de atrás, hoy trajimos nuestra propia comida, ¿sabías que teníamos la siguiente hora libre?
— Oh... realmente no.
— Bueno pues, nos vamos a quedar ahí ¿te apuntas, lindura?
Jungkook se estremeció cuando escuchó esa palabra salir de entre los labios del peli-azul.
— Claro.
Ambos caminaron hacia el patio de atrás, YeonJun volvió a rodearlo por los hombros, no lo hacía de malo, por supuesto que sabía que Jungkook andaba en algo con Taehyung y no quería irrumpir en esa relación, pero tenerlo así de cerca, lo reconfortaba de una manera muy bonita. El solo hecho de poder abrazarlo lo hacía sentir más feliz, aun sabiendo que Jungkook le pertenecía a alguien más.
Y es que para YeonJun, Jungkook desprendía algo desde lo más hondo de su ser que lo dejaba con la boca abierta: no solo era guapísimo, sino que también la cosita mas tierna con la que él se hubiera topado jamás. Jungkook sufría mucho por culpa de un imbécil que no sabía meter su nariz en sus propios asuntos.
— ¿Como te va con Taehyung? — quiso saber YeonJun.
— Muy bien de hecho, es mi novio oficialmente. ¡No puedo estar mas feliz! — mentir sería decir que YeonJun no le dolió, pero había sido todo lo contrario. El nudo que se le había formado en la garganta lo estaba matando.
— Me alegra realmente. Espero que te sepa cuidar del idiota de Noah. — su voz se tiño de una amargura que Jungkook no llegó a captar. — Hoy cuando llegamos se peleó con Soobin.
— ¿Qué? — Jungkook casi gritó antes de entrar al patio del fondo, y ver que en efecto allí estaban sus cuatro amigos. Comiendo y riendo como locos.
— Al parecer, Noah no tiene nada mejor que hacer. — fue lo último que le dijo antes de adelantarse hasta sus amigos, Jungkook lo siguió, mientras le quitaba la tapa a su postre de chocolate. Cuando llegó con sus amigos, todos lo recibieron con un fuerte abrazo, aunque esa mañana ya le habían dado cientos de abrazos también.
Ellos estaban agradecidos porque Jungkook era la única persona que se les habita acercado, todos los demás compañeros no querían saber nada con los nuevos. Alababan a Jungkook como si se tratara de un dios. Por consiguiente, Jungkook seguía creyendo que sus nuevos amigos estaban locos del coco. Aun así los amaba demasiado.
Jungkook se sentó al lado de BeomGyu, y este le sonrío.
Estaban en una ronda, bajo el techo del patio para que el sol no les diera en medio de la cara.
— Oye, oye, Kook —le llamó la atención HueningKai — ¿qué haces comiendo eso? — le pregunto entre risas — ¿Donde está ese Fitness?
Jungkook soltó una carcajada, por lo insistente que era Kai con la gimnasia, pues el otro menor del grupo estaba empecinado en trabajar su cuerpo y conseguir un buen resultado.
— Solo por hoy. — contestó Jungkook pidiendo por favor con sus ojitos.
—¿Ya pensaste en nuestra propuesta? — le preguntó de pronto Soobin. Fue entonces que Jungkook noto que tenía la mejilla algo roja. ¿Acaso Noah le había dado un golpe?
Jungkook se tardó unos momentos en contestar. Tae pelirrojo y Gyu lo miraban con atención, esperando a su respuesta. Mientras tanto Jun se mordía las uñas.
— No creo que sea el momento. — fue lo único que dijo Jungkook antes de levantarse y regalarle su postre de chocolate a Yeon Jun, quien lo miro desconcertado al ver que le había dado su postre así como si nada. — al menos hasta que me sienta mejor conmigo mismo.
Todos formaron una "oh" con los labios.
— Quizás en unos día cuando me sienta mejor de ánimos. — dijo Jungkook rápidamente, pues claro que tenía ganas de estar con ellos. — ¿Me dan un momento? debo hacer pipí —dijo riendo. Pero estaba mintiendo. no iría al baño.
Cuando se fue del patio escuchó que YeonJun decía:
— ¡No te comas su postre, imbécil!
Jungkook los miró desde lejos y se encaminó hasta su salón de clases donde efectivamente el profesor de ciencias había faltado y todos estaban haciendo un desmadre.
El menor se encaminó hacia los asientos de atrás y tomó a Noah por la camiseta, de pronto se formó un silencio abismal.
— ¿Quién te crees para golpear a uno de mis amigos? — Oh... Jungkook estaba cabreado. Ni él sabía de donde había sacado esa fuerza y valentía.
— Ja... miren a quién tenemos aquí. El payaso del siglo — le contestó Noah observándolo con mala cara. — ¿Qué pasó, me extrañaste? — le preguntó despectivamente.
— ¡Escúchame Noah! ¡Ya no quiero ser parte de tu estúpida diversión! Y no vas desquitarte con mis amigos. No voy a permitirlo. ¡Vuelves a ponerle una mano encima a Soobin de nuevo y juro que te las verás conmigo! Tú no me conoces realmente. — Jungkook sentía que la ansiedad le subía por el pecho. Las lágrimas se le iban acumulando poco a poco.
— Tú no eres nadie para darme órdenes. Solo eres una imbécil y sucia rata, que no sabe hacer nada. Eres un nerd que no tiene amigos, no tienes estatus...
Entonces Jungkook le propinó un golpe en medio de la nariz, haciéndolo sangrar apenas un poco. No tenía para nada de fuerza.
—No te vuelvas a meter con ellos, ni conmigo ¡¿Me oíste, tonto?! — Noah no le contestó nada al respecto y Jungkook salió del aula, otra vez yendo hacia el patio, algo mareado por la ansiedad que se lo comía. Cuando abrió la puerta para llegar hasta sus amigos, se derrumbo temblando en el suelo.
Para suerte de todos, Tae pelirrojo había notado antes que nadie que Jungkook llegaba temblando y corrió lo más rápido que pudo hasta el menor para tenerlo entre sus brazos antes de que cayera.
— ¡No otra vez! — gritó YeonJun asustado, corriendo con los demás. Jungkook los miraba a todos en brazos de Tae pelirrojo. Kai le llevó una botella de agua que Jungkook no aceptó porque le faltaba el aire.
— Traeré a las autoridades. —se ofreció BeomGyu.
— Yo iré por Taehyung. — dijo YeonJun sabiendo que era la única persona que podía calmar a Jungkook.
El peli-azul se encaminó como un rayo hacia el salón de Taehyung, pero al llegar se dio cuenta que no estaba ni siquiera su mochila. Vio a su hermano y se acercó, interrumpiendo la clase.
— Jin, dime donde está Tae. —le pidió alarmado.
— Se fue hace unas horas, estuvo vomitando. Se descompuso. ¿Qué sucede?
— Mierda... ¡¿Quién rayos va a calmar a Jungkook ahora?!
— ¿La ansiedad? — le preguntó Jin, levantándose del asiento y sacando su mochila.
— Sí... — YeonJun estaba a punto de un colapso.
— Ten. Taehyung me dejó estas pastillas que él compró de repuesto para Jungkook, dáselas con un poco de agua.
YeonJun agradeció y corrió al patio otra vez, los cinco estaban ahí, ninguno se había movido de su lugar. Pero las cosas ya se habían calmado. Tae pelirrojo había dejado que Gyu sostuviera a Jungkook y mientras éste se calmaba lloraba abrazado al otro.
— Ya está mejor, Jun. Solo fue un susto. — le dijo Soobin.
Pero YeonJun seguía sin calmarse. Él se había asustado al pensar en qué le podía llegar a ocurrir a Jungkook eso otra vez. Y lo único que pudo pensar era que si su novio no estaba algún día para él, alguien más debía hacerlo.
Él iba a encargarse de cuidar a Jungkook más de lo que nadie lo hubiera hecho. Y ese momento, era definitivo.
El peliazul se acercó a Gyu y le dijo que lo dejara abrazar. Todos lo dejaron finalmente para ir a buscar al director y pedir que llamara a la madre de Jungkook.
— Tranquilo... estás conmigo. — le susurró al oído, con miedo. — yo te cuido ¿sí?
Jungkook asintió con la cabeza, mientras se aferraba con fuerza a la remera del peli-azul.
Taehyung esa vez no estuvo para él, pero Jungkook pudo sentir esa fuerza de voluntad provenir de su mejor amigo, lo tenía ahí y se estaba preocupando por él con la misma potencia con la que su novio lo hacía.
Jungkook se sintió un poco mas reconfortado en esos brazos que lo sostenían como si su vida dependiera de ello.
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