Ambos llegaron a la casa de Taehyung en un silencio abismal. Taehyung se encontró con que Jin había salido por unas compras para la cena de la noche.

Taehyung soltó un suspiro largo y pesado, como si todo el agotamiento del mundo descansara sobre sus anchos y varoniles hombros.

Jungkook se sentó en la cama con mucha paciencia y dejó a Taehyung que se sentara a su lado, este le tomo la mano y lo miró a los ojos, mientras le transmitía toda su confianza.

— Lo que estoy a punto de contarte... Es un asunto delicado y nadie lo sabe a excepción de mi madre, mi padrastro, Jin, el señor Min, quien era mi psicólogo, Yoongi por consiguiente a ser su hijo, era de esperarse,  y un amigo mío de hace un tiempo. Nadie más que esas personas saben lo que me ocurrió y prefiero que así se mantenga.

— Comprendo, cerraré la boca si así me lo pides, osito ♥ — Jungkook entrelazó sus dedos y dejó un suave besito sobre la mejilla del mayor, quien se animó a continuar.

— Está bien, bebé... Verás, cuando yo era pequeño... No solo sufría de violencia doméstica aquí ¿Sabes? Pasaron más cosas pero un hubo suceso que llenó el vaso.

— Comprendo... Muchas familias sufren de ese tipo de cosas.

— Si y lamentablemente yo también fui parte de esas cosas. Mi papá le pegaba a mi madre por no conseguir buen dinero... Cuando era él quien no trabajaba nunca, era un desgraciado que solo se conseguía prostitutas baratas y botellas de alcohol por todos lados. Un día recuerdo que quiso pegarle a Jin sin razón y mamá no estaba, nosotros dos éramos pequeños, apenas ocho años y no entendíamos muy bien las cosas.

— Ningún niño entendería una situación así, Taehyung.

— Por lógica. — Taehyung hizo una pausa y decidió darle un beso a Jungkook sobre los labios para poder continuar con valentía. — yo me interpuse y a papá no le gustó nada. Días después me lo hizo pagar y bien caro.

En la voz de Taehyung se reflejaba el odio y el desprecio que sentía por su verdadero padre. Le salían chispas por los ojos y odio por el corazón.

— Me pegó y me pegó hasta que se agotó. —  Taehyung bajó la cabeza avergonzado y Jungkook lo tomó de la barbilla hacia su rostro y lo besó como nunca antes lo había hecho. — Él hizo algo imperdonable, algo que un padre no debería hacer nunca en la vida. Nunca... ¡Y estaba ebrio!

— Eso no es tu culpa.

— Claro que no es mi culpa. Yo solo quería proteger a mi hermano.

Jungkook asintió con la cabeza.

— Mi padre me violó ese día. —  concluyó el mayor bajando aún más la cabeza y apretando sus puños en su pantalón, con fuerza al recordar lo que había pasado, cuánto le había dolido, cuánto había llorado, lo que había gritado para que dejara de hacerle eso, y lo peor era que el Taehyung de ocho años, no sabía qué le estaba haciendo y no sabía por qué eso le dolía tanto. Cuando se lo confesó todo a su madre, ella le explicó lo que su maldito padre le había hecho, Taehyung pequeño seguía sin comprender bien del todo, pero sabía que había sido algo espantoso y que no lo volvería a repetir por nada en la vida, pero lo que más pensaba mientras él iba al psicólogo, era ¿Por qué la gente hacia eso?

Jungkook dejó escapar un grito que se escuchó por toda la casa, pero Taehyung fue el único que estuvo ahí para oírlo. No podía creer lo que había escuchado, inmediatamente empezó a temblar temiendo por el malo recuerdo de Taehyung.

— Tae, Tae... No, no, no... — el menor quería llorar, sentía las lágrimas acumularse en sus ojos y sus mejillas arder como el fuego por la ira, la tristeza, incertidumbre e importancia que sintió en ese solo segundo en cuál Taehyung mencionó aquellas palabras. — Tae... Por Dios...

— Ese es mi secreto, bebé. — Taehyung lo atrae hacia él para que no se sintiera tan mal — pero con el paso de los años, me he levantado, aprendí a confiar en mí mismo, y ahora soy una persona renovada: tengo un padrastro, que espero que conozcas algún día, Namjoon es el mejor papá del mundo, él también me ayudó a superar mis miedos.

Jungkook se secó las lágrimas.

— ¿Que paso con tu papá verdadero?

— Se está pudriendo en la cárcel.

— Oh... ¿Por muchos años más?

— Le dieron sesenta años, pero ya estará como una momia para ese entonces. Aunque las autoridades también fueron unas hijas de puta, en esos momentos no teníamos mucho dinero, lamentablemente no nos pudimos conseguir un buen abogado. No había pruebas solo mi testimonio y los golpes en lo cuerpo.

— ¿Las marcas en tu espalda son de eso?

— Sí, bebé... Pero ya no te preocupes por mi. ¡Ahora soy el modelo Kim Taehyung, más guapo y seguro que nadie en la vida!

Entonces Jungkook sonrío con un dejó de tristeza, luego dejó que Taehyung se acostara en la cama y se colocó sobre el para darle besitos, muchos mimitos para hacerlo sentir mejor y sacarle todo el mal de encima. Taehyung de dejaba hacer mientras descaradamente ponía sus manos en el trasero de Jungkook, ah era algo que le encantaba, era tan redondo y amasable.

Entonces le propinó una nalgada y Jungkook se rió fuerte.

— Taehyung...

— ¿Si, mi amorcito? — preguntó dándole un poquito en los labios. Jungkook se sintió renovado.

— Te amo. De verdad te amo, y se que es muy pronto para decir algo así, pero tu me estas ayudando a ser mejor. Y ahora que me cuentas todo eso... Ahora que lo dices yo de verdad voy a hacerte caso, de verdad te prometo que Noah ni nadie va a volver a hacerme daño.

Taehyung le sonrío con amabilidad y lo abrazó lo más fuerte que pudo.

— Yo voy a protegerte de todo mal, bebé, te lo aseguro.

En los corazones de ambos no cabía más amor del que de tenían, sin dudas los compaces de los latidos unidos los hacían sentir protegidos a ambos. Se amaban demasiado.

— Tae, ha volví. — dijo la voz de Jin interrumpiendo en el cuarto. — Uy, parece que están ocupados.

— Jeje... — río con nervios Jungkook.

Taehyung se incorporó en la cama y dejo a Jungkook sentado a su lado.

— ¿Podemos hacer pastelitos contigo?

— Claro, Taehyung, no hay problema, pero no me quemen la cocina. — comentó Jin riendo, haciendo reír a los demás. 

Jungkook no podía sentirse mas a gusto entre esos dos.