Alexis dejó caer la mochila al suelo y se recostó en la cama, soltando un profundo suspiro de cansancio. Llevó las manos a su cabeza y frotó sus sienes, tratando de disminuir el molesto dolor de cabeza que se rehusaba a abandonarla desde la mañana. El silencio de su habitación era interrumpido por el suave tic-tac de su reloj despertador.

Ella sacó el teléfono de su bolsillo y en cuanto desbloqueó la pantalla, la fotografía de ella y su novio quedó expuesta ante sus ojos. ¿Por qué había faltado a la escuela?

La tentación de llamarlo por teléfono hizo que sus manos picaran, sin embargo, ella se detuvo unos segundos, recordándose que a Zayn no le gustaba que lo llamaran por teléfono. Ella sacudió la cabeza, convenciéndose de que estar preocupada por él era algo normal.

Sin dilatar más la situación, Alexis lo llamó por teléfono, mordiendo el interior de su mejilla mientras esperaba que Zayn respondiera la llamada.

Pero como a veces ocurría, él no respondió.

Alexis dejó el teléfono sobre la cama y se impulsó para ponerse de pie, caminando hasta el baño. Se despojó de su ropa y suspiró agradecida cuando el agua caliente golpeó su cuerpo. Su mente era un torbellino de pensamientos en ese momento, preguntándose cómo podría decirle a Zayn que el día que él había faltado a clases, al profesor Robinson se le había ocurrido la maravillosa idea de emparejar a la clase para un trabajo. Y ese no era el problema. El real problema radicaba en que Zayn odiaba al chico con el que la habían emparejado. Y ella no tenía la más mínima idea de por qué.

La chica cortó el agua y envolvió su cuerpo con una toalla, saliendo de la ducha con cuidado. Se miró en el espejo y suspiró, su rostro lucía cansado, marcadas ojeras rodeaban sus ojos, su piel más pálida de lo normal.

Ella se secó, se vistió con ropa cómoda, tomó su teléfono que había dejado sobre la cama y bajó hasta la primera planta, buscando algo para comer. Cuando se dio cuenta que no había nada que llamaba su atención, Alexis tomó un poco de dinero que estaba sobre la isla y salió sin antes agarrar las llaves que había dejado en el recibidor.

Mientras caminaba a la tienda más cercana, llamó otra vez a Zayn y para su sorpresa, esta vez sí atendió.

—Oye, ¿qué pasó?

Alexis frunció el ceño. Se escuchaba bastante bullicio atrás de Zayn y ella apenas podía distinguir su voz. Ella escuchaba risas, voces mezcladas entre sí y música.

—Hola, soy yo —ella dijo y sonrió aunque él no pudiera verla— ¿Cómo estás?

—Bien, ¿qué pasó? —él volvió a repetir.

—Nada. Uh... yo quería saber cómo estabas —ella balbuceó—. ¿Por qué faltaste hoy a clases?

—Ugh, sabes que no me gusta ir a la maldita escuela, Alexis —él gruñó en protesta y ella se lo podía imaginar rodando los ojos—, es una maldita pérdida de tiempo.

Alexis hizo una mueca —El profesor Robinson ha dejado un trabajo en parejas.

—Bien. Supongo que tú y yo trabajaremos juntos, ¿no? —Zayn inquirió y cuando ella no respondió de inmediato, él puso mayor atención— Alexis...

—No, Zayn —ella suspiró—. El profesor Robinson me ha emparejado con Travis Parker.

La línea quedó en silencio por los próximos minutos. Alexis hubiera pensado que Zayn había cortado la llamada de no haber sido porque ella seguía escuchando su respiración.

Cuando ella llegó a la tienda se quedó de pie a las afueras y abrazó su cuerpo.

—Zayn...

—Escucha —él la interrumpió con brusquedad. Su voz se escuchaba tan baja y ronca que le heló los huesos—. Mañana a primera hora iremos a hablar con Robinson y le diremos que yo seré tu nueva pareja.

—No se puede, Zayn —ella suspiró—. Intenté decirle que yo haría el trabajo contigo, intenté negarme, pero el maestro no me dejó cambiar de pareja. Además, este trabajo será el cuarenta por ciento de nuestra calificación final.

—Maldita sea, Alexis —él gruñó—. No me interesa saber que el maldito viejo de mierda te ha obligado a hacer el proyecto con ese idiota. Lo harás conmigo, ¿entiendes?

Un odio invasivo se deslizaba por todo el cuerpo de Zayn justo en ese momento, su cuerpo temblaba por la rabia contenida. Si tuviera frente a él a Travis no dudaría en matarlo, ahorcarlo hasta que sus pulmones explotaran, golpearlo hasta que su último aliento escapara con su rostro desfigurado por los puñetazos. No quería a ese tipo cerca de su novia.

"¿—Sí, entiendo —ella respondió, resignada. Alexis siempre había sido el tipo de persona que evadía los problemas— Pero lo que no entiendo es por qué lo odias tanto.

—¿A quién?

—A Travis

—Ya, ¿y cuál es la pregunta?

Alexis rodó los ojos —¿Por qué odias tanto a Travis?

—¿Tengo que tener una razón para hacerlo? —él se burló— Si yo tengo o no tengo razones es mi maldito problema. No lo quiero cerca de ti y punto, ¿es tan difícil de entender?

—Por supuesto que no, no soy estúpida.

—Yo no estaría tan seguro de eso —Zayn soltó una risita y cuando Alexis se quedó en silencio, él bufó— Solo estaba jugando, ¿sí? No pienso que seas estúpida, cariño.

—Sí, como tú digas —ella suspiró—. Me voy, me muero de hambre.

—Espera, ¿dónde estás? —Zayn cuestionó— Quiero verte

—No creo que podamos vernos hoy, Zayn —ella empujó la puerta de la tienda y la campanilla sonó sobre su cabeza, anunciando su llegada— Tengo tarea que hacer y quiero ir a dormir temprano porque-

—Espérame ahí —Zayn la interrumpió otra vez y antes de que ella dijera algo, él cortó la llamada.

Alexis observó la pantalla de su teléfono y bufó, guardando el aparato en su bolsillo. Zayn nunca se quedaba con un no como respuesta. Él siempre conseguía un sí aunque la otra persona se rehusara.