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La empujé para quitarmela de encima, y sintiendo cada fibra de mi cuerpo arder, le tomé del rostro y la miré fijamente, esbozando una sutil sonrisa.
-No, allí te equivocas- reí escolerizado -Yo no soy tuyo. Porque si lo fuera, yo estaria ahora aqui mismo, pidiendote perdón, y dejando que me manipules de nuevo, dejando al amor de mi vida. Pero no, yo no soy tuyo, nunca lo he sido, yo jamás he querido ser como tú.
No volvería a caer en la misma trampa de nuevo. No cuando tenia al chico más dulce, lindo y travieso esperandome en mi hogar, ahora mismo todo llorón y asustado por algo de lo cual no tiene la culpa.
No dejaria que Jimin fuese infeliz ningún minuto más. Lo trataria como el principe que és y le daré todo lo que necesite.
Solté el rostro de mi mamá, el cual estaba desconcertado.
-Yo ya no soy tu hijo, no pienso serlo de una persona tan idiota y egoista como tú- me crucé de brazos, viendo fijamente como los ojos de mi mamá se volvian a humedecer luego de años -Yo jamás, en mi vida seré tú- le recalqué, acercandome nuevamente a ella -No voy a permitir que vuelvas a entrar en mi vida y menos en la de Jimin, yo no te necesito más, estoy feliz como soy y no voy a dejar que tu vengas a arruinarme todo lo que yo solo construi estos meses- susurré, cada vez más bajo, viendola con los ojos humedos y suplicantes -No te vuelvas a acercar a mi si es con malas intenciones, recuerda que te conozco, y no dudaria en cerrarte la puerta en la cara si te apareces en mi casa algún dia.
Vi su labio temblar y una pequeña lagrima formarse en su lagrimal izquierdo. Y no sentí nada más que profunda lastima por lo solitaria que ella era.
-Estas fuera de mi vida a partir de ahora.
Murmuró algo a duras penas, tan tiesa y petrificada que no me siguió con la mirada al salir de la habitación de un portazo, dejandola dentro. Me meti al elevador rapidamente y apoyando mi frente en una pared, deje salir un largo y roto lamento.
Me sentia tan liberado, tan desahogado, un peso que ni si quiera sabia que existia habia desaparecido de mis hombros, y dejando salir mis emociones solté dos pequeñas gruesas lagrimas de cada ojo, limpiandolas rapidamente al igual que mis ojos cuando el elevador se abrió en el piso principal, y en donde me bajé rapidamente para practicamente correr hacia casa, hacia el amor de mi vida.
Habia dejado años de mi vida atrás, habia pasado la famosa pagina finalmente.
Y no me arrepentia en absoluto.
joanne | 190303
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