Jimin llevaba sus cosas poco a poco, las empacaba durante la mañana, para luego ir a trabajar y las terminaba acomodando en mi casa cuando su turno terminaba.

Primero fue su cepillo de dientes y su pijama, luego algunos pares de calcetines y calzoncillos, sus cosméticos otro día, camisetas y pantalones otro más, pares de zapatos cada día, su preciada cafetera, sus libros, fotos, y todo. Hasta que al fin, luego de dos semanas de ir de allá para acá, todo lo que le pertenecía y lo que le era útil ya estaba en mi hogar, y Jimin entregó las llaves del departamento, para al fin venirse y acostarse todas las noches en mi cama, usar mi baño, mi cocina, mi televisión. Todas mis cosas que alguna vez me pertenecieron a mi, ya le pertenecían a él también.

Decir que no estaba radiante era mentira, Jungkook, Jin, Chan y Jeongin me lo decían a cada segundo, y eso solo me hacía aún más contento, porque me aseguraba de que mis sentimientos por Jimin no se irían de la noche a la mañana y perdurarian por mucho más.

Semana santa había llegado, mis pruebas habían sido canceladas y hoy tenía libre, siendo viernes, tenía todo el fin de semana para estar con Jimin y relajarme por completo.

Jungkook estaba bebiendo un frappe a mi lado, y Jimin estaba casi en mi regazo jugando con los botones de mi camisa una y otra vez, pareciendo un niño.

—Pareces un toro— dije haciendo una mueca, y Jungkook solo bufón hastiado —No es broma, ese semtup, seput, tempus...

—Septum, Hyung.

—Esa mierda, te hace ver como un maldito toro furioso esperando por una manta roja— me burle apuntando el horrendo piercing que se hizo en la nariz —Sácatelo, hombre.

—A mi me gusta, deja de burlarte, enano— sonrió Jungkook, jugando con aquel aro y con la pajilla de su frappe —Además, debe cicatrizar, así que te esperan dos jodidos largos meses junto a este toro.

Jimin río, contagiando a Jungkook. Y en ese momento mi celular sonó en mi chaqueta. Lo saqué de mi bolsillo y arrugue la frente al ver a mi madre llamando. La persona que me dio la vida ni si quiera me deseo un buen feliz cumpleaños y me llama un día cualquiera.

Mire a mi amigo y a mi novio con el ceño fruncido, los dos se miraron entre sí al ver la pantalla y luego giraron hacia mi, levantando los hombros, igual de confundidos que yo.

Conteste la llamada un poco temeroso, aclare mi garganta y acerque el altavoz a mi oreja.

—¿Mamá?

Hubo un silencio, y luego de un fuerte sonido, como si alguien hubiese pateado algo al otro lado de la línea, me hizo sobresaltar.

—¿Dónde carajo estás, Min Yoongi?

Trague saliva, mirando a Jimin —En casa, ¿por?

Escuché una risa —¿Y es que tu piensas que soy tonta? Se que no estas en casa, llevo desde el almuerzo afuera de tu puerta esperando a que llegues— la respiración se me corto, Jimin se llevo la mano a la boca, había escuchado por el fuerte tono de mamá —Te quiero aqui en 20 minutos, nada más.

Y corto.

joanne | 180419

Hi💕 he vuelto.