12
—Jimin...
—¿Que quieres?
Pregunto Jimin mientras me dejaba el café en la barra y me daba la espalda para comenzar a guardar tazas en una de las encimeras.
Solté un bufido y me pase una mano por el rostro. Jimin me había estado ignorando desde que entré y ni una nota dejo en el café, aunque le haya explicado por mensaje que no había querido invitar a Jungkook.
Vamos, era el único rato en donde podía pasar con Jimin, ¿y yo iba a desperdiciarlo con mi compañero de habitación? Debe ser una broma.
—No me ignores.
—No lo estoy haciendo.
Jimin se acercó a la caja y comenzó a atender a los clientes mientras recibía el dinero. Solté un gruñido y estuve a punto de tirarle mi café en el rostro.
—Si lo haces.
—Yoongi, estoy trabajando.
Jimin dejo de atender en la casa para retirar la basura de una de las mesas, me tome todo el café de un sorbo y me di cuenta de que a un metro de mi había un frasco con cubos de azúcar. Tome uno entre mis dedos y lo escondí con cuidado.
—Jimin.
Llame de nuevo, Jimin me miro ya harto y dejo la loza sucia encima de la barra, rápidamente me llevé el cubo de azúcar a la boca sin que se diese cuenta.
Se acercó a mi y poso sus manos en sus caderas. Levantó una cena esperando a que dijera algo, pero chilló al sentir como lo jalaba hacia mi y unía mis labios con los suyos de forma fuerte.
Comencé a mover mis labios de forma lenta y pausada, tomándolo por sorpresa y pasando mis brazos por su cintura, atrayendolo más a mi y cerrando los ojos.
Mordí su labio inferior haciéndole soltar un quejido, y aproveche para pasar el cubo de azúcar que se disolvia desde mi boca hasta la suya. Luego de lograrlo, me separe sin soltarlo de la cintura.
Estaba sonrojado, demasiado sonrojado y con la mirada perdida, sus manos temblaban levemente y vi como su manzana de Adán subía y bajaba al tragar el cubo de azúcar.
—Jimin, tus labios son grandiosos.
—E-eres un t-tonto...
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