01
—Hola~
Senti la mano de Jimin pasarse por mi cintura mientras me encaminaba hacia una mesa, se fue trotando como niño a la barra y me sonrió coqueto.
Bufe.
Hoy estaba irritado, ni si quiera sabía el porqué, cualquier cosa que no encontrará correcta en un lugar me hacía actuar de mala manera y herir a los demás.
¿Pero que me importaba?
Mis mejillas hoy estaban teñidas de un leve rosado que me hacía parecer maricon.
Aunque lo era.
Pero aún así, me molestaban las miradas de los demás.
No es como si Seúl fuera una ciudad pequeña, pero al parecer yo era el único en capaz de darme cuenta que la gente siempre anda metida en asuntos que no les incumben, y que si uno es anticuado al vestirse, la polémica es demasiada.
Definitivamente, hoy era uno de esos días en donde quería matar a todos.
—Americano.
—Los hurones son lindos.
—No soy largo.
—Lo se.
Jimin me guiño un ojo y volvió a la barra, rodé los ojos sin importancia y saque una de las revistas que tenían para los clientes, comenzando a cortar pequeños pedacitos de esta en vez de leerla mientras pensaba en los problemas que en poco tiempo serian como un balde de agua helada.
Por hoy, haré como que no vi que rompiste la revista de la tienda.
La irritación se ve bonita en tus mejillas.
—Eres homosexual.
—Me interesa tu culo, si soy sincero.
Jimin río ante eso mientras se sentaba esta vez a mi lado al yo tomar mi café.
—Te irrito.
De hecho, no lo hacía.
¿Porque no podía ocultarlo?
Extrañaba esto, claro que lo hacia. Pero esta vez era diferente, mi enfoco era tan impresionante que ni siquiera escuchaba mi ambiente, solamente me dejaba llevar por las pequeñas burbujas que hacía mi café mientras sentían como Jimin me observaba sin pudor.
—No hagas eso.
—No me evites.
—¿Si no que más haré?
Estaba cansado, y lo que menos quería era que Holly llegara a mi mente y corrumpiera la ira que poco a poco se desvanecía por el toque de Jimin en mi brazo y el amargo del café al no echarle azúcar.
Mis ojos se cerraban, pero el ardor al sentir la caliente temperatura de los dedos de Jimin rozar mi helado brazo creaba una sensación dolorosa y excitante.
Vi las pequeñas líneas negras que decoraban mi ya, un poco más colorada piel traspasar mi camiseta blanca básica.
Y por un momento me fije en mi quemadura.
¿Se sentirá bien?
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