Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

AMULETO PARA CORAZONES TRISTES

            Importaciones Ramson, Inc., fue el responsable de las primeras vacaciones de Katty con su esposo Tom. La empresa organizaba anualmente, un retiro para todos sus ejecutivos y sus esposas y aunque él nunca la llevó, esta vez no tuvo más remedio. Recién promovido, su nuevo jefe insistió en que era importante que sus nuevos subalternos lo conocieran mejor y el retiro era el lugar ideal.

            En el hotel, Tom salió de su habitación dando un portazo y dejó a Katty con una sensación de alivio.  Daba gracias que la conferencia alejara a su esposo el resto del día, después de pasar toda la mañana humillándola.

            “Dios mío mujer… ¿No puedes verte menos estúpida?”

            “¿Esa ropa era de tu abuela?”

            “Espero que no se te ocurra abrir la boca cuando estemos en la recepción”.

            Tras seis años de matrimonio, Katty, de naturaleza tímida y apacible, no tenía el valor de abandonar a su violento marido. No tenía amistades ni dinero propio y sabía que Tom encontraría la manera de lastimarla si se atrevía a dejarlo. Su madre tampoco era una opción viable.

            Educada de manera severa y rigurosa, sólo una vez se lamentó con ella. Su dura respuesta echó por tierra cualquier atisbo de esperanza:

            “Tu deber como esposa es estar al lado de tu marido, Katherine, si te golpeó, sin duda lo merecías”.

            Aunque una parte de ella presentía una respuesta parecida, el escucharlo la desoló por completo. Fue como si la pena y la infelicidad la arroparan con dedos marchitos, haciendo de su vida una inasequible tortura.

            No pasó mucho tiempo para que la joven reprimiera su afectuosa personalidad. Las tímidas sonrisas fueron eclipsadas por comentarios humillantes y maltrato físico y la expresión dulce de su rostro, fue suplantado por una máscara inexpresiva. Esa estrategia funcionaba casi siempre y solo debía mantenerse impasible hasta que Tom saliera a la oficina.

            Adivinar cómo comportarse esa noche la llenó de angustia. Pensó que un paseo relajaría sus nervios estresados y sin pensarlo mucho, salió. Un mercado ambulante era una buena opción, pensó cuando vio los techos coloridos de los puestos. El sol, el viento marino y la algarabía de la gente la animaron un poco. Caminó sin rumbo entre los numerosos comercios ambulantes y solo se detuvo en un puesto de rosquillas para calmar el hambre. Con Tom criticando cada movimiento que hizo esa mañana, olvidó comer algo y ahora su estómago rugía avisándole.

            Estaba por seguir su camino, cuando reparó en una tienda escondida detrás de los puestos de comida. Era un bazar y los objetos se amontonaban en las vidrieras de forma muy atractiva

            Una anciana de cabellos plateados le dio la bienvenida.

            –– ¿Busca algo en especial, querida? –preguntó amable

            ––Oh no. Espero que no le moleste que solo vea su tienda.

            ––Siéntase como en su casa. Le puedo asegurar que encontrará lo que necesita.

            Los artículos no estaban ordenados como en las tiendas donde a Tom compraba, sin embargo, a la joven  le encantó. La mezcla de muebles antiguos, vajillas y juguetes de pronto la hizo sentirse cálida

            Por primera vez Katty se relajó y con una inusual sonrisa, paseó por cada rincón maravillándose de cada objeto. De alguna manera todo parecía tener algo especial. Observó a una mujer probarse un sombrero muy favorecedor y se topó con una pareja y su bebe que gorjeó feliz en brazos de su madre, mientras el hombre le hacía caras graciosas.

            La vieja herida en su pecho volvió a aparecer. Recordó la única ocasión que pensó que su matrimonio valía la pena. Durante breve tiempo, llevó en su vientre un pedacito de esperanza y como siempre, Tom se lo arrebató.

            En un instante la envidia la asaltó. Los viejos sueños se arremolinaron en su mente e incapaz de controlarlos, estallaron en forma de sollozos.

            Se cubrió la boca con un puño y se alejó entre los pasillos. Caminó sin ver hacia donde hasta que controló las lágrimas. Respiró hondo y alzo la cabeza para tranquilizarse.

            En ese instante lo vio. Colgado del marco avejentado de un espejo, estaba un hermoso dije de obsidiana. Con cuidado lo alzó admirando los reflejos azulados. Un grabado delicado adornaba su superficie y sin dudar un momento, lo colocó en su cuello.

            Una ligera sonrisa iluminó sus rasgos al sentir el peso sobre su piel.

            Se observó en el espejo sin poder creer que un simple dije la hiciera sentir tan bien, pero así era. Escuchó las ligeras pisadas de la anciana que dieron vuelta en un pasillo hacia ella y le sonrió cordial.

            ––Veo que encontró lo que buscaba –observó el pendiente con un dejo de malicia –parece hecho para usted.

            ––Es muy hermoso, pero no puedo llevarlo. Estoy segura de que debe costar mucho más de lo que dispongo.-Titubeante abrió el broche para quitárselo cuando esa voz tan temida resonó.

            ––Ese dije te queda fantástico. –Sonriendo, Tom apareció de entre los pasillos –no nos iremos sin ese artículo.

            Le dirigió a Katty una resplandeciente sonrisa al tiempo que sacaba su tarjeta de crédito y caminaba al mostrador tomándola gentil de la mano.

            Petrificada, lo miró con ojos como platos.

            ¿Qué ocurrió? ¿De dónde salió?

            Confusa lo miró pagar y poner él mismo, el pendiente en su cuello. Era absurdo. Un sueño absurdo y cruelmente maravilloso. ¿Por qué se comportaba de esa forma?

            El hombre se despidió de la anciana y Katty se dejó arrastrar de la mano entre los puestos. Estaba pálida y sentía nauseas. Cada vez que doblaban una esquina esperaba el fuerte empujón contra la pared y la mano en su cuello, apretando… inmovilizando. La fuerte bofetada…

            Sin embargo, no fue así. Animado, Tom le platicó su día. La reunión marchó fenomenal y no duró lo planeado, así que ahora tenía toda la tarde libre hasta la recepción de la noche. ¿Qué tal si comían en un lindo bistro que le recomendó su jefe?

            La tarde fue de ensueño. Comieron la pasta más deliciosa que Katty hubiera probado en su vida, luego visitaron una tienda en donde compraron un traje para esa noche. “No puedo creer lo tacaño que me he vuelto” se auto recriminó. “Después de esta conferencia, tal vez quieras viajar a visitar a tu madre, tienes años sin verla” dijo sonriendo cuando salieron con el traje, zapatos y bolso a juego. De regreso, insistió en comprarle algunas chucherías en algunos de los puestos. Su esposo fue atento, todo sonrisas y bromas. Ese fue el momento en que Katty lo entendió y un inusitado calor emitió del dije.

            Ese hombre frente a ella no era su esposo.

            El antiguo Tom lucía una incipiente calva y tenía una cicatriz en la mano, producto de un accidente en su niñez.

            Su mano estaba intacta y el cabello perfecto. También desaparecieron las líneas a los lados de la nariz, que le daban esa perpetua expresión de oler algo podrido.

            El duplicado de su esposo le sonrió galante y prometió llevarla a la playa al día siguiente. De regreso en el hotel, la besó apasionado.

            ––Sube Katty –le dijo rosando su mejilla con el dorso de su mano –debo comprar algunas cosas y regreso contigo. Tomó sus manos y las besó antes de retirarse. En su habitación, Katty tomó un largo baño, cavilando acerca de lo sucedido, tratando de someter los tiernos sentimientos que despertaron esa tarde. Los sueños siempre serían sueños y la idea de que el suyo se hiciera realidad la turbó profundamente. Estaba acostumbrada a ser un pétalo seco, sometido a la premura del viento.

            Además debía concentrarse. Lo inesperado de esa tarde la distrajo del hecho más importante: ¿Qué fue del verdadero Tom?

            Justo en este instante, la puerta de la habitación azotó contra la pared.

            Su esposo, el verdadero Tom, estaba en el quicio de la puerta y la miró con indiscutible odio.

            ––¿Dónde demonios te metiste toda la tarde? - Furioso, cerró la puerta, avanzó hacia ella a grandes zancadas y la tomó de los hombros dolorosamente.

            Sin esperar respuesta la empujó contra la pared y apretó su cuello con una mano mientras la abofeteaba con la otra. En medio del terror, la joven sintió la obsidiana, caliente contra su pecho y en un acto completamente imprevisto, la chica enterró la uñas y lo arañó con fuerza en la mejilla. Sorprendido. El hombre la soltó un momento y Katty escapó al otro extremo de la habitación.

            El rostro masculino cambió de sorpresa a furia. Una sonrisa maliciosa distorsionó su rostro cuando Katty tomó un florero y lo amenazó.

            ––No te atrevas a tocarme… Tú no eres mi esposo.

            Y algo sucedió.

            El viejo Tom se tomó la cabeza entre las manos aullando de dolor. Camino con desparpajo hacia ella, tratando de alcanzarla y Katty, quieta como un ciervo hipnotizado por las luces de la carretera, en espera de lo inevitable. El brazo, la mano y su fea cicatriz avanzaron hasta llegar a ella, rodeando su cuello... y desvaneciéndose lentamente como una exhalación.

            El hombre se vio a sí mismo traslucirse, desvanecerse y finalmente desaparecer en un grito silencioso.

            Veinte minutos más tarde, el nuevo Tom entraba a la habitación.

            ––Katty… ¿estás lista? –la miró nervioso desde la puerta. -Vi un hermoso corsage en la boutique de abajo. Aunque creo que las chicas ya no llevan cosas como esta, me pareció bonito. ¿Quieres usarlo?

            Era más que una simple pregunta, Katty percibió con claridad la incertidumbre que emanaba del hombre en la puerta, pero también una ternura tan natural y tan cálida como un día de verano. La emoción fluía como algo lógico e inevitable, una afirmación de que la audacia y el asombro también surgen de lo impredecible y sólo había una respuesta:

            ––Es perfecto.

Fin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: