Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XY&Z ~ Capítulo 22:

— ¡Greninja, shuriken de agua! ¡Pikachu, electrobola! ¡Greninja, corte!

     La electrobola se dividió en dos y cayó en el rió donde entrenaban y salpicó a Ash.

— ¡Oye, a este paso acabarás enfermando! - dijo Serena tirándole una toalla.

— ¡No te preocupes, está bien! A-a-chús.

— ¡Te lo he dicho! Ash, ven ahora mismo aquí - dijo de manera imperante.

— Pero estoy entrenando...

— Puedes seguir entrenando desde tierra, así que ven ahora mismo.

— Hermanito, parece que Serena manda - susurró Eureka a su hermano riendo.

— Parece que sí - se rió con ella.

— Vale... - dijo resignado mientras salía del agua

— No quiero que te pongas malo, Ash... - le dijo cogiéndolo del brazo, mirándole.

— N-n-no lo haré - se sonrojó.

— Vale. Ahora quítate la ropa mojada que la voy a poner a secar.

— Oh... claro - se quedó en tirantes y pantalones cortos.

— No sé si mañana estará seco. El ambiente está humedo... - dijo Serena.

— No importa - salió de la tienda de campaña donde se encontraba.

     Serena lo miró y se sonrojó. Ash era delgado y fuerte.

— ¿Qué pasa, Serena?

— Oh... nada. Me había sorprendido de que estuvieras tan delgado con todo lo que comes - le dio con el índice en la nariz.

— Oh... - se sonrojó.

— Bueno, Ash. Caliéntate un poco con el fuego de Braixen antes de ir a dormir. A ver si te secas del todo.

— V-vale...

— Braixen, dame tu rama, por favor.

— ¡Xen!

— Gracias. Vamos a ver. Ash, date la vuelta.

— Claro...

     Serena empezó a pasar la rama con fuego por su espalda y  pantalones mientras lo secaba.

      Ash estaba incómodo de que Serena estuviera secándolo y no dijera nada así que intentó romper el hielo.

— No me vayas a quemar... - nada más lo dijo se arrepintió de hablar.

— Tranquilo, no voy a quemarte. A ver... - empezó a tocar su espalda por si seguía mojado.

      Ash y Serena disfrutaban del momento. Serena aprovechó para tocar a Ash y este, le gustaba que le tocara.

— Vale, estás seco. Ahora por delante.

— Sí... - dio la vuelta.

     Ash veía a Serena como se agachaba y se levantaba para secarlo y se sonrojó al verla.

— Creo que ya vas bien - le tocó el pecho y se sonrojó -. B-bueno... creo que ya puedes irte a dormir.

— Gracias, Serena.

     Ash y Serena se quedaron mirándose fijamente y la rama de fuego de Braixen iluminaba levemente los rostros de ambos. Los ojos de ambos brillaban.

— Serena... - la cogió de los hombros y empezó a acercarse a ella.

     Ash se acercaba a ella y Serena se quedó tiesa, sorprendida y paralizada al ver a Ash acercarse hacia él.

     Serena veía a Ash cerrar los ojos lentamente. Ella cuando estuvo a centímetros de sus labios, salió del trance y se dispuso a poner una de sus manos en su pecho. Serena fue cerrando los ojos mientras esperaba el beso por parte de Ash.

       Ash y Serena cerraron sus ojos completamente y sus labios rozaron suavemente con los del otro. Los dos se sonrojaron. Cuando sus labios se rozaron, llegaron a tocarse enteramente y a penas un segundo después, Ash estornudó.

— ¡Ash! ¡Eres un idiota! - salió Eureka corriendo de detrás de la tienda de campaña - ¡Has arruinado tu primer beso! - empezó a darle pequeños golpes.

— ¿¡Estabas mirando!? - dijo Ash.

— Claro, ¡pero eres un tonto!

— Oh..., no... - Serena se tapó su cara sonrojada de la vergüenza y le dio su rama a Braixen.

— ¡No iba a estornudar en ella! - dijo sonrojado.

— ¡Pues te lo aguantas! Es que Ash, eres un inútil... - dijo riéndose.

— Eureka, debes ir ya a dormir - la llevó a la tienda de campaña y luego volvió Citron -. Perdonad a Eureka... Bueno, yo me voy ya a dormir.

— Buenas noches - dijo Ash -. Serena, ya se han ido, puedes destaparte la cara.

— Qué vergüenza... - siguió sin destaparse la cara.

— Serena... mírame - él quitó las manos de Serena de su cara.

     Serena lo miró sonrojada, con los ojos brillantes y ligeramente temblando.

      Ash se acercó de nuevo hacia ella lentamente y cerró los ojos.

— No, Ash, que me lo vas a pasar - dijo tímidamente y lo abrazó.

— Y-yo... - se desilusionó -. Sigues temblando, Serena.

— He pasado mucha vergüenza...

— Ya está, ya ha pasado... - le acarició el pelo.

— Ash..., ¿podrías quedarte conmigo hasta que Eureka se duerma?

— Claro...

     Ash y Serena se quedaron pocos minutos tumbados en la hierba mirando las estrellas y cogidos de la mano tímida y disimuladamente.

— Las estrellas son preciosas...

— Sí... son muy brillantes.

— Ash... creo que deberíamos irnos a dormir ya...

— Vale - se levantó y le tendió la mano.

— Esto me recuerda a cuando nos conocimos...

— ¿Pero esto pasó cuándo nos conocimos? - la besó en la mejilla - Buenas noches - se fue a la tienda de campaña.

     Serena se quedó un rato quieta, sonrojada y Ash, nada más entró, se agarró el corazón fuertemente y respiró hiperventilando.

      Cuando se relajaron y normalizaron, se acostaron y se durmieron.

       A la mañana siguiente, estaban todos despiertos ya desayunando y Ash aún no se despertaba.

— Ash está tardando mucho - dijo Eureka.

— Sí..., ve a despertarlo Eureka.

— Vale - se fue a abrir la tienda de campaña y Ash salió -. Oh, Ash, la comida está lista.

— Está lista... está lista - dijo frotándose los ojos.

— Buenos días, ve a lavarte la cara... - dijo Serena.

     Ash avanzaba hacia Serena agazapado lentamente. Se estaba acercando a Serena y cuando estuvo a menos de un metro de distancia, se agachó y se apoyó en los brazos de Serena dejando caer su cabeza a centímetros del pecho de Serena.

— ¡Eeeh! - dijo Serena sonrojada.

— Ahora... mismo - dijo suspirando.

— ¡Ash! - lo miró alarmada.

— Ah...

    Serena lo miró compadeciente con los ojos brillantes y sonrojada.

— Yo te... yo te... - Serena cerró los ojos y subió la cabeza - ¡yo te elijo, Pikachu! - su cabeza cayó hasta los muslos de Serena.

— ¡Ash! - gritaron todos.

— ¿Qué le pasa? - dijo Citron alarmado.

— Oh... ¡Está muy caliente, tiene fiebre!

— Entonces, hagamos que duerma.

— Sí.

     Acostaron a Ash. Él sudaba y gemía.

— Tiene mucha fiebre, el paño se calienta muy rápidamente.

— Ayer se mojó mucho, puede ser que le haya dado gripe.

— Pika...

— No te preocupes, iré a buscar medicina.

— ¡Eureka también va!

— Esperad, tomad el mapa, aquí cerca hay una farmacia. Eureka llévalo.

— Gracias. Bueno, te encargo a Ash - dijo Eureka.

— ¡Sí! ¡Déjamelo a mí!

— Digo que se va a encargar bien - dijo Eureka perversamente.

— Bueno, nos vamos - cerraron la tienda.

     Serena secaba el sudor de Ash con un pañuelo y remojaba el trapo para su frente.

— Parece que está mejor.

— ¿Pika?

— Sí, a este paso sólo debemos seguir esforzándonos y esperar a que lleguen con la medicina.

     De repente, empezó a sonar de manera muy ruidosa lo que parecía ser una guitarra eléctrica.

— Qué ruidoso ¿Qué está pasando?

     Se presentó un rockero llamado Jimmy que afirmaba sólo entrenar Pikachus y ser el mejor entrenador de estos que existe y quería luchar contra el famoso Pikachu de Ash.

— ¡Ya lo entiendo! Ahora lo llamo, pero deja de hacer ruido.

      Serena entró a la tienda de acampar.

— ¿Ahora qué hago? Si Ash se despierta querrá luchar aunque esté malo.

— Serena... - dijo Ash mientras dormía.

— Qué susto... - pensó -. No puedo dejar que Ash, pelee, pero no creo que ese tal Jimmy se vaya tan tranquilamente... ¿Qué puedo hacer? - vio la ropa de Ash -. Pikachu, ¿me puedes ayudar?

— ¿Pika?

— Voy a usar la ropa de Ash para luchar contra ese rockero tan ruidoso, ¿combatirías junto a mí?

— ¡Pika! - asintió.

— Pikachu, Pancham, ¿podéis salir fuera? Es que... me voy a cambiar...

— ¿Pika? - señaló a Braixen y Sylveon.

— Ellas son hembra.

— Piiika - se fueron los dos.

— Sylveon, tápale los ojos a Ash, por favor.

     Serena se cambió rápidamente y de espaldas por si Ash se levantase.

— Bueno, ya estoy lista... La ropa sigue algo húmeda, pero está bien. ¿Cómo me sienta?

— ¡Braixen!

— ¡Syl!

— Gracias - miró a Ash -. Ahora vuelvo, ¿vale? - lo besó en la nariz.

— ¿Eh...? ¿Serena? - abrió los ojos risueño - ¿Por qué... llevas mi ropa?

— No es nada - acarició su cara -. Confía en mí, ¿vale?

— Confió... en ti.

— Gracias, vuelve a dormir.

     Serena salió de la tienda de campaña y se hizo pasar por Ash y el rockero Jimmy se lo creyó. Ellos comenzaron a luchar.

      En mitad de la pelea, llegaron Eureka y Citron.

— Serena, ¿qué haces vestida así? - dijo Citron.

— ¡Aahh! ¡Yo soy Ash de pueblo Paleta!

— ¿Es en serio? - dijo Eureka decepcionada.

— ¿Qué está pasando? - dijo Citron.

— ¡Hacía mucho ruido, Ash, despertar, yo, tomar su lugar!

— Ahh... vale. Es bastante raro.

— Yo creo que le gusta tanto Ash que se pone su ropa - se rió Eureka.

— Bueno, vamos a seguir la pelea. ¡Ash de pueblo Paleta nunca se rinde!

— ¡Te venceré! - dijo el rockero Jimmy.

      De repente, antes de terminar la pelea, el Team Rocket apareció disfrazado de unos cantantes e interrumpieron la pelea. En un momento, se quitaron los disfraces y atraparon a los dos Pikachus y se fueron con el camión.

       Se estaba yendo el Team Rocket y Ash apareció con Greninja y paró el camión con shurikens de agua.

— ¿¡Eh!? - dijeron Serena y Jimmy.

— ¿Quién ha hecho eso? - dijo Jessie enfadada.

— ¡Soy yo, Team Rocket! - dijo Ash.

— ¿Ash? - dijo Serena -. Ash, ¿ya estás bien?

— ¡Sí, gracias a ti y a Citron!

— Eso es tan característico de Ash... una gripe no se cura en minutos... - dijo extrañado.

— Lo siento, Serena - se estiró mientras flexionaba las rodillas -. Estuviste luchando en mi lugar, ¿verdad?

— Oh... sí...

— ¿Qué está pasando? - dijo el rockero.

— Luego te explicaré, ahora debo recuperar a Pikachu... - se estiró por última vez.

— Lo siento, no era con mala intención - se quitó la gorra saltándose el pelo y sacó la lengua.

— ¿La chica?

— ¡Ash! - lanzó su gorra hacia él.

    Ash se puso la gorra mientras sonreía.

— ¡Vamos, Greninja!

     Ash, junto con Serena consiguió recuperar a los dos Pikachus y estos mandaron a volar al Team Rocket.

— ¡Tú! No me gusta que me hayas engañado - dijo enfadado el rockero -, pero... esa combinación entre tus pokémon..., ¡fue genial! - dijo tocando su guitarra.

      El rockero siguió tocando y haciendo poses.

— ¡Ahora tengamos un duelo, Ash!

— Es verdad, ¡viniste a luchar contra mí! ¡Vamos a luchar! - le sonaron las tripas - Bueno..., ¿primero podemos comer? No he comido desde la tarde y tengo hambre.

— Mejor voy a preparar algo - dijo Citron.

— Jimmy, ¿quieres comer con nosotros también? La comida de Citron, ¡es deliciosa! - Serena cerró los ojos y sonrió.

— Oh... - se sonrojó - Si me lo pides así...

— Bueno, tardará un rato, ¿qué hacemos mientras?

— Serena... ¿me puedes dar mi ropa? Tengo frío...

— Oh... voy a cambiarme. No miréis.

— Nunca lo haría - dijo Ash.

— Lo decía por él.

— Tampoco lo iba a hacer.

— Tranqulos - rió -. Era broma.

— Oye, Ash... ¿esa chica es tu novia?

— ¿Eh, qué? ¡No! - se sonrojó.

— Perfecto, entonces iré a por ella.

— ¿¡Eeeeh!? ¡No puedes!

— Ahora lo entiendo... si no vas tú a por ella, iré yo.

— ¿Eeeh? - se sonrojó.

— Ash, ya me he cambiado, toma tu ropa. Oh, ¿de qué estabais hablando?

— ¡De nada! - dijo Ash.

— Yo iré a componer al bosque, cuando esté la comida, ¿me avisáis?

— Claro - dijo Serena.

— Hasta luego.

— Adiós - dijo Ash en mal tono.

— ¿Te pasa algo, Ash?

— No, no es nada. Me voy a vestir.

— Vale...

— No mires.

— Eh...

— ¡Es broma! - sonrió.

— ¿No te vas a cambiar en la tienda de campaña?

— ¿Eh? No...

— Qué suerte ser un chico... - susurró...

— ¿Has dicho algo?

      Ash estaba aprovechando para que Serena lo viera. En ese momento se estaba quitando la camiseta de tirantes y se quedó sin camiseta disimulando que no se seguía vistiendo por escuchar a Serena.

— Eh... - lo miró y se sonrojó -. Nada...

— Ohm... - se siguió vistiendo.

— Y pensar que me esforcé tanto secándote y te has enfermado de todas formas...

— Pero gracias a ti ahora estoy bien - terminó de vestirse y se sentó junto a ella.

— ¿Tú crees?

— Claro, Citron me ha contado que te quedaste conmigo secando mi sudor y mojando el trapo para mi fiebre. Gracias a ti ya no estoy enfermo.

      Ash estaba intentando decirle de manera disimulada que ya estaba sano y que ahora podría besarla sin contagiarla, pero ella no lo entendía.

— Bueno..., no es nada. Tú has hecho muchas cosas por mí.

— ¿Yo?

— Sí... gracias a ti... encontré un sueño... ser artista pokémon.

— Y lo haces de maravilla. Siempre que actúas te ves muy bien.

— Oh... G-gracias - se sonrojó.

— Serena... - tragó hondo - ¿T-te acuerdas de la noche pasada?

— ¿Eehh? - se sonrojó aún más.

— Ya no estoy malo - se sonrojó y apartó la mirada.

     Serena comenzó a reír mientras él lo miraba con duda y algo molesto.

— ¡No te rías de mí!

— Perdona... - paró de reír.

— Serena.... es sólo que... - la agarró de los hombros -. Tú... me gustas.

— ¿Eeeh? - se quedó paralizada.

     Ash cogió sus manos y las agarró. Luego se acercó a ella y la besó. Ella se quedó mirando a Ash. Este, soltó las manos de Serena y la cogió de la espalda. Ella posteriormente, cerró los ojos y puso sus manos en el pecho de Ash tímidamente.

      Ash, al sentir que ella temblaba levemente, empezó a acariciarle el pelo para tranqulizarla, cosa que dio efecto.

       Se separaron después de unos segundos y se quedaron mirándose.

— Serena... te quiero.

— Y-y-yo... también... - estaba roja hasta las orejas.

     Ash la abrazó un rato grande hasta que ella dejó de sentirse nerviosa y se separó de él.

— Qué bonito... ¿lo has visto, hermanito?

      Eureka estaba tumbada en el suelo, flexionando las piernas y apoyando la cabeza sobre sus manos mientras miraba a la pareja. Eureka estaba satisfecha.

— Eureka... no está bien espiar a los demás... ¿qué ha pasado?

— Se han dado un beso muuuuy largo y también un abrazo.

— ¿¡Quéee!? - se quedó paralizado.

— ¡Hermanito, se te quema!

— ¡Ooh! ¡Es verdad!

— ¿No estás contento por ellos?

— Bueno... sí.

— ¡Oy! ¡Ahí van otra vez!

— ¡A ver, a ver, a ver!

— Te lo has creído hermanito - se rió de él.

— Muy graciosa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro