Promesas Y Sueños Para El Futuro
En un Centro Pokémon situado en el bosque se encuentra una joven pelimiel sentada en el balcón de una habitación observando el cielo nocturno en compañía de su Sylveon.
— Sylveon estoy nerviosa —comentó Serena—. Ahora que logramos conseguir las 3 llaves de la princesa podemos competir en la clase maestra pero no se si tenga lo necesario para ganar.
— Claro que ganarás eres muy buena.
Serena dirigió su mirada hacia atrás, en el marco de la puerta estaba parado Ash junto a Pikachu.
— Perdoname Ash te desperté.
— No necesitaba un poco de aire fresco, ¿por qué estas preocupada?.
— No me siento lista para la Clase Maestra, tal vez ni siquiera pase la primera ronda.
— Serena no digas eso, tu eres una gran artista.
— Solo dices eso para hacerme sentir mejor.
— Claro que no he visto como has crecido, desde que participaste en tu primera exhibición hasta ahora.
— Pero hay chicas que nacieron para hacer artistas, otras tienen tiempo practicando mientras que yo solo tengo algunos meses y solo intente esto para escapar de los entrenamientos con mi madre.
— Tu piensas eso ahora pero no es verdad tan solo estas siendo negativa por la presión y los nervios.
— Pero…
— Recuerdas la primera vez que viste una exhibición Pokémon lo emocionada que estabas o cuando le dijiste a tu madre que no querías continuar con el entrenamiento para las carreras de Rhyhorn e incluso en tu primer exhibición la emoción y la adrenalina del momento.
— Si pero perdí la primera vez.
— Serena no siempre se gana a la primera. Mi primera batalla de gimnasio la perdí, mi primera Liga la perdí.
— Pero y la siguiente.
— Igualmente la perdí, he participado en 5 ligas y en todas he perdido pero he aprendido que no importa las veces que pierdas o ganes lo que importa es jamás rendirse.
— Gracias por siempre apoyarme Ash.
— Eres mi mejor amiga es lo menos que puedo hacer por ti.
— En verdad soy tu mejor amiga, y tus otras compañeras.
— Bueno contigo tengo demasiada confianza más que con mi otras compañeras, además de que jamás hemos peleado.
— Pues no veo la necesidad de discutir contigo, además también eres mi mejor amigo.
— Bueno antes era muy inmaduro y peleaba con mis otras amigas pero ellas eran insoportables, tu eres tierna y dulce conmigo.
— Bue... bueno eso es porque tu eres muy atento conmigo —contestó Serena sonrojada—. No podría enfadarme contigo.
— Te lo agradezco.
Ash se sentó junto a Serena mientras que sus Pokémon se alejaron de allí para darles privacidad a sus entrenadores.
Serena recostó su cabeza en el hombro de Ash para estar más cómoda, este de tenso por un momento pero decidió dejarlo pasar y disfrutar el momento acariciando el cabello de Serena.
— Ash dime, ¿qué piensas hacer cuando cumplas tu sueño?.
— La verdad no lo he pensado, aún quedan muchas regiones por recorrer y muchos otros entrenadores fuertes por todo el mundo. Si logrará ganar esta Liga tendría que hacerme más fuerte para derrotar a todos y al fin convertirme en un Maestro Pokémon.
— Y cuando logres ser un Maestro Pokémon.
— Eso aún no lo tengo claro, el futuro es incierto no se aún lo que me depare.
— Tienes razón.
— Y tu Serena, ¿qué piensas hacer?.
— Bueno tampoco lo tengo definido.
— Ya veo.
— No puedo decirle que comencé mi viaje tan solo para verlo a él de nuevo y entregarle el pañuelo —«pensó Serena»—. Aún no tengo el valor de confesarle que lo amó.
— Estas bien Serena.
— Si solo pensaba es todo.
— Bueno creo que es hora de que volvamos a la cama.
— No espera Ash, ¿podrías quedarte un rato más esto cómoda?.
— Si, me quedaré un raro contigo.
— Gracias.
De pronto por el cielo pasó una gran estrella fugaz, Serena cerró los ojos y pidió lo que su corazón más desea.
— Quiero estar con Ash —«pensó Serena» —. Ese es mi mayor deseo, cumple mi deseo por favor.
— Jamás había visto una estrella fugaz —dijo Ash—. Son muy hermosas.
— Si ya lo creó.
— Pediste un deseo Serena.
— Si, espero que lo cumpla.
— Verás que se hará realidad.
— Eso espero, no se que haría si no sucede.
— ¿Qué fue lo que pediste?.
— No te lo puedo decir, es secreto.
— Oh vamos Serena, acaso no confías en mi.
— Claro que confío en ti tonto, pero se dice que tiene que ser secreto o si no la estrella fugaz no lo cumplirá.
— No sabía eso, yo quería saber que fue lo que pediste.
— Pues no lo harás tonto, tu pediste ser campeón de la Liga.
— No está vez pedí otra cosa muy diferente.
— Es enserio Ash, pero tu siempre piensas en batallas.
— Pues está vez no, pedí otra cosa.
— Dime que fue lo que pediste.
— No te lo diré tú misma lo dijiste es secreto.
— Hummmmm —hizo un puchero Serena—. Eres malo.
— Te ves muy tierna cuando haces eso, lo sabias.
— ¿Lo dices enserio? —pregunto Serena sonrojada y Ash solo asintió como respuesta—. Gracias Ash.
— Estas muy roja, creo que es hora que volvamos o te podrás resfriar.
— Tranquilo estoy bien.
— Estas muy roja —dijo Ash y se quito su chaqueta azul—. Ponte esto para que no pases frío.
— Gracias Ash eres muy amable.
Serena le dio un beso en la mejilla y este al sentir el tacto se sonrojó, Serena al ver la cara de Ash sonrojada se sintió feliz de que causará ese impacto en él.
De nueva cuenta recostó su cabeza en su hombro para estar más cómoda y Ash inconscientemente comenzó a acariciar su cabello.
— Ash.
— ¿Qué pasa Serena?.
— Podrías prometerme algo.
— Si, que cosa.
— Cuando termine nuestro viaje nos tendremos que separar, prométeme que no me olvidarás como la última vez.
— Serena te prometo que no te olvidaré, la última vez no te recordaba por que te conocí cuando era un niño y mi memoria era muy mala pero te prometo que cuando nos volvamos a ver viajaremos juntos de nuevo.
— Es una promesa Ash.
— Bueno es hora de irnos, mañana partiremos de nuevo.
— Ash bueno yo quisiera bailar contigo.
— Serena te seré sincero no soy bueno para el baile y tu misma lo has visto.
— Cierto lo olvide.
— Pero te prometo que intentaré mejorar para poder bailar contigo.
— Gracias Ash.
— Bueno me iré a dormir.
— Buenas noches Ash, yo me quedaré unos minutos más.
— Esta bien que descanses.
Ash se acercó y le dio un beso en la comisura de los labios, se fue y dejó a Serena con toda la cara roja.
Los Pokémon observaron la escena y sintieron curiosidad, Sylveon fue junto a Serena mientras que Pikachu se subió a su cabeza.
— Pikachu te puedo contar un secreto.
— ¿Pika? Pikachu.
— Verás estoy enamorada de Ash pero no tengo el valor para decírselo, es muy frustrante.
— Syl Sylveon.
— Gracias por tu apoyo Sylveon, espero que la estrella fugaz cumpla mi deseo de estar junto a Ash.
— Pika Pika pikachu chu.
— ¿Me ayudaras Pikachu? —preguntó Serena y Pikachu asintió—. Gracias eres muy lindo por apoyarme.
— Bien chicos les prometo que no importa el tiempo que pasé Ash y yo estaremos juntos, ahora vámonos a dormir.
Serena se levantó y entró de nuevo a la habitación, mientras que los Pokémon veían aún las estrellas.
— Mi mayor sueño es estar con Ash y ser una familia feliz —«pensó Serena sonrojada» —. Haré todo lo posible para lograrlo, es una promesa.
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