eins
─entiéndelo de una buena vez, Minatozaki Sana─la más alta la tomó por los hombros remeciéndola un poco a la vez que intencionalmente acomodaba tomando una postura recta dejando que está la mirase directamente a los ojos, ambas tragaron en seco una vez sus ojos se clavaron en los ajenos. Por un lado Chou se mantenía con firmeza, sin miedo y comiéndose viva a su contraria, quién había encorvado las cejas dando a entender una suave expresión de temor, con un puchero en sus labios y bajando un poco su cabeza solo centrando sus ojos al rostro furioso de la menor.─me asustas, ¿No lo entiendes? Ya no me interesas, te he dejado de lado hace mucho y los pocos sentimientos que tenía por ti desaparecieron.
─es mentira.
─¡por supuesto que no! Ya basta de juegos, Sana. Ya basta.─ La soltó con brusquedad y le dio la espalda, en ese instante ya estaba cabreada y maravillada, pero no en buen sentido. Aquella chica le grandes ojos, linda sonrisa y baja estatura, que la había estado siguiendo durante toda su cita fallida, nuevamente, y que ahora tenía el descaro de aparecerse como si nada después de haberle regado toda su cita perfecta.
Los límites que había impuesto la última vez que se vieron estaban siendo rotos y atentaban contra la voluntad de Tzuyu, solo era un paso de llevarla hasta la comisaría, acusarla de acoso y meterle una jodida orden de restricción. Y es que, su relación significó algo en el pasado ya no era lo mismo, estás mismas actitudes espantosas y poco normales aceleraron la fecha de caducidad entre ambas y dejó morir todo sentimiento que una vez se guardó bajo la llave de su corazón.
"Seguirme a todos lados las veinticuatro horas del día, que normal... ella debe estar desquiciada" Pensó la menor, suspirando pesado y pasado la palma de la mano en su rostro viajando con frustración hasta su nuca donde la dejó reposar.
─ no estoy jugando a nada Tzuyu-ah, sabes muy bien que entre nosotras no ha terminado nada... Aún.─ replicó la pelinegra acercándose a pasos lentos por detrás de la morena─no soporté verte con esa tipa, se nota en su mirada que no tiene la misma visión que yo sobre ti─Tzuyu dejó escapar una risa con sarcasmo y miró al techo pestañeando un par de veces.
─ ¿cuál visión? Ah sí, la de seguirme hasta la casa de mis padres y luego exponerte tocando la puerta diciendo que pasabas de casualidad, qué cínica.─ se volteó y echo para abajo la mano de la mayor quien se había dispuesto a tocarla, lástima que su intención había sido interrumpida por ella.
─ tus padres me adoran.
─ si, lo solían hacer, hasta que se dieron cuenta la clase de loca que eras.
─ no estoy loca.
Tzuyu arqueó una ceja y haciendo una mueca burlona continuó:
─ tienes razón, no estás loca, estás demente.
─ ¡Basta Tzuyu, me estás ofendiendo, no me gusta que digas eso!─ la mencionada arqueó una ceja y sonrió de lado con ironía.
"Ella no tiene los cabos bien amarrados" pensó la morena.
─ Chaeyoung me ha dejado a mitad de nuestro encuentro, espantada. Ella se dio cuenta de que nos seguías desde que salimos del departamento, porque eres tan mala para espiar que quedó horrorizada incluso cuando te hiciste presente y me proclamaste como tu "novia".
Sana desvío su vista y frunció el ceño con coraje. Le molestaba tanto la presencia de esa chica, tanto como haberla visto tomar de la mano a su amada, cuando casi unía esos labios con los de Tzuyu y cual fue la gota que derramó ese inestable vaso el cual apenas lograba aguantar. Por dentro estaba quemándose viva gracias a su sangre hirviendo, ¿Cómo se atrevía esa desconocida a fijarse en Chou Tzuyu? Su Chou Tzuyu.
Posiblemente era la etapa de superación más forzada en la que la más alta había entrado.
─bueno, te he hecho un favor, te conozco y sé que chicas como esa tal Chaeyoung... No es tu tipo.─ Sana comenzó a rodearla en círculos a pasos lentos mientras pasaba su dedo indice sobre los lumbares de Tzuyu haciéndola estremecer con su toque. La contraria relamió sus labios y cerró la mirada agachando la cabeza ocultando su sumisa expresión. Sabía que a pesar de su odio y que ya tenía sentimiento nulo por la mayor, está aún tenía ese poder de poner su piel de gallina y enviar esa incómoda corriente por su espina con un sencillo toque.
─ no sabes lo que me gusta realmente, Sana.
La mencionada dejó escapar una risa a lo bajo y poso ambas manos sobre los hombros de Tzuyu aún detrás de ella. Y poniendo los pies de punta para alcanzar el oído de la más alta le susurró amenazante.
─ oh, Tzuyu, claro que lo sé... Todavía logro atraerte de cierta manera.─ Chou bufó con pesadez y rápidamente se volteó tomando a la castaña por la cintura y pegándola a ella juntando así sus cuerpos con brusquedad mientras que sus ojos la volvían a penetrar con intensidad, Sana tomó nuevamente su estado, tal y como se tenían al principio, solo que esta vez era diferente; si su mente no fuera tan delirante creería haber acertado con las palabras que le dijo a la más alta. La cercanía de sus caras y sentir ese cálido respirar chocando contra su pecho, las fuertes manos de Tzuyu agarrándola de la cintura y sus ojos marrones sin descuidarla un solo segundo.
─solo te lo diré una última vez, Minatozaki Sana. Aléjate de mí.
No, Chou Tzuyu, mi conciencia ha dominado por completo mi cuerpo y temo que pueda cometer cosas tan cuestionables, solo por ti.
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