Un poco de revuelo
-¿Viste que no uso gomina hoy en su cabello? ¡Ayer le dije que se veía mejor sin ella! ¿Será que fue por mi? -Pansy miraba de forma muy extraña a Harry de reojo, caminaban por el pasillo y el castaño no se contenía de jalonearla del brazo cada que tenía oportunidad, estaba emocionado, feliz y lo desbordaba por sus poros.
Esa mañana, Harry había decidido hablarle a Pansy cuando la vio pasar, hablándole de lo maravilloso que era Draco, la chica estaba de lo más sorprendida y extrañada que otra cosa, nunca en su vida se imaginó estar hablando con Potter sobre lo guapo que era Draco y qué tanto estaba enamorado de él.
-Eh... -No supo qué responder. Estaban en el pasillo camino a pociones, Blaise y Draco ya debían de estar en el salón esperándola.
-¿No te dijo nada sobre mi? Quisiera tanto que hablara de mi como lo hago con yo de él, pero entiendo que somos distintas personas y él puede avergonzarse al ser sincero. -Hablaba rápidamente Harry, zarandeando el brazo de la pelinegra.
-Bueno, no dijo nada, pero si se veía muy feliz esta mañana, Potter. -Respondió mientras veía como Harry daba una sonrisa radiante, hasta ella se sentía bien de verlo sonreír.
Siguieron caminando, Parkinson estaba sorprendida de lo bien que podía caerle el chico, ya sabía lo de la amortentia porque Draco se lo contó junto a Blaise, aunque ya debían suponer que todo Hogwarts ya estaba enterado de la noticia, después de que el castaño se le hubiera declarado en medio del pasillo. Terminaron haciéndose amigos durante el pequeño lapso juntos hacia la clase de pociones, curiosamente, cuando Harry era sincero con lo que pensaba, hacía más fácil el hecho de socializar.
Llegando al salón, el profesor que suplía a Snape todavía no llegaba, había gente hablando pero todos voltearon a ver la puerta cuando escucharon a Pansy y a Harry riendo al momento de entrar, todos tenían una mirada sorprendida, si bien, algunos sabían el asunto de la poción de amor, sabían que era con Draco ¿Por qué ahora se hacía amigo de una chica serpiente?
-Hasta luego, Potty. -Se despidió la chica con la mano y Harry le sonrió para terminar por irse al pupitre que compartía con Ron el cual no se contuvo para tomarlo de los hombros y preguntarle qué le ocurría.
Mientras, la chica se sentó al lado de Theo, al frente estaba Draco junto con Blaise, ambos volteando a verla apenas se sentó.
-¿Ahora eres amiga del niño-que-vivió, Pansy? -Preguntó Blaise con sorna, la chica le correspondió con una sonrisa y un asentimiento.
-Así es.
-¿Qué es eso de "Potty"? -Preguntó molesto Draco, tanto Theo, Pansy y Blaise lo miraron con burla.
-¿Eso son celos? -Preguntó Theo.
-Oh, si, son celos. -Respondió Blaise.
Comenzaron a reírse de Draco quien no supo dónde ocultar su cabeza por la vergüenza, se acomodó de nuevo en su sitio. -Claro que no, imbéciles. Cierren el pico.
De esta forma, al otro lado del salón, Ron regañaba a Harry, sujetándolo por los hombros y moviéndolo para que reaccionase.
-Puedo soportar que estés falsamente enamorado de ese rubio teñido, pero ¿Hacerte amigo de una serpiente por cuenta propia? ¡No te dimos ninguna poción para hacerte amigo de una serpiente! -Gritaba Ron de manera alterada, sacudiendo adelante y hacia atrás a Harry.
-Harry, no creo que sea lo más óptimo que seas amigo de Parkinson. -Sugirió Hermione quien estaba detrás de los chicos, compartía asiento con Neville quien solo escuchaba la conversación, no quería meterse en esos asuntos.
-Tenemos muchas cosas en común. -Se defendió Harry.
-Hablar de Draco no es algo común. -Dijo Ron.
El profesor que reemplazaba a Slughorn hizo su entrada, era un hombre amable, realmente joven y de cabellos rubios, con ojos miel que hablaba de manera dulce, parecía que apenas se había graduado hace poco, pareciendo de menos de 25 años. Se escucharon varios suspiros por parte de las chicas, felices por tener un profesor atractivo.
De esta forma, el hombre se presentó con el nombre de Fatly Gus, venía de Francia y sería suplente de Slughorn hasta que él regresará pero ni Harry ni Draco pusieron atención a la clase, tenían la mente en otra parte. Al terminar las dos horas de clase, todos se levantaron de sus asientos para irse.
-Señor Potter ¿Puede quedarse un momento? -Habló Fatly, estaba acomodando algunas hojas en el escritorio.
Sus amigos le dijeron que lo esperarían en la siguiente clase, Draco había alcanzado a escuchar que Potter tendría que quedarse, miró por el rabillo del ojo como el castaño se quedaba hablando con el profesor pero la puerta se cerró.
Pasados unos veinte minutos, Harry llegó a la clase de transfiguraciones después de explicarle a McGonagall que se había tenido que quedar hablando con el profesor suplente de Pociones, fue a sentarse con sus amigos, susurrando algunas cosas con una sonrisa y continuo la clase.
-Lo que hubiera dado por quedarme hablando con ese guapo hombre. -Susurro Pansy, Theo asintió con su amiga, claramente envidiando a Potter.
Draco frunció el ceño. -Ni siquiera es tan guapo.
Sus amigos lo miraron, Theo habló. -Ahora resulta que el miope eres tú y no Potter. Cuidado, te lo pueden robar.
El rubio gruñó y miró de reojo al castaño que ahora estaba escribiendo cosas en su pergamino.
<<Él ahora mismo me adora, imposible.>>
Pasando la tarde, Draco había estado viendo a Harry desde la distancia, el castaño solo hablaba emocionado con sus amigos sobre alguna cosa, desde que había estado con el profesor suplente, había estado hablando con una gran sonrisa. Draco se sentía incómodo.
Al momento de la cena, Draco salió antes del comedor, se sentía molesto por alguna razón, incapaz de comprender porqué ahora Harry no lo había estado buscando, arrugaba la frente de manera pensativa y fue a las mazmorras. Entró a la habitación que compartía con Blaise y se abalanzó a su cama, conciliando el sueño poco después.
A la mañana siguiente, fue algo similar al día anterior, Harry no se le había acercado, se sentía más molesto y sus amigos le recordaban continuamente que Harry se le iba a escapar de las manos sino hacía algo. Gruñó para sus adentros cuando la clase de pociones llegó, Harry había vuelto a sentarse con Ron, escribía cosas en su pergamino de forma concentrada.
Cuando terminó la clase, notó como Harry se quedaba al final de la clase, pensó que tal vez solo serían veinte minutos como la vez pasada, así que fue a su clase, esa no la compartía con los Gryffindor, pero la cuarta clase sí, esperaba ver al castaño pero no fue grata su sorpresa cuando solo vislumbró a Granger y Weasley conversando.
No aguanto y termino acercándose con prepotencia, aquella que lo caracterizaba.
-¿Dónde está el imbécil de imbéciles? -Preguntó con la frente arrugada, los chicos lo miraron como si fuera un marciano. -¿Dónde esta?
-¿Harry? -Preguntó Hermione, Draco asintió. -Mmm... ¿Por qué quieres saber?
-¿Por qué te debe de importar, Malfoy? -Preguntó esta vez Ron a la defensiva.
-Sólo quiero saber porqué no me ha molestado para agradecerle de que no esté a mi alrededor como mosca muerta. -Se estaba impacientando, golpeó su pie con el suelo.
Hermione pareció evaluarlo por el momento, Ron iba a insultarlo pero está lo detuvo. -Está en pociones.
Apenas termino de hablar la chica, Draco ni siquiera le agradeció cuando salió caminando enojado hacia el salón de pociones, ni sabía si el salón estaba ocupado, apenas divisó la puerta, vió a Harry delante de la silla del profesor, el castaño le acariciaba el cabello con atención y el hombre se dejaba hacer, eso exaltó más a Malfoy, sintió sus orejas calientes del coraje.
De inmediato, se acercó a Harry con pasos pesados, llamando la atención del dúo que lo miraron confundidos. El rubio agarró el brazo de Harry que estaba acariciando el cabello del profesor y lo jaló hacia él.
-Escúchame bien, profesor Flupy, Duffy o cómo se llame, lo demandaré con el ministerio si sigue así con Potter. Lo que hace es ilegal. -Bramó Draco con enojo, agarraba con fuerza el brazo de Harry.
-Esta equivoc- Draco no lo dejo terminar, se dio la vuelta junto con Harry, saliendo del salón.
Draco sujetaba la muñeca del otro con fuerza, dirigiéndose a la sala de menesteres, sintió como Harry se removía un poco de forma incómoda pero no le importó hasta que entró a la sala la cual se cerró después de que ambos estuvieran encerrados.
-Draco, me lastimas un poco. -Se quejó Harry intentando hacer que suavizará el agarre.
El rubio paro el paso, mirándolo enojado. -Se supone que estás bajo amortentia pero parece que eso no te detiene de estar detrás de otros. -Dijo con molestia, seguía sujetando a Harry por la muñeca pero este ya no dijo nada sobre el agarre.
-¿Qué? ¡No! -Negó Harry rápidamente, Draco apretó los labios. -Es un malentendido.
-¿Malentendido? Desde ayer ni siquiera me miras, parece que ni una poción de amor puede hacer que te quedes enamorado de mi. -No notó como su voz enfurecida se fue apagando, para formarse un susurro al final. El enojo había disminuido, ahora solo sentía una incomodidad en el pecho.
-No, Draco. -El rubio sintió como Harry le acariciaba con la mano libre la mejilla, eso hizo que el mencionado elevará la vista, chocando sus miradas. Harry lo miraba de forma cálida, sintió como algo se removía dentro de él. -El profesor me estaba ayudando en algo.
-¿En qué? -Vió como Harry sacaba un pequeño frasco de vidrio que estaba dentro de su túnica, se lo tendió a Draco quien lo sujeto analizándolo.
-Sé que te encanta tu cabello. -Confesó Harry, un poco sonrojado. -A mi me gusta realmente tu cabello.
Draco había soltado la muñeca de Harry para abrir el frasco con atención, le llegó a la nariz un olor a menta de dentro, tenía una sustancia de color blanco que parecía crema pero con algunos destellos que jugaban con los colores morados y dorados.
-El profesor tiene un color de cabello muy similar al tuyo, entonces le pedí ayuda para hacerte una crema para cuidarlo. Ayer él habló conmigo para preguntar porqué mis calificaciones son tan bajas en la materia, entonces quedamos en hacer esa crema, aprovechando que me explicara el procedimiento. -Comenzó a explicar con una voz tímida. -Por eso le acariciaba el cabello, estábamos probandolo.
Definitivamente, Draco sintió algo en el pecho, un calor muy reconfortante pero también muy avergonzado.
-Sólo me gustas tu, Draco.
¿Desde cuándo le gustaba que Harry dijera su nombre? No lo sabía, solo supo que lo siguiente que pasó, fue que Harry se acercó lentamente hacia él, con ambas manos en sus mejillas, con los ojos cerrados y el frasco de vidrio que Draco aún tenía en sus manos pero esta vez en la altura del pecho de ambos.
Harry lo besó.
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