Nada pasó
Draco solo se había quedado de pie, no cerró los ojos, viendo solo como Harry sí, sentía los labios suaves del castaño moviéndose contra los suyos hasta que fue separándose poco a poco, pudiendo ver cómo los ojos verde bosque lo miraban con cariño.
El castaño le sonrió con ternura, aún con las manos en sus mejillas pero las termino alejando poco a poco, el rubio sintió la ausencia del calor de ellas pero no lo menciono en voz alta. Potter busco las manos de Draco que aún estaban aferradas al frasco.
-Te ves realmente lindo cuando estás sonrojado. -Comentó Harry con una voz llena de amor, Draco contuvo la respiración.
-Tengo que ir a disculparme con el profesor. -Dijo finalmente, Harry soltó una risa y asintió. Malfoy se acercó a la puerta pero antes de cruzarla, miró al chico con intenciones de hablar, boqueo algunas veces pero no dijo nada al final y se marchó, dejando a un atolondrado chico que estaba tan feliz que quiso gritar a los cuatro vientos que al fin había besado a Draco Malfoy.
El rubio se dirigía a paso agigantado al salón pero disminuyó el paso conforme estaba lejos de la sala, se apoyó en la pared y dirigió su mano al lado izquierdo de su pecho, sintiendo como si su corazón fuera a salirse del pecho. Miró el frasco por un momento y no pudo evitar sonreír un poco.
Ahora sí, llegó al salón de pociones, tocando la puerta con pena, apenas unos toques bastaron para que una voz varonil lo invito a pasar, haciéndolo para mirar como el profesor estaba escribiendo algunas cosas en unas hojas, levantando la mirada para encontrarse con Draco. Hubo un silencio incómodo.
-Em... -Se trago todo su orgullo, le costaba mucho pero tenía conciencia, al menos la mínima necesaria. -Discúlpeme por haber malinterpretado la situación con mi compañero de clase.
El hombre sonrió un poco, le recordaba de cierta forma al profesor Lupin, con un aura amigable. -No tengo nada que disculpar, usted no sabía la situación, la juzgó como creyó necesario pero que bueno que se pudo aclarar.
Draco asintió lentamente, sin saber que decir, decidió despedirse rápidamente e irse a cenar.
-Cuide mucho al señor Potter, señor Malfoy.
Draco se sonrojo y no respondió, salió casi corriendo del salón, solo esperaba a que Slughorn regresará pronto para que ese hombre se fuera, no porque lo odiara, sino por la vergüenza de tener que verlo los días de clases que quedaban.
Cuando entro al comedor, vislumbró a Harry sentado con sus amigos, les hablaba eufusivamente sobre algo, pero ya suponía de qué se trataba cuando tanto Granger como Weasley lo miraron de una manera penetrante, fingió no verlos y se sentó con sus amigos.
-¿Por qué llegaste tarde hoy, Draco? -Preguntó Crabbe mientras comía una pata de pollo.
-Sólo algunas cosas pasaron. -Se negaba a contarle a sus amigos lo que había pasado, se sentía sumamente apenado.
-Potter llegó hace poco ¿Estaban haciendo algo juntos? -El tono sugerente de Pansy lo sobresalto, se había vuelto buena en adivinaciones.
Negó con la cabeza. -No, nada.
Sus amigos no se conformaron con la respuesta, comenzando a molestarlo pero los ignoro lo más que le fue posible hasta que termino la cena, se dirigió a su dormitorio junto con Blaise.
Apenas tocó la almohada de su cama, Blaise le habló. -¿Draco, pasó algo hoy?
El rubio parecía pensar a profundidad qué decir, sabía que podía confiar en el moreno, realmente podía confiar en todos sus amigos pero él era su mejor amigo. -Potter me besó. -Dijo en un susurro, casi en un decibel imperceptible.
Blaise lo escucho perfectamente, mirándolo sorprendido pero después relajo su rostro. -Bueno, es entendible viendo la situación ¿No? -Draco no respondió, solo llevo la manta hasta su cabeza. -¿Te gustó que te besará, Draco?
El rubio no respondió, solo atino a decirle un buenas noches, escuchando como Blaise se acomodaba también para dormir.
-Sólo ten cuidado. Sabes que está bajo una poción, la amortentia no crea amor real, lo sabes bien. -Dijo Blaise después de apagar las luces.
Claro que lo sabía, era el mejor en Pociones, conocía todo sobre la amortentia después de todo. Suspiró repitiéndose "Sé que es por la amortentia."
Llegando la mañana, Draco se ducho como comunmente, terminando de hacerlo, acomodó su uniforme y su cabello, apunto de abrir su crema para peinar que siempre usaba, dudo unos segundos para después abrir el frasco de vidrio que Harry le había dado, lo puso en su cabello, la fragancia a menta lo embriagó un momento, le gustaba la sensación, su cabello se veía claramente más brillante, no evitó sonreír. Miró también el bote de gomina que tenía pero la dejo sin usarla.
Salió de la habitación, Blaise ya no se encontraba dentro pues él era de las personas que deciden bañarse por la noche. Salió para encaminarse al comedor hasta que su brazo fue atrapado con brusquedad y se vio siendo estampado en la pared del pasillo, sintiendo una varita tocar su mandíbula.
-Escúchame bien, Draco Malfoy. -Amenazó la chica, era Hermione que lo miraba con enojo. -Deja a Harry, evita estar jugando con él, aunque este bajo una poción, no es de mi gusto ver cómo te diviertes con él como si fuera un juguete.
-¿Qué? ¿De qué hablas?
-Lo que oíste. Deja a Harry. Mantente alejado estos dos días que faltan para que el profesor Slughorn vuelva de su viaje y le quite esos efectos de la poción. -Habló Hermione quien se alejó de Malfoy, el rubio parecía decaído de un momento a otro, la chica se mostró curiosa.
-¿Dos días? -Preguntó, parecía que había sido lo único que había escuchado de la castaña. Ella asintió. -¿En dos días Potter volverá a ser Potter? -Volvió a preguntar, decaído.
-Sí, Malfoy. Así que solo aléjate dos días. -Respondió por última vez y se volteó para irse, dirigiéndose al comedor.
Esa mañana, Draco no se presentó a desayunar ni a las primeras dos horas de clases, preocupando tanto a sus amigos, como a Harry que lo buscaba. Apenas vió al grupo de amigos de Draco, se les acercó como si nunca hubiera existido un historial de peleas y discusiones entre ellos.
-¿Han visto a Draco? -Les preguntó el castaño mirándolos con preocupación en su voz.
-Lo mismo íbamos a preguntarte, Potter. -Respondió Theo que mordió el interior de su mejilla.
-¿No lo has visto hoy? -Preguntó Goyle con su usual voz grave. Harry negó entristecido, creyendo que algo le había pasado.
-Quizas este donde pasó lo de ayer. -Sugirió Blaise, sin decir directamente que había sido donde Harry había besado al rubio, por suerte, este lo captó enseguida, sonriendo y despidiéndose.
-¿Qué cosa pasó ayer? -Preguntó Pansy con las manos en la cadera, queriendo sacarle información que Blaise le negó.
Harry caminaba por los pasillos hasta que llegó a la pared donde usualmente entraba a la sala, pero algo extraño estaba pasando, la puerta no se manifestaba en la pared como siempre lo había hecho. Algo le decía que Draco estaba adentro y no quería que entrara, haciendo que la puerta impidiera su paso.
Tocó la pared, esperando que Draco lo escuchara. -¿Draco? ¿Podemos hablar? -Preguntó pero no escucho ninguna respuesta.
Decidido, se sentó en el piso bajo algunas miradas de estudiantes que pasaban de vez en cuándo. Podía ver a través de las ventanas que estaba atardeciendo, pronto sería hora de la cena, había faltado a la mayoría de sus clases y sabía que McGonagall lo regañaría al día siguiente pero no le importó, solo quería saber si Malfoy estaba bien.
Escuchó como la puerta se manifestaba, se levantó rápidamente y espero, lentamente fue abierta, mostrando a un rubio sin su túnica, solamente su camisa blanca junto con su corbata de Slytherin, apenas lo vio, quiso abalanzarse a darle un abrazo pero se contuvo, quizás el rubio necesitaba espacio así que se lo dio.
-¿Estás bien? -Preguntó con precaución, Draco se alejó de la puerta, así que terminó por entrar y cerrarla detrás de él. -Tus amigos se preocuparon mucho hoy. -No recibió respuesta, Draco se volvió a sentar en uno de los sillones que había frente a la chimenea, había algunos libros regados por el piso, supuso que la había pasado leyendo. Dudativo, se acercó al sillón para sentarse al lado de Malfoy quien estaba mirando el fuego. -¿Es por lo de ayer? Lo siento si te incomode, ya te lo había dicho, pero mi intención nunca será incomodarte, perdón.
Draco negó con la cabeza. -No me incomodaste.
Eso pareció encender una llama dentro de Harry, feliz de saber que no lo había incomodado al darle un beso. -¿Por qué estás así, entonces?
El rubio parecía pensar lo que iba a decir hasta que lo miró a los ojos, sorprendiendo a Harry la sinceridad que reflejaban. -¿Sabes que todo lo que estás haciendo es por una poción, cierto? -Preguntó casi en un susurro.
Harry comprendió todo, sujeto la mejilla de Draco con delicadeza, sintiendo la calidez de su piel. -Aunque sea así, sé que cuando pase el efecto, seguiré amándote. -La confesión de Potter hizo que el chico sintiera empañados sus ojos, viéndolo un poco borroso. -¿Puedo besarte?
Así, Draco asintió. -Bésame, Harry.
Cumpliendo el cometido, el castaño se acercó a Draco para depositar un beso, emocionado por escuchar su nombre salir de los labios de su amado.
Aún si fuera su amado solo por un día más.
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