Epílogo
Habían pasado años de aquello, en este momento se estaban graduando en Hogwarts, dirigiéndose al baile de magos graduados. Habían pasado muchas cosas, desde que comenzaron a salir públicamente, Hermione y Ron se disculparon con Draco por haber sido tan fastidiosos con el tema de Harry bajo amortentia, querían protegerlo solamente, sin pensar en que también la estaba pasando mal, el rubio también se había disculpado por todo, lamentando el haberlos molestado tanto, finalmente, ambos grupos de amigos se terminaron fundiendo.
Pansy se había disculpado con Hermione por haberla molestado también, ella le correspondió la disculpa, de esa forma, se habían vuelto grandes compañeras y complices mutuas, pensaban muy similar ahora que no se peleaban a cada rato que se veían. Ambas eran personas maternales, explosivas e inteligentes, congeniaban muy bien. Ron se había vuelto muy cercano a Blaise, Crabbe y Goyle, con los dos últimos más que nada por su amor a la comida y con Blaise por el humor que tenían, un poco ácido pero sin querer dañar realmente.
Había sido extraño los primeros días que salieron juntos, si de por sí era algo totalmente raro que Harry fuera de la mano con Draco, ahora ver al trío de oro con varios Slytherins y tratándose como amigos, era aún peor. Muchos rumores habían empezado a circular, como que Draco había estado dándole amortentia nuevamente o que todos estaban bajo una poción obra de Voldemort. Cosas de lo más disparatadas.
Después de semanas, todo se calmó, ya no había rumores, algunos susurros sí, pero esos siempre siguieron aún en la actualidad, solo aprendieron a ignorarlo. Lucius y Narcissa se enteraron un día de verano en el que Draco los cito en el comedor de la mansión, hablando con ellos cuando en eso, tocaron la puerta, siendo presentado Harry Potter por un elfo. Hablaron con ellos y, aunque a Lucius no le gustará la idea, termino aceptandolo. Narcissa estaba feliz por ellos, no tardo en darles su bendición y forzando a que su esposo hiciera lo mismo.
-Espero adopten pronto algún bebé. -Dijo al aire la mamá de Draco con aire soñador, poniendo rojos a ambos chicos pero no negaron nada, mientras, Lucius luchaba por no escuchar más.
Habían pasado algunos inviernos ya fuera en hogar de los Malfoy o en el hogar de los Weasley, estos habían recibido bien a Draco, Ginny y Molly lo juzgaron al inicio pero finalmente se ganó su cariño, ahora Ginevra no dudaba en lanzarse contra alguna persona que le dijera algo a su cuñado en Hogwarts. Aún después del evento con Voldemort, Draco había estado de su lado, Narcissa y Lucius habían apoyado a Harry, huyendo de su mansión y refugiándose con la familia de Ron mientras la guerra sucedía.
Tantas cosas habían pasado en esos años, hasta que aquí estaba. Draco estaba apoyado en la pared al final de las escaleras junto con Ron, esperando a sus citas del baile. Escucho un suspiro y sonrió cuando se topó con Harry que vestía un esmoquin que habían elegido juntos y que hacía juego con el de Draco, el del castaño era de color negro, con detalles blancos y el de él, era de color blanco y detalles negros. Se miraron enamorados.
Ron estaba igual, mirando a Hermione, enamorados. Draco le ofreció el brazo a Harry que lo envolvió gustoso, rieron por la elegancia y se dirigieron al salón de baile que antes era el comedor, había luces en el techo, de color amarillas, era de noche, había profesores, familias y alumnos en todos lados. Se toparon con los padres de Draco a quien saludaron con sus manos y los padres de Ron a quienes también saludaron con una sonrisa.
Harry había sido invitado a abrir el baile junto con Ron, ambos empezando a bailar juntos con una música emocionante, dando fin a todos los martirios que la gente había tenido que pasar.
-Ya no eres tan torpe bailando, Harry. -Dijo Draco con sorna, el mencionado le correspondió.
-Tuve un gran maestro.
-Y uno muy atractivo.
Rieron, bailaron un largo tiempo, todos comenzaron a integrarse, lograron divisar a Narcissa con Lucila que bailaban elegantemente, rozando sus narices, pudo ver cómo Ron bailaba con Hermione de forma similar, más torpes que otra cosa. Pansy bailaba con Blaise, como mejores amigos. Theo bailaba con Neville, después de mucho tiempo de intentos de conquistas, logro que Longbottom se fijara en él, Harry se había sorprendido cuando supo que estaba enamorado de su compañero de dormitorio pero lo ayudo a acercarse al chico. Crabbe y Goyle comían felices, algunas chicas los invitaban a bailar pero las rechazaban, sospechaba que eran arromanticos pero ella ni siquiera sabían el significado de ello, así que no lo abordaron realmente.
Miró nuevamente los ojos de su novio, totalmente embelesado, maravillado de poder tenerlo entre sus manos. No evitó besarlo, no había notado que muchas parejas se habían sentado, escucharon vitoreos de la gente y se separaron avergonzados.
-¿Vamos afuera? -Preguntó Harry en un susurro en su oído.
-Sí, por favor. Aquí adentro se está poniendo sofocante.
Rieron y, tomados de la mano, salieron con prisa. Fueron a los fines del castillo, mirando el cielo estrellado, algunas parejas estaban igual que ellos, huyendo del bullicio. Caminaron un poco más hasta encontrarse con el lago negro, aquel en el que Harry se le había declarado. Sintieron una calidez.
Harry detuvo el paso, haciendo que Draco lo mirará confundido. -¿Qué pasa?
Harry se aclaró la garganta nervioso. -Draco Lucius Malfoy. -Llamó con cariño, haciendo que el mencionado se riera.
-¿Y eso qué dices mi nombre completo? ¿Me vas a regañar?
Harry negó con la cabeza, divertido. Saco un frasco de vidrio dentro de su traje, lo miró confundido, era el mismo tipo de frasco que le había dado hace años, el cual tenía crema para cabello, aquella que había hecho específicamente para él. Harry después le había hecho más pero se lo daba en botes de plástico para evitar que se rompiera de nuevo, luego de platicarle que intento recoger todos los trozos en un ataque de tristeza y se haya herido los dedos.
Pero aquel delante de él, era el mismo frasco, le dio muchos recuerdos, sonrió enternecido y acepto el frasco, abriéndolo, esperando encontrar crema para peinar pero solo vió un pequeño objeto de fondo. Dudoso, volteó el frasco arriba de su mano, haciendo que el objeto cayera, ahogo un jadeo cuando vio lo que había caído.
Un bello anillo plateado, tenía incrustado una pequeña esmeralda.
-¿Harry? -Preguntó para esperar una explicación, para saber si debía emocionarse.
El castaño se arrodilló y así, delante del lago negro, en la noche de graduación, Harry Potter le pidió matrimonio.
Se acercaron en un abrazo eufusivo y se besaron como si no hubiera fin, al regresar, Draco ya no tenía puestos sus guantes blancos, reuniendo a sus amigos para darles la noticia, todos gritaron emocionados.
Lejos de ellos, McGonagall los miraba enternecida, se dirigió a paso elegante como un gato hacia los gemelos Weasley.
-Bien ¿Cuándo les dirán? -Preguntó la mujer con voz calmada pero sobresalto a los gemelos que la miraron nerviosos.
-¿Qué cosa, señora? -Hablaron al mismo tiempo.
-Que la poción que consumió el señor Potter no era amortentia. -Los gemelos se miraron con nerviosismo.
-Les diremos pronto. Quizás después de la boda. -Y así, escaparon de la mujer que los miro con la boca torcida.
-Tenemos que decirle a Harry que lo que consumió en realidad era un chocolate de Veritaserum. -Empezó a hablar Fred.
-Cuando movimos los chocolates como una broma, no creíamos el efecto mariposa que se haría.
-¿Crees que se molesten?
Ambos compartieron una mirada. -Sí, se van a molestar.
Ambos gemelos se acercaron a la feliz pareja para felicitarlos por su pronta boda.
Luna los miraba desde lejos, con una sonrisa risueña, siempre había sido una experta en escuchar las conversaciones de los demás sin que se dieran cuenta. También se dirigió a felicitar a Draco y Harry.
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