Parte 1
La matutina melodía depresiva, el maldito despertador haciendo su horrible "ring" que la hace despertar de su agradable experiencia onírica. Vanessa decidió quedarse acostada, escuchando el timbre del despertador, sin querer hacer nada. Pasaban los segundos con el audible "ring", el "clack" de los engranajes, el ruido sordo de su habitación, el cantar de las lechuzas y el goteo del agua.
Pasando los segundos, los minutos. Tras 15 minutos de quedarse en blanco, Vane decidió levantarse, a regañadientes, de su cama. Una joven Zombie Drone de pelo blanco y ojos dorados, ella quedó sentada al borde de la cama, observando con detenimiento su habitación hasta que sus ojos se cruzaron con el dichoso reloj, el cual seguía sonando con aquellos mismos estridentes "rings".
Sin expresión, sin emoción, sin vacilación, Vane usó su cola para agarrar el objeto y lanzarlo contra la pared. Causando la rotura de sus cristales, pero, igualmente, el maldito ruido seguía ahí. En esta ocasión, Vanessa agarró el reloj y lo lanzó por la ventana, hacia el frío y duro pavimento.
Vanessa optó por quedarse mirando por la ventana, viendo el típico clima de su hogar. Un aguacero y nubes negras, una lluvia brutal que inunda las calles, y una fuerte corriente de viento que acabó golpeando a la chica forzándola a cerrar la ventana.
Una vez el molesto ruido desapareció, la mirada de Vanessa vago por su cuarto, deteniéndose en su destendida cama. El cálido recuerdo de su sueño volvió a su mente cuando se cruzó con la humedad de las sabanas. Recordando el volátil deseo lascivo, su cuerpo experimenta un ansioso deseo. Un agradable pero incómodo hormigueo dominó su zona abdominal, a continuación, su peluda cola acabó derribada contra el suelo, quedando la cabeza apoyada contra la manta que previamente Vane tiró al suelo. El apéndice cárnico empezó a sacudirse esporádicamente, en unos espasmos sorpresivos y de su boca dentada empezó a rezumar una brumosa baba.
Sin volver en sí, la chica caminó por su cuarto hasta llegar a su cuarto de baño. Tañendo la cabeza gacha, Vane llegó hasta su lavamanos. El inquisitivo goteo constante, gota a gota que caía del grifo creaba un fastidioso ruido.
Suspirando, la jovencita se quedó mirando el progresivo destilamiento. La primera gota, la segunda gota, la tercera gota... séptima gota, octava gota... doceava gota... y al caer la décimo cuarta gota, Vanessa no aguantó más y abrió el grifo con su mano derecha, dejando caer la corriente contenida. Pero cuando subió su otra mano, pudo ver una grotesca garra que amalgama hueso, carne orgánica y su carne metálica, además de un atento ojo amarillo que la observa directamente.
Acercó su mano y su garra al frío chorro de agua para limpiarse la cara, y acto seguido mirarse al espejo. Viéndose a sí misma, ahora su pantalla refleja una cruz blanca inexpresiva y una mueca igual. Pero, la cruz se centró en una pequeña foto pegada en el espejo, una imagen de una pequeña niña peli blanca tímida junto a un drone de pelo plateado, casi grisáceo, sonriente.
Inexplicablemente, la mueca sosa de Vanessa acabó siendo sustituida por una sonrisa sombría. Sus labios abiertos y curvados hacia arriba, dejando ver sus dientes y colmillos, se intensificó cuanto más observaba la foto. Siendo una sonrisa depredadora, una confusa señal de amor distorsionado.
Sin haberse percatado, su cola estaba a la par de ella, mirándose también en el espejo. Vanessa se percató de que en las fauces de su cola estaba sujeto un peluche de trapo. Un muñeco con una apariencia perturbadoramente similar al chico de la foto. El mismo pelo, aunque en este caso es trapo, gris y desordenado. Unos dos botones amarillos, uno colgando del rostro. Incluso la misma expresión facial, una sonrisa felizmente amigable.
Sin embargo, a pesar de aquellas similitudes, había algo realmente inquietante. Sus rasgos parecen distorsionados, como si estuvieran atrapados en agonía. Una sonrisa torcida y desproporcionada, una mueca de felicidad loca. Sus ojos, a pesar de sus semejanzas, carecen de color y calidez, irradiando una vacuidad fria.
Lentamente, la cola acercó el peluche a Vanessa y lo dejó caer sobre sus manos. La zombi se quedó admirando su adorable muñeco. Cada vez que sus ojos se posaban en él, una mezcla de atracción y satisfacción. Por otro lado, Vane estaba fascinada por la perfección de su imitación, por la ilusión de tener a su objeto de devoción y obsesión tan cerca de ella. Sonriendo felizmente y hablando con delicadeza y timidez. "Ho-hola Noah." Era como si aquel manto de misticismo y lúgubre se hubiera esfumado, y la zombie drone se hubiera transformado en una pequeña, tímida y alegre chica.
Ella esperó unos pocos segundos y sonrió como si hubiese obtenido respuesta. "Hoy volví a soñar contigo... fue muy bonito y perfecto..." La sensación de hormigueo, que aún persistía, acabó explotando en ella al inhalar el dulce aroma a girasoles del peluche, terminando por propagar aquel picazón hacia su región pélvica y calentando todos sus sistemas.
No era de extrañar que ella estuviera en su estado Zombie pues está hambrienta. Pero este caso se debe, realmente, a aquel sueño húmedo y su necesidad de estar con él.
"Te necesito... ¡Te necesito, Noah! ... Tengo que marcarte, tengo que hacerte mío... eres todo lo que necesito, eres todo, todo lo que amó... Debes ser mío, completamente mío... Tu y yo estamos destinados, Noah. Eres mío, y siempre lo serás. Me asegurare de que solo puedas verme a mi... Te amo Noah." Susurro mientras acercaba el peluche a su cara.
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Pasado un tiempo, Vanessa se había duchado y arreglado. Asegurándose de lucir lo más linda posible, un top, una chaqueta corta, una falda corta a cuadros y unas medias hasta las rodillas, y en sus manos estaba sujetando unos lentes redondos, mirándolos inquisitivamente, con una pizca de odio, pero calidez.
...
...
"¿Qué sucede, V?" Preguntó un niño de ojos dorados que miraba preocupadamente a la mencionada. Apoyo una de sus manos en el hombro de la niña.
"Todos... snif ... todos se burlan de mis lentes... ¿Soy tan fea, Noah?" Una niña de aspecto tímido preguntó en llanto al chico. La pequeña acabó estallando en lágrimas y golpeó su cara con su brazo para derribar las gafas contra el suelo, y rápidamente, la niña cubrió su cara con las palmas de sus manos.
"V... mírame por favor." El niño trató de usar sus manos para apartar las de Vane, quien se oponía a los movimientos del chico. "No... déjame... soy un monstruo... soy horrible..." Forcejeando con su amigo, la chica trató de separarse desesperadamente de él, pero la fuerza del menor era mayor y logró separar las manos de su pantalla y así ver el visor lagrimeando y enrojecido de Vanessa.
Dejando salir un sollozo amargo, Vane vio de primera mano el rostro triste y preocupado de Noah, quien la miraba con una angustia que opacaba su normal luz. Los labios del chico se curvaron hacía abajo reflejando su angustia y preocupación. "V... no digas eso, tu eres maravillosa tal y como eres. No le hagas caso a esos idiotas." Vanessa acabo riendose de las palabras de Noah, ya que normalmente él no suele decir nada feo a nadie. Recordando que lo más agravante que él decía es 'Biscuits' y cosas relacionadas a las galletas.
"Ves, cuando te ríes te ves más linda- Biscuits... yo no... no quería..." Las palabras comenzaron a trabarse en la boca del chico, siendo incapaz de formular o relacionar las letras. Algo que hizo alegrar más a Vanessa, algo que hizo que ella riese más, algo que hizo que ella lo amase...
...
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Algo que solo le puede pertenecer a ella, algo que solo ella tiene el derecho de ver. Ella es la única que merece el cariño de Noah. "... Te... ¿te parezco linda? ¿No soy fea?" Preguntó con timidez y vacilación, mientras escondía su boca con sus manos. "No digas eso, Vane."
Mirándola con mayor preocupación, afecto y empatía. "Tu eres preciosa V, no digas cosas tan horribles de tí." Le dijo tranquilamente mientras le daba palmaditas en la cabeza y el propio rostro de Noah reflejaba un sonrojo de vergüenza total. "...Noah∼" Presenciando a su amado amigo con un sonrojo mucho peor que el de Noah.
Vanessa no se percató que el niño le había vuelto a poner sus lentes y con ello pudo ver mejor a Noah, viendo con claridad todas las facciones de vergüenza y como él trataba de desviar la mirada. "Lo ves, eres hermosa con tus gafas..." Dijo para luego desviar la mirada.
Vanessa hizo una pequeña risita tierna que hizo que Noah se sonrojara más, y sin esperarlo, la chica se lanzó contra Noah y le abrazó por la espalda. Enterrando su rostro en la espalda del joven y empezó a sollozar ahí. Cosa que preocupó a Noah, y terminó volteando para corresponder su abrazo.
Un suave achuchón lleno de amistad y amor, demostrando el afecto mutuo de la pareja. Noah agarró la barbilla de Vera y la alzó para que ambos se miraran directamente. Los orbes resplandecientes como el sol, que miraban inquietamente a V. Por otro lado, Vanessa reflejaba un rostro de vulnerabilidad y fragilidad, suspirando suavemente, unos ojos brillando de tristeza y desesperación, sus labios temblaban ligeramente, tratando de reprimir una mueca de dolor y un sollozo débil. "Vanessa, ¿Qué sucede?"
"Noah... tu... ¿por qué nadie quiere estar conmigo?" La doncella se encogió más en los brazos de su amado. "Vane, tu no estás sola, somos amigos." Respondió cálidamente.
"Vas... ¿Vas a estar conmigo? ... y... ¿y si tú me dejas como el resto?" Pero la chica fue abruptamente detenida por Noah. "V, no te voy a dejar, eres mi amiga. Eres muy importante para mí" Afirmó el chico con mirada seria y preocupada. "Pero... pero nadie quiere estar conmigo... ¿tú también me dejaras?" Levantó los ojos con sutilidad y una mezcla de tristeza y anhelo. Noah se inclinó hacia delante, profundizando el abrazo, queriendo consolarla. "V... estoy aquí para ti, siempre lo estaré. Eres mi amiga y te quiero."
Noah terminó de rodearla con sus brazos fuertemente, tratando de reconfortarla. "Gracias Noah, no se que haría sin ti, te necesito... snif... nunca me abandones... no lo hagas porfavor." Bajo la mirada con un titubeo melancólico, suspiro contra el cuello de Noah, donde estaba escondida su cabeza, y, por último, apretó ligeramente el abrazo como si temiese el abandono.
"Por supuesto que no Vane, eres muy importante para mí, jamás te abandonaría. Te prometo que siempre estaremos juntos." Habló con serenidad, afecto y amor hacia su amiga, no queriendo dejarla, ni queriendo verla mal. Él solo desea lo mejor para ella.
La pequeña Vanessa sonrió suavemente, sin ser vista por Noah, asegurándose que Noah nunca la abandonará, nunca la dejara, que él solo tendría ojos para ella. Por su rostro caían lágrimas de felicidad y amor, fortaleciendo el lazo mutuo.
...
...
Terminando de recordar su adorable recuerdo con su amor por el ruido de su teléfono. Otra alarma empezó a sonar, pero en esta ocasión le recordaba que debe irse a la escuela y poder verle, a él.
Sin dudarlo más, Vanessa se puso las gafas que tanto amaba Noah, el símbolo de su amor, la muestra de que Noah siempre la amara. El propio Noah le dijo a ella que luce bonita cuando usa gafas, y si lo dice Noah es cierto. El que diga lo contrario es solamente un imbécil que merece morir.
Dejando de pensar en eso, con una sonrisa animada y ojos esperanzados. Vanessa pegó un salto de su cama y agarró su mochila para poder dirigirse al instituto, aunque su verdadero propósito no sea ese y solo sea ver a Noah.
Salió rápidamente de su cuarto y bajó las escaleras hasta llegar a la puerta de salida, no sin antes agarrar un paraguas.
Lentamente coloco su mano en el pomo de la puerta y girándola sutilmente, Vanessa salió hacia un dia soleado, los charcos de agua relucían en el suelo, el rocío de los árboles brillaban con los rayos de la luz, el goteo de las hojas de los árboles, el dulce aroma a humedad, y la esperanza de ver aquella sonrisa. Ver la luz de su vida es algo que la nutrirá, pero no le agrada la idea que otros puedan verlo.
A Vanessa no le agradaba tener que ir a la escuela. Si por ella fuese, Noah y ella estarían haciendo pellas todos los días, ellos dos solos... juntos... por siempre. Pero como Noah es alguien que le 'agrada' estudiar, más que nada por los animales, ella va para acompañarlo y vigilarlo.
Caminando hacia su escuela, a paso rápido, ya que de por si iba tarde y no puede perderse su opio diario. Ella necesita eso, ella necesita verlo para ser feliz, para sentirse libre, para embriagarse. Necesita su narcótico, su olor, su imagen, lo necesita a él.
El mero hecho de pensar en Noah es más que suficiente para ruborizarla, estimularla y hacerla babear. Incrementando su temperatura interna, Vanessa comenzó a respirar pesadamente, temblando al inhalar y exhalando un profundo suspiro caliente, sus manos comenzaron a jugar con los bordes de su falda y sus ojos temblaban con una dilatación.
Pasados unos 8 minutos de caminata, Vane llegó a la entrada del instituto, y justo ahí le vio. Bajando de su coche negro con cuidado, Noah salio del asiento trasero y espero con la mano tendida a alguien. Algo que molestó a Vane, porque vio como bajo la hermana pequeña de Noah, Cynthia, una chica muy molesta que Vane odia a muerte adora por completo.
Con ojos agudos, Vanessa vio como la pequeña y odiosa mano de Cyn tocaba la de su hermano mayor, observando con completo odio y asco como otra mujer se atrevía a tocar a SU Noah. Todo el cuerpo de Vanessa comenzó a hervir y si no fuera porque logró tranquilizarse, sin duda se habría lanzado contra el brazo de la niña.
Con la mejor sonrisa tierna que podía formar en aquel momento, y unos ojos filosos, la chica se acercó a los dos hermanos mientras hablaban con la conductora. No es que Vane fuera una chismosa o una acosadora, no es que en alguna ocasión le haya regalado a Noah unos peluches de golden retrievers con micrófonos o cámaras, no es que Vane tuviese varias cuentas de Murdergram para vigilarlo, ni mucho menos que ella tenga todo un documento con todos los datos personales de N.
Cuando ella ya estaba a una distancia prudente, Vane vio que la persona con la que hablaban era la madre de ambos niños, Tessa James Elliot. "Bueno peques, yo ya me voy, Cyn recuerda que hoy vas a casa de la prima Janet a pasar la tarde. Noah, tú ten cuidado, cielo, cuando llegues a casa hazte lo que quieras de cenar. Recordar que yo no vuelvo hasta el Lunes." Ambos hijos respondieron "Si mama." con la voz más adorable de Noah y la más asquerosa de Cynthia.
El coche acabó partiendo, no sin antes, la mujer decirle a sus hijos que los ama y adora, y de igual forma los hermanos se despidieron de su madre con palabras amorosas.
En todo este proceso, Vanessa escuchó con asco las palabras de la mujer. "¿Quién diablos te crees para llamarlo cielo? Tu no lo amas, yo, soy yo quien lo ama, soy yo quien lo quiere, soy yo quien le merece."
Vanessa quedó detrás de la dupla, que estaban de espaldas a ella, los ojos de la chica estaban vacíos y desprovistos de vida, una mueca seria y enfadada. Cuando ya los chicos se dieron la vuelta, la mirada de Noah cruzó con la, que rápidamente cambió, de Vanessa. Unos ojos cálidos y muertos que observaban atentamente los tiernos y alegres luceros de Noah.
Ambos se quedaron congelados observándose, Noah con una sonrisa luminosa, afectuosa y llena de felicidad. Vane con una de alegria, amor y violencia, ominosa y hosca. Ninguno dijo nada, simplemente se quedaron mirando en un agradable y oscuro silencio que ambos disfrutaban con anhelo. La pequeña Cynthia miraba esto con algo de asco y recelo, sus ojos viajaban de su hermano a la zorra Vanessa, luego a Noah, otra vez a Vanessa, después a Noah, a Vanessa y después a Noah y de nuevo a Vanessa y después a Noah, y llegó un punto donde Cyn no distinguía quién estaba más embobado con el otro.
La niña miraba con desprecio a Vanessa y a su hermano con una seria y en blanco. En cambio, para ellos dos era como si el mundo se hubiera detenido, un sórdido silencio que fue rápidamente suprimido por la llegada de, en palabras de Vanessa, una maldita criatura rara que nunca tendría que haberse acercado a Noah.
"Hola idiota." Dijo una chica pelimorada tras chocar su palma contra la espalda de Noah, el chico no llegó a pestañear ni a apartar la mirada de Vanessa, simplemente se contrajeron las pupilas, y sin mirar a la recién llegada. "Oh... Hola Zi... ¿Qué tal?"
"Bueno... mi padre sigue siendo un imbécil, pero eso no es nuevo. Anda, vamos para dentro." Anunció la pelimorada mientras tiraba de la fosa cubital de N. "Eh... ah sí, sì vamos. Vane, Cyn, ¿vamos?" Dijo tartamudeando un poco.
Noah agarró de la mano a su hermana y comenzó a avanzar a la vez que Vanessa. El peli plateado y la gótica estaban charlando amistosamente, ocasionalmente, Cynthia hablaba brevemente y luego volvía a observar su alrededor. Vanessa, asimismo, miraba atentamente a la puta chica que hablaba con su Noah. Unos ojos de desprecio total, matándola con la mirada, la zombie drone quería jugar con las tripas de Susi. "¡Por qué está puñetera zorra ha tenido que interrumpirnos a mi y a Noah!"
"Agh... quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla, quiero matarla. Puta zorra, voy a matarte, voy a matarte... La boca de Vanessa se estabilizó en una mueca rígida de sobriedad, su paso era sereno y cercano al trío, sus brazos se movían rítmicamente pero con una naturalidad aberrante. Sus pupilas se convirtieron en unos ojos felinos, unos puntiagudos ojos que miraban amenazadoramente a Uzi y posesivamente a N.
El cuerpo de V se movía por pura inercia, siguiéndoles muy de cerca. Todos sus pensamientos estaban centrados en las formas de matar a la pelo morado. Las formas en las que ella quiere destruirla, Vane quería destriparla, arrancarle las extremidades, aplastar sus ojos y fracturar su pantalla, llenarle el cuerpo de guanos para que se alimenten de sus circuitos y cableado. Dejarla ciega, sorda y tetrapléjica, completamente incapacitada para luego seguir torturandola de formas horrendas.
Se imagina a ella misma alimentándose de Susi, escuchándola llorar y suplicarle a ella que la perdone, como ella prometera nunca más acercarse a su Noah y aun así Vanessa la seguiría torturando. La loca quiere alimentarse a ella y a N con el, presuntivamente, horrendo sabor del aceite de Susi.
Aunque, sus pensamientos no eran solamente acerca de las desagradables formas en las que matar o joder a Susi, la mayoria de sus oniricas refleciones eran acerca de Noah, su Noah. Ella lo quería a él, solo para ella, únicamente de ella. Él, él, él y él era el único que tenía derechos sobre ella. Él es el único que en lo que ella puede, no, debe pensar exclusivamente en él. Ella solo puede pensar en las formas en las que quiere ser criada por N, en todas las formas en las que N podría embarazarla, todas las posturas que podrían probar, todos los sitios donde podrían hacerlo, y todas las maneras en las que se besaran.
Se imagina a ella misma siendo abrazada por su lindo Noah, ambos acurrucados en el nido de ella, aunque realmente sería el de ellos. Sus alas abrazando el delicado cuerpo de su N, estando este lleno de mordidas, chupetones y una película de baba que recubra su pálido y dulce cuerpo. La boca de V no puede evitar babear ante la idea de poder estar mucho más íntimamente cercana a su N.
Así siguieron sus caminos, Noah hablando con su hermana y con Susi. Cynthia estando a lo suyo, viendo por la ventanas o distrayéndose con las musarañas. Y Vanessa divagando en todos sus futuros hijos, y las formas de concebirlos, con N. Hasta que todos llegaron a clase y se sentaron en sus respectivos asientos.
Noah tenía su pupitre al lado de la ventana en la segunda fila, Susi se sienta en la cuarta fila al lado de la pared y Cynthia era un grado menor que ellos, por lo que ella no se sienta en sus clases. Por el contrario, Vanessa se sienta en la última fila, la más lejana de su querido Noah...
Incluso durante las clases, la pequeña mente de Vane solo se podía centrar en su objetivo, en su presa, en su Noah. Pero ahora está junto todo a este cúmulo de retrasados mentales. ¿Por qué no pueden estar ella y Noah solos? Solamente ellos dos juntitos, como la linda pareja que serían.
Pero no. No, ella tiene que estar aquí, en este estúpido salón, rodeada de idiotas y distanciada de su dulce y tierno Noah. Encima, tiene que aguantar las tonterías de sus compañeros de clase, los coqueteos de unos malditos mandriles inútiles y deficientes, las ruidosas voces chillonas de Lizzy, Rebecca y Doll. Los zoquetes que gritan o las molestas, desagradables e irritantes lecciones de la maestra. Nada la dejaba centrarse en su idílica realidad con Noah.
El día transcurrió con el mismo y monótono transcurso diario, anodinamente, la maestra Stussy estaba dando su clase de anatomía aplicada. Explicando las diferencias entre los Workers y los Zombie. Desarrollando cómo son los hábitos alimenticios de cada una de estas especies, sus conductas sociales, sus conductas psicológicas, comportamientos psicotrópicos y... otro tipo de cosas más o menos cuestionables relacionados a los hábitos reproductores.
Los ojos de Vanessa, que previamente estaba mirando a Noah con una intensidad abrumadora, se dirigió lentamente hacia la maestra, sus oídos se centraron exclusivamente en las palabras de la señora Stussy.
"Los Zombie drones son extremadamente competitivos, no solo a la hora de cazar a sus presas, en el cortejo están dispuestos a matar a su competencia."
"Por lo general, se suelen alimentar de sheep drones, cow drones o chicken drones. Aunque, hay algunos, más rabiosos, que se suelen alimentar de bear drones, wolf drones o komodo drones. No obstante, hay situaciones donde los Zombie drones recurren al canibalismo, alimentándose de los de su propia especie, sobre todo... las madres a sus crías. O machos que quieren deshacerse de la descendencia de otro macho e inducir el celo a la hembra..."
La profesora se quedó abruptamente callada y miró a una de sus alumnas, Emily, una chica tímida, reservada y, generalmente, solitaria. Una chica a la que V especialmente odiaba. El por qué es, francamente, simple. Emily es frágil, débil, una llorica tímida que se esconde detrás de sus gafas, amable y alguien que actúa tierna... literalmente es un calco de V. Una copia casi idéntica de su personalidad, además de también usar unas gafas circulares... Esa puta zorra la está imitando para arrebatarle a su Noah... esa maldita Emily sabe que la naturaleza pasiva, amable, tontamente tierna y deliciosamente perfecta... Y esta maldita perra quiere arrebatarle lo único que da color a su vida de blanco y negro.
"¿Si, Emily?" Interrogó con un tono despreocupado y cansado la profesora. "Y... qué... ¿qué sucede con los worker drones?" La pequeña rata de los libros lanzó una pregunta al aire, con un tono asustadizo y tímido, llegando a tartamudear un poco.
Retomando su narrativa: "Bueno... por lo general, los workers también entramos en parte de la dieta de la mayoría de las especies de Zombie drones y, aunque seamos su alimento favorito, los casos en los que un Worker ha sido atacado por un Zombie actualmente son reducidos debido al bajo número de Zombie drones que siguen vivos."
"Aunque... suelen ser bastante agresivos con los workers, llegando a torturarlos y alimentarse de ellos de formas muy grotescas..."
"Sus conductas psicosociales son muy fluctuantes. Ha habido casos en los que los Zombies han llegado a mostrar un alto grado de humanismo, casi similar al de los Workers. Mostrando simpatía y compañerismo. Aunque estos llegan a ser casos aislados."
"Generalmente, son criaturas individuales. 'Lobos solitarios' como los definirían algunos, como ya comentamos, suelen ser muy competitivos a la hora de cazar. Esto quiere decir que son capaces de matar a los suyos, incluso miembros de su manada, solamente para demostrar su gran capacidad de cacería... Esto también aplica a la hora de llevar a cabo el coito y conseguir una pareja."
La profesora mencionó esto pensando que se encontraba en una clase, propiamente dicha, educada y madura. Pero, como mismamente Vanessa piensa, su clase es de palurdos descerebrados. Así, toda la clase estalló en carcajadas al mencionar el acto de reproducción.
En los adentros de la señora Stussy: "¿Por qué carajos me toca soportar a estos idiotas?"
"¡Ya basta, qué estáis muy mayores ya para reiros por estas cosas!" Esperando con cara de molestia y aburrimiento a que sus alumnos se callarán. "Bien... entonces, suelen ser muy meritocratas básicamente."
"En cuanto a sus tendencias reproductoras, suelen tener un comportamiento competitivo, obsesivo-compulsivo y posesivo con sus parejas, especialmente las hembras. Ellas suelen ser muy territoriales, impulsivas y celosas. Aunque no suelen hacerle daño a su pareja, son capaces de herirlos y dejarles en un estado en el que dependan de ella."
"Tienen la costumbre de morder a su pareja para dejarlos marcados e impregnados de sus feromonas, de este modo evitan que otras hembras se acerquen a su pareja y se las pueda arrebatar. También, para evitar que posibles depredadores puedan atacar a su pareja"
"Aunque... sus feromonas no sirven únicamente para dejar en claro 'su' pertenencia, también pueden inducir el celo a sus parejas, siendo esto exclusivamente usable por las hembras."
"Cómo iba diciendo, suelen ser extremadamente competitivas a la hora de realizar las prácticas sexuales. Las hembras arañan y muerden a su pareja, más que nada para afianzar su superioridad, su dominio, Simplificando lo, ellas prefieren una pareja sumisa y dependiente."
"Sus conductas intraespecie son... complicadas. Las hembras odian a otras hembras y machos, y los machos odian otros machos y otras hembras, que no sean su pareja. Para ellos, una pareja es sagrado, algo único para toda la vida y que nunca abandonarán, por nada del mundo."
"Para ello, llevan a cabo un ritual de apareamiento que podríamos asemejar a una especie de ritual de matrimonio,que, a lo sumo, no solo sirve para fecundar a la fémina. Ahora, no podemos referirnos al colectivo como manada ya que manada designa al conjunto de seres de una misma especie pudiendo haber o no lazos sanguíneos."
"Para ellos, realmente la manada se refiere al conjunto de miembros de su unidad familiar, padre, madre y cachorros, aunque las hembras suelen referirse a ellos como gatitos."
"Volviendo a lo relevante, aunque suelen reproducirse entre ellos, ha habido casos en los que... las hembras zombie drones han llegado a secuestrar workers para convertirlos en sus parejas." Mientras la señora Stussy decía esto presionó un botón del mando del proyector y empezó a mostrar una serie de fotografías. "Como podemos observar en estas imágenes, han llegado a dejar a sus 'parejas' en unos estados muy cuestionables."
"Como los worker drones carecemos de regeneración a diferencia de los zombie drones, cosa que ellos no tienen en cuenta. Por eso muchos de estos 'maridos' muestran heridas leves-graves, desde mordidas en el cuello, hasta pinchazos en las extremidades o incluso.... Hasta llegan a amputar las... y... dejar a su 'pareja' en un estado completamente dependiente a ella..."
"También, hay algunas especies de 'marcas' o incluso 'símbolos' realizados por las garras de los zombie drones en la piel de los Workers, los estudios creen que sirven para subyugar a sus 'presas/parejas'. Además, se ha llegado a demostrar que, aunque las mordeduras sirvan para dejar feromonas en sus compañeros, también cumplen otra función. Análisis demuestran que hay rastros de venenos."
"Dependiendo de la especie el veneno puede variar. Los Zombie Mieze Drones, los más comunes, tienen un veneno sedante para dejar adormecidas a sus presas. Los Zombie Meergrundel Drones usan un veneno paralizante, capaz de inhibir las reacciones de miosina-actina, los movimientos peristálticos y entumece el cuerpo. Los Zombie Urs Drones poseen un veneno estimulante del sistema nervioso central, causando alucinaciones demasiado extensas a sus víctimas y aumentando la sensibilidad corporal para que sientan mayor estímulos, aunque, en dosis prolongadas provocan parálisis, convulsiones o alteraciones neuromusculares."
"Hay un total de 127 especies de Zombie Drones y tienen una amplia variedad de aspectos individuales. Las más comunes, y que todos comparten, son: unas alas que, dependiendo de la especie, pueden tener una mayor o menor medida; una cola con una terminación ofidia, esta cola no suele secretar venenos, ni es utilizada a la hora de cazar. Se ha demostrado que, realmente, la emplean para someter a sus 'parejas'."
"Aunque... sea raro de ver... como ya os comenté no suelen buscar parejas Workers, aunque esto solo aplica a los machos de esta especie. Las hembras Zombie Drones buscan sus parejas, últimamente, en los Workers Drones. Por eso, la policía drone nacional nos ha pedido que os informemos de los peligros de estas criaturas. Que no andéis muy cerca de los bosques, tratar de frecuentar zonas iluminadas y donde haya gente, evitar los sitios oscuros y sobre todo, si sabéis de la existencia de algún Zombie Drone comunicárselo inmediatamente a las autoridades."
Otra vez la clase fue interrumpida por una Emily que levantó la mano. Vagamente, la profesora le cuestionó qué era lo que ella quería. "¿Cual es la raza más peligrosa de Zombies Drones?"
"Pues... entres las 127 todos concuerdan que hay 5 extremadamente peligrosas, y entre ellas la más hostil, violenta y funesta sería los Zombie Sukku Drones. Tienen un comportamiento altamente destructivo, controlador y manipulador. Son extremadamente solitarios y la información que tenemos de ellos es absurdamente reducida, incluso podríamos llamarlos un mito."
"Nunca nadie ha podido sobrevivir a ellos" aunque la profesora fue interrumpida por la apagada, melancólica y ronca voz de un chico que estaba en segunda fila, junto a Noah. Sam habló con su voz cansada y drogada: "Entonces cómo se tiene información si nunca nadie sobrevivió..." Pero nadie tomó en cuenta las aportaciones del joven, y así la clase acabó cuando sonó el timbre del receso. "¡Que no se os olvide hacer el informe para la exposición, tenéis dos días para entregarlos!"
Todos en la clase empezaron a levantarse y salir por la puerta para poder dirigirse a su siguiente salón de clases. Así transcurrió el día normal y aburrido de la joven Vanessa. Lo único que la lograba relajar era pensar en aquel dulce golden retriever que tiene como compañero. Su cálida, dulce y gentil mirada en la que ella se derrite al ver esos tiernos ojos dorados y brillantes. Ese sedoso, esponjoso y hermoso pelo, cada delicado mechón plateado que deslumbra bajo la intensa luz del sol, dándole un aspecto similar al de un ángel con su aureola. Y, por último pero no por menos importante, esa linda sonrisita juguetona, tierna y cálida, su linda y hermosa sonrisa en la que Vanessa encuentra su hogar, ella encuentra una hospitalidad reconfortante.
Mi Noah, mi lindo y hermoso Noah. ¡Oh mi brillante y reluciente sol! Solo, solo deberías ser mío, mío, mío... Mío, mío mío y solo mío. ¿Por qué? ... ¿Por qué has de hacerme tanto daño? Déjame abrazarte Noah, tienes que ser mío, exclusivamente mío, debes de serlo... pero no... ¿por qué me tienes que quemar tanto, mi querido Apolo? Solamente necesito profundizar en tí.
Unos pasos cercanos a ella se alejaban con un ritmo preocupantemente ansioso.
Oh Noah, por qué... ¿Por qué he de compartir te con todas esas alimañas...? tú... tú deberías ser solo mío. Me duele... me quema mucho, me causa mucho malestar verte con otros... ¿Por qué no me puedes mirar solamente a mí? ¿Por qué tienes que hablar con otros? ¿Por qué no vienes conmigo? Solos, tú y yo... para siempre.
Vanessa tuvo que acelerar sus calzadas, una mueca iracunda se dibujó en sus labios, retorciéndose en una malévola sonrisa con sus cánidos sobresalientes y brillantes bajo la luz del ocaso.
Noah, mi dulce, dulce Noah. Tranquilo mi amor, voy... voy a alejarte de estas zorras... tranquilo mí radiante girasol... nunca más nos volveremos a separar... nunca...
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Hoy su día había sido extremadamente aburrido, escuchar las asquerosas voces de los profesores, tolerar las estupideces de sus compañeros de clases y encima la jodida, estúpida y maldita Vanessa. Esa chica le causa escalofríos, las miradas inquisitivas que ella le dirige, el silencio con el que ella se queda sin interactuar con nadie que no sea Noah.
Aunque le es mejor ignorar a la siniestra chica de gafas, para ella es muy inquietante estar cerca de Vanessa. Centrándose en su camino, Susi miraba los distintos árboles que había por el camino.
Cómo de costumbre, ella utiliza su camino habitual que la lleva desde su casa hacia el instituto ya que ninguno de sus padres puede llevarla. Un simple recorrido sencillo de 20 minutos caminando, por mucho que ella quiera a Noah, sinceramente le envidia. Él es alguien adinerado, sonriente y amigable, sociable y carismático, y encima su madre es muy pendiente y amorosa con sus hijos. Él no tiene la necesidad de ir caminando durante 20 minutos él solo, no, él puede ir en coche. ¡Malditos niños ricos! Pero aún así ella se alegra por su amor amigo.
El sol bajaba lentamente por la cima de los altos pinos, la suave brisa movía en una relajante calma el follaje y unas pocas squirrel drones habiéndose de rama en rama.
Un desagradable recuerdo cruzó su mente, hoy, en la hora del almuerzo, Lizzy y su pandilla no tuvieron nada mejor que hacer y decidieron acosarla. Burlándose primero por su 'horrorosa' forma de vestir, por sus botas de cuero altas y negras, con gruesas plataformas y múltiples correas. Su falda baquera y asimetrica, de color malva. Una camisa negra para cubrir su cuerpo en la que llevaba grabado el nombre de Three days grace. Sobre la camisa, se veía una chaqueta morada tirando a violeta, adornada con hebillas plateadas y botones metálicos en forma de baterias. Por último, adornando su cuello, lleva una gargantilla con un colgante de cruz invertida.
Todos en la escuela eran molestos con ella, absolutamente todos, desde maestros hasta el director, desde los alumnos hasta sus propios padres, pero los únicos, los únicos que fueron amables con ella fue Noah, Cynthia (aunque actúa algo rara) y la madre de ambos, Tessa.
Por eso es que ella siente mariposas al estar cerca del pelo plateado, por eso ella quiere sonreír cuando está cerca de él. Pero, siempre esa mosquita muerta de Vanessa anda rondando cerca del chico, esa siniestra sádica siempre está donde esté Noah. Con esa sonrisa lunática, esos ojos perforantes que miran a Noah con una voracidad demencial y esas ridículas gafas redondas que la hacen ver horrenda.
Pensar en la chica hace que el aceite de Susi arda a rabiar.
Una risita ronca y tímida se escucha cerca de la chica gótica, Susi se alertó al respecto, el viento había dejado de soplar y había sido sustituido por una suave corriente que golpeó su nuca como un susurro atronador.
El cuerpo de Susi se estremeció y sobresaltó, de un amplio movimiento asustadizo, la joven se dió la vuelta hacia dónde procedía aquel viento. Pero, se relajo al ver que no era nada, no, era ella, estaba ella ahí sola, sin nadie más cerca. "Habrá... habrá sido... mi... mi imaginación." Susurró con un creciente malestar en su voz.
La chica se quedó observando un poco más el camino que había recorrido, viendo cómo algunas hojas se agitaban, algunos búhos ululaban y el sol se desvanecía lentamente en los árboles, pintando el cielo de tonos naranjas y morados. Los árboles cercanos proyectaban unas alargadas y ominosas sombras.
La chica tragó saliva con inseguridad, sus manos agarraron las asas de su mochila y las ajustó, tratando de encontrar una breve comodidad para esta siniestra situación. Empezando a caminar a paso ligero, sintió una inquietud que no lograba sacudir.
Sus pasos aligeraban y sus sentidos se sofocaban, su respiración aumentaba y cada vez iba más rápida. Las hojas secas comenzaron a crujir, hojas que caían de los árboles hacia el suelo y algo caminaba sobre ellas. Haciendo soñar un eco sombríamente tranquilizante. Un último ulular de algún búho hizo que todos aquellos ruidos que sonaban antes quedarán en un nauseabundo silenció.
La suave brisa gélida volvió a golpear su nuca y agitó las hojas de los árboles, creando alguna especie de risilla infantilmente aterradora. Aceleró el paso, su respiración se agitó mientras sus ojos escudriñaban los alrededores, buscando alguna señal, algo que relajara sus temores.
Pero, para su horror, de repente, un movimiento fugaz agitó los árboles y captó su atención. Algo la estaba acechando, la estaba siguiendo. Un escalofrío recorrió su espalda al oír otra risa siniestra, giró bruscamente su cabeza y volvió a recorrer su recorrido corriendo con pánico.
A unos pocos metros de ella, por su derecha, en pleno bosque lo vio. Entre la espesura distinguió una sombra, una figura que parecía deslizarse entre los árboles con una naturalidad monstruosa. El núcleo de la joven comenzó a latir con fuerza, golpeando su pecho de forma antinatural. Comenzó una carrera por su vida, sin apartar la vista del sendero que ella debía recorrer. Sin embargo, cada pocos pasos, Susi no podía evitar mirar hacia atrás y cada vez que lo hacía, más cerca de ella se escuchaban unas garras arañando la madera de los árboles.
La oscuridad se estaba apoderando del camino, los nervios de la amante del nightcore se hacían pesados. La sombra se deslizó cerca de ella, y por un instante, los ojos lilas se cruzaron con una centelleante cruz ácida.
Un último alarido de pánico salió de la boca de Susi, pero fue rápidamente sofocado por un ágil movimiento de su acechador. Una cola se aproximaba a su cara, y en la punta de ella, una boca grotesca y unos seis ojos brillantes que la miraban.
Todo sucedió en un instante, el putrefacto y perfido hedor que salía de aquellas fauces inundó su nariz. Los dientes lentamente se incrustaron en su cabeza, los de la mandíbula superior reventaron con absurda facilidad la pantalla cristalina, fracturando la zona izquierda de su rostro, rompiendola en astillas y fragmentos cristalinos.
El golpe fue tal que la chica resultó empujada hacia el bosque, estrellándose contra uno de los muchos árboles, su brazo golpeó contra la dura corteza, tan fuerte que logró fracturarlo. Su mente iba a mil, su corazón temblaba arrítmicamente y su respiración era irregular.
Las lágrimas comenzaron a gotear de la semi rota pantalla, sus ojos fallaban, apagándose y encendiéndose irregularmente. Su boca temblaba en una mueca dolorosa, su pecho subía y bajaba esporádicamente y un llanto, similar a un susurro quejumbroso salía de su boca.
Unas largas y pesadas pisadas se escucharon cerca de la jovencita. Susi, incapaz de estallar en llanto, dirigió lentamente su débil mirada hacia lo que se le acercaba. Viendo una criatura monstruosa, una figura esbelta y delicada a la cual le crecían dos grandes alas de su espalda, una larga cola ofidia y peluda se balanceaba detrás suya. Más que nada era una silueta oscura, pero Susi veía con claridad su horrenda sonrisa macabra y su cruz amarilla, que la observaba con cierto odio. La cabeza de la criatura se ladeo monótonamente hacia la derecha y siguió acercándose a la pobre niña.
Y en un abrir y cerrar de ojos, aquella criatura desapareció de su vista. Haciéndose sentir la realidad, las heridas de Susi comenzaron a doler vehemente. Su cuerpo comenzó a temblar frenéticamente, el malestar se hacía notar. La mano funcional de Susi subió hacia su cabeza, tocando tímidamente su pantalla rota, sintiendo un inmenso ardor. Un quejido en forma de "ahh" tembloroso salió de su boca.
Las lágrimas no paraban de caer, la jovencita comenzó a llorar como una niña pequeña. Llantos molestos y dolorosos, su brazo roto se encontraba entumecido. Sus ganas de gritar o correr eran abrumadoras, pero nada de eso servía, su propio cuerpo no la obedecía.
Una sensación cálida, muy, muy caliente se escurría por sus piernas. Bajando su mirada suavemente, pudo observar que se había orinado encima. El líquido, entre traslúcido y amarillento, se escurría y hacía que ella estuviera rodeada por esa horrible sensación.
Un chapoteo profundo se hizo oír y al levantar su mirada, Susi se encontró con una pierna de Worker Drone delante suya, solamente a unos 10 cm suyos. La pierna dejaba la negra sustancia vital propia de cada Worker. Y, ahora que ella misma lo piensa, una de sus piernas no está recibiendo aquel calor... no... con horror y pánico apartó suavemente su falda solo para ver qué su pierna derecha había sido arrancada. ¿En qué momento? ¿Por qué no lo sintió?
Lentamente levantó su cabeza, mirando directamente la copa del árbol. Así, ella escuchó el grotesco ruido que hacen las zarpas al arañar la madera. Desde lo alto del árbol, aquel ser descendía lentamente por el tronco. Viendo aquella antinatural sonrisa con sus dientes ennegrecidos por el aceite y la cruz dilatada al estar viéndola.
De un momento a otro, aquella criatura se lanzó contra Susi, usando una de sus zarpas para estrellar la cabeza de la joven contra la tierra humedecida por la urea. La herida expuesta en su cara se estaba contaminando por la cálida sustancia.
Sus ojos miraron directamente la cara de su agresor y pudo distinguirla... vio la cara de aquella depredadora. El mismo corte bob, la hortera diadema amarilla y las ridículas gafas... "Vanessa" susurro con un gran dolor en su boca.
La doncella mortal usó su otra garra para retorcerle el brazo roto a Susi. El sonido que hacían sus articulaciones al terminar de quebrarse la tensó, sus huesos se astillan y sus ligamentos se estiran. Un grito ensordecedor, producto del dolor, salió de la faringe de la chiquilla.
Los gritos de dolor eran perfectos para Vanessa, era como si su Noah estuviera tocándole Schicksalssinfonie a ella sola, como si él se la estuviera dedicando. Una completa velada, la agonía marcando los compases y sus jadeos el ritmo.
La mano buena de Susi trataba de ayudarla a levantarse, fracasando y arañando el suelo. Su cuerpo temblaba y cuando una de las patas de la asesina se posó en su espalda, empujándola contra la humedad, la chica jadeó por la falta de aire.
Las uñas de Vanessa, largas como alfileres y filosas como cuchillas, se clavaron en el frágil brazo, rompiendo la delicada piel similar a una fina hoja de papel. Una vez agarrado con firmeza, Vanessa empezó a tirar del brazo hacia ella, mientras su pierna ahora empujaba el costado del tronco de Susi. No con toda su fuerza... no... Vanessa quería verla sufrir, ella jalaba débilmente del brazo, asegurándose de escuchar aún más aquella dulce canción.
La piel que unía el brazo al hombro se estaba estirando con una lentitud aterradora. El endoesqueletico húmero se estaba dejando ver bajo la carne metálica de la chica. Los tendones y el cableado interno se tensaban y rompían en perfectas sincronía. En un punto, para Vane, los gritos de Susi pararon y casi se sentía como si de verdad ella estuviera con él. En su sala, escuchándole tocar la 5ª sinfonía con una naturalidad propia del amable chico.
La sombra se extendía a lo largo del camino, dejando ver una silueta de cómo el brazo terminó siendo arrancado brutalmente de su portadora. Un grito sordo salió de la boca de Susi cuando esto sucedió, haciendo que la pobre chica jadease por el inmenso dolor.
Vanessa lanzó el brazo lejos de ellas dos, estaba claro que ella no estaba allí con intenciones de alimentarse... Ella estaba ahí para hacer sufrir a la gótica.
La boca de la asesina estaba torcida en una sonrisa inhumana, expulsados vahos calientes llenos de ira y placer, jadeando con impaciencia.
Susi ya era incapaz de reconocer algo más allá de ella o su agresora, todos sus nervios dejaron de registrar información y su propio sistema la avisaba de su inminente muerte. Sintió como su brazo, que aún estaba conectado a su cuerpo, estaba siendo levantado involuntariamente. Las fauces de la cola de V agarraron el antebrazo de Susi y lo estaban levantando, pero el horror se intensificó cuando sintió como aquella criatura comenzaba a masticar y roer su brazo, llevándose trozos de su carne a la boca.
El dolor se hacía cada vez más insoportable, entumeciendo cada sentido de Susi, sus ojos estaban extremadamente dilatados y fallando, lagrimeando por el esfuerzo mental y físico. De pronto, una fuerte patada en el costado que la empujó ligeramente contra un tronco cercano, causando que la joven se golpeara la espalda contra la firme madera.
Haciendo que Susi escupiera un poco de sangre y saliva, mientras su brazo, corroído y reñido, faltó de su carne se acercará a su vientre para sujetarlo. Solo para recibir una patada en su estómago, haciendo que sus ojos se abrieran por el dolor. Otra patada, y otra, y otra, en sucesión. Un total de 16 patadas golpearon el estómago de Susi hasta tal punto de que le era imposible respirar.
Sin esperarlo, la pierna de Vanessa presionó el cuello de Susi, hacía rato que los guturales gritos de la chica emo cayeron en una completa ausencia de sonido, de gritos, de alaridos o jadeos. Ella ya no tenía mayor interés en la zorra que estaba delante suya, así que de una única vez decidió usar toda su fuerza. Elevó su pie sobre la cabeza de Susi y, de un rápido y fuerte movimiento, aplastó la cabeza de la chica, haciendo que todo el aceite salpicará en los árboles, en la tierra, en las raíces y en todo lo de alrededor.
Todo quedó en un silencio ensordecedor, una tranquilidad y una indiferencia por parte de Vanessa, sus ojos, antes una cruz llena de color por la excitación del momento, ahora son solo dos orbes dorados llenos de sobriedad.
Todo había quedado sumergido en una oscuridad siniestra. Un aire pesado y cargado de tensión flotaba en el ambiente. Delante de Vanessa, el cuerpo inmóvil de la joven Susi yacía en el suelo, su cuello chisporrotea la poca energía que le quedaba.
Su rostro mostraba una extraña calma, una especie de resignación sosegada y ausente de esperanza. Miraba a la chica sin ningún rastro de remordimiento. Ella levantó suavemente su mirada, sin prestarle atención al cadáver, y se dirigió al interior profundo del bosque, con una mirada vacía y ausente de emociones. Así, en lo profundo de la oscura espesura, la chica del corte bob se fue alejando hasta desaparecer.
___
Noah bosteza con creciente somnolencia en su cuerpo, uno de sus ojos se cerró mientras usaba una de sus manos para restregárselo. El joven chico se encontraba sentado en el escritorio de su habitación, un cuerpo propio de un chico de su estatus. Una cama grande, demasiado grande para él solo, justo en el centro de la habitación con la cabecera contra la pared. Adornado con una especie de cortinas doradas pero translúcidas.
El escritorio grande donde se encuentra, con un ordenador de la mayor generación que la compañía familiar tiene fabricado. Un armario empotrado, de madera bien tratada y embellecida, una cómoda y estanterías donde guarda sus pertenencias así como libros de su interés. Unas fotos familiares junto a su hermana, su madre, su abuelo James y su abuelo Louisa, y la perra Wendy.
Los dos menores siempre sonrientes, discordantes con los adultos que, por lo general, suelen estar serios o indiferentes.
En lo alto de la habitación, adherida al techo está una lámpara de araña, simulando unas velas en cada pata las cuales iluminan con enorme claridad la habitación.
Volviendo al joven, está encorvado contra el escritorio, sus dos manos esconden un preciado objeto, un cajita de color tinto. Lo que había dentro era un puto misterio, solo lo sabía él y su abuela. Noah le pidió a su abuela que le diera una de las mejores joyas que tuviese en su posesión. ¿El para qué? Solo lo sabe él. El niño susurró suavemente "¿Me preguntó si a Vanessa le gustará este regaló?" Y un sonrojo dulce se expandió suavemente por su pantalla.
El chico echó un pequeño chillido avergonzado y corrió a tumbarse contra su cama. Acostándose cómodamente, Noah bostezó mientras apagaba el interruptor de la luz, solamente dejando la lámpara de la mesita de noche. Su cuerpo se hundió en la suave nube en la que descansaba y lentamente fue cayendo en un profundo sueño.
...
...
...
Y como era costumbre en el joven, se le había olvidado cerrar la ventana. Con las dos puertas abiertas hacia el interior de su habitación y el gélido aire entrando. Una enorme silueta se apoyó en la ventana, con sus dos alas cubriendo la luz blanquecina de la luna y sus ojos enfocados en el delicado cuerpo delante suya.
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