Nivel 4: Consentimiento muto
Después de una larga semana dividida entre trabajo y estudios, finalmente tenían un par de días para descansar y pasar tiempo juntos.
Ese fin de semana habían planeado pasarlo juntos, viendo sus películas favoritas, jugando algún videojuego, comiendo snacks, pasando todo el día en pijama y descansando.
A ninguno de los dos les gustaba asistir a lugares demasiado concurridos y con mucho ajetreo, preferían pasar su tiempo a solas, únicamente ellos dos, sin nadie que los molestara.
- ¡Toma eso!- Gritó Kagaho, después de ganar una partida.
- ¿Ganaste?- Preguntó Hasgard con una sonrisa en los labios.
Cuando no estaba estresándose por todo, Kagaho tenía un lado bastante dulce y tierno. Algo tan simple como jugar su videojuego favorito y ganar lo hacía celebrar igual que lo haría un niño pequeño.
- ¡Por supuesto!- Respondió el azabache, mostrando orgulloso la pantalla de su teléfono.
- Felicidades entonces, campeón mundial.- Le sonrió Hasgard, chocando el puño con él.
Perfectamente podía ser su novio, su mejor amigo, y hasta su porrista personal.
Kagaho no tenía la más mínima intención de despegarse de la pantalla de su celular, Hasgard lo sabía, y no planeaba molestarlo, pero comenzaba a tener hambre.
- ¿Tienes hambre?- Preguntó el peli-blanco, levantándose del sillón.- Iré a preparar un sándwich, ¿quieres algo?
- No, gracias.- Respondió el peli-negro, sin despegar su vista de la pantalla.
Después de eso, Hasgard fue a la cocina para preparar algún bocadillo, y volver al lado de Kagaho, quién no despegó la vista de su juego por un buen rato, hasta que el teléfono se quedó sin batería.
- ¿Batería muerta?- Rió el peli-blanco cuando vió a Kagaho gruñir.- Ya era hora, será mejor que descanses de eso al menos un momento.
Kagaho no respondió, y simplemente fue hasta un enchufe para conectar su celular y dejarlo cargando sobre un mueble, para después volver a sentarse en el sillón.
- ¿Qué película es esa?- Preguntó, tomando un puñado de las palomitas que Hasgard había preparado.
- No lo sé, creí que era tuya.- Respondió el más alto.
- ¿Cómo va a ser mía si yo no he comprado ninguna?
- Llegó en paquetería por la mañana mientras seguías durmiendo.- Mencionó Hasgard.- No recuerdo haber visto la portada antes, quizás se equivocaron de dirección.
A pesar de ese raro incidente, Kagaho tenía curiosidad por saber de qué trataba la dichosa cinta, y por eso convenció a Hasgard de verla. Después revisarían la dirección y la devolverían a su legítimo dueño.
La historia era bastante cliché y hasta aburrida: no era más que la típica película de drama barato sobre un amor prohibido, un matrimonio arreglado y un triángulo amoroso.
- Creo que fue mala idea ver esta cosa.- Gruñó Kagaho, recostado sobre el regazo de su novio.- Es más aburrida que las clases de cálculo.
- Eso te pasa por quedarte con paquetes ajenos.- Dijo Hasgard riendo levemente, mientras acariciaba los cabellos de Kagaho.
Kagaho se dejaba mimar por Hasgard. Le encantaba que le acariciara el cabello, mientras estaba recostado sobre sus muslos, relajándose completamente y olvidándose del mundo.
Tanto se olvidaba del mundo, que en algunas ocasiones su imaginación volaba mucho más de la cuenta, como esa vez.
Sin pensarlo mucho, se removió sobre el regazo de su novio, hasta acomodarse en cierta zona, moviéndose a propósito.
- ¿Tienes que hacer eso siempre?- Le preguntó Hasgard, intentando ocultar una pequeña risa que quería escapar de sus labios.
- ¿Hacer qué?- Preguntó de forma "ingenua" el peli-negro, moviendo su cabeza un par de veces, con una sugerente sonrisa en los labios.
A Hasgard se le escapó un pequeño jadeo por los movimientos que hacía Kagaho.
Después de "torturar" por unos minutos a su novio con aquellos movimientos, Kagaho se incorporó para sentarse en el regazo de Hasgard y besarlo, siendo correspondido.
- ¿En serio quieres hacerlo?- Le preguntó Hasgard después de separarse del beso.
- Sí.- Respondió Kagaho, con las mejillas levemente sonrojadas.- ¿Tú no?
Hasgard guardó silencio por unos segundos, desviando la mirada mientras sus mejillas tomaban un ligero tono carmesí.
- No es eso...- Murmuró.- Es solo que... Recuerda lo que pasó la última vez que lo intentamos de esa forma, no quiero lastimarte de nuevo.
Kagaho le dió otro beso, que le fue correspondido, y entonces respondió.
- Aún así me gustó.- Confesó el peli-negro, con el sonrojo en sus mejillas más intenso que antes.- Además... Se supone que ésta vez era tu turno.
Hasgard se lo pensó por unos segundos. Siempre que lo intentaban de esa forma, Kagaho terminaba bastante adolorido y con algo de dificultad para caminar por algunos días. Y aunque Kagaho dijera que no importaba, a Hasgard no le gustaba nada verlo pasar por cualquier dolor, y menos sabiendo que él le había causado.
- De acuerdo.- Accedió finalmente, viendo la sonrisa satisfecha de Kagaho por haberse salido con la suya.- Pero si te arrepientes dime.
- ¿Me estás retando?- Preguntó Kagaho con una sonrisa juguetona.- Muéstrame lo que tienes.
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