Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Nivel 2: Los problemas se resuelven hablando

- ¿Estás enfadado?

- ¿Por qué habría de estarlo?- Gruñó el peli-negro, manteniendo sus brazos cruzados.

Hasgard soltó un suspiro, rodando los ojos. Vaya que iba a necesitar toda la paciencia del mundo.

- Kagaho, no somos niños.- Habló con tranquilidad.- Ni yo soy adivino para saber qué te molesta si tú no me dices nada, ni tú un bebé para no poder expresar lo que te pasa.

El peli-negro finalmente se dignó a mirarlo, con sus ojos brillando de la rabia, para decir algo.

- ¿Quieres saber si estoy enfadado?- Gruñó el azabache.- ¡Pues sí, sí lo estoy!. ¿Que sí me muero de celos?, ¡pues también!, ¿ya estás felíz?

- ¿Ves que no era tan difícil?- Respondió el peli-blanco con toda la tranquilidad del mundo, sentándose en el sillón de la sala.- Ahora cuéntame, ¿qué es lo que te molesta?

Kagaho tiraba de sus cabellos levemente. A veces la paciencia de Hasgard lo hacía perder la cabeza.

- Tómate tu tiempo.- Suspiró el más alto. Sabía cómo era Kagaho y lo difícil que le era exteriorizar sus emociones.- Recuerda lo que te dijo tu doctora.- El pasado de Kagaho le había dejado más de una secuela que simplemente no era capaz de superar por su cuenta, pero sí que se estaban volviendo un problema. Así que, antes de que siguiera causándole problemas en su vida, el peli-negro accedió a buscar ayuda profesional.

Ahora, Kagaho llevaba ya un par de meses viendo una psicóloga, y trabajando en superar sus problemas.

No estaba siendo nada fácil, y Hasgard sabía que debía tenerle paciencia. Para Kagaho era sumamente difícil expresarse, así que él debía hacer lo posible por ayudarlo a calmarse y motivarlo a dialogar.

Después de un par de minutos, Kagaho se calmó, y finalmente pudo hablar.

- Es... Es que... Ese... Ese...- Lo intentaba, vaya que lo intentaba.- Ese... Tipo...

- ¿Te refieres a Teneo?

Kagaho gruñó al escuchar ese nombre, y Hasgard intuyó la respuesta.

- Kagaho, ya te dije que Teneo es solo un amigo.- Respondió Hasgard, con toda la tranquilidad y seguridad del mundo.- Ya te he contado que solía cuidarlo y darle clases de matemáticas durante las vacaciones de verano cuando él tenía unos seis años y yo doce.- Le repitió a Kagaho la historia con ese chico.- Solo me tiene algo de cariño por haber sido su niñero cuando era pequeño, es todo.

- Eres el único que no se da cuenta de cómo te mira.- Refunfuñó Kagaho.- Apenas te ve se te cuelga del brazo, te abraza, y no te suelta. ¡Parece una maldita goma de mascar pegada en el zapato!

- Me mira como un hermano mayor que lo cuidó cuando era niño.- Afirmó Hasgard.- Y yo a él como un hermano menor. Solo eso.

- Aún así...- Murmuró Kagaho, apretando sus puños.- No me agrada que se te pegue tanto.

- ¿Y qué solución propones?

Hasgard sabía que Kagaho tenía algunas inseguridades, además de un inmenso temor al abandono. Debía superarlos poco a poco, y no sería un camino fácil, pero debían empezar con algo.

- No lo sé.- Suspiró derrotado el azabache.

- De acuerdo.- Suspiró Hasgard.- Entonces, ¿puedo proponer yo una solución?

Kagaho solo asintió. En momentos como ese se sentía en extremo vulnerable. No estaba acostumbrado a mostrar sus sentimientos, y aún le era difícil no sentirse débil al hacerlo.

- Bien, ¿por qué no intentas conocerlo?- Sugirió Hasgard, y Kagaho estaba de negarse rotundamente, lo sabía, y por es habló nuevamente.- Ni siquiera haz cruzado una palabra con él. Al menos dale una oportunidad, quizás no sea tan malo como crees.

Kagaho negó con la cabeza. No quería tener nada que ver con ese tal Teneo.

- Solo inténtalo.- Insistió Hasgard, tomando su mano.- Si no te agrada, no vuelves a hablar con él.

- Y tú aún seguirás siendo su amigo, ¿no es cierto?

- Le he marcado límites, sabe que estuve contigo y que ciertas actitudes suyas te molestan, y prometió no repetirlas.- Le tranquilizó Hasgard.- Si te hace sentir mejor, puedes acompañarnos mañana, no creo que él tenga algún problema.

Kagaho se negó en un inicio, y les llevó varios minutos llegar a un acuerdo, entre diálogo, ofertas, propuestas, acuerdos, y discrepancias, hasta finalmente llegar a una solución dónde ambos ganaban.

Definitivamente no era fácil lidiar con alguien como Kagaho, pero ver su sonrisa, y cómo se esforzaba por mejorar cada día, le era suficiente a Hasgard para sentir que valía la pena.

Después de todo, su frase de vida siempre había sido: "No eres culpable de tu pasado, pero sí responsable de tu presente y tu futuro."

Kagaho no tenía la culpa de haber pasado por todas esas experiencias traumáticas, y en consecuencia, desarrollar un miedo insano al abandono y la soledad, así como una coraza de aparentemente agresividad, y una extrema dificultad para expresar sus emociones.

Es decir, Kagaho era tan solo un niño cuando tuvo que aprender a valerse por sí mismo. No tuvo un ejemplo a seguir, ni tampoco alguien que lo guiara en su crecimiento, como si lo tuvo Hasgard con sus padres, quiénes se amaban y respetaban entre ellos, y quienes lo educaron y formaron como el hombre que era.

Sin embargo, Kagaho estaba haciendo un esfuerzo y poniendo de su parte para que lo suyo funcionara, y por dejar ir el pasado. Hasgard era consciente de que no cualquier persona lo haría, y únicamente por eso, no se daba por vencido con Kagaho.

Ese chico podía parecer rudo, altanero, agresivo, y hasta grosero a simple vista. Pero por dentro, sufría aún las heridas sin sanar, y a la vez, luchaba contra ellas.

Aún con todos sus defectos, Kagaho le había demostrado amor, desde cosas tan simples como contarle sus inseguro y mostrarle su lado más débil, hasta acceder a ir con un psicólogo cuando se lo sugirió.

Kagaho estaba haciendo un esfuerzo por cambiarse a sí mismo y ser mejor. Y Hasgard había decidido que quería acompañarlo en el proceso.

No iba a ser fácil, lo sabía. Pero como su madre siempre le decía: "Roma no se construyó en un día". Debían darle tiempo al tiempo, y poner ambos de su parte.

Después de todo, eran una pareja, un equipo. Ya habían dado los primeros pasos juntos, ahora solo quedaba continuar hasta alcanzar la meta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro