- ¡Papá! ¡Papá!- corrió hacia su habitación, quería ver su cara llena de celos cuando le diera el libro, al llegar al cuarto se maldijo por no ser un poco más paciente.

Para resumirlo, estaban dándole un hermanito, justo como lo dijo su tío.

- Mikellino~

- Y-ya acabé- escuchaba su respiración agitada asqueandose a cada segundo.

- Estuviste increíble... Aunque no es bueno aprovecharte de mí en este estado.

- Perdón, te veías tan vulnerable.

- ¿Quieres otra ronda?

- ¡No!- interrumpió su hijo haciendo que ambos se sonrojaran- ¿Podrían no hacer eso cuando estoy en el castillo?

- Se supone que habías ido con tu tío, ayer no regresaste- se justificó su padre recibiendo una mirada desaprobatoria de parte del pequeño.

- ¡Eres un asqueroso!- le lanzó el diario a la cara haciendo al pelimoztaza reaccionar.

- ¡Mixe! Tenle respeto a tu padre.

- ¡Él no es mi padre! ¡Solo es el abusivo que se aprovechó de ti!

- ¡SUFICIENTE! No sabes ni la mitad de las cosas que ha hecho por mí, y sobre lo de ahora, yo se lo pedí, debía compensarlo porque por culpa de alguien lo obligué a dormir en el suelo, y no creas que no me enteré de las bebidas.

- No tienes que someterte a él solo porque dio la casualidad de que te conoció cuando estabas confundido- aquello dejó petrificado al exe ¿Ya lo sabía? ¿Quién se lo dijo?

- ¿Cómo...?

- Encontré ese libro en la dimensión exe, seguro a papá le interesará leerlo- dijo apuntando al diario con una sonrisa burlona.

Antes de que pudieran contestar algo se retiró, los canes se miraron a los ojos sin saber qué decir.

- Reconocería ese cuaderno en cualquier lado, es un diario que me regaló Trollino.exe, lo había dejado en el castillo- explicó el menor.

- ¿Tiene escrito todo lo que sentías por él?- lo miró aguantando el nudo en su garganta al pensar en el tema.

- Desde que lo amé hasta que decidí que tu amor era más fuerte, lo abandoné para no pensar en lo solo que me sentía, lo único útil que tiene es la última hoja.

- No quiero leerlo, ya sé de qué trata, pero me da curiosidad ¿Puedo?

- Claro que sí... Por lo que veo, Mixe apenas leyó algunas hojas, si no te habría mirado con ojos diferentes y no pensaría que mandas en esta relación.

- No decías lo mismo hace rato.

- E-eso no cuenta.

Se recostaron para leer lo escrito juntos, a la fusión le causaba gracias los gestos de desagrado que hacía de vez en cuando su esposo o las justificaciones que daba, inútiles a su parecer, pues siempre le creería.

- ¿Un demente? ¿Eso pensabas de mí?

- No se vale, yo no sé lo que pensaste de mí.

- Si te besé no puede ser tan malo~

- Agh, tienes razón, pero eso solo me daba más razones de pensar mal de ti.

- Mi primera impresión fue que eras extraño y algo impulsivo, pero algo en mi corazón me decía que eras la criatura más bella que hubiera visto, pensé que podría amarte y quise comprobarlo.

- Un beso no comprueba nada.

- Sentí más con aquel roce que con cualquier insinuación que me hayan hecho antes.

- Bien, bien, eres algo cursi.

- ¿Cuál es tu página favorita?

- Mm... Creo que hay una, pero tendrás que leer un poco más.

- Me parece bien.

Luego de un rato llegaron a un apartado lleno de corazones.

- ¡Ignora eso!

La curiosidad le ganó y quiso leerlo de todos modos.

XX - XX - XXXX

Me siento muy caliente~
Por más que frote mis piernas no consigo saciar el deseo que me consume por completo, y el único que puede tranquilizarme escapó.
Hace rato que experimento sensaciones raras en todo mi cuerpo, apesar de no actuar con sensatez sigo teniendo un poco de conciencia.

Mi piel me quema y tengo ganas de rasgar todo lo que encuentre a mi paso, incluyendo la espalda de Mikellino.
No puedo pensar en otra cosa que no sea restregarme en el cuerpo desnudo de mi compañero como hace rato, es una lástima que eso no salió muy bien.
Puedo deducir por lo que siento que estoy en celo.

¿Qué tan patético sería masturbarme pensando en la hombría de Mikellino?

La cara del pequeño era tan roja como sus ojos, jugaba con sus dedos sin mirar a su compañero de vida.

- Y-yo... No estaba consciente en ese momento, es trampa.

- No le quites lo divertido a esto, muy pocas veces puedo leer lo mucho que te mueres porque te haga mío.

- Era mi primer celo y seguía siendo un inmaduro, no cuenta.

- Creo que debería recompensarte por dejarte con las ganas aquella vez~

Siguieron leyendo luego de divertirse una vez más, aunque uno de ellos no podía moverse por el dolor de sus caderas.

- Fuiste muy brusco- se quejó.

- Te encantó- le guiñó un ojo riendo.

- Mejor enfócate en la lectura, creo que esta es la que me gusta.

XX - XX - XXXX

Tengo miedo.
La gema me mostró una parte de mí que desearía olvidar, aquel ser que arruinó mi vida, aquel que podía quitarme todo lo que amaba.

Alejar a Mikellino fue la mejor opción, la verdad no me importa que sea una fusión, solo estoy demasiado asustado para pensar correctamente.
Mi cuerpo tiembla y ansía apretar el cuerpo de mi amigo, si es que aún puedo llamarlo así.

Debo enfocarme en mi misión, no pude salvar a Trolli.exe y no pienso perder a nadie más.

¿No sería hermoso si pudiera apreciar lo que tengo en vez de complicarme la vida?

Se vieron a los ojos sin decir nada.

- Te amo, Mikel, y siempre lo haré, aún cuando creas que lo mejor es separarnos.

- Ese pensamiento se fue hace mucho, junto a la tonta idea de que eras solo un amigo.

- No me importaría serlo mientras sigas a mi lado.

- ¿Crees que Mixe esté listo algún día? Ya ha tratado de separarnos bastantes veces, aunque acabamos más unidos.

- ¿Qué te dice la estrella?

- Me advierte de algo, pero no me dice qué es, seguro no es tan malo.

- Lo enfrentaremos juntos.

- ¿Y si el problema lo tenemos que resolver separados?

Con aquel pensamiento se quedaron dormidos, abrazándose y apreciando una vez más lo que ya tenían.