"¿Qué son estos sentimientos?" se preguntaba Jav una y otra vez. Sarah representaba una parte dolorosa de su pasado, el quiebre de la relación con sus padres. Pero ahora que la había vuelto a ver, era imposible ignorar lo hermosa que se había vuelto. Ya no era la adolescente que conocía, era una mujer.

Ahora que todo el revuelo por Diego había terminado, había vuelto a su viejo apartamento para tomar un respiro. Extrañaba a Emma y a los chicos, pero aún no se acostumbraba del todo a la nueva pareja que hacían Emma y Danys, por lo que prefería mantenerse al margen un par de días.

Suspiró mientras se recostaba en el sofá de la sala de estar. Había visto brevemente a Sarah en el hospital, y desde entonces no podía quitársela de la cabeza. Lo peor es que la había mirado de la cabeza a los pies disimuladamente, y no entendía cómo era posible que fuera tan atractiva. Hasta tuvo el impulso de invitarla a un lugar más privado sólo para recorrer ese cuerpo como corresponde.

Pero no era el momento ni el lugar. Desde entonces no la había vuelto a ver, y tampoco se había atrevido a hablarle por whatsapp. Tenía tantas ganas de verla pero no encontraba el valor para decírselo, se sentía fuera de lugar, como si hubiera perdido el derecho de luchar por ella. De pronto el teléfono vibró asustándola, había mucho silencio en su casa.

"Quiero verte" decía Sarah por whatsapp. Ella se sentía de la misma manera. Pero Jav no quería perderla de nuevo, no quería pasar de nuevo por aquel dolor. Nada fue lo mismo después de aquello, cuando ella se fue al extranjero, Jav literalmente sintió que se llevaba su corazón. Al pasar los años conoció a Emma, con la que sentía la misma pasión e intensidad, pero faltaba algo. Era cierto que la amó, pero no estaba loca por ella.

Pero con Sarah era totalmente diferente. Jav sí había enloquecido por ella cuando estuvieron juntas, incluso se prometieron una vida juntas, pero todo se vio truncado por la homofobia de sus familias, que no permitieron que ese amor floreciera. Era el amor de su vida en aquel entonces, pero ahora, ¿también lo era?

"Yo también" le contestó por fin. Pero Sarah sólo lo leyó, y no respondió nada más. Jav se levantó para ir por otra cerveza, y luego volvió a sentarse al sofá con resignación. No supo en qué momento se durmió, por lo que despertó con gran sobresalto al escuchar el timbre sonar y sonar.

—¡Ya voy, un momento! —gritó mientras se peinaba un poco el rebelde cabello rojo. Casi se le cae la cara de sorpresa cuando apareció la preciosa figura de Sarah en la puerta. Ella la miró complacida, claramente le gustaba lo que veía.

—Me gusta cuando te ves así de salvaje con tu pelo al natural.

Jav sólo se rio nerviosamente haciéndola pasar. Apenas cerró la puerta se sintió sofocada, como si le faltara el aire. Sarah miraba alrededor con curiosidad, a pesar de que el apartamento estaba prácticamente vacío, por la ausencia de la dueña.

—¿Quieres algo para beber? —le preguntó a Sarah.

"A ti", quería responder la modelo, pero no se atrevió, ya que Jav parecía algo incómoda.

—Claro —le respondió con una sonrisa.

Jav ahogó un suspiro y se giró hacia el refrigerador para sacar dos botellas de cervezas. No podía creer que no era capaz de resistirse al encanto de Sarah. Estaba tan acostumbrada a mantener el control completo de la situación que le asustaba lo desarmada que se sentía junto a Sarah.

Se encaminó al sofá nuevamente esperando que Sarah la siguiera. La modelo se sentó al lado de ella, pero muy cerca, casi tocando sus piernas. Jav sentía que estallaba por dentro con su cercanía, pero hizo su mayor esfuerzo para comportarse y hacer las cosas bien.

—¿Supiste que mi hermana se casó con tu ex? —dijo Sarah divertida.

—Era algo que iba a pasar, aunque no pensé que tan pronto.

Jav posó la mirada en los ojos de Sarah, y fue un grave error. En aquellos ojos grises ardía el mismo deseo que ella sentía. Tomó otro sorbo de cerveza sin dejar de mirarlos, desafiándolos.

—Jav, creo que deberíamos dejar de darnos vueltas.

—Tienes razón.

No hubo más palabras. Las dos se fundieron en un beso cargado de sentimientos, lleno de anhelo por la otra. Jav le arrancó la ropa con ferocidad, liberando aquel deseo contenido desde la había vuelto a ver. Sarah también le quitó la ropa cómoda con facilidad, no quería separarse de la boca de Jav. De alguna manera la ingeniera la llevó a la habitación sin dejar de besarla, dejando ropa tirada por todo el camino.

Una vez en la cama, Jav se posicionó sobre Sarah, necesitaba aquel cuerpo que había buscado por tantos años. Por fin lo comprendía, nunca había superado su amor por Sarah, simplemente se había congelado en el tiempo. Besó y lamió su cuello con cierta cadencia, sentía su olor y aquello la embriagaba más que cualquier otra cosa. Sentía que perdería la cabeza ahí mismo.

Por fin pudo lamer y besar aquellos pechos perfectos, no sabía por qué, pero lo eran. Los gemidos de Sarah ayudaban a aumentar su excitación, quería escucharla más. Mientras se deleitaba lamiendo sus suaves pechos, con una mano recorría su muslo hasta llegar a esa entrada húmeda a la que tanto deseaba entrar. Cuando su mano sintió la calidez húmeda del interior de Sarah, ella gimió su nombre. Era lo que había esperado todos estos años. Mordió su cuello, mientras aumentaba el ritmo del movimiento de sus dedos, hasta que sintió que todo el cuerpo de Sarah se estremeció al llegar al clímax.

Pero aquello no era suficiente. Aún no había probado el sabor de Sarah. Así que bajó lentamente, mientras ella aún regulaba su respiración agitada. Y se sumergió en su sexo aún húmedo. El sabor era como ambrosía de los dioses, ni siquiera entendía por qué le sabía tan bien, sólo sabía que se lo bebería todo.

Sarah, sin embargo, quería algo más que sólo ser una princesa de almohada.

—Déjame hacértelo a ti también —le dijo en un susurro.

Jav la miró sorprendida, pero no había razón para no disfrutar ambas. Por lo que simplemente volteó su posición, sin dejar de lamer a Sarah, para que ella también pudiera saborearla. Pero una vez que la lengua de Sarah tocó su sexo, enfocándose en el clítoris, no pudo hacer tan bien su tarea, ya que la lengua experta de Sarah la distraía bastante. A la modelo no podía excitarle más escuchar a la ingeniera gemir entre sus piernas. Aquella siempre había sido su posición favorita en la cama y durante años fantaseó con tenerla con Jav.

La ingeniera no quería quedarse atrás, así que además de su lengua utilizó sus dedos para aumentar el placer que le daba a Sarah. La modelo imitó su ejemplo, así le arrancó más gemidos a la ingeniera, quien murmuraba su nombre como si de un mantra se tratase. Sus cuerpos ardían con el contacto de la otra, como si durante años hubieran esperado por volver a encontrarse también.

Jav sentía que perdía la cabeza con aquella estimulación tan intensa, más aun viniendo de Sarah, cosa que ni en sus más intensos sueños húmedos imaginó, y alcanzó el climax sorprendentemente al mismo tiempo que Sarah. La noche era joven para ambas, y siguieron recorriendo sus cuerpos que tanto habían añorado casi hasta el amanecer.

Cuando se acomodaron tácitamente para dormir, el pánico se apoderó por un momento de Jav, al recordar aquella vieja herida.

—Sarah, quédate conmigo —murmuró, pensando que estaba dormida.

—Lo haré, amor.