6. Oasis
Kocho Kanae estaba radiante, casi parecía que estaba brillando en el comedor sentada junto a sus hermanas y primas mientras desayunaban, causando que éstas se le quedaran mirando asombradas.
- Kanae-oneechan, ¿te encuentras bien? - Preguntó una joven Aoi Kanzaki.
A lo que Kanae la miro mientras peinaba el cabello de Kanao y le dijo con una enorme sonrisa - Me encuentro sensacional, gracias por preguntar Aoi-chan
- ¿Qué rayos pasó ayer en la escuela Onee-san? - preguntó Shinobu - desde que volviste has estado súper contenta, incluso estabas tarareando mientras preparabas la cena anoche.
- Oh! nada en especial mi querida Shinobu-chan, no te preocupes por mi jejeje - dijo ya una cada vez más roja Kanae, dándose cuenta que era el centro de atención de esa mañana - Si no nos apuramos, llegaremos tarde a la escuela - dijo nerviosa mientras se levantaba recogiendo sus cosas y se disponía a irse.
"Qué vergüenza", pensó Kanae la cual tenía sus dos manos sobre sus mejillas mientras caminaba a la estación del tren. Y es que el origen de su felicidad es que por fin había podido hacer las paces con Shinazugawa-san, cuando ella se había ofrecido a ayudarlo a ponerse al día en sus notas éste había aceptado y para colmo de males le había comprado un presente, algo que ella claramente no esperaba, aquel particular pero lindo llavero de un gatico malhumorado, el cual ya llevaba adherido a su mochila, era la otra razón que la tenía en las nubes aquella mañana. La noche anterior se había quedado viéndolo por horas antes de irse a dormir, pensando que de cierta manera éste era muy parecido a Shinazugawa-san, lo cual era extremadamente tierno, y no pudo evitar preguntarse si él fue consciente de ello cuando lo compró.
Pero de un momento a otro, Kanae paró, como si alguien hubiese presionado el botón de apagado que todos los humanos tenían en su nuca, ya que en el momento en que estaba a punto de entrar a la estación de tren cayó en cuenta que probablemente se encontraría con Shinazugawa-san, y que estarían los dos solos por aproximadamente 15 minutos que era lo que se demoraba el trayecto a la Kimetsu School, ésto hizo que se sintiera realmente nerviosa, no entendía del todo por que, pero es como si desde el momento en que ellos por fin se habían reconciliado algo dentro de ella hubiera cambiado, ahora el solo hecho de pensar en Shinazugawa la ponía realmente inquieta. "¿De que vamos a hablar?", "¿se sentirá incómodo si lo molesto en el tren?", "Dios, que me pasa, no es como si no hubiéramos hablado ayer un rato" se dijo así misma mientras se daba unas palmaditas en las mejillas con las manos, y prosiguió con su camino.
Pero para su decepción, Shinazugawa no se encontraba en el tren esa mañana, esto puso a Kanae un poco triste, aunque trato de no darle mucha importancia. Después de llegar a la escuela y subir a su salón, como era costumbre, su grupo de amigas se encontraban en el pasillo al frente del aula y al verla se acercaron a ella para saludarla.
- Buenos días Kanae-chan, ¿como estás? - a lo que la aludida, como siempre respondió con su característica energía
- Buenos días chicas, muy bien.
- Oh! - de repente una de ellas exclamó - ¿es eso un nuevo peluche que llevas en tu mochila?
A lo que Kanae un poco nerviosa respondió - S-Si, jejeje lo recibí hace poco.
- Kyaaaa ¿de quien?, comenzaron a gritar el grupo de animadas chicas, mientras se acercaban más hacia Kanae, rodeándola para que no escapara.
- ¿Es de la escuela?
-¿te lo regaló un chico, te gusta?
-¿quién es? por favor por favor dinos!
Y así un bombardeo de preguntas empezaron a llover sobre la presidenta del consejo estudiantil, la cual solo podía levantar sus manos en un esfuerzo por salvaguardar su espacio personal, "¿gustarme?" pensó para sí misma, e inevitablemente un color rosa comenzó a brotar de sus mejillas empeorando su situación, ya que sus amigas al ver esto, aumentaron la intensidad del interrogatorio.
Le tomaría a Kanae más de 15 minutos convencerlas de que la persona que se lo había regalado había sido una de sus hermanas. Ella decidió mentir acerca de la procedencia del regalo, ya que claramente sabía que la mayoría de gente odiaba a Shinazugawa-san por lo que había pasado entre ellos y no quería causarle más problemas. Comunicar la verdad sobre lo ocurrido aquel día a todos sus amigos y compañeros era otra cosa que deseaba enmendar, ya que hasta la fecha sólo Uzui, Rengoku y ella eran los únicos que sabían la verdad, aunque aún no había pensado mucho en como hacerlo ya que su prioridad número uno hasta ahora había sido hacer las paces con Shinazugawa.
Kanae entró al salón y de nuevo para su sorpresa, ni Shinazugawa, ni Uzui, ni Rengoku se encontraban, causándole curiosidad ya que las clases iban a comenzar pronto. Una vez sentada y mientras sacaba sus cuadernos y libros, aquella pregunta volvió a su cabeza como un relámpago, "¿Un hombre que me gusta?", y de nuevo inconscientemente puso sus dos manos sobre sus mejillas, en un gesto de vergüenza.
Al momento de sonar la campana Tetsuido-sensei entró al salón saludando a todos los estudiantes y justo cuando éste estaba poniendo sus cosas sobre su escritorio, la puerta se abrió de golpe y todo el salón vio como Rengoku, seguido por Uzui y Shinazugawa entraban jadeando, se notaba que habían estado corriendo para intentar no llegar tarde.
- Llegan tarde jóvenes - replicó el maestro.
- Lo siento mucho Tetsuido-sensei!!!, es mi responsabilidad, estábamos charlando y nos olvidamos del tiempo JAJAJA!! - Grito Rengoku sonriendo, a lo que todo el salón no pudo evitar reírse.
- Lo dejaré pasar porque se que eres un chico responsable Rengoku-san, vayan a sus asientos por favor.
Y así los recién llegados lo hicieron, y mientras éstos pasaban por delante del puesto de Kanae, comenzaron a saludarla, Rengoku por supuesto sin medir el tono de voz le dijo
- Buenos días Kanae-san!!!
Uzui, haciendo la mímica de inclinarse como se hacía en la antigüedad para saludar a la realeza dijo
- Buenos días mi reina, como siempre, está hermosa.
Y por último, cuando Shinazugawa paso por el frente, los dos cruzaron miradas, y éste sólo dijo
- Buenos días Kocho-san.... - y acto seguido se sentó en su puesto.
Kanae sintió una punzada en el pecho, pero recordó lo feliz que estaba al poder volver a saludarlo de manera más amigable, y efectivamente así lo hizo con una gran sonrisa, para asombro de todo el salón.
La razón por la cual Shinazugawa no se cruzó con Kanae en el tren y de porque llegaron tarde a clase era simple. El día anterior, antes de llevar a cabo el plan para que él pudiera disculparse con la presidenta del consejo, hubo una feroz batalla interna en el grupo del Rey de la Kimetsu.
- ¿Por qué demonios debo llegar media hora antes de que comiencen las clases? - preguntó un furioso Sanemi a Uzui.
- AHH? - respondió Uzui - Porque claramente no nos vamos a aguantar la espera hasta la hora del almuerzo para poder saber que paso con tu disculpa amigo, ¿acaso quieres matarnos de la intriga?
- E...Es cierto - dijo una tímida Kanroji - Queremos saber cuanto antes como te fue con Kocho-senpai, no debes ser egoísta Sanemi-senpai.
Inmediatamente y como de costumbre, Sanemi la miró con cara de revolver haciendo que Mitsuri, a causa de que Rengoku no estaba, se escondiera detrás de Iguro, lo cual era un poco gracioso ya que ella es más alta que él.
- Mira Shinazugawa, no te diríamos esto si no fuera por qué elegiste el peor peluche llavero que pudiste encontrar - dijo Iguro un poco sonrojado por tener a Kanroji detrás de él - a este paso no te va a perdonar, y no esperaremos hasta la hora del almuerzo.
- ¿E-El peor? - dijo un asustado Sanemi, a lo que los otros 3 se echaron a reír, haciendo que éste se sonrojara.
A la mañana siguiente, un cansado Sanemi se levantó más temprano de lo habitual para poder llegar a tiempo a la cita establecida, enfurecido, pero al mismo tiempo no podía ocultar su felicidad. Para ser honesto, no podía creerse aún que su número de amigos hubiese aumentado de la noche a la mañana y que éstos estaban interesados en saber si le había ido bien con su plan, pero encima de todo, por fin había podido disculparse con la presidenta, aquella conversación y la forma como le sonrió antes de que él se fuera hacía que no dejará de estar contento, sin importarle que hubiese dormido menos de 3 horas a causa de las horas extras que hizo en el trabajo.
Cuando llegó a la escuela, más específicamente al edificio viejo donde acordaron encontrarse, vio que todos sus amigos estaban allí impacientes y cuando lo vieron acercándose, Uzui, Kanroji y Rengoku se le abalanzaron sin siquiera saludarlo, cayéndole encima y gritándole preguntas al mismo tiempo.
- Nos estábamos muriendo de la espera - dijo Uzui.
- SIIII, por favor dinos que paso - dijeron Rengoku y Kanroji al unísono.
- ¿Como te fue Shinazugawa? - dijo Iguro, quien había sido el único en mantener la compostura.
- AAAAHHH quítense de encima! - dijo un furioso Sanemi.
Después de incorporarse, los cinco continuaron charlando, y Sanemi les contó todo lo que había pasado, obviando los detalles más vergonzosos por su puesto.
- Kyaaaaaaa, no puedo creerlo, eso fue tan romántico, que envidia siento de Kocho-senpai - dijo Kanroji mientras hacía una cara de vergüenza y emoción, cubriendo su rostro con sus dos manos - Yo también quiero recibir un regalo así (ésto hizo que Iguro se quedara viéndola, pensativo).
- JAJAJA así que la presidenta no solo te perdonó sino que también te va a ayudar con tus estudios, eso está muy bien - dijo Rengoku.
- Ella es la persona más lista de la escuela, si ella no te hace recuperar tus notas, nadie lo hará - agregó Iguro.
- Supongo que ahora tendrás que usar las horas de estudio opcionales con ella, estarán los dos SOLOS y debes aprovechar para conquistarla - dijo un animado Uzui mientras ponía sus dos manos sobre los hombros de Shinazugawa y lo miraba con un rostro muy serio, que no cuadraba para nada con lo que estaba diciendo.
- ¿QUE? - rugió Sanemi, pero al mismo tiempo todos vieron como se sonrojaba un poco, provocando que todos se echaran a reír. Aunque de repente sonó la campana que anunciaba el inicio de clases por lo que todos cayeron en cuenta que la media hora que habían establecido para hablar ya se había terminado, por lo que rápidamente se despidieron y salieron corriendo a sus respectivos salones.
Así fue como desde ese día, Sanemi comenzó a estudiar con Kanae durante las horas opcionales de estudio, e incluso, estos dos almorzaban lo más rápido posible para poder aprovechar y estudiar. Sanemi realmente necesitaba toda la ayuda que pudiera recibir, y progresivamente sus notas comenzaron a mejorar. Pero por otro lado para Kanae Kocho, la realidad era otra, sus reuniones con Shinazugawa se comenzaron a transformar en espacios cada vez más valiosos para ella y poco a poco, el estudio se transformaba en una mera excusa para poder estar con él a solas; todos los días esperaba con ansias que llegara el momento para poder reunirse con él. Aún Kanae no era consciente que un sentimiento de amor paulatinamente comenzaba a brotar en ella.
Un día, como ya era rutina, Shinazugawa entró en la biblioteca y al ver a Kocho le dijo:
- Perdón por hacerte perder tu hora de almuerzo al tener que ayudarme - dijo Sanemi mientras se inclinaba, antes de tomar asiento al lado de Kocho en una de las mesas de la biblioteca de la escuela, el lugar donde acordaron tener las sesiones de tutoría.
- Shinazugawa-san te he dicho que no me molesta, deja de pedirme perdón cada vez que vienes después de comer tu almuerzo, tu estas poniendo todo de tu parte para poder mejorar en tus notas, así que esforcémonos juntos ¿está bien? - respondió una molesta Kanae, pero que inmediatamente le lanzó una sonrisa.
- Kocho-san, el cuadernillo que me diste con apuntes me ha sido de mucha utilidad, son sencillos y fáciles de entender, incluso Rengoku y Uzui me lo pidieron prestado, eres muy buena enseñando - le dijo Sanemi.
Al escuchar esto, Kanae sintió de nuevo aquella presión en su pecho, pero mantuvo la calma y prosiguió.
- Gracias Shinazugawa-san, la verdad es que me gusta mucho enseñar, tengo planeado convertirme en profesora - dijo un poco apenada, mientras jugaba con sus dedos.
- ¿En serio? eso es genial, serás una excelente maestra tenlo por seguro - dijo Shinazugawa mientras escribía concentrado en su cuaderno, sin saber que, Kanae ahora lo miraba con sus enormes ojos púrpura, completamente sonrojada. Hasta que reaccionó y prosiguió con la lección.
Tiempo después Kanae dijo
- Esto ha sido todo por hoy Shinazugawa-san, aún tenemos 10 minutos antes de que las clases continúen.
- De nuevo gracias por la ayuda Kocho-san - dijo Shinazugawa en voz baja
- Es un placer - respondió la presidenta del consejo estudiantil con una linda sonrisa.
Desafortunadamente después de eso, y como siempre, un incómodo silencio se generó entre ellos y es que había un problema, Kanae aún notaba que Shinazugawa-san evitaba "crear" mucha confianza entre los dos. Generalmente cuando acababan de discutir sobre estudio, Kanae intentaba hacerle conversaciones a Shinazugawa, donde éste a veces accedía a responder y otras veces se limitaba a quedarse en silencio hasta que tuviera que irse. Kanae notó que era especialmente evasivo cuando le hacía preguntas relacionadas con su familia o su vida personal en general, y no sabía cómo sentirse al respecto, "De pronto aún no confía del todo en mí" pensaba para sí misma, recordaba cómo reaccionó el primer día cuando ella le dijo esa frase sobre su pasado, y al verle sus cicatrices, ese sentimiento de querer saber todo sobre él seguía creciendo, aunque de repente, la voz de Shinazugawa la sacó de su letargo
- Ammm siento mucho que aveces no responda tus preguntas - dijo Sanemi, mientras miraba hacia la mesa de la biblioteca, un poco tenso - No quiero que pienses que te ignoro porque tenga un problema contigo.
Kanae solo lo observaba mientras juntaba sus manos a la expectativa, pero se quedó en silencio escuchándolo.
- Solo quiero aclarar que no tengo nada contra ti, también espero que no te esté causando problemas con tus amigas, se que no han estado muy contentas acerca de estas reuniones.
Kanae lo miro un poco preocupada ya que desafortunadamente era verdad, cuando sus amigas y compañeros de clases se enteraron de que ella le estaba ayudando a estudiar, hicieron un escándalo, le dijeron a Kanae que no tenía porque hacerlo, que como era posible que estuviera ayudando a Shinazugawa después de la forma como la trato el primer día, a lo que ella se limitaba a explicarles que todo eso había sido un malentendido. También se enteró que varios de sus compañeros fueron a protestarle ese hecho a Rengoku, lo que le causó mucha rabia e indignación, cómo era posible que hicieran ese tipo de cosas a las espaldas de Shinazugawa.
- No! - dijo en un tono un poco alto Kanae, haciendo que Shinazugawa levantara la vista y la mirara - Ya te lo dije, nada de lo que está pasando actualmente es tu culpa, todo ese malentendido no fue nada más que mi error, no te preocupes Shinazugawa-san, pienso aclarar este asunto con todos los del salón, solo debo encontrar el momento adecuado.
Cuando dijo eso, los dos se quedaron viéndose en silencio por un tiempo. De nuevo esa tormenta de sentimientos se liberaron en Kocho Kanae, sintió una angustia casi indescriptible, quería hacerle un millón de preguntas a Shinazugawa, quería saber el origen de sus cicatrices y de porque a veces veía que él ponía una expresión de profundo dolor, quería que fueran más cercanos, quería que toda la gente pudiera verlo como ella lo veía, quería que él confiara plenamente en ella, quería.... De repente la campana que indicaba el cambio de clases sonó, haciendo que los dos saltaran reaccionando a ésta, rompiendo inmediatamente el contacto visual, tímidamente.
- Las clases van a comenzar Shinazugawa-san, ¿Vamos? - dijo Kanae un poco nerviosa.
- Adelántate por favor Kocho-san, me quedaré un rato más y después iré - respondió Shinazugawa, dicha respuesta puso un poco triste a Kanae.
- Está bien, no te demores mucho, si llegas tarde te regañarán, nos vemos - dijo con una gran sonrisa mientras se retiraba de la biblioteca.
Sanemi la vio alejarse poco a poco, lo que ella no sabía era que él evitaba que los vieran juntos para no causarle molestias. Sabía que la mayoría no soportaba que ella lo estuviera ayudando, no le importaba mucho para ser sincero, pero era mejor así. Nada de eso eclipsaba el hecho de que, después de mucho tiempo volvía a ser feliz.
- ¿Soy feliz? se preguntó así mismo. De repente varios recuerdos empezaron a llegar a su cabeza, golpeándolo de tal manera que le helaron las venas, "La sangre, Genya, el hospital, la herida...", aquella sensación de terror se apoderó de él y comenzó a sudar, mientras temblaba y jadeaba. Tenía una mano apretando el puño sobre la mesa y la otra cerrada fuertemente sobre su saco a la altura del pecho, donde sentía una punzada de dolor indescriptible, la cual no lo dejaba respirar al punto que creyó que se iba a desmayar.
"Por su puesto que no mereces esto Sanemi" se dijo. En su cara había una expresión contraída a causa de la tensión, el dolor y la presión que producían aquellos recuerdos. "Aún no pagas por lo que les hiciste a las personas que más amabas..." complementó.
Le tomaría a Sanemi varios minutos para recuperarse, después se levantaría y se dirigiría al salón completamente sumergido en sí mismo.
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