22. Navidad y una confesión - Parte Dos
"Maldito Urokodaki, cómo se atreve..." pensaba Sanemi mientras se encontraba en el centro del huracán que ahora era la fiesta de navidad en la mansión de los Rengoku. Uzui y Kanroji lo llevaban de ambos brazos emocionados hacia donde se encontraban los demás. El peli plateado fue presentado primero a Koinatsu, la prometida de Rengoku, luego al pequeño Seijuro a quien un asombrado Sanemi notó que era prácticamente una copia exacta de su hermano mayor, luego Uzui lo introdujo a sus tres novias, casi de inmediato, las tres chicas le recriminaron por la paliza que le había dado a su novio hace ya algún tiempo, haciendo que el chico de las cicatrices temblando pidiera disculpas y como consecuencia logrando que todas no pudieran contener más la risa para luego aclararle que era una broma ya que sabían que todo había sido para ayudarlo, sin embargo con una cara amenazante le dijeron que no le perdonarían si volvía a hacerle daño a Tengen, a lo que un aterrorizado Sanemi solo asintió con la cabeza.
- ¿Qué te hizo cambiar de opinión Sanemi? - se pudo escuchar a Iguro preguntar mientras lo miraba intrigado, aunque con una sonrisa, ciertamente disfrutaba ver a su amigo sufrir por la excesiva atención que sin querer solía atraer, ya que era consciente que no se le daba muy bien interactuar con la gente.
- Mis hermanos me obligaron a venir... básicamente no puedo volver hasta que la fiesta haya terminado... - respondió apenado.
- ¿JAJA en serio? - Preguntó Rengoku animado mientras abría los brazos - parece que Genya-chan logró lo que nosotros no pudimos, le debo una - Esto ocasionó que todos en el grupo se rieran mientras un rojo Sanemi no decía nada, solo estaba allí temblando.
- Y que lo digas Kyojuro, debemos asegurarnos de agradecerles a los pequeños Shinazugawa por este favor, mira a Sanemi, está aquí super elegante, aunque un poco tarde debo admitir pero nos vamos a divertir - decía Uzui mientras como mandaba la costumbre, cruzaba su brazo sobre los hombros de su malhumorado amigo mientras reía malévolamente.
Durante un breve momento, Sanemi sin poder evitarlo volvió a mirar a la bella Kanae, notó que ella lo miraba con una pequeña sonrisa, aunque aún no le había dicho una palabra.
- Sanemi, amigo mío, bienvenido, sientete como en casa, aunque es un poco tarde espero que puedas pasar un buen rato, Tengen, Mitsuri, porque no lo llevan a que coma algo y a que hable con nuestros compañeros de clase, no quiero que nuestro amigo se quede en una esquina haciendo mala cara - concluyó el anfitrión.
Al escuchar esto, ahora un pálido Sanemi miraba a su amigo con preocupación, estaba claro que ese era su plan y ahora había quedado a merced de esos dos.
- Como mande capitán - replicó alegre Uzui mientras con Kanroji hacían un saludo militar, como si estuvieran aceptando una misión y de nuevo cada uno tomó al peli plateado de un brazo para comenzar a arrastrarlo hacia el salón a pesar de las repetidas quejas de este, mientras las tres alegres novias de Sanemi los seguían ahora en un ruidoso y curioso grupo.
- Jaja eso fue cruel Kyojuro-san, sabes que esos dos harán sufrir a Sanemi - comentó Iguro.
- JAJA lo sé, pero necesito tiempo y de tu ayuda Obanai-kun, la inesperada llegada de Sanemi ha cambiado el panorama de esta fiesta ¿me prestarás tu ayuda?
- ¿De qué hablas? - En ese instante Iguro intrigado observó que Kanae y Rengoku estaban serios, así que se quedaron allí, hablando.
Mientras eso sucedía, el pobre Sanemi era arrastrado por todos lados. Primero Kanroji emocionada lo llevó al buffet de comida, éste se asombró de nuevo al ver toda la variedad de comida que había disponible, podía ver todo tipo de carnes, aperitivos y postres, era un verdadero festín, eso sin mencionar que podía repetir cuantas veces quisiera, Sanemi pensó que cuando la fiesta acabara podría pedirle a Rengoku que le permitiera llevar algo de esta lujosa comida para sus hermanos y para Himejima-san, al final intentó comer tanto como Kanroji, pero simplemente le fue imposible. Luego Uzui lo empujó al karaoke, a lo que Sanemi se negó rotundamente a participar, alegando que preferiría morir, aunque se quedó escuchando cantar a su extravagante amigo junto a sus novias. De allí el particular grupo lo invitaría a bailar, Uzui le decía que no debería ser tan tímido o no conquistaría a ninguna chica, le dijo que si quería podía ir a bailar con alguna de sus novias, o con la misma Mitsuri para molestar a Iguro, pero de nuevo ante la negativa del peli blanco, al final a lo único que lograron que accediera fue a dar una ronda para charlar con todos sus compañeros de clase, Sanemi sabía que debía quemar tiempo, y que aquella opción era la menos tortuosa ya que pronto sería medianoche y luego sólo quedaría esperar a que todos se fueran a sus casas.
Pero para su mala suerte, sus compañeros de clase ahora lo trataban de una forma muy amigable. Desde los eventos del festival escolar y su retorno a la escuela, todos habían sido testigos de la perseverancia y bondad del renacido Shinazugawa y aunque este no quisiera admitirlo, todos comenzaron a sentir estima por él. En su ronda de charlas, cada uno de sus compañeros le presentaban con más confianza a quienes habían llevado de acompañantes a tan famosa fiesta, entre esos hermanos, parejas, amigos entre otros. Aunque el peli plateado no decía casi nada, escuchaba pacientemente las charlas que tenían entre sus amigos y compañeros, no pudo evitar pensar en lo irrisorio de aquella situación, y de cómo haber conocido a Rengoku y Uzui había cambiado su vida.
Sin embargo, asombrado también escuchaba que las charlas que sostenían iban desde viajes por Europa, compras de marcas lujosas, grandes herencias y futuros CEOs de empresas familiares entre otros muchos temas, después de estar tanto tiempo dentro, había olvidado que la Kimetsu School realmente era una escuela llena de niños ricos, y que él no podía ser más ajeno de aquel ambiente, "Éste es el mundo en el que ella vive...." pensó, en ese instante las palabras que le había dicho Sabito esa misma noche también aparecieron en su mente, Sanemi debía aceptar quienes eran sus amigos y así poder realmente apreciar su amistad.
De repente Iguro llegó a donde se encontraban, rápidamente y sin mayor explicación pidió a Kanroji prestada ya que quería bailar con ella una última vez antes de que fuera medianoche, a lo que la chica que antes no paraba de charlar y reír, completamente roja y apenada aceptó en silencio, Uzui al caer en cuenta de ello también fue a bailar con sus novias en una pintoresca escena donde se peleaban entre ellas para saber con quién lo haría primero. Sanemi se maldijo al haber quedado solo frente a sus compañeros, pero para su sorpresa, sintió como alguien lo jaló de su brazo y lo arrastró hacia la pista de baile, era Kanae.
Un perplejo Sanemi no hizo nada mientras la chica lo llevaba ahora de la mano, luego en silencio y sin resistencia, ella puso una de sus manos sobre su cintura y tomó la otra mientras colocaba su respectiva mano derecha sobre el hombro del peli plateado, y guiándolo suavemente, comenzaron a bailar al son de la canción.
- Hola Sanemi-kun, creo que no te había saludado formalmente - Finalmente dijo la chica con una sonrisa.
Pero Kanae no recibió respuesta, Sanemi seguía viéndola en aquel bello vestido incrédulo con la boca medio abierta mientras bailaba torpemente
- ¿Crees que me veo linda? - dijo mientras lo miraba al rostro un poco sonrojada pero con determinación, haciendo que Sanemi reaccionara ante tal pregunta.
- ...Te ves hermosa. - respondió completamente rojo y con un tono suave, como un susurro que le causaba extrema vergüenza, pero al estar los dos tan cerca uno del otro, Kanae pudo escucharlo claramente y tampoco pudo evitar bajar la mirada apenada.
- Gracias...
- Pero Kocho-san - continuó Sanemi casi de inmediato con un tono de preocupación, haciendo que la chica lo mirara con curiosidad - no deberías estar bailando conmigo, aquí estamos frente a todos nuestros compañeros de clase y frente a tus amigas, dañaras tu reputación y ya sabes lo de los rumores, apenas si logramos aclarar lo que pasó en la escuela... - concluyó mientras miraba hacía alrededor del salón
En ese instante Kanae paró de bailar y Sanemi pudo observar que ella estaba haciendo una expresión que no había visto en un buen tiempo, estaba realmente enfadada y no paraba de mirarlo a los ojos, "que dije... " pensó para sí mismo el peli plateado confundido.
- Sanemi-kun, por favor no digas cosas tan ofensivas, no entiendo por qué lo haces, cuando vas a entender que a mí no me interesa lo que la gente piense o diga... y mucho menos debería importarte a ti - en ese momento hizo una larga pausa - pero lo que más me molesta es que sigas pordebajeandote Sanemi-kun, así que no quiero que vuelvas a decir algo así, ¿entendiste?
Sanemi en ese instante supo que había cometido un error, de nuevo las palabras de Sabito atravesaron su mente como una flecha, pero decirlo era más fácil que hacerlo, en su cabeza la alarma de que al estar con ella en un sitio público la perjudicaba no paraba de retumbar... así que concluyó que por ahora solo trataría de olvidar el tema y de no molestar más a Kanae en aquel día tan importante.
- Lo siento - terminó diciendo el peli plateado, a lo que la chica de nuevo demostrando su amabilidad, le sonrió como si nada hubiese pasado y continuaron bailando mientras charlaban.
- ¿¡Irás a Tokio después de año nuevo con tu familia!? - dijo asombrado Sanemi.
- Sip, todo fue idea de Shinobu, quiere escoger un buen apartamento para mí o eso me dijo, adicionalmente quiere que paseemos por la ciudad junto a Kanao... realmente se preocupa mucho por el hecho que estaré por mi cuenta durante cuatro años - decía animada Kanae mientras seguían en aquella danza - la verdad Sanemi-kun es que me alegra poder hacer esto con ellas, las he notado muy inquietas por nuestra separación... y si puedo darles algo de tranquilidad con esto, lo haré con gusto.
- Tienes que entenderlas, en especial a la pequeña Shinobu que te ve como la líder de la familia, probablemente siente mucha presión ya que quizás piensa que cuando te vayas ella asumirá toda la responsabilidad... - En ese instante Sanemi volteó hacia el árbol que se encontraba en el centro de aquel gran salón con la mirada perdida - eso fue lo que yo le hice a Genya cuando los abandoné...
- Sanemi-kun... - dijo Kanae preocupada.
- Oh, lo siento Kocho-san, no te preocupes por mí... - continuó mientras se aclaraba la garganta - lo que trataba de decir es que Shinobu con 12 años tendrá que cuidar de tu familia en tu ausencia y será muy duro para ella, ya que probablemente sienta que no lo va a hacer tan bien como tú, así que Kocho-san, tendrás que dejarle claro que ella puede hacerlo... no cometas mis mismos errores...
En aquel instante Sanemi vió como Kanae de nuevo se le quedaba viendo a los ojos, solo que ahora tenía una expresión de asombro. "Oh no, ahora he vuelto a decir algo estúpido ¿verdad?", pensó preocupado, pero más fue su asombro cuando sintió que ahora la chica había recostado su cabeza contra su pecho, quedando en silencio, sin embargo no paraban de bailar, como si aquella canción fuese eterna.
- Gracias Sanemi-kun... la verdad es que Shinobu y Kanao no son las únicas que se sienten inquietas con esta separación, yo también he tenido mucho miedo y tristeza, se que son cuatro años, pero me he sentido agobiada también, sin embargo gracias a tus palabras ahora me siento mejor... gracias - "Sigues cavando y llegando cada vez mas adentro de mi corazón....tonto " pensó mientras recostaba su frente contra el pecho de su enamorado, ya que no quería que la viera completamente avergonzada - Sanemi-kun, ¿puedo pedirte un favor? - continuó la chica aún sin levantar la mirada, sólo podía escuchar la música con la que bailaban.
- ¿Si?
Pero justo cuando la chica le iba a preguntar, fueron interrumpidos por los gritos de felicidad y celebración que indicaban que la medianoche había llegado. Por toda la sala se empezó a escuchar a las personas deseándose una feliz navidad, Kanae asombrada levantó la mirada y vio como todos celebraban a su alrededor entre abrazos y lágrimas, luego al voltear para ver a Sanemi notó que éste miraba a sus amigos que se encontraban a lo lejos mientras esbozaba una sencilla sonrisa.
- Feliz navidad Sanemi-kun - le dijo con una gran sonrisa, a lo que el aludido asintió en silencio pero devolviéndole el gesto.
Ahora un tímido Seijuro con micrófono en mano, acompañado de la bella Koinatsu, anunciaba el comienzo de los fuegos artificiales en el jardín principal de la mansión, toda los participantes emocionados y apurados comenzaron a dirigirse hacia allí. Kanae quiso ir con Sanemi, pero éste le indicó, apuntando con su dedo índice, que sus amigas se encontraban a unos metros mirándola con ansiedad y nerviosismo, era claro que querían llevarla con ellas pero les daba pena acercarse. Sanemi le recordó a Kanae que quizás no se volvería a ver con ellas después de la graduación y que era importante aprovechar estos momentos, le dijo que no debía preocuparse por él ya que iría a verlos con sus amigos. La chica, asombrada ante la calmada reacción y palabras provenientes de Sanemi, terminó accediendo.
Pero Sanemi le había dicho una pequeña mentira a Kanae, si bien salió al jardín principal a observar también aquel evento, prefirió quedarse atrás y mirarlo desde lejos. Primero volteó para ver a Rengoku, Uzui, Iguro y Kanroji, que con sus acompañantes presenciaban los fuegos artificiales con grandes sonrisas. Luego, su mirada pasó hacía Kanae, que tambíen entre abrazos, risas y lágrimas departía tan especial momento junto a las amigas que la habían acompañado toda su vida escolar, Sanemi se sintió muy a gusto y en silencio agradeció de nuevo por haber conocido a tan grandes amigos, a los que les debía tanto.
Luego de esto se retiró de allí sin que nadie lo notase, aprovechando el ruido de los fuegos artificiales y se dirigió hacia la parte trasera de la mansión sin que nadie lo notase, donde sabía que probablemente estaría desierto, decidió que allí esperaría a que todos se fueran y que acabara la fiesta.
Ciertamente aunque había estado muy poco tiempo, había pasado un buen rato y se había divertido, pero era claro que aún estaba lejos de ser tan sociable como Kanae, Uzui o Rengoku, y que desearse feliz navidad entre abrazos y sollozos simplemente no era lo suyo, ni siquiera con sus preciados amigos. Allí se quedó, completamente solo, observando tranquilamente la nieve caer, durante un rato riendo en silencio , también pensó que cuando Mashashika se enterara que al final si había asistido a la fiesta y no lo había invitado se iba a enojar y que probablemente se lo iba a reprochar, aunque realmente era una pena, ya que honestamente le hubiera gustado presentarle a sus amigos.
Al cabo de unos veinte minutos Sanemi notó que los fuegos artificiales habían cesado, y eso significaba que el último evento de la noche terminaba también, así que aliviado pensó que quizás no debería pasar mucho tiempo más antes de que la mayoría de la gente se fuera y todo fuera más tranquilo antes de volver a casa. Decidió que se fumaría un cigarrillo mientras seguía esperando, tranquilamente sacó uno de su bolsillo y lo puso en su boca, a la vez que palpaba sus pantalones en busca de los cerillos, Sanemi escuchó una voz que provenía de detrás de él.
- No sabía que fumabas Sanemi-kun - pudo escuchar la voz de Kanae-san, haciendo que el peli plateado volteara perplejo, aún con el cigarrillo en la boca, realmente no esperaba verla allí, pero allí estaba, cubriendo sus hombros con un chal dado que hacía cada vez más frío.
- Oh... Kocho-san... ¿Qué haces aquí, cómo es que...? - Preguntó confundido.
- Cuando fui a buscarte para ver un poco los fuegos artificiales no te vi, así que me preocupé al pensar que te hubieras ido sin avisarnos jejejeje... Iguro-kun me dijo que te había visto salir hacía aquí... - Pero Sanemi aún seguía quieto como una estatua, durante unos segundos se formó un silencio incómodo mientras los dos se miraban en completo silencio, aunque al cabo de un rato el peli plateado terminó reaccionando.
- Entiendo... y esto... - tomó con su mano el cigarrillo que tenía en la boca y mientras lo miraba continuó - bueno... después de tantos años trabajando de aquella forma tan monstruosa, creo que el cigarrillo era una ayuda cuando me sentía tan exhausto y ahora... es parte de mi.. siempre traté de ocultarlo de ustedes, sabía que les incomodaría, lo siento.
- No quise juzgarte Sanemi-kun - contestó preocupada Kanae.
- Está bien Kocho-san, se que no lo haces - Sanemi hizo una pequeña pausa mientras volvía a mirar la nieve acumularse - ahora que puedo dejar mi orgullo un poco de lado, se con claridad que eres de las pocas personas que no lo hacen - dijo con un agradable tono - ¿Ya se fueron tus amigas?
- Si... tenías de nuevo la razón, estar con ellas durante los fuegos artificiales fue algo especial.
Después de aquella escueta respuesta, de nuevo el silencio imperó, Kanae se quedó allí nerviosa mientras jugueteaba con el collar de su madre, en tanto que Sanemi aún tenía la mirada perdida.
- Es mejor que volvamos con los demás Kocho-san, este frío no es bueno para tí - En ese instante Sanemi guardó el cigarrillo que no alcanzó a encender y comenzó a quitarse su chaqueta para dársela a Kanae cuando está con la cabeza gacha lo hizo parar en seco.
- Hay algo que quiero preguntarte Sanemi-kun... - El peli plateado se quedó allí de nuevo quieto, mirándola con expectativa ya con su saco en sus manos - ¿Acaso hay alguna razón por la cual me estés evitando? Llevo pensándolo un tiempo y desde la cita, bueno... he sentido que no has sido el mismo conmigo, me preguntaba si había hecho algo que te incomodara y si es así quiero pedirte perdón ante todo.
Por tercera vez consecutiva, un silencio nació, se podía sentir la tensión en el ambiente o eso era lo que Kanae nerviosa pensaba mientras miraba la nieve que se acumulaba a su alrededor, poco a poco formando aquel bello tapete blanco. El único sonido que siguió fueron los pasos sobre la nieve que Sanemi daba mientras se acercaba a ella.
- Kocho-san, te lo dije aquel día de la cita y te lo diré de nuevo, ustedes me salvaron... incluso ahora me siguen ayudando de una manera que quizás jamás pueda retribuirles, gracias a ustedes pude reencontrarme con mi familia, y les estaré eternamente agradecido por ello - Esto último lo dijo mientras terminaba de poner su saco sobre los hombros de Kanae, quedando él en su camisa con aquella corbata que no hace mucho ya había bajado al no estar acostumbrado a ella - lo que quiero decir es que... no importa lo que pase, lo que me digas, o lo que me hagas Kocho-san, yo jamás podré odiarte...
En aquel momento la chica levantó la mirada sonrojada, aquella noche cada palabra que salía de la boca de Sanemi estaba llegando con extraordinaria fuerza a su ser. Aunque otro sentimiento agridulce la lleno también al notar que este había dicho aquello sin mirarla, se encontraba viendo de nuevo hacia los jardines, con aquella extraña expresión.
- Como iba diciendo... es mejor que volvamos con los demás - Así Sanemi comenzó a caminar de vuelta al interior de la mansión adelantándose, mientras Kanae se quedó allí parada unos segundos en silencio con los ojos cerrados mientras apretaba con su mano el collar de su madre, al cual le pedía fuerzas.
- ¡Me gustas Sanemi-kun!
Aquella frase retumbó por todo el lugar en tan hermosa noche bajo la luz de las luces de navidad que adornaban la mansión y resaltaban la nieve que caía, Sanemi simplemente paró en seco, como si el tiempo se hubiese detenido, luego volteó lentamente y se quedó viendo a Kanae. Así que la chica continuó, no podía parar ahora que finalmente había comenzado.
- Se que es repentino, pero es solo que ya no podía soportarlo más... llevo reteniendo estos sentimientos por un tiempo... es por ello que te invité a salir y fui más agresiva en la forma en como me acercaba a tí durante el último mes... quería que te dieras cuenta de cómo me estaba sintiendo... quería que me vieras como alguien más que solo una amiga, se que estoy siendo egoísta, pero ya no huiré más de este sentimiento Sanemi-kun, quiero... si estás de acuerdo... saber que piensas de mí...- concluyó la temblorosa chica mientras lo miraba fijamente a los ojos, aún sin dejar de apretar aquel collar.
Allí se quedaron los dos observándose el uno al otro, directo a los ojos, bajo aquella constante e incansable nieve que los rodeaba, dentro de la mansión aún se podía escuchar la música y la gente riendo, pero con menos intensidad ya que poco a poco los invitados se iban yendo a sus hogares, de nuevo Kanae logró observar aquella expresión de agobio en Sanemi.
- Yo... yo... - pero las palabras no salían de la boca de Sanemi.
- Tu ya lo sabías... eso es lo que tratas de decir ¿verdad? - completó lo que intentaba decir del dubitativo joven con un tono suave, a lo que después de unos segundos, el peli plateado, luego de soltar un gran suspiro, asintió en silencio con la cabeza - Supongo que ahora tiene sentido porqué no querías que nos quedáramos solos... - dijo la chica con un tono de derrota, aquel nudo en su pecho se apretaba más y más - Está bien Sanemi-kun... no tienes que decir nada.. es bastante obvio ¿no?... tu solo me ves como una amiga ¿verdad?, solo que eres demasiado amable como para decírmelo, apuesto que estás buscando las palabras menos hirientes para rechazarme... - Eso último lo dijo mientras su voz se quebraba e involuntariamente sus ojos comenzaban a lagrimear.
- ¡¡¡Eso no es cierto!!! - Ahora la voz de Sanemi era la que retumbaba por todo el lugar, haciendo que la chica lo viera un poco asombrada, aún tratando de controlar todos aquellos sentimientos - Eso no es así... no es así.. yo no te veo como una simple amiga... desde aquel beso en la mejilla en nuestra cita, pude darme cuenta Kocho-san - Sanemi abrió los ojos de par en par, completamente asombrado de lo que estaba diciendo mientras apretaba sus puños y sudaba un poco a pesar del frío, como si aquellas palabras hubiesen sido dichas por otra persona completamente diferente, perplejo presenciaba como su cuerpo le había dejado de obedecer "¿Qué demonios estoy diciendo...?" - Cada charla que sostuvimos, cada tutoría que teníamos, cada momento en el que estuve a tu lado fue maravilloso... y me hizo muy feliz Kocho-san... la verdad es que... tú también me gustas - concluyó aún asombrado de lo que escuchaba salir de su propia boca.
Kanae al escuchar esto no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa mientras aún lo miraba nerviosa, pero llena de ilusión.
- Sanemi-kun... - se escuchó decir a ella, que con los ojos brillosos lo miraba aún expectante, su corazón latía tan fuerte y se sentía tan vulnerable, lentamente dio un paso al frente para acercarse a él, la ilusión dentro de ella seguía creciendo a cada segundo.
- Pero... lo siento... - Al escuchar esto, ocasionó que el corazón de la chica diera un apretón, de repente vió como el chico que tanto amaba apretaba los puños, completamente rígido, haciendo una cara de tristeza y dolor mientras la miraba.
- Kanae... voy a ser sincero contigo - Sanemi fijó su mirada en Kanae quien ahora lo veía confundida - tu me gustas... pero esto no puede avanzar mas de aqui.
- ¿Qué dices Sanemi-kun...? no lo entiendo... - respondió asustada.
- Es sencillo... tú y yo pertenecemos a mundos distintos, es bastante obvio a simple vista, yo jamás podría darte lo que tu mereces...
- ¡¡¡Eso es mentira!!! - rugió Kanae, que ahora derramaba algunas lágrimas por aquellas palabras, verla así hizo que Sanemi se sintiera peor de lo que ya estaba. - porque sigues diciendo esas locuras Sanemi-kun, porque sigues creyendo que no eres suficientemente bueno - En ese momento Kanae se acercó a Sanemi y lo tomó de la mano - porque no entiendes que a mí no me importa lo que diga la gente ... por favor Sanemi... te lo ruego.. no me digas que no podemos estar juntos por esto...duele mucho.
- La que no entiende eres tu Kanae - En ese momento Sanemi separó la mano de Kane de la suya, tal acto hizo que la chica retrocediera un poco y de nuevo rejuntara sus manos nerviosa - tu mereces a alguien que pueda estar al nivel de tu familia, al mismo nivel que tu, rengoku y los demás, el que siempre han tenido desde que nacieron, alguien que pueda viajar contigo, que pueda darte regalos, que... - en ese instante Sanemi hizo una dolorosa pausa - ...que pueda si quiera salir contigo sin ser confundido con un delincuente, que no lo echen de los lugares a los que te invite... que tenga un futuro... yo no soy esa persona Kanae... lo siento. Pronto te irás a Tokyo y con el tiempo me olvidarás... conocerás a alguien y serás feliz... lo sé, porque eres una gran persona y te mereces lo mejor.
- ¿Y por qué mi opinión no cuenta...? - Agregó desconsolada la chica mientras torpemente se limpiaba las lágrimas con sus dos manos, su constante gimoteo era ahora lo que sonaba en aquel solitario lugar - Yo te amo Sanemi-kun.. y tu me amas... pero al parecer nada de eso importa... porque te has rendido si quiera antes de luchar...
Por última vez en la noche, los dos se quedaron allí, con menos de un metro de distancia entre los dos, Sanemi no agregó más mientras Kanae siguió llorando durante un rato. Ella supo en ese momento que nada de lo que dijera lo haría cambiar de opinión, estaba tan dolida, tan frustrada al saber que no podrían estar juntos, pensó que hubiera preferido haber sido rechazada en lugar de esto, pero simplemente no podía culparlo por pensar así, por lo cual en un último acto, se quitó el saco de los hombros que hace no mucho él le había dado para que no sintiera tanto frío y lo entregó de vuelta a la persona que había sido su primer amor.
- Adiós Sanemi-kun... Por favor disculpame por haber hecho toda esta escena - esto último lo dijo mientras de nuevo lo miraba entre lágrimas, pero volviendo a sonreírle tiernamente y rápidamente se fue de allí corriendo.
Sanemi se quedó allí en silencio un rato más, hasta que sus fuerzas llegaron a su límite y cayó de rodillas, poniendo ambas manos sobre aquella fría nieve, aunque había planeado todas aquellas palabras que le dijo a la persona que amaba y respetaba simplemente era más de lo que podía aguantar, pensó que aquel dolor era más grande que cualquier paliza que hubiese recibido en el pasado pero se alegró de haberlo llegado hasta el final.
- Es lo mejor para los dos... - fue el último susurro lleno de dolor que se escucharía en aquel lugar, marcando el fin de tan triste noche.
**********************************************************************************
Saludos a todos nuestros lectores, les queremos contar con dolor que hemos entrado a la recta final del fic, nuevamente les agradecemos a todos los que se han tomado el tiempo de leer algo que en el mundo de los fics no es común y es que sean tan longevos :P, pero nunca quise recortar o quitar cosas que pienso que ayudan en la trama o en el desarrollo de los personajes.
Esperamos que sigan comentando y disfrutando hasta el final :D
Con cariño:
Monami y Phynxz
**********************************************************************************
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro