2. Primera impresión
El despertador sonó con una melodía tranquila y relajante que podría hacer sentir al que la escuchara como si estuviera en un jardín lleno de flores. Poco a poco una mano se estiró desde dentro de las sabanas torpemente buscando la forma de apagarla, y así, mientras bostezaba, la mayor de las tres hermanas "mariposa", cómo las llamaban en la Kimetsu School, comenzaba su día.
- Nee-san!! ¡¡¡Si no te levantas ya, no vas a alcanzar a llegar a tiempo!!!
El grito de su hermana, hizo que Kocho Kanae saliera de un salto de su cama a alistarse a toda carrera; hoy iba a ser un día peculiarmente interesante en la escuela, ya que desde el día anterior circulaba un rumor acerca de un compañero nuevo que iba a ingresar a la escuela para cursar el último año, lo cual era muy extraño, ya que las clases ya habían iniciado y se encontraban a mitad de la tercera semana de clases. Kanae se quedó divagando en sus pensamientos, parada y despelucada, como un zombie, al lado de la cama mientras observaba el techo de su enorme cuarto con una expresión de emoción y misterio, pero salió de su trance al escuchar de nuevo a su hermana gritar - Ya no vas a llegar!! ¡¡¡Nosotras ya nos vamos a la escuela, ten un lindo día!!! - seguido de un portazo.
Kanae volteó a mirar el reloj de su cuarto, que se encontraba al lado de 2 hermosas fotos familiares, y con una cara de terror notó que si no se apuraba iba a perder el último tren que le servía.
- Gracias a dios, hoy no era mi turno de hacer el desayuno - dijo mientras comía, se peinaba el cabello y terminaba de arreglarse a toda carrera. Salió corriendo de la casa a toda prisa mientras se ponía sus característicos broches para el cabello en forma de mariposa. Continuó su carrera hasta la estación y unos segundos antes de que las puertas del tren se cerraran, logró subir, agradeciendo el hecho de ser muy buena en los deportes.
La casa de las mariposas quedaba a dos paradas en tren de la escuela Kimetsu, a unos 30 a 40 minutos caminando, aunque en tren o carro tomaba solo 10, tiempo suficiente para que Kanae no rompiese su registro de asistencia perfecta, el cual mantenía desde primero de secundaria.
Usualmente, en la primera estación la mayoría de pasajeros descendían del tren, dejándolo casi vacío, esto le gustaba a Kanae ya que se sentía incómoda entre tanta gente y al quedar el vagón prácticamente desocupado ella podía relajarse, y aprovechar para pasar la mirada inspeccionando quienes quedaban, este era un pasatiempo que fue desarrollando con los años para matar el tiempo durante el viaje. Como todos los días, casi siempre lograba reconocer una que otra cara; pero pronto, pudo notar que había un chico que nunca antes había visto, un joven de tez clara y cabello blanco, de más o menos 1.8 metros de alto, que se encontraba sentado al final del vagón y que al parecer se había quedado dormido durante el viaje, éste llamó la atención de Kanae; y más que todo por el hecho de que dicho joven llevaba el uniforme de su misma escuela, aunque en vez del suéter de lana reglamentario, este llevaba una especie de chaleco del mismo material, no llevaba corbata y la camisa parecía tener unos cuantos botones desabrochados. Ella se le quedo viéndolo durante el resto del recorrido, tratando de recordar si lo había visto en alguna clase o actividad, y es que Kanae tenía una muy buena memoria y se jactaba de conocer a casi todos los miembros de la escuela, estudiantes y profesores, ya que era desde hace 1 año, la presidenta del consejo estudiantil. Sin percatarse, de nuevo caía sumida en sus pensamientos, observando al chico durante un buen tiempo. No obstante, el parlante del tren la bajó de la nube, anunciando que estaba llegando a la parada en donde debía bajarse, y de nuevo cayó en cuenta que iba tarde para la escuela, por lo que se apresuró a salir del vagón, pero al abrirse las puertas y mientras ella intentaba salir, una persona chocó contra ella, mandandola varios pasos a un lado por la fuerza del choque, ella pensó por un momento que iba a caer al suelo de la estación. Indignada, Kanae se giró para mirar quien la había empujado con tal fuerza, esperando una disculpa, pero más fue su asombro, cuando se dio cuenta que la persona, que casi la lanza volando, era nada más y nada menos que aquel chico que observó dormitar en el tren hace unos segundos. Kanae al mirarlo, inmediatamente notó aquellas impresionantes, por no decir horribles, cicatrices que atravesaban no solo la cara del chico, si no que también recorrían sus brazos y sin estar segura, creyó ver también algunas en su pecho; no pudo evitar sentirse intimidada por su apariencia y se culpó a sí misma por no haberlo notado antes, ya que él se encontraba mirando el suelo mientras ella lo estaba observando en el tren. Pronto se percató que él también estaba mirándola, y no precisamente de una forma amigable, cuando sus ojos se cruzaron con los de él durante unos segundos, pudo escuchar como éste estaba rechinando los dientes, probablemente de la ira. Completamente abrumada por lo que estaba pasando, Kanae sintió una urgencia de salir corriendo de allí tan rápido como pudiera, quizás porque recordó que iba tarde, o tal vez porque sintió mucho miedo de aquella persona. Y efectivamente así lo hizo, solo dió media vuelta y con la misma rapidez que salió de casa, dejó aquel chico atrás.
No paró de correr hasta llegar a la entrada de la escuela, allí se detuvo un momento para recuperar el aliento. Y es que sentía que su corazón se iba a salir de su pecho, había pasado mucho tiempo desde que no corría tanto en una sola mañana, y aún se sentía abrumada con la adrenalina generada de tan inesperada experiencia en la estación del tren.
-Que mirada tan amenazante, ¿quién era ese chico? y ¿por qué está así? - se preguntaba mientras ponía su mano derecha en su pecho agitado. Se quedó unos minutos más mascullando sobre ello, pero decidió olvidar aquel evento para volver a su rutina diaria.
Los saludos no demoraron en aparecer: "Buenos días señorita Kocho", "Buenos días Kocho-senpai", esto era lo habitual en las mañanas para Kanae en la Kimetsu School, conforme ella iba avanzando desde la entrada del colegio hacia su salón de clases, los profesores y la mayoría de los estudiantes la saludaban y algunos más atrevidos le decían uno que otro cumplido, y esto no era de extrañarse, ya que ella era la chica más popular de la escuela, no solo por su belleza natural, sino también por sus altas calificaciones y destreza en los deportes, esa era Kocho Kanae, de 18 años, estudiante de último año y presidenta del consejo estudiantil, hija mayor de la prestigiosa y acaudalada familia Kocho, dueños de una multinacional farmacéutica; sus hermanas menores eran Kocho Shinobu de 12 años y Tsuyuri Kanao de 10, las tres vivían en una gran casa tradicional japonesa (que en realidad era una mansión de esas que parecen sacadas de una película), con algunos familiares, mayordomos y mucamas; desafortunadamente su madre había muerto poco después de haber adoptado a la menor de sus hermanas, hace 4 años, y su padre, a causa de una enfermedad degenerativa, se encontraba internado en un hospital desde hace 3. Estos hechos hicieron a una joven Kanae la cabeza de la familia desde muy temprano, lo cual había moldeado aquella personalidad de líder natural. A parte de ser una de las "hermanas mariposa", también era llamada "reina de Kimetsu", por lo que pretendientes nunca le faltaron, pero al dedicar todo su tiempo a la escuela y a su familia, poco podía destinar a cosas como amigas o un novio, y para ella, a pesar que había tenido uno que otro enamoramiento en el pasado, sentía que aún no llegaba esa persona especial.
Una vez llegó al salón, notó que todos estaban muy emocionados, por culpa de aquel rumor del misterioso nuevo estudiante.
- Buenos días Kanae-chan!!! - dijeron emocionadas varias de sus compañeras mientras se acercaban a ella - ¿como estas?, ¿pasó algo?, pareces un poco agitada
A lo que la aludida, un poco sonrojada y con una sonrisa les respondió.
- Buenos días, se me hizo un poco tarde esta mañana y tuve que correr para alcanzar el tren. Veo que todos están algo inquietos.
- ¿No te acuerdas Kanae-chan?, hoy el es día en que llega el nuevo estudiante, estoy super emocionada - dijo una de ellas.
- De pronto viene del extranjero y por eso llega cuando las clases ya han comenzado - comentó otra.
- Yo también estoy emocionada - comentó la presidenta - espero que, sin importar que sea chico o chica, podamos ser amigos.
- KYAAA!!, como era de esperarse de la reina de la escuela, tu amabilidad no tiene límites - logró escuchar de otra de sus admiradoras.
Pero Kanae pudo advertir que las opiniones de los demás no era tan optimistas. "Quizás lo echaron como un perro de su otra escuela", "Yo escuche que el director fue amenazado y tuvo que aceptarlo", así, por todos lados se escuchaban decenas de conjeturas.
Al llegar a su pupitre, Kanae pudo notar que Rengoku Kyojuro o Rengoku-san como ella le decía, no se encontraba, lo cual le pareció muy extraño, ya que él es una persona muy puntual. Cabe señalar que Rengoku es también una celebridad dentro de la Kimetsu school, de 19 años, siendo bastante alto y atractivo, con una extravagante personalidad por la que destaca y una indiscutible fuerza; en varias ocasiones, se había enfrentado a estudiantes problemáticos o gente de otras escuelas que acosaban o molestaban a las personas débiles, y es que el buen Rengoku no dudaba un segundo para ayudar a los demás si lo necesitaban. A causa de esto, se había ganado el título de "rey de Kimetsu".
Durante mucho tiempo la gente pensaba que Kanae y él terminarían saliendo, al ser las 2 personalidades más destacadas de la escuela, y al pertenecer los dos a familias importantes y adineradas, no cabía duda que sería la pareja ideal, pero no podían estar más equivocados, y es que Rengoku, hacía tiempo ya tenía una novia que actualmente se encontraba en la universidad, y su relación con Kanae era solo de buenos amigos.
- Uzui-kun, sabes donde se encuentra Rengoku-san? - pregunto Kanae.
- Oh!, pero si es la hermosa reina de esta escuela - le respondió el extravagante Tengen Uzui, de 19 años - lo siento su majestad, pero no sé dónde se encuentra mi rey en estos momentos, creo que ayer me menciono algo de llevar a su hermano menor a algún lugar.
Uzui era el playboy de la escuela, tan simple y claro como el azul del cielo, era el chico más apuesto de todo el área metropolitana, alto, corpulento, de cabello largo y plateado, el cual recogía con una cola de caballo, tenía ojos color rubí, eso sin mencionar su personalidad de alma libre, le fascinaba la música, el teatro y la pintura, simplemente volvía locas a todas las chicas a su alrededor, se rumoreaba que tenía 3 novias, una actitud que la conservadora y tímida Kanae no aprobaba en lo absoluto, más sin embargo lo respetaba profundamente, era el mejor amigo de Rengoku y compartía muchos de sus valores.
De repente, Tetsuido-sensei entró en el salón, a lo que todos rápidamente se dirigieron sus respectivos pupitres.
- Buenos días sensei - dijeron todos al unísono, para después sentarse.
- Buenos días, estudiantes - el ya viejo profesor caminó con su característica lentitud hasta su escritorio, pero no se sentó como era de costumbre, en cambio, giró hacia la clase y poniendo su libreta sobre el escritorio continuo - como muchos de ustedes habrán escuchado, un nuevo estudiante ha llegado para ser parte de la escuela, a pesar de que ya llevamos un par de semanas de clases, les pido que sean amables con él, y lo ayuden a ponerse al día en todas las materias - después de un par de segundos, miró hacia la puerta medio abierta del salón y dijo - Joven!, por favor entre.
De un solo golpe, la pobre puerta del salón terminó de abrirse, provocando un estruendo, ocasionando que casi todos los presentes saltarán en sus asientos del susto que les provocó, el silencio imperó inmediatamente, mientras aquel joven de tez clara, cabello blanco (totalmente desordenado, por cierto), de altura prominente, con su mochila sobre el hombro derecho, como si fuera un delincuente y con sus llamativas cicatrices, avanzaba varios pasos hasta quedar enfrente de todos en el aula. Absolutamente nadie hacia un solo ruido, solo se pudo escuchar un suave silbido, el cual, le pertenecía a Uzui, aunque Kanae creyó escucharlo decir "De lo que te estas perdiendo Rengoku".
Kanae pudo reconocer al instante a la persona que estaba entrando al salón, y tuvo que ahogar un grito de sorpresa y vergüenza. De nuevo sus grandes ojos de color púrpura se cruzaron con los oscuros y casi negros ojos del chico nuevo, y Kanae finalmente lo entendió.
"Por supuesto, era él", pensó avergonzada, "Por favor, esto no puede estar pasando".
El mismo sujeto de aquella inolvidable y terrorífica mañana que casi la tumba al suelo en la estación y que la hizo salir corriendo como alma que lleva el diablo, iba a ser su nuevo compañero de clases. Estupefacta, se quedó viéndolo como en el tren, con la boca medio abierta, mientras aquel chico la miró por un segundo y quito la mirada poco después de hacer un chasquido con la boca.
- Preséntate, por favor - rompió el silencio el profesor Tetsuido.
-¡Mi nombre es Shinazugawa Sanemi!!! - exclamó el joven con una voz estridente -¡no he venido a hacer amigos y he sido obligado a asistir a esta mugrosa escuela!
El silencio continuo en toda el aula, y es que el buen ambiente de esa mañana seguía decayendo a una velocidad monstruosa; nadie podía creer lo que acababan de escuchar, todos los presentes, quedaron como estatuas con la boca abierta, a excepción de dos personas; Uzui quien no pudo contener una carcajada, y la presidenta del consejo estudiantil, que seguía atónita, con un poco de color en sus mejillas.
Simplemente parecía un chiste, pero estaba pasando, y era claro que un matón había terminado en la escuela Kimetsu, aquel día sería recordado por todo lo que quedaba del año, e incluso después, como el legendario día de la llegada de Shinazugawa Sanemi.
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