La chica practicaba con su preciado y nuevo violín. No había nada mejor que romper un propio silencio con las notas de aquel armonioso instrumento. Era como si las melodías que ella tocaba la alejaran de su abrumadora soledad. Las púas del aislamiento y el vacío que les había clavado sus antiguas parejas todavía se hacían notar mas con el pasar del tiempo, la única salida que le quedaba era tocar y tocar hasta que sus dedos sangraran de la misma manera que sangraba su corazón.

Siempre terminaba sola en las relaciones amorosas, era como si el destino no quisiera que ella se llegara a enamorar de nadie. Uno la traicionó y a otra tuvo que abandonarla a su suerte en aquella horrible época. Por eso la música era mejor que las personas, ella siempre estaba ahí, para lo bueno y para lo malo.

De pronto su momento emotivo acabó cuando se equivoco en una partitura.

—Mierda... — susurró entre dientes.— Bueno Vanya todo el mundo comete errores. Tranquila. —exhalo aire y lo soltó manteniendo la calma.— Allá vamos otra vez.

—¿Siempre hablas sola?— pregunto una voz familiar a sus espaldas.

Rápidamente se giro y encaró al mocoso que se encontraba en su sillón. ¿Cuándo había llegado? Y lo mas importante ¿Desde cuando estaba ahí?

—Estoy empezando a odiar tu nuevo habito de aparecer en mi casa todas las semanas. Si vienes por el sillón puedo regalártelo— dijo señalando el sillón.-- Ya es muy viejo.

—No he venido por el sillón, he venido por un tema verdaderamente urgente.— dijo transformando su semblante burlón en uno más serio— Quiero que me acompañes al futuro.

Vanya tuvo que asimilar lo que le decía su compañero. No podía creer que la buscará a ella para acompañarlo en una misión. Estaba ilusionada pero muy pronto ese sentimiento se esfumó al recordar lo que pasó la otra vez cuando saltaron a través del tiempo.

—No es buena idea Cinco, tu nunca haces tu cálculos bien, esto puede salir muy mal.

—Te estoy hablando de salvar el mundo Vanya. — dijo puntualizando las últimas palabras. — Hay que cometer riesgos.

Tenía razón, sin embargo tuvo que llegar a una lógica más dolorosa ante esta situación. Si había un fin del mundo con seguridad sería culpa de ella, a lo mejor era por eso por que se la quería llevar.

—¿Qué pasará en el fin del mundo?— dijo insegura y con temor a oír la respuesta.

--No es que pasara, sino que a pasado. ¿Te acuerdas de cuando volvimos a casa y nos encontramos con una nueva Umbrella Academy? -- El niño se aproximo a la mesa y cogió el café para dar un sorbo. Vanya mientras lo observaba asintió.-- Ben estaba vivo, Luther estaba al parecer bastante bien y demás cosas sin importancia.

--Lo se, pero ya decidimos todos que no nos arriesgaríamos a volver de nuevo al pasado.-- guardo su violín en la funda y la dejo en el largo sofá cubierto de polvo.

--Vanya debes...

--Lo siento Cinco pero no en todo llevas razón.

El crío abrió la boca de manera indignada y dispuesto a decir algo en su defensa. Levanto el dedo apuntandole a ella, se le veía muy enfadado ante las palabras de Vanya.

—¿Cómo te atreves? — termino por decir. — Si no me crees haya tu.

Rápidamente tiro la taza de café al suelo y aferró la muñeca de la mujer. Fue entonces cuando Cinco se teletransporto en un abrir y cerrar de ojos a la casa Hargreeves. Acabando en un lugar de la mansión que nadie jamás se le ocurriría entrar: el desván.

Algo mareada Vanya se incorporó sacudiéndose la cabeza. Miró al niño furiosa por su repentino salto tridemensional y este como respuesta le dedico su mas tierna sonrisa de pequeña criatura indefensa. Era tan lindo que no podía estar molesta con él mas de tres segundos. Suspiró e intento tranquilizarse.

—¡Llévame a casa Cinco!— exigió.

—Tengo que preguntarle una cosa a padre, ahora vuelvo.

—Esper...— antes de que pudiera pronunciar palabra el niño se esfumó. Apretó los dientes de nuevo molesta y pegó un pisotón al suelo.— Maldita sea.

Al sentir el largo e inquietante mutismo del desván no tuvo mas remedio que salir de allí y encontrarse en el largo pasillo que llevaba a las escaleras. Ando sigilosamente, pisando el traicionero suelo de madera con cautela, queriendo evitar su repentino crujido. Se acercó a las barandillas y pensó donde podría estar su padre para así encontrar el paradero de Cinco.

Buscando entre todos ..aquellos recuerdos dolorosos y melancólicos por fin recordó uno que ilumino sus ideas. Con ese pensamiento rondando por su mente bajo decidida las escaleras. Giró una esquina y... se golpeó contra el duro pecho de alguien. Levantó un poco la mirada y observó que en frente suya se hallaba un hombre alto, de cabello azabache bien peinado y retocado. ¿Cómo es que no lo había visto?

—Vanya... ¿No te habías ido a comprar?— preguntó el hombre un poco extrañado, pero la que verdaderamente estaba extrañada era la nombrada.

—¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? — dijo anonada mientras lo miraba de arriba a abajo intentando tal vez averiguar en donde lo había visto antes.

—Tal vez esto te haga recordar.— la cogió de ambas manos y la atrajo hasta él, pegando su pecho al suyo, sintiendo su calor corporal. Junto sus labios con los suyos y alzo las manos para cogerla del rostro. Fue un beso suave y tierno. Por su repentina sorpresa Vanya no le dio tiempo a apartarlo. Cuando se separaron sus miradas se cruzaron.— Soy Cinco Hargreeves.

—Espera... ¿Qué eres quien?—se sonrojó.

—Cinco, tu compañero de misión y...

"Que guapo es... ¡Pero que dices Vanya!" pensó.

—...Tu novio.

"¿N-novio?" sus piernas temblaban y su corazón no podía soportar estar mas en su pecho.

—Pero ¿Como? Tu escapaste de casa.— nada tenia sentido ahora. Sus extraños sentimientos por las de un Cinco mas maduro fisicamente, su gran cambio, etc.

Este se rio ante la pregunta de ella.

—Yo jamás escape de casa Vanya.

"Claro... él es un Cinco de una actualidad paralela a la nuestra, sin embargo supongo que será y pensará igual que mi Cinco ¿no?"

—Comprendo... y... entonces... ¿Sientes algo por mi?—tenia que saberlo, no sabia por que pero lo necesitaba comprender.

—Siempre te amé, desde que éramos unos críos. ¿Por que te interesa tanto eso ahora?

Y hablando de críos Cinco niño apareció entre ambos.

—Vanya ya sé como detener el fin del mundo, al apocalipsis mejor dicho, ven tenemos que irnos.—clavo sus dedos en la muñeca y dispuesto a hacer otro saltó se paró en seco al ver a su otro yo adulto.— Así que ya conociste a el impostor de entre nosotros dos.

—¿Impostor? ¿Que dices renacuajo de mierda?

El niño como respuesta resoplo y terminó por transportarse con Vanya a su hogar. En casa al fin pudo sentarse y asimilar toda la información que había aparecido de una manera tan brusca y ¿Bella? No lograba quitarse a ese hombre de la cabeza ¿Sería cierto que Cinco sentía algo por ella?

Observó al niño andar de un lado a otro por la habitación mientras balbuceaba algo, no obstante Vanya solo escuchaba las palabras de Cinco adulto, se sonrojó.

"Yo también te amo Cinco." Pensó sin poder negar lo lindo que le resultaba verlo con ese uniforme.

 FIN

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Nenis, nenes, nenas, aja lo he oído, he oído que Cinco en los comics confirmó que sentía algo por Vanya. Lo he leído de varias paginas but no puedo confirmar que sea cierto o no.