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Capitulo 1

Cuando el peli-azul termino de plasmar sus pensamientos en su diario, este se vio obligado a interrumpir su meditación y reflexiones, cuando escuchó el sonido de alguien llamando a la puerta de su habitación, rápidamente, este guardó dicho diario en un pequeño cajón de la mesita de noche ubicada junto a la cama, asegurándose de cerrarlo con llave antes de ir a ver quién era el visitante inesperado que lo interrumpía en ese momento.

Al abrir la puerta, Yandal se encontró cara a cara con una imponente hembra doberman adulta que poseía una figura extraordinariamente voluptuosa y curvilínea, su pelaje era de un tono negro profundo, acentuado por un toque de marrón que resaltaba aún más su belleza única.

Tenía unos ojos de un cautivador color dorado y un cabello largo, abundante y ondulado que le llegaba hasta la cintura, está vestía una camiseta ajustada que únicamente cubría y acentuaba su generoso busto, además de dejar expuesto su vientre ligeramente abultado.

Lo que realmente llamaba la atención era que, a partir de la cintura para abajo, solo llevaba un par de bragas que realzaban sus espectaculares piernas y gruesos muslos, sin embargo, la mirada que le dirigía al peli-azul, era una mezcla de desdén y frialdad, con un toque de resentimiento contenido en sus ojos dorados.

Yandal: Buenos días Srta Laverne - la mira fijamente a los ojos, haciendo caso omiso a la escasa vestimenta de la doberman llamada Laverne para evitar conflictos innecesarios - ¿Hay algo en lo que pueda ayudarla en esta mañana? - le pregunta de forma amable.

Laverne: (Que te largaras de esta casa lo antes posible) - pensó para si misma, pero a pesar de ello, su expresión facial mantenía la misma frialdad y falta de emoción, transmitiendo cierta tensión debajo de esa apariencia calmada - Mi madre quiere que bajes a desayunar - le transmitió el mensaje que su madre le había le había pedido "amablemente" pasarle al peli-azul, momentos atrás en la cocina.

Yandal: Entiendo - le responde con un tono calmado y respetuoso - Dígale a la Sra.Michelle que bajaré a desayunar en unos minutos, y ... gracias por tomarse la molestia de avisarme - le agradeció con un ligero pero firme asentimiento de cabeza.

Laverne, sin embargo, no pudo ocultar su desdén, soltando un bufido despectivo, y sin decir una sola palabra más, está se dio la vuelta bruscamente, sus pasos resonaron con fuerza sobre el piso de madera mientras se alejaba molesta de la puerta de la habitación del peli-azul, dirigiéndose hacia las escaleras con una actitud claramente hostil.

Yandal: - observa cómo la doberman se aleja con evidente molestia, antes de cerrar la puerta, para después dirigir su mirada a ti rompiendo la cuarta pared - Ella es Laverne, y debo admitir que no tengo una buena relación con ella...

Su hostilidad se debe a que su ex esposo la dejó cuando aún estaba embarazada, ya que lo hizo para fugarse con una mujer perteneciente al grupo de los "Mejorados", desde ese momento, ella ha cultivado un profundo odio y resentimiento hacia cualquier cosa relacionada con ese grupo... y desafortunadamente, eso también me incluye a mí - te explica esto, para después acercarse a un pequeño armario cercano y sacar un conjunto de ropa sencilla y práctica, para así cambiarse rápidamente y después salir de la habitación.

Cuando Yandal estaba a punto de dirigirse hacia las escaleras, la puerta de la habitación contigua a la suya se abrió repentinamente, dando paso a un joven dóberman particularmente llamativo, se trataba de un auténtico femboy, que combinaba de manera igualitaria una mezcla de rasgos masculinos y femeninos, lo que lo hacía aún más atractivo a simple vista.

Este joven dóberman poseía una altura modesta de 1,65 metros, pero a pesar de ello, tenía una complexión esbelta y ágil que insinuaba una fuerza oculta debajo de su delicado exterior, su largo cabello negro azabache caía en cascada por su espalda en ondas suaves y brillantes, un rasgo heredado evidentemente de su madre, la cual sin duda alguna era Laverne.

Lo que más llamaba la atención era que este joven dóberman poseía unos ojos que eran un reflejo exacto de los de su madre: de un tono dorado y penetrante, además de tremendamente cautivadores, pero a pesar de tener una complexion ligeramente delgada, el joven dóberman poseía un conjunto de curvas regordetas y femeninas que, gracias al conjunto de ropa que vestía, el cual constaba de un top rosa y unos pantalones cortos, se veían aún más resaltadas, sin mencionar que alrededor de su cuello, portaba un collar para perro de un llamativo color rojo, con una placa en forma de hueso, color dorado colgando de este.

Yandal: - gira su mirada hacia ti de nuevo, rompiendo nuevamente la cuarta pared en el proceso - Este es Lucas, el hijo de la señorita Laverne, a pesar de ser un femboy en todo el sentido de la palabra y un poco tímido y muchas veces reservado la mayoría de tiempo, puedo decirte que es un buen chico...

De hecho, desde que empecé a vivir aquí, me he llevado muy bien con él, podría decirse, que de alguna manera, he sido como el hermano mayor que nunca tuvo - te explica con calma antes de volver su atención a Lucas - Buenos días, Lucas - lo saluda amablemente, dándole los buenos días al joven dóberman.

A pesar de sus diferencias evidentes en apariencia y de más, entre ellos había una relación cercana y afectuosa, como si de verdad fueran hermanos, era una relación que contrastaba drásticamente con la tensa relación que el peli-azul tenía con la madre, del joven doberman.

Lucas: B-Buenos días, Yandal - le devuelve el saludo con su clásica voz suave y afeminada, que encajaba a la perfección con su apariencia de femboy.

El peli-azul asiente en respuesta al saludo matutino de Lucas, sin embargo, este nota casi al instante, ciertos detalles en el comportamiento del joven femboy dóberman, que le hacen pensar que algo no estaba del todo bien con él, ¿la razón?, conocía demasiado bien la típica actitud tímida y reservada de Lucas como para pasar por alto que detrás de esa fachada, había algo que lo inquietaba.

Así que, armándose de valor, el peli-azul se acerca al joven dóberman, el cual evidentemente retrocede un poco asustado por el repentino acercamiento de este hacia él, a pesar de su timidez habitual, era obvio que había algo más detrás del comportamiento de Lucas en ese momento, quién continuaba tratando de eludir la mirada directa de Yandal, volteando hacia la pared como si intentara ocultar algo en su rostro que no deseaba que el peli-azul descubriera.

La tensión en el aire era palpable, mientras Yandal se acercaba aún más al joven doberman, tratando de determinar qué era exactamente lo que Lucas intentaba ocultar con tanto pánico, la curiosidad y la preocupación comenzaban a crecer en el interior del peli-azul, quien se preguntaba qué secreto o problema podría estar ocultando le.

Yandal: - se detiene justo enfrente de Lucas, mirándolo fijamente - Lucas ... mírame - le ordena sin opción a réplica, usando un tono de voz firme y autoritario que dejaba en claro que no aceptaría negativas.

El joven dóberman, por su parte, da un pequeño respingo sorprendido y suelta un pequeño jadeo de miedo al escuchar la orden de quien consideraba su hermano mayor, sabiendo que no tenía más opción, comienza a voltear lentamente para enfrentar la mirada de Yandal, dejando de lado la pared y exponiendo su rostro o más bien la mitad izquierda de este.

Al ver que Lucas solo giraba la cabeza para mostrarle la mitad izquierda de su rostro, Yandal frunció aún más el ceño, percibiendo que no le gustaría lo que iba a ver a continuación, sin dudarlo, acercó su mano derecha al rostro de Lucas y apartó con delicadeza su largo cabello, exponiendo así su lado derecho.

Cuando Yandal vio el estado en que se encontraba el párpado del ojo derecho de Lucas, sintió como una furia y un intenso deseo de matar se encendían en su interior, con un gesto de preocupación y rabia contenida, pudo notar cómo el párpado estaba ligeramente hinchado y cubierto por una capa de maquillaje que, a todas luces, pretendía ocultar un feo moretón.

La rabia y el deseo de proteger a su hermano pequeño se mezclaban en el interior de Yandal, quien no podía creer que alguien pudiera lastimar a alguien tan dulce y gentil como Lucas, sin duda estaba dispuesto a llegar hasta el fondo de este asunto y descubrir quién había osado poner una mano encima del joven dóberman, costara lo que costara.

Yandal: ¿Quién ... - su voz se tornó gélida y cortante como el hielo cuando comenzó a formular la pregunta, con un tono que parecía capaz de congelar hasta el alma misma de Lucas - te hizo esto? - inquirió con un gesto de furia contenida en su rostro, mientras miraba fijamente a los ojos del joven dóberman.

La intensidad de su mirada y la frialdad de su tono dejaban en claro que no aceptaría evasivas o mentiras, esperando con una aterradora paciencia la respuesta del joven dóberman, listo para tomar las medidas necesarias si era necesario.

Lucas, al ver que el peli-azul no se conformaría con una respuesta simple como "estoy bien", tragó saliva con dificultad antes de confesar finalmente la verdad sobre cómo y quién le había provocado ese feo moretón en el ojo.

Lucas: H-Hay un chico en la escuela que no para de molestarme ... por lo que soy - admitió el joven dóberman con un hilo de tristeza en su voz, además de tener su mirada gacha y un rubor de vergüenza y miedo en sus mejillas, estaba claro que el acoso y el maltrato que recibía en la escuela lo habían afectado profundamente.

Yandal: - su expresión se endureció aún más al escuchar la confesión de Lucas, conforme sus ojos parecieron brillar con un destello de furia contenida mientras preguntaba con voz grave y amenazadora - ¿Cuál es su nombre?.

Por la mente de Yandal pasaban innumerables formas de hacer pagar caro al desgraciado que se atrevió a poner una mano encima de su hermano pequeño y herirlo de esa manera tan cobarde, sin embargo, sabía que tenía que mantener la calma para poder obtener la información que necesitaba, pero por dentro bullía de rabia y deseos de venganza por el pobre Lucas.

Lucas sin más opción, reveló el nombre de su acosador: Jackson, este era el mariscal de campo del equipo de fútbol americano de la escuela, lo que probablemente explicaba por qué se había atrevido a maltratar de esa manera a Lucas, el joven dóberman relató con tristeza cómo, después de clases, Jackson y dos de sus amigos lo habían llevado a la fuerza a un lugar apartado detrás de la escuela.

Allí lo habían retado a pelear, dándole dos opciones: si Lucas les daba aunque fuera un solo golpe a cualquiera de ellos, lo dejarían en paz y no lo volverían a molestar jamás, sin embargo, si se negaba a luchar, amenazaron con hacerlo pasar por un infierno aún peor en la escuela, y aseguraban que nadie podría impedírselo.

Lucas, que siempre había aborrecido la violencia, les había dicho que no le gustaba pelear, pero en lugar de respetar su decisión, los amigos de Jackson lo habían sujetado con fuerza, permitiéndole al mariscal de campo darle un fuerte golpe en la cara a este, el resultado era el feo moretón que ahora lucía en su ojo derecho.

Después de dejar a Lucas malherido en el suelo, Jackson y sus amigos se habían marchado, riéndose cruelmente de su victima mientras lo dejaban tirado, al terminar su trágica confesión, unas cuantas lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Lucas, revelando el dolor emocional que el acoso y maltrato habían causado en el joven.

El peli-azul, al ver las lágrimas que comenzaban a deslizarse por las mejillas de Lucas, su expresión endurecida por la furia se suavizó levemente, dando paso a una mezcla de tristeza y compasión, sin dudarlo, atrajo hacia sí al joven dóberman en un abrazo cálido y reconfortante, rodeándolo con sus brazos de una manera protectora mientras le daba palmaditas reconfortantes en la espalda.

Lucas se sorprendió inicialmente por el gesto de afecto, pero pronto correspondió el abrazo con la misma intensidad, sintiendo que el calor y la fuerza de Yandal lo envolvían como un manto de seguridad, apesar de que ambos tenían una estatura similar, Yandal solo era un poco más alto, midiendo 1.66 cm en comparación con los 1.65 cm de Lucas, la diferencia era casi nula, en ese momento, el joven dóberman se sentía completamente a salvo en los brazos de su hermano mayor.

Mientras sostenía a Lucas en ese abrazo reconfortante, la mente de Yandal trabaja rápida y constantemente en la creación de planes y pensamientos de venganza contra Jackson y sus amigos, sin dudas estaba decidido a poner fin al acoso y maltrato que había sufrido su hermano pequeño, sabía que tenía que hacerlo de una manera astuta y cuidadosa, para no hacer las cosas peores, pero una cosa era segura: Jackson y sus amigos pagarían caro haber lastimado a Lucas de esa manera tan cobarde.

Después de unos minutos de ese abrazo reconfortante y lleno de afecto, el peli-azul finalmente rompió la unión con el joven dóberman, al hacerlo, notó con satisfacción que la expresión de Lucas había mejorado notablemente, su mirada ya no era tan triste y perdida, y sus ojos parecían haber recuperado un poco de la luz y el brillo que antes le faltaban hace unos momentos, también percibió que la actitud de Lucas se había tornado más segura y estable, gracias a ese gesto de cariño y apoyo fraternal que le había brindado.

El peli-azul sin embargo, no había acabado todavía, este le hizo una promesa de ayudarlo a poner fin al acoso, Lucas al escuchar dicha promesa por parte del peli-azul de encargarse de su problema de acoso por parte de Jackson y sus amigos, este se quedó sorprendido y preocupado, no podía creer que su hermano estuviera dispuesto a meterse en problemas por él, especialmente cuando se enfrentaba a alguien tan peligroso y popular como el mariscal de campo.

Y antes de que pudiera preguntar cómo pensaba hacerlo, Yandal colocó con delicadeza la palma de su mano sobre el ojo lastimado de Lucas, inmediatamente, un leve resplandor comenzó a emanar de la mano del peli-azul, seguido de una sensación refrescante y extremadamente relajante que recorrió todo el rostro del joven dóberman.

Para asombro y alivio de Lucas, el moretón en su ojo derecho empezó a desaparecer, además de que su párpado estaba desinflamándose y deshinchándose rápidamente hasta que no quedó rastro alguno de la lesión, sin duda fue una sensación increíble y reconfortante que llenó a Lucas de gratitud y asombro por las habilidades mágicamente curativas de su hermano.

Aunque Lucas estaba ansioso por saber cómo Yandal había logrado curar su moretón de una manera tan rápida y misteriosa, el peli-azul simplemente negó con el dedo índice en señal de que no revelaría su secreto, y antes de que el joven dóberman pudiera insistir en preguntar más al respecto, el peli-azul le hizo una observación que lo hizo estremecer hasta los huesos.

Yandal: No querrás que tu madre empiece a hacerte preguntas sobre cómo te 'habías' hecho ese moretón, ¿verdad? - dijo con un tono que dejaba entrever una pizca de diversión y complicidad.

Lucas por su parte, no pudo evitar que un escalofrío recorriera su columna vertebral al escuchar la mencion de su madre, sabía muy bien lo sobreprotectora y preocupada que podía ser, especialmente con él, aunque no era un miedo en el mal sentido, el joven dóberman sabía que su madre no descansaría hasta descubrir la verdad detrás de la lesión en su ojo.

Así que, ante la advertencia de Yandal, Lucas decidió no insistir más en el tema y confiar en que su hermano mayor encontraría una manera de solucionar el problema del acoso de Jackson sin que nadie, especialmente su madre, se enterara, y con un último gesto lleno de cariño, Yandal revolvió juguetonamente el cabello de Lucas, provocando una risa genuina y desinhibida en el joven dóberman,

Era evidente que el apoyo incondicional y la muestra de afecto de su hermano mayor, habían tenido un efecto tremendamente positivo en el estado de ánimo de Lucas, devolviéndole la sonrisa y la luz a su rostro, y con un semblante claramente renovado y más ligero, Lucas se dirigió hacia las escaleras, bajando rápidamente por ellas para dirigirse a la planta baja, dejando a Yandal solo en el pasillo de las habitaciones, con una sensación de satisfacción y determinación por haber logrado aliviar el sufrimiento de su hermano menor.

La sonrisa en la boca de Yandal desapareció lentamente de sus labios, mientras dirigía su mirada hacia la puerta a su derecha, que estaba ligeramente entreabierta, era obvio que había notado la presencia de alguien más en el pasillo desde un principio, escuchando a hurtadillas la conversación entre él y Lucas.

Yandal: Sabes, nunca es buena idea escuchar las conversaciones de los demás a escondidas - dijo con un tono de voz serio pero controlado, dirigiéndose a la persona que espiaba detrás de la puerta - Pero ¿qué se le va a hacer? ... al fin y al cabo... es tu sobrino, Ruby...

Continuará...

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