26
Unos cachorros caminaban vestidos con batas blancas, pues la dimensión espejo estaba llena de pacifistas y uno que otro monje.
Pidieron indicaciones para llegar a la gema Nadenke, luego de un rato llegaron a una cueva, por suerte el exe se había maquillado con el fin de no llamar la atención.
El lago de cristal estaba bajo tierra y la joya se encontraba en una piedra situada en medio del agua.
Al verla el menor se emocionó, eso había sido fácil, nadie estaba alrededor, así que aprovechó para meterse al agua, deshaciéndose de la pintura, quitándose la ropa para cambiarla por su capa y remojandose.
No tardó en ver un camino de rocas que por alguna extraña razón flotaban, se cansó de nadar y decidió tomar el camino, no sin antes sacudirse para quedar seco.
- A que yo la tomo primero- retó a su acompañante.
Antes de recibir respuesta echó a correr, no tardó en percatarse que estaba solo, Mikellino no se veía por ningún lado y todo se ponía cada vez más oscuro.
- ¿Hola? ¿Mikellino? ¿Alguien?- comenzaba a asustarse y vio la gema empezar a brillar de negro.
La joya se convirtió en una silueta, que se levantó y caminó hacia el más pequeño, por cada paso que daba el otro retrocedía.
- ¿Q-quién eres?- tartamudeaba.
- ¿No me reconoces?- tomó la forma de Mike.exe, solo que su apariencia era más macabra.
- ¿T-tú? N-no, tú no eres igual a mí.
- Tienes razón, yo no soy un hipócrita "Ayúdame Mikellino"- forzó la voz haciéndola más aguda y chillona- que tontería, eres patético, ¿Por qué no aceptas que esto es lo que eres- se señaló- si lo admites todo será más fácil.
- No, yo no soy así, tú eres una farsa, estoy tratando de cambiar por...
- ¿Por Trollino.exe o por Mikellino? Si sigues así tendrás que elegir, si asumes la realidad podrás tener a ambos, digo, serás la criatura más poderosa del universo y todos estarán a tus pies.
- No, yo no soy así, no debo escucharte.
- ¡Admítelo! ¡Solo eres un mounstro! ¡Tan solo mírate! ¿¡Acaso crees que alguien podría quererte!? ¡Das asco!
- No, cállate ¡CÁLLATE!- sus ojos brillaron de rojo mientras sujetaba del cuello a su otro yo y en la mano sostenía una esfera púrpura dispuesto a lanzarsela al estómago.
De un momento al otro volvió a ser una silueta, eso no inmutó al de vendas, solo lo ponía más alerta.
El ambiente era tenso hasta que la persona frente a él extendió su mano mostrando la joya y hablando como podia entrecortado.
- M-Mike.exe, to-todo está bien, pued-des soltarme, soy y-yo- era Mikellino.
De un momento a otro lo dejó caer retrocediendo aterrado, casi mataba a su amigo, las lágrimas se asomaron por sus ojos viendo al mayor tosiendo en busca de aire.
- Ey, ¿Estás bien?- habló el más alto después de recuperarse.
- Y-yo, te hice daño- sollozó- la gema tenía razón... Soy un mounstro.
- No, tú no eres malo- lo abrazó- sea lo que sea que hayas visto u oído fue mentira, tú eres dulce, tierno, algo sencible y decidido.
- Será mejor que te alejes, no quiero hacerte daño.
- Tú no me harás daño, estoy seguro.
- ... ¿Por qué eres tan bueno conmigo?
- Mi madre siempre dijo que debía ser bueno con todos, y cuando encontrara a alguien que me gustara debía demostrárselo, estar con él por su interior y no por su exterior, ser paciente, acompañarlo en felicidad y tristeza, y lo más importante, curarlo si estaba roto, porque solo se tiene un corazón y debe repararse cuántas veces se pueda.
- ... Tu madre debe ser una gran mujer.
- ¿Mmm? Es hombre.
- ¿¡Hombre!?- se separó- ¿Entonces por qué le dices madre?
- Bueno, es el menor de la relación, me crió como una y así me educaron.
- ¿¡Eres adoptado!?
- ¿Qué? No, soy una fusión.
- ¿¡Por qué no me lo dijiste!?
- No es la gran cosa, además de que no tengo habilidades mágicas o no las he desarrollado.
- Agh, esto puede arruinar mi plan, bueno, sigues teniendo genes reales, tu padre es el rey y tus antepasados fueron leyendas.
- ¿Antepasados? ¿Por parte de mi padre? ¿Me elegiste por mi árbol genealógico?
- ¿Eh? Sí.
- Entonces debiste investigar mejor, mi "madre" es de sangre campesina, y mi padre es adoptado, no sabe quienes eran sus padres biológicos.
- ¿¡Qué!? ¿¡Te das cuenta de lo que significa!?
- No.
- Tus genes no son de héroes, ¿¡Cómo es que eres portador del diamante legendario!?
- Eso se decide por el corazón, tengo los genes de mis padres y ellos eran de puro corazón, así que pueden usar el diamantito.
- ...- suspiró frustrado- ... Lo lamento, pero si eso es verdad no me sirves, hasta aquí llegó tu aventura, será mejor que regreses a tu casa, no te necesito.
- ¿¡Eh!? Pero... ¡Debe haber algo en lo que pueda ayudarte! ¡Conseguí esta gema por ti!- le dio la joya de antes.
- Te lo agradezco mucho, eres muy especial para mí, pero no tiene sentido seguir forzandote a hacer esto, no te pondré en riesgo en vano.
- ¡No me dejes! ¡Haré lo que sea!- comenzaba a llorar.
- En ese caso quiero que me olvides- se teletransportó.
Al llegar al castillo se tiró de rodillas a llorar sin descanso, le dolía demasiado haberse despedido, aunque no era totalmente por sus antepasados, era más que nada por el miedo a lastimarlo.
Se encerró en su habitación a llorar, luego se levantó sin ánimos a prepararse para el siguiente robo, iría a Deset, un planeta lleno de criaturas salvajes por la gema Aard.
Para conseguirla debía revelar un secreto, eso le parecía sencillo, tenía tantas emociones ocultas y estaba ansioso por soltarlas.
Esa noche ni siquiera cenó, hiciera lo que hiciera el recuerdo de Mikellino invadía sus pensamientos una y otra vez, podía sentir su corazón partiéndose en dos, realmente se había encariñado.
Ojalá y hubiera podido despedirse de mejor manera, sin embargo, estaba seguro que de volverlo a ver no lo dejaría ir, ahora él estaba donde pertenecía con su familia, alejado del peligro, además, se suponía que él no sentía el mismo amor por el mayor que por su dueño.
En ese caso ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué sentía que daría todo por estar a su lado? ¿Cuál era la razón por la que no pudo dormir sin pensar en él? ¿Por qué aparecía en sus sueños y en las pesadillas a consolarlo? ¿Por qué no paraba de llorar? Solo el tiempo lo diría.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro