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Mikellino se encontraba conversando con su amado, él se hallaba vulnerable y había accedido a hablar, era una oportunidad única y no pensaba desaprovecharla.
- Y-y entonces sentí una mano y me desperté, supongo q-que eras tú- calmaba su respiración.
- ¿Te da miedo descepcionar a tu dueño?
- Estoy seguro que ya lo hice.
- Ey, no te desanimes, puedes cambiar, estás haciendo esto por él, a mí me gustaría que hicieras lo mismo por mí.
- ¿Matar a tu pueblo?- rió leve.
- Jeje, no, poner tu vida en riesgo por salvarme, quizás te hayas equivocado antes, pero eso quedó en el pasado, no lo puedes cambiar, solo te queda arrepentirte y continuar.
- ... Gracias- lo abrazó- por todo.
El mayor correspondió tímidamente, la compañía del otro era simplemente fantástica, era incluso mejor que su primer beso, ¿La razón? Esta vez lo hacía voluntariamente, él mismo le había abrazado con todo el amor que tenía disponible.
Debía admitir que el tema de conversación lo desanimaba o molestaba, sin embargo, era capaz de soportar al exe suspirando por su dueño con tal de ser recompensado al recibir un pequeño lugar en su corazón.
Poco pasó para que se separaran, Mike.exe había dejado de llorar y le dedicó una sonrisa, aunque en ella se podía sentir la melancolía.
- No es nada, lo que sea por ti, te prometo que no te dejaré solo- volvió a hablar Mikellino.
- La última persona que dijo eso está muerta.
- Conmigo es diferente, mírame, estoy aquí y no iré a ningún lado.
- ...
- Y sobre las gemas, conozco a dos chicos dispuestos a darnos información, solo promete que no los lastimarás.
- Si son inocentes no les haré nada.
- Son mis amigos, y sí, son inocentes.
- Está bien, llévame con ellos.
- Mmm... Con otra condición.
- Agh, ¿Cuál?
Unos minutos más tarde un cachorro pelinaranja salía de un vestidor con ropa de pirata, se veía simplemente adorable.
- T-te queda muy bien- alagó enamorado el de pelo amarillo.
- Ya vamos con tus "amigos"- se dirigió a la puerta haciendo comillas y controlando a la vez su sonrojo.
- ¿No te vas a cambiar?
- Mi capa está mojada, además, dudo que alguien se atreva a decir algo de mi atuendo, ya saben las consecuencias y dudo que quieran afrontarlas- sacó una llama morada de su mano.
- A mí no me harías daño, así que déjame decirte que te ves muy tierno, ukeable y...
- ¡Basta!- lo interrumpió- tienes suerte de que te necesite con vida- caminó a la salida.
- Yo sé que me ama- murmuró divertido el más alto y posteriormente lo siguió.
Al llegar arriba todas las miradas se clavaron en el exe, algunas pervertidas, otras confundidas e incluso unas cuantas temerosas.
Mikellino ahora era el que daba miedo, se arrepentía de obligar al cachorro a vestir así, sobretodo de permitirle salir de la habitación, parecía que ya habían olvidado el incidente, aunque no se acercaban o decían nada para no provocarlo.
Mientras el mayor mataba con la mirada a la tripulación pudo distinguir a los chicos de antes, tomó la mano del exe y lo llevó hasta ellos, los cuales se notaba su incomodidad, miedo y ganas de salir corriendo, nuevamente Music se puso delante su marido.
- Music, Flex, él es Mike.exe, queríamos saber si nos pueden dar información de la gema que buscamos- habló el de capa verde.
- ¿Por qué está vestido así?- se asomó el mapache sobre el hombro de su amado.
- ¿Algún problema?- preguntó el de ojos rubí fastidiado para luego recibir un codazo de parte de su compañero- Ay, agh, Mino me obligó, dijo que me quedaría bien- admitió sonrojado.
- Pues no se equivocó- contestó algo embobado el castaño recibiendo una llamada de atención de su pareja.
- ¿Qué gema están buscando?- volvió al tema el peliazul saliendo de atrás de su esposo, pues ya se había confiado del exe.
- Se llama Lahr, un libro decía que un pirata de esta dimensión la tenía ¿Saben quién puede ser?- explicó el menor de ellos.
- Oh, sí, la tiene el capitán Haak, es el pirata más admirable de aquí, si quieren encontrarlo deberán tener algo que llame su atención, generalmente, otra gema poderosa- informó el de ojos café.
- Mmm... Debimos venir aquí después- dijo desanimado el azabache.
- No lo creo- sacó de su bolsillo la gema de su madre- ¿Esta servirá?
- Wow, es hermosa, seguro tiene mucho poder guardado- se sorprendió Flex.
- Bueno, lo único que puede hacer es abrir portales- sonrió nervioso el de disfraz, le gustaba sentir esa compañía, el mapache era una persona muy agradable.
- ¿A cualquier dimensión o mundo? Eso es increíble, será suficiente- afirmó el otro.
- ¿Y qué hay que hacer?- preguntó el de ojos oscuros?
- Si la tenían desde un principio ya vienen en camino, solo debemos esperar, aunque les recomiendo tener una estrategia.
Luego de hablar un rato idearon un plan, Mike.exe convivió con más personas y se ganó su confianza, eso lo hacía sentir bien, pues estaba corrigiendo sus errores.
El plan era sencillo, fingirian ser prisioneros de los tripulantes, así podrían acercarse confiados a ellos y atacarlos desprevenidos, aunque a lo mejor bastaba con ver a un exe para correr despavoridos, de cualquier manera harían todo lo posible por ganar.
Mikellino desconfiaba un poco de la idea, acabarían todos luchando, a excepción de Flex y huirían lo más rápido posible, el problema era que su amado tenía la gema, por lo que sería el objetivo principal y no accedería a recibir ayuda o protección.
Algo era seguro, ambos darían lo que fuera por la persona que amaban, y a pesar de que no era por la misma persona o fuera el sentimiento mutuo, aprenderían a trabajar juntos, y seguirían así hasta el final del recorrido, uno que acababa con la decisión más difícil de su vida, si renunciar a sus sueños por una causa más importante o aferrarse a su comodidad solo por el miedo de tomar riesgos.
Se nos enseña que hay que estar dispuesto a dejar cosas para tomar nuevas oportunidades, al igual que saber a qué cosas aferrarse, y debemos aprender a diferenciar las cosas de importancia a las temporales tan pronto como sea posible, no sabemos cuándo usaremos esos aprendizajes.
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