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❥ Especial X: Alejarse (Sungsun)

Era la hora de salida. Sunghoon había notado algo extraño cuando llegó al colegio.

Un auto lo había estado siguiendo.

Tal vez este era el momento perfecto. Las piezas habían encajado por si solas y su plan estaba yendo por el rumbo que él quería.

Esa mañana había pasado otra cosa extraña y es que Sunoo no había asistido a clases ni le había enviado algún mensaje. Tenía la sospecha de que sus padres ya se habían enterado de lo que había echo Sunoo y por eso no lo dejaron salir de su casa.

Luego buscaría la manera de ver a Sunoo, ahora debía terminar con algo.

Caminó hacía el salón donde estudiaba Yena pero sus compañeros le dijeron que ya se había ido.

En los últimos días, Yena había dejado de estar tan pendiente de él.

Pensó en los lugares donde podría encontrar a Yena. Quizás su chófer aún estaba esperándola. Se dirigió hacía la salida de la escuela mientras buscaba con su mirada a Yena.

Encontró el auto que todos los días venía a recoger a Yena. Se acercó y le habló al chófer.

— Buenas tardes, señor Shin - Sunghoon saludó —. ¿Aún no llega Yena?

— Buenas tardes, joven Park. La señorita Yena aún no sale de la escuela.

Sunghoon asintió. Se alejó del auto y volvió a mirar hacía el interior de la escuela.

¿Dónde podría estar Yena?

Ya había salido de la escuela así que no lo dejarían volver a entrar por la puerta principal. Debía buscar otra manera de entrar al colegio y buscar a Yena.

Pensó en trepar alguna pared hasta que llegó a la puerta del estacionamiento. El señor encargado de registrar la salida y entrada de los autos estaba ocupado hablando por teléfono. Sunghoon se escabullo hasta entrar nuevamente a la escuela.

Empezó a correr por el estacionamiento para llegar al patio principal y esperar a Yena, pero sus pasos se detuvieron abruptamente.

Ella estaba besándose con un chico. Era un beso intenso y las manos del chico se deslizaban por el cuerpo de Yena.

Sunghoon se acercó sigilosamente a ellos. No le dolía ver que Yena le era infiel porque en primer lugar, jamás la amó y en segundo lugar, no tenía derecho de enojarse porque él también le había sido infiel a ella.

Podría usar esta situación para romper todo tipo de conexión con ella.

— ¿Yena?

La chica empujó al chico con el cuál se estaba besando. Sunghoon por fin pudo ver el rostro del chico.

La sorpresa fué aún más grande cuando pudo reconocer quien era él.

— S-sunghoon - Yena trató de acercarse a él pero Sunghoon se alejó de ella.

— ¿Me estabas engañando con tu propio "amigo"? - Sunghoon cuestionó —. Dijiste que Hyunsu sólo era tu amigo.

— T-todo fué un error. Te lo puedo explicar.

— No - Sunghoon respondió seriamente —. Lo nuestro se acabó, Yena. Si ya no me amabas, debiste decirme antes.

Sunghoon dió media vuelta y se fué. Yena trató de agarrar su brazo para detenerlo pero la esquivó.

Ni sus llantos lograron detenerlo.

Yena no representaba alguien importante o significativo en su vida. Solo era una chica que se enamoró fácilmente de él y trató de aprovecharse de ella para conseguir algo de dinero. Pero sus planes habían cambiado ya que era muy difícil conseguir algo de la fortuna que le pertenecía a Yena. Solo cansándose con ella obtendría dinero y no pensaba hacerlo.

Había encontrado otra manera más fácil.

Había salido más temprano de su trabajo porque ese día su hermana tenía quimioterapia y quería estar junto a ella.

Yebin se sentía más fuerte si su hermano estaba junto a ella. Aunque también extrañaba la presencia de alguien más.

— ¿Dónde está Sunoo? - Yebin preguntó mientras se subía a su camilla.


La quimioterapia había acabado y ella necesitaba descansar.

— Él está muy ocupado con sus asuntos personales.

— ¿Ya se cansó de mí? - Yebin se puso triste.

— Tienes que entender que Sunoo tiene una vida muy diferente a la nuestra. Él tiene toda una compañía bajo su poder. Tiene que enfocarse en eso.

— Yo quiero mucho a Sunoo. Es buen amigo - Yebin sonrió —. Ojalá aún hubiera una esperanza para mí. Me gustaría hacer tantas cosas junto a él.

— ¿Cómo cuáles?

— Viajar. Sunoo ha viajado a muchos lugares. Por como describe esos lugares, son maravillosos. Me gustaría conocerlos.

Sunghoon acarició el cabello de su hermana mientras trataba de aguantar sus ganas de llorar

— Deberías buscar una persona como Sunoo.

— ¿Qué? - Sunghoon se mostró desconcertado después de ese comentario que hizo Yebin.

— Sunoo es una buena persona. Sería una buena influencia para tí.

— No creo que me merezca una buena persona - Sunghoon habló en voz baja.

— Yo sé que tú no eres una mala persona. La vida te convirtió en eso. Aún puedes cambiar.

— Estoy lo suficientemente corrompido.

— No digas eso. Tú eres el mejor hermano. Siempre buscas mi felicidad y comodidad. Sé que has sacrificado muchas cosas por mí. Pero en algún momento me iré y—

— No digas eso, Yebin.

Hoon, hay que ser sinceros. Mi salud se deteriora cada día. Desde que entré a este hospital sabíamos que no había salvación para mí.

— Puedo darte una mejor calidad de vida.

— Lo mejor que tengo en esta vida eres tú. El mayor regalo para mí fué que tú fueras mi hermano mayor. Tú eres suficiente para mí y justamente por eso quiero que seas felíz. Dijiste que yo soy la persona que te hace felíz. Tú también eres la persona que me hace felíz.

Sunghoon besó la frente de su hermana.

— Lo siento, Yebin.

— Te quiero mucho, hermano.

Ambos se abrazaron y lloraron. Sunghoon no quería perderla. Ella era lo único bonito que tenía en su vida.

No quería despertar y saber que su hermana ya no estaría junto a él. No quería que ese día llegue.

¿Por qué el mundo es tan cruel? ¿Por qué se lleva tan pronto a las personas buenas y deja vivir por más tiempo a las personas malas?

¿Por qué decidió ese destino para su hermana? Ella no lo merecía.

En cambio, él sí merecía sufrir.

Era de noche. Salió del cuarto donde estaba su hermana y en el pasillo se encontró al doctor Kyungsoo.


— Justo quería hablar contigo - Kyungsoo informó —. ¿Yebin ya está dormida?

— Sí.

— Perfecto. Necesito decirte algo importante.

— ¿Es sobre la deuda que tengo con el hospital?

— No es sobre eso. Es sobre Yebin.

— ¿Qué sucede?

— Le quedan menos de seis meses.

Sunghoon tuvo que apoyarse en la pared para no terminar cayendo al suelo.

— Te dije que solo un milagro lograría salvarla. Lastimosamente, ese milagro no llegó y su enfermedad ha seguido avanzando. Ahora se encuentra en la última etapa, por lo cuál, ella podría abandonarnos en cualquier momento.

Las lágrimas empezaron a deslizarse por las mejillas de Sunghoon. Su pecho dolía horrible y todo su cuerpo temblaba. Tenía tristeza y miedo. Miedo a quedarse solo.

— Lo siento, Sunghoon. Tienes que ser fuerte y prepararte para lo que venga - Kyungsoo posó su mano sobre el hombro de Sunghoon.

¿Ser fuerte?
¿Prepararse?
¿Cómo se supone que debía hacer eso? ¿Cómo se supone que debía estar preparado para dejar ir a su única razón de vivir?

Salió del hospital. Estaba destrozado emocionalmente. No había palabras para expresar el gran dolor que sentía en este momento.

— ¿Park Sunghoon?

El chico se detuvo y miró al hombre que llamó su nombre.

— ¿Qué quiere?

— Necesito que me acompañe a un lugar, por favor - El hombre abrió la puerta del auto.

Sunghoon dudó unos momentos antes de subirse al auto. Ya no le importaba mucho si se metía en algo peligroso. La vida había perdido sentido para él.



El automóvil se detuvo en el estacionamiento subterráneo de la lujosa residencia. Las luces del techo arrojaban un resplandor frío sobre el piso de concreto, acentuando la sensación de frialdad que emanaba del lugar. Sunghoon bajó del auto, sintiendo cómo el silencio pesado del lugar lo envolvía, un presagio de lo que estaba por venir. Sabía que no estaba ahí por una simple cortesía.

Apenas dio unos pasos, se encontró cara a cara con la madre de Sunoo, una mujer de porte imponente y mirada afilada. Su rostro estaba cuidadosamente maquillado, pero su expresión era severa y sin rastro de amabilidad. Llevaba un elegante traje oscuro, que acentuaba su figura y su autoridad.

— Tú debes ser Park Sunghoon, ¿cierto?

— Sí, soy yo.

— Déjame decirte algo, soy muy especial con las personas que permito que estén cerca de mi hijo.

Sunghoon no respondió de inmediato, manteniendo su mirada fija en ella, esperando lo que sabía que vendría. La mujer dio un paso hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de desdén y determinación.

— Personas como tú no están bienvenidas aquí. Sunoo es un chico especial, y tengo planes muy diferentes para él, lejos de alguien como tú. Sin embargo, parece que mi hijo está…encaprichado contigo, y eso me obliga a tomar medidas.

El tono de la mujer era cortante, cada palabra era como una hoja de cuchillo que cortaba sin piedad. Sunghoon sintió una ola de rabia mezclada con un dolor agudo en su interior, pero lo mantuvo oculto bajo una máscara de indiferencia. La mujer lo observó detenidamente, esperando alguna reacción, pero al no obtenerla, continuó.

— He sabido que Sunoo vació sus cuentas bancarias. Y estoy segura de que eso fue por tu influencia. Claramente, lo único que te interesa es el dinero, y no puedo permitir que te sigas aprovechando de él.

Sunghoon alzó una ceja ante la acusación, pero antes de que pudiera decir algo, la mujer sacó un pequeño cuaderno de cheques de su bolso de cuero. Lo abrió con un movimiento rápido.

— Sé lo que quieres. Te daré la cantidad de dinero que desees, siempre y cuando desaparezcas de la vida de Sunoo para siempre.

Sunghoon la miró fijamente, calculando sus opciones. Sabía que cualquier resistencia sería inútil, y en ese momento, la frialdad de su propia naturaleza tomó el control. Medio millón de dólares. Esa era la cantidad que cruzaba su mente, la cifra que significaría darle una mejor calidad de vida a su hermana antes de que muriera.

— Quiero medio millón de dólares.

La madre de Sunoo no mostró sorpresa ni emoción alguna. Simplemente asintió y escribió la cifra en el cheque. Cuando terminó, arrancó la hoja y se la tendió a Sunghoon, como si estuviera firmando un contrato de venta.

Sunghoon tomó el cheque, sintiendo el peso de su decisión en ese simple pedazo de papel. No dijo nada mientras lo guardaba en su bolsillo, su expresión dura y fría. Sabía lo que había hecho, sabía lo que estaba sacrificando, pero también sabía que esa era su naturaleza.

Salió del estacionamiento. Caminó hasta la puerta de salida de esa casa. Antes de girarse para irse, miró una última vez ese lugar. Sabía que esa sería la última vez que estaría tan cerca de Sunoo, la última vez que tendría la oportunidad de estar en su mundo. Pero no se permitió flaquear. Con una última mirada, se dio la vuelta y siguió caminando por esa calle, alejándose de esa vida y del amor que, quizás, nunca mereció.

El sonido de sus pasos resonaba en el vacío, un eco que marcaba el final de lo que había sido su "relación" con Sunoo. No miró hacia atrás. Sabía que el capítulo estaba cerrado, y que, por primera vez en mucho tiempo, se había vendido por completo.

Esto era lo mejor. Por mucho que intentara engañarse, aunque quisiera, nunca habría podido estar con Sunoo. Kim Sunoo era luz en un mundo que él solo conocía por sus sombras. Su bondad era un espejo que reflejaba todas las partes que Sunghoon detestaba de si mismo. Reflejaba toda esa calidez de la cuál Sunghoon carecía, y en ese reflejo, entendió que nunca lo mereció, ni lo merecería.

Sunoo merecía a alguien mejor.






















Dr13a.

Me olvidé que ayer debía actualizar 🥲

Ya escucharon la preview de la canción Daydream de ENHYPEN? 👀 Ni sale la canción y yo ya me obsesione.

Volviendo al tema de esta historia, en el siguiente especial se cierra la historia del pasado del Sungsun y volvemos al tiempo actual de la historia.

Gracias por leer y votar 💙

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