Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❥ Especial VII: Plan (Sungsun)

Sunghoon pensó que Sunoo solo duraría máximo una semana yendo a visitar a Yebin.

Pero ya se habían cumplido dos meses.

Se sentía extraño tratar a Sunoo como un desconocido cuando sus caminos se cruzaban en el colegio, y en las noches compartir risas junto a él y Yebin.

Sunghoon tenía dos libros en sus manos y los iba devolver a la biblioteca. Estaba caminando por los pasillos de la escuela hasta que sintió que alguien agarró la muñeca de su mano y lo jaló hacía el interior de un salón vacío.

Iba decir algo pero todo fué muy rápido. Estaba acorralado contra la pared del salón y una mano cubría su boca.

Sunghoon frunció el ceño al reconocer la cabellera rubia frente a él.

— Quería asegurarme de que no gritaras - Sunoo sonrió tímidamente y retrocedió unos pasos.

— ¿Por qué haces esto? - Sunghoon preguntó. Era extraño que Sunoo le hablara en el colegio y lo hacía mucho más extraño que lo haya encerrado en un salón.

— Quería hablar contigo pero no tengo tu número así que está fué la única idea que se me ocurrió.

— ¿Qué quieres decirme?

— Hoy no podré ir a visitar a tu hermana. Lo siento. Hay algo que debo hacer.

Sunghoon alzó su vista, su rostro estaba inexpresivo, pero sus ojos revelaban un destello de amargura. Cruzó sus brazos sobre su pecho, endureciendo aún más su postura.

— Debo admitir que te demoraste bastante.

— ¿Qué quieres decir? - Sunoo preguntó.

— No tienes que disculparte, Sunoo. De hecho, gracias por fingir amabilidad durante todo este tiempo. Si ahora decides alejarte, te lo agradezco aún más.

Sunoo dió un paso más hacia atrás, sorprendido por el tono y las palabras de Sunghoon. Sus ojos se llenaron de incredulidad y tristeza.

— ¿Fingir? ¿Eso es lo que piensas de mí? He estado aquí porque me importan Yebin y tú. No porque me siento obligado o quiera aparentar algo.

Sunghoon, que había mantenido su mirada fija en el suelo hasta este momento, la levanta para enfrentarlo. Había una mezcla de ira y dolor en su expresión.

— ¿Te importamos? Sunoo, ni siquiera eres cercano a nosotros. No eres parte de esto, y lo que menos necesito es que alguien más se entrometa en mi vida.

— ¿Crees que he estado aquí porque no tengo nada mejor que hacer? ¿Que estoy aquí por lástima? He estado a tu lado porque te veo luchando solo, porque me duele ver a Yebin pasar por esto ¡No soy un desconocido, Sunghoon, y nunca he querido serlo!

Sunghoon desvía la mirada, sintiendo un nudo en la garganta, pero su orgullo y el miedo a confiar lo mantienen en silencio.

— No vine aquí esperando que me agradezcas o me aceptes como un amigo - Sunoo se acercó más a Sunghoon —, pero pensé que ya habías dejado de dudar de mis intenciones. Yo solo quiero ayudarte. Pero si prefieres que me aleje, lo haré, pero solo me alejaré de tí porque de Yebin jamás. Y también quiero que sepas que lo hice porque me importan, no porque quería que confíes en mí de inmediato.

Sunghoon se quedó en silencio, luchando con la mezcla de emociones que lo inundaban. Las palabras de Sunoo lo afectaron más de lo que quisiera admitir, pero la desconfianza lo hacen retraerse.

— No quiero que sigas sufriendo por algo que no te incumbe, Kim Sunoo. Ya tienes suficiente con saber lo que ocurre.

Sunoo asiente, conteniendo sus lágrimas.

— Solo espero que algún día puedas confiar en alguien, Sunghoon. Y que cuando ese día llegue, recuerdes que estuve aquí cuando más lo necesitabas.

Sunoo se giró y salió del salón, dejando a Sunghoon solo con sus pensamientos. Sunghoon, aún luchando con lo que sentía, no pudo evitar sentir un sentimiento de pérdida, pero su orgullo lo mantuvo inmóvil.

Salió del salón, iba continuar su camino hacía la biblioteca pero Yena se atravesó en su camino.

— ¿Qué hacían Sunoo y tú solos en ese salón? - Yena preguntó mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Me estabas espiando?

— Aún no respondes mi pregunta.

— No es nada importante. Ahora tengo que ir a la biblioteca a regresar estos libros - Sunghoon siguió con su camino.

— No te acerques mucho a Sunoo. No vas a querer involucrarte con su familia.

Sunghoon se detuvo.

— ¿Por qué?

—  Los padres de Sunoo son muy selectivos con las amistades de él. Son capaces de todo con tal de alejar a alguien que no está a la altura de su hijo - Yena se acercó a Sunghoon —. Recuerda que tú no vienes de alguna familia adinerada y ellos consideran a las personas como tú como alguien insignificante que solo puede llegar a ser empleado de ellos. No quisiera que recibas feos comentarios por parte de ellos.

Sunghoon se quedó un momento procesando las palabras que le había dicho Yena. Luego se alejó de ella y siguió con su camino.



Llegó a visitar a su hermana.

La habitación del hospital estaba bañada por una luz tenue que entraba a través de las cortinas medio cerradas. Yebin estaba recostada en la cama, rodeada de peluches y libros que Sunoo le había traído en sus visitas. Sus grandes ojos marrones, normalmente llenos de una chispa de vida a pesar de su enfermedad, ahora se veían apagados y tristes. Sunghoon estaba sentado a su lado, sosteniéndole la mano mientras ella miraba hacia la puerta, esperando ver entrar a Sunoo.

— ¿Qué pasa, princesa? - Sunghoon preguntó.

— Hoy no vino Sunoo a visitarme - Yebin respondió con tristeza —. ¿Por qué no vino hoy Sunoo? Siempre me decía que vendría todos los días.

Sunghoon bajó su mirada, sintiendo un nudo en su estómago al ver la tristeza en los ojos de su hermana. Su instinto lo obligaba a protegerla, mantenerla a salvo de cualquier dolor innecesario, incluso si eso significa alejar a las personas que podrían herirla. Pero sabía que no podía mentirle.

— Yebin, es mejor así. Kim Sunoo tiene su propia vida, y no quiero que te hagas ilusiones. Es mejor que se aleje de nosotros.

Yebin lo mira, con sus ojos llenos de confusión y un atisbo de decepción.

— ¿Pero por qué, Sunghoon? Él es muy bueno conmigo. Siempre me hace reír y me trae cosas bonitas. Yo lo quiero mucho.

Sunghoon sintió una punzada en su corazón al escuchar eso. Le cuesta ver a su hermana encariñada con alguien que él mismo ha rechazado, pero sentía que era lo correcto. Sunoo no debería cargar con sus problemas, y Yebin no debería depender de alguien que podría irse en cualquier momento.


— Yebin, no quiero que te lastimen. A veces, es mejor no encariñarse con personas que pueden no estar para siempre. Sunoo ha sido amable, pero no quiero que te acostumbres a verlo. Es mejor así, créeme.

Yebin frunce el ceño, algo inusual en su rostro normalmente alegre. Ella apretó la mano de Sunghoon con una fuerza sorprendente para alguien tan débil.

— Sunghoon, no todos se van a ir. No todos son como papá y no todos te lastimaran y tratarán mal como mamá. Sunoo no es así. Él siempre viene, siempre está aquí para mí y para ti también, aunque no quieras verlo.

Las palabras de Yebin lo hacen sentir mal. Sunghoon intenta mantener la compostura, pero la sinceridad de su hermana y la mención de sus padres le hacían bajar la guardia por un momento.

— No quiero que sufras, Yebin. Ya es bastante con lo que estás pasando. No quiero que te decepcionen más personas.

Yebin lo mira fijamente, sus ojos reflejando tanto madurez como tristeza.

— Sunghoon, a veces, las personas solo quieren ayudar. Sunoo no es malo, y no creo que esté aquí solo porque se siente obligado. A mí me cae bien, y creo que a ti también, aunque no lo quieras admitir. Solo... no seas tan cruel con él.

Sunghoon siente que las palabras de Yebin lo desarman por completo. Siempre había sido él quien protegía a su hermana, pero en ese momento, era ella quien le ofrecía una lección de vida. Su corazón se ablanda, pero su orgullo aún lucha por mantenerse firme.

— Solo quiero que estés bien, Yebin. Es lo único que me importa.

Yebin sonríe débilmente.

— Estaré bien, Sunghoon. Pero déjalo estar aquí también. No tienes que enfrentarlo todo solo.

Sunghoon asiente lentamente, sintiendo cómo sus defensas se desmoronan un poco más. Su hermana, a pesar de su fragilidad, tiene una fuerza interior que lo inspira. La idea de permitir que alguien más se acerque a ellos aún lo aterra, pero por Yebin, podría intentarlo. Al menos, eso es lo que comienza a considerar mientras observa a su hermana volver a recostarse, más tranquila, aunque aún un poco triste por la ausencia de Sunoo.



La noche había caído, y Sunghoon caminaba rápidamente por las calles desiertas, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. Había salido del hospital después de asegurarse de que Yebin estaba dormida. Las palabras de su hermana aún resonaban en su cabeza. Aunque sus emociones eran confusas, había tomado una decisión: iría a la casa de Kim Sunoo. No por las razones que su hermana podría haber esperado, sino por un plan que había comenzado a formarse en su mente, uno que, si funcionaba, podría resolver alguno de sus problemas.

La casa de Sunoo estaba en un barrio acomodado, donde las casas eran grandes y bien cuidadas, un contraste absoluto con la realidad de Sunghoon.

Cuando llegó a la puerta de la casa, sintió ansiedad. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no era correcto, pero la desesperación y el agotamiento le habían nublado el juicio. Respiró hondo y tocó el timbre. Después de unos segundos, la puerta se abrió, revelando a Sunoo, sorprendido y un poco confundido al verlo allí.

— Sunghoon - Sunoo mostró una expresión de sorpresa —. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Pasa algo con Yebin?

Sunghoon notó la preocupación genuina en la voz de Sunoo, lo que lo hizo sentirse momentáneamente culpable, pero rápidamente se obligó a recordar su propósito. Mostrando una expresión de arrepentimiento fingido, levantó la vista para mirarlo directamente y hablarle con voz suave y aparentemente sincera

— No, Yebin está bien. Yo vine a pedirte disculpas, Sunoo. He sido un idiota y me he dado cuenta de lo injusto que he sido contigo.

Sunoo lo miró fijamente, la sorpresa en sus ojos se mezclaba con la confusión. Sunghoon estaba seguro que él no esperaba verlo allí, y mucho menos escucharlo disculparse de esa manera.

— Sunghoon, ¿por qué ahora? Dijiste cosas muy duras antes y ahora vienes aquí a pedirme disculpas. No lo entiendo.

Sunghoon hizo una pausa, bajando la cabeza por un momento, como si estuviera luchando con sus emociones. En realidad, estaba calculando cuidadosamente sus próximas palabras, asegurándose de que sonaran lo suficientemente sinceras para ganarse la confianza de Sunoo.

— Lo sé y me siento terrible por eso. La verdad es que no sé cómo manejar todo lo que está pasando. No quiero terminar alejando a la única persona que realmente se ha preocupado por nosotros. Yebin me hizo darme cuenta de eso, de lo injusto que he sido contigo.

Sunoo frunció el ceño, aún sin estar completamente convencido.

— Sunghoon, solo quiero ayudar. No tienes que hacer esto solo, y no tienes que fingir que todo está bien cuando claramente no lo está - Sunoo habló en voz baja.

Sunghoon levantó su vista y asintió lentamente, sus ojos mostrando un rastro de vulnerabilidad, aunque por dentro su mente estaba centrada en su plan.

— Sé que he sido distante y duro contigo, pero ya no quiero alejarte. He sido un tonto. Me di cuenta de que te necesitábamos más de lo que quería admitir. Si todavía estás dispuesto a estar cerca, me gustaría intentarlo de nuevo.

Sunoo parpadeó, sorprendido por las súbitas palabras de Sunghoon.

— Claro que quiero estar cerca, Sunghoon. Yebin se ha convertido en una persona importante para mí, y tú no eres tan malo como te gusta aparentar. Solo tienes que dejarme ayudarte - Sunoo sonrió.

Sunghoon asintió, pero sus pensamientos seguían enredados en su plan. Sabía que acercarse a Sunoo podría tener consecuencias, especialmente si sus padres descubrían que se estaban viendo y justamente eso era exactamente lo que esperaba: que los padres de Sunoo intervinieran y trataran de alejarlo. Era un riesgo calculado, uno que estaba dispuesto a correr si significaba aliviar una carga que pesaba sobre él.

— Gracias, Sunoo. No sé qué haríamos sin tí. Espero que no te metas en problemas por nosotros. Sé que tu familia no estaría muy contenta si supieran que somos cercanos.

Por la expresión que hizo Sunoo, supo que había notado la insinuación de ese riesgo.

— No me importa lo que piensen mis padres. Yo decido con quién quiero estar, y quiero estar aquí para ustedes, Sunghoon.

Sunghoon asintió, pero no dijo nada más. Sabía que sus palabras habían tenido el efecto deseado. Ahora solo quedaba esperar, ver cómo se desarrollaba la situación y qué harían los padres de Sunoo cuando se enteraran de su creciente cercanía. Mientras se despedía de él esa noche, no podía evitar sentir una mezcla de culpa y alivio. Sabía que estaba manipulando la situación, pero en su mente, era un sacrificio necesario para proteger a Yebin y mantener su precaria vida a flote.



























Dr13a.

No estoy preparada para lo que voy a tener que escribir en los siguientes especiales 😭

Gracias por leer y votar 💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro