Estaba cansado.

¿Por qué tenía que tener esas preocupaciones?

¡¿Por qué lo estaban forzando a convertirse en un adulto?!

Miró a su alrededor. Las paredes están descoloridas, reflejo del tiempo y la falta de mantenimiento. Sobre la mesa de madera del comedor se ven papeles desordenados: facturas sin pagar y notificaciones de deuda.

Su madre sale de su habitación apenas lo escucha cerrar la puerta de entrada a la casa. Ella, una mujer desaliñada y con el rostro marcado por las preocupaciones y la desesperación de su adicción, se le acerca con una expresión de furia.

— ¿Dónde está el dinero, Sunghoon? ¡Me dijiste que lo tendrías hoy! ¿No entiendes que estoy en problemas? ¡Nos van a matar si no pagamos! - ella habló con voz temblorosa y llena de ira.

— Mamá, te dije que no tengo más dinero. Todo lo que gano va para pagar las deudas del hospital de Yebin. ¡Tu hija está muriéndose y tú solo piensas en tus malditas apuestas!

— ¡No me hables así! ¡Soy tu madre! - sin escucharlo, ella lo abofetea con fuerza —. ¡No tienes idea de lo que es esto!

Sunghoon, con la mejilla ardiendo y los ojos llenos de rabia y dolor, da un paso hacia atrás, mirando a su madre con incredulidad.

— No tienes idea, ¿verdad? No sabes lo que es ver a Yebin pelear por su vida todos los días mientras tú te desmoronas frente a una máquina de apuestas. - Sunghoon habla con su voz rota, casi un susurro —. No sabes lo que es trabajar horas y horas para que no nos echen a la calle. No sabes lo horrible que se siente fingir alguien que no eres. ¡No sabes lo que es tener que actuar como un adulto cuando debería ser mi último año de secundaria!

— Necesito ese dinero, Sunghoon. Lo necesito para salvarnos. Tú no entiendes lo que esos hombres son capaces de hacer - su furia comienza a desmoronarse, pero la desesperación aún la domina

— Lo que no entiendes es que cada centavo que gasto en tus deudas es un centavo menos para salvar la vida de Yebin. Si te importa tanto, deja de apostar y enfrenta la realidad. Ya es suficiente, mamá. ¡No puedo más con esto!

La mujer, derrotada y sin respuestas, se derrumba en un pequeño sofá viejo, cubriéndose el rostro con las manos. Sunghoon siente la desesperación y el dolor que lo envuelven, pero sabe que no puede rendirse, porque Yebin lo necesita más que nunca.

⛅⛅⛅

Sabía que Yena se iba molestar con él por ignorarla durante toda la mañana pero no tenía ganas para lidiar con otros problemas.

Estaba desesperado.

Necesitaba dinero. La vida de su hermana corría peligro.

— ¡Detente, Park Sunghoon!

El chico trató de seguir con su camino pero ella agarró su mano para impedir que se siguiera alejando.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué me estás ignorando? - Yena preguntó.

— Por favor, suéltame. Luego te lo explicaré pero ahora tengo cosas más importantes que hacer.

— No, quiero que expliques tu actitud ahora - Yena soltó la mano de Sunghoon y se paró enfrente de él.

— Yena, estás haciendo un escándalo y todos nos están viendo.

Ellos estaban en medio del pasillo de la escuela. Era la hora de salida así que había bastante afluencia de alumnos y muchos se habían detenido para verlos.

— Entonces vamos a mi casa y me explicas la razón de esta actitud extraña - Yena agarró nuevamente la mano de Sunghoon y lo guío por el pasillo para salir del colegio.

⏳

Yena cerró la puerta de su habitación y dejó su mochila en el suelo, a un lado de la puerta.

— Nadie más nos está viendo así que explica tu actitud extraña - Yena habló.

— Últimamente mis padres están teniendo bastantes peleas y eso me está afectado - Sunghoon respondió.

— Entiendo. Es difícil cuando eres hijo único y tienes que soportar todo eso - Yena sintió un poco de tristeza por la situación de Sunghoon —. Antes de que me olvide, te daré tu entrada para ir al concierto - Yena buscó en los cajones de su escritorio las dos entradas que había comprado —. Afortunadamente pude alcanzar a comprar dos entradas. Como ese grupo es muy popular, las entradas a sus conciertos se agotan en cuestión de minutos - Yena le entregó ese papel a Sunghoon.

— Gracias - Sunghoon recibió el papel.

— ¿Quieres ir a pasear en bicicleta? - Yena preguntó.

Sunghoon se quedó mirando el papel en sus manos. Definitivamente ese grupo de k-pop era muy popular. Conseguir una entrada era para los que tenían suerte, además que eran costosas.

— Lo siento pero tengo que regresar a casa. Mi madre está muy afectada por las discusiones y quiere compañía.

— Está bien.

Sunghoon salió corrieron de esa casa. Tenía una excelente idea para conseguir dinero gracias a esa entrada para ese concierto.

⏳

Llegó corriendo al hospital. La quimioterapia de su hermana iba comenzar dentro de unos minutos y había prometido estar junto a ella.

El ascensor estaba lleno de persona. Hizo el esfuerzo de entrar en ese pequeño espacio. Las puertas se iban a cerrar pero alguien se interpuso y obligó al ascensor a abrir sus puertas nuevamente.

Sunghoon se sorprendió al ver a ese chico rubio.

— Hola, Park Sunghoon - Sunoo saludó en voz baja.

Habían muchas personas y eso obligaba a Sunghoon y Sunoo a estar muy cerca del otro.

— ¿Qué haces aquí? - Sunghoon preguntó en un susurro.

— No me gusta quedarme con la curiosidad - Sunoo respondió.

Llegaron hasta el piso donde Sunghoon se bajó y Sunoo lo siguió.

— ¿Acaso me estás vigilando? - Sunghoon preguntó con molestia.

— Sí.

— Te dije que no te metieras en mis asuntos personales.

— Pero este asunto personal es muy complejo. Si vienes a un hospital como este significa que tienes un familiar que tiene cáncer o tú estás sufriendo con esa enfermedad.

— Ese es mi asunto.

— Pero—

— ¿Sunghoon?

El mencionado se detuvo y Sunoo también se detuvo para mirar a un doctor que se acercó a ellos.

— Vienes a tiempo - Kyungsoo sonrió y luego miró a Sunoo —. ¿Trajiste compañía?

— No.
— Sí.

Sunghoon y Sunoo se miraron con molestia.

— Síganme - Kyungsoo habló.

Sunghoon estaba nervioso. No quería que Sunoo viera a su hermana y descubriera la miseria de vida que tenía.

Pero simplemente no pudo hacer nada para impedir que cruce esa puerta y viera a su hermana usando una bata de plástico mientras otra doctora preparaba todo para la quimioterapia.

Sunoo sintió un punzada en su pecho al ver el estado de esa niña.

— Pensé que no vendrías - Yebin habló. Su vista viajó hasta Sunoo —. Hola. Soy Yebin. ¿Cómo te llamas?

— Es mejor que te vayas - Sunghoon trató de agarrar el brazo de Sunoo para sacarlo de ahí pero el rubio logró esquivarlo y se acercó hasta donde estaba Yebin.

— Hola - Sunoo saludó —. Soy Kim Sunoo.

— Tienes un lindo cabello rubio - Yebin sonrió.

Sunoo también sonrió a pesar de sentir tristeza por el estado de ella.

— Está todo listo - la doctora informó.

Sunoo y Sunghoon se alejaron de Yebin y los doctores para no interrumpir su trabajo.

— ¿Quién es? - Sunoo preguntó en voz baja.

— Es mi hermana.

— ¿Tenías una hermana? Pero Yena nos contó que eras hijo único.

— Lo que estás viendo, no le digas a nadie.¿De acuerdo?

— Entonces, estás mintiendo sobre tu familia - Sunoo miró sorprendido a Sunghoon.

— No le digas a nadie la verdad.

— ¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo tener una hermana que sufre una terrible enfermedad?

— No se trata de sólo eso, Kim Sunoo - Sunghoon respondió con molestia.

— ¿Qué tiene ella?

— Leucemia linfocítica aguda.

— ¿Aguda? Eso quiere decir que está muy avanzada.

— Lo sé.

Se insertó una aguja en una vena del brazo de la niña. La dosis se iba administrando. Durante los primeros minutos, Yebin estaba tranquila aunque por momentos hacía una que otra expresión de dolor. Después vinieron las náuseas y vomitos.

Sunghoon sentía a su corazón romperse en pedazos mientras veía a su hermana vomitar y quejarse de dolor por el esfuerzo que hacía cuando vomitaba.

Y al parecer no era el único afectado porque algunas lágrimas se deslizaban por las mejillas de Sunoo.

¿Le daba tristeza o simplemente sentía lástima?

Aunque, ¿por qué sentiría eso cuando ni siquiera son cercanos?

Ahora Sunoo conocía una parte de su verdadera vida.

Después de unas horas, la quimioterapia había acabado. Sunghoon se acercó corriendo hacía su hermana y la abrazó con fuerza, sin importarle manchar su ropa con el vómito de su hermana.

— Eres muy valiente, Yebin - Sunghoon le sonrió a Yebin quién estaba también llorando.

— Gracias por venir - Yebin susurró.

— Eso fué todo por hoy - el doctor Kyungsoo habló.

— Gracias, doctor - Sunghoon habló.

— ¿Quiere que le traiga un vaso con agua? - la doctora le preguntó a Sunoo quién lloraba desconsoladamente y luego negó con su cabeza.

— ¿Es tu amigo? - Yebin le preguntó a Sunghoon.

Park miró a Sunoo tratando de limpiarse las lágrimas y dejar de llorar.

— No lo sé - Sunghoon respondió.

Sunoo se acercó a los hermanos Park. Se puso de cuclillas y agarró las manos de Yebin.

— Eres una niña muy fuerte. Mereces el universo entero - Sunoo sonrió.

Yebin y Sunghoon se quedaron admirando la bonita sonrisa de Sunoo.

Dr13a.

Me duele el personaje de Yebin 😔

Gracias por leer y votar 💙