TRES
¿Puede existir algo peor que estar enamorada de tu mejor amigo y que él tenga novia?
Por supuesto.
Que te pida tener una relación falsa para darle celos a ella y que te bese en frente de toda la jodida universidad.
Trabajé arduamente durante todo mi primer año en la universidad para no llamar la atención, no atraer problemas y volverme invisible ante los ojos de todo el mundo.
Koll arruinó todo eso en una sola noche.
Puedo sentir las miradas de todos mientras camino por el campus. Los cuchicheos y murmullos cada vez que paso cerca de algún grupo de estudiantes. Probablemente mi vida universitaria de ahora en adelante sea un desastre.
Me relajo un poco cuando por fin entro en las instalaciones de la universidad y los maravillosos pasillos vacíos me reciben. Aún es temprano, así que todos los estudiantes están en el campus, poniéndose al día con los acontecimientos del verano, para ser más exactos, con el chisme de que uno de los chicos más "populares" besó a la friki de las matemáticas en la fiesta de anoche.
No me importan tantos los chismes, tengo otras cosas más importantes de las que ocuparme, como evitar toparme con Koll, Ryder o Lana. Ese es mi plan de supervivencia, evitarlos a toda costa por lo que resta del curso escolar. Pero mi amado plan se pone en riesgo cuando mi flamante mejor amigo aparece al otro lado del pasillo riendo junto a Zack y el corazón me da un salto.
—¡Mierda! —susurro mientras comienzo a mirar a todos lados en busca de una escapatoria.
Koll no me ha visto y suelta una carcajada por cualquier mediocridad que Zack le dice. Entro en pánico y las piernas comienzan a temblarme. Camino a la derecha pero solo están los casilleros y cuando planeo dar la espalda y correr hacia el campus una mano me agarra por el brazo y me hace entrar a una de las pequeñas habitaciones donde los de la limpieza guardan sus útiles.
—¿Qué carajos fue eso? —Maren me observa con el rostro lleno de diversión y cierra con cuidado la puerta—. Ni siquiera sabes como huir, Erin.
—Tu calla —le digo intentando controlar los latidos de mi corazón—. ¿Dónde demonios te metiste anoche?
—Fui a verme con Zack, lamento haberte dejado sola, pero ya me enteré que te divertiste.
Quiero ahorcarla justo ahora. Pero entonces caigo en cuenta de que ella estaba ocultándose aquí dentro antes que yo.
—Pero tu ya estabas aquí. ¿Qué ocultas, Maren?
La miro con los ojos entrecerrados y ella pone su cara de "no rompo un plato".
—Puede que le haya hecho una escena de celos a Zack anoche y ahora no se cómo mirarlo a la cara.
—¿No se supone que tienen una relación seria? —cuestiono y ella se recarga de la vitrina donde hay varios pote de detergente.
—Nunca he sentido celos, Erin, y el muy idiota empezó a burlarse de mi.
No pude evitar reír. Nunca había visto esta versión de Maren. Siempre ha sido audaz y valiente. Por lo visto Zack estaba logrando ablandar su frío corazón.
—Pero olvida eso, lo tuyo es más importante. ¡Koll te beso delante de toda la maldita universidad!
Ruedo los ojos y suelto un bufido.
—¿Por qué tienes esa cara de agonía y no estás brincando de felicidad?
—Quizás porque luego de besarme me pidió que fingiera ser su novia para darle celos a Lana.
El rostro de Maren se descompone de inmediato y veo como camina hasta la puerta con intenciones de salir. Con rapidez la tomo del brazo y la detengo.
—¿A donde vas?
—A partirle toda su madre —me dice enfurecida y acto seguido abre la puerta.
Maren sale como alma que lleva el diablo y yo detrás suyo para evitar que cometa una de sus locuras pero nos detenemos abruptamente cuando chocamos de frente con Zack y Koll. Los cuatros nos quedamos quietos, como si el tiempo se hubiese detenido. La tensión puede cortarse con un hilo y Zack es el primero en interrumpir el silencio aclarándose la garganta.
—Hola, chicas —saluda sin quitar su mirada de Maren que observa a Koll con ganas de asesinarlo—. Mar, creo que tenemos que hablar.
—Ahora mismo no —le dice y se acerca a Koll, pero antes de que pueda hacer algo la campana que anuncia el comienzo de clases suena y el pasillo es invadido por todos los estudiantes—. Salvado por la campana, Koll.
Ella se gira y me toma del brazo para marcharnos pero Koll me agarra por el otro.
—Necesitamos hablar, Er —me dice.
Un maldito cosquilleo me sube por la espalda cuando sus ojos se encuentran con los míos y mi traicionero corazón amenaza con salir de mi pecho. Pero toda la burbuja se rompe cuando ambos miramos a la entrada y Lana entra seguida por Rayder. Koll suelta mi mano, la burbuja se rompe y dejo que Maren me guíe lejos.
—Mi vida es una mierda —digo mientras lanzo mi carpeta en la mesa y me siento a esperar la entrada del profesor.
Maren se posiciona a mi lado y suelta un bufido.
—Me estoy enamorando de Zack.
—Este curso sin duda será caótico —lloriqueo.
Unos segundos después los demás estudiantes entran al salón. Incluidos Zack, Koll, Lana y Ryder. Por desgracia, aunque estudiamos carreras diferentes, compartimos varias asignaturas y esta es una de ellas. Maren y yo nos dedicamos a sacar los útiles y dejamos fuera del salón cualquier problema al que tengamos que enfrentarnos y cuando el profesor Jolley hace su aparición, mi cabeza forma una nebulosa en la que solo estamos las Matemáticas y yo.
—Buenos días, muchachos, es bueno estar de vuelta —saluda alegre como de costumbre y comienza a escribir en el pizarrón. La palabra "FUTURO" con letras mayúsculas aparece al frente y él sacude la tiza en sus manos y se vuelve hacia nosotros—. Hoy comienzan su segundo año y va siendo momento de ir pensando en esto. El año pasado ha quedado atrás, haremos borrón y cuenta nueva, así que espero que todos se esfuercen por mejorar.
Todos escuchamos en silencio. El porfesor Jolley es uno de los mas antiguos de la universidad y él mas respetado y amados por todos. Ya que pese a sus años como docente, no es un tirano y trata a sus alumnos con amabilidad.
—Voy a organizar equipos de apoyo, para todos los estudiantes que tuvieron problemas el año pasado. Vamos a hacer mejores este año.
Dicho eso la clase comienza y luego de explicar el nuevo teorema que conoceremos hoy deja varios ejercicios para que trabajemos y sale a visitar al director. Todos quedamos trabajando en silencio hasta que Lana se levanta de su silla y se acerca a mi.
—Hola, Erin —su perfecta sonrisa adorna su rostro y yo le respondo el saludo torpemente—. ¿Por qué huiste ayer de la fiesta?
Maren me da un codazo y se acerca a mi oido para susurrarme.
—¿Saliste huyendo?
—Me rodearon entre ella, Ryder y Koll. ¿Qué demonios iba a hacer? —le susurro de vuelta, luego me giro hacia Lana—. Tenía cosas que resolver.
—Cómo sea. ¿Puedes explicarme este ejercicio, por favor?
Lana no era una mala persona. Al contrario, me cae bien, eso es lo peor de todo. No es que seamos amigas, pero solemos conversar de vez en cuando y ella siempre suele buscar mi ayuda en clases, aunque es muy inteligente.
Me dispongo a explicarle pero la voz de Rayder me interrumpe.
—Siempre tan amable, Pitágoras.
Me giro y lo observo con enojo.
—¿Puedes dejar de llamarme así? Tengo un nombre.
Él se cruza de brazos en su asiento y niega.
—Pitágoras, te queda mejor.
Voy a responderle pero la voz de Koll me lo impide.
—Déjala en paz —le dice a Ryder y este lo mira con la ceja enarcada.
—¿Perdona? No estoy hablando contigo.
Ryder se vuelve hacia mi, pero Koll vuelve a hablar.
—¿Acaso no tienes algo mejor que hacer? Déjala tranquila.
Ryder toma una profunda respiración y se vuelve hacia Koll.
—No estoy hablando contigo, no te metas en donde no te llaman, creo que Erin tiene la suficiente inteligencia para defenderse por ella misma y mandarme a callar, no necesita de un caballero de brillante armadura y si lo necesitase, no serías tú.
Todos se mantienen en silencio mirando la situación mientras yo me siento como una hormiga pequeña. En qué momento todo esto de descontroló. Koll intenta volver a hablar pero me pongo de pie.
—Callen los dos —le digo con enojo y luego llevo mi mirada a Maren—. Me voy, necesito coger aire.
Me dispongo a salir del salón pero me encuentro con el profesor.
—¿Erin? —su rostro refleja desconcierto, por supuesto, nunca me he salido de sus clases—. Aún no hemos terminado.
—Lo siento, me siento un poco mal, profesor, necesito un poco de aire.
El asiente con comprensión y luego me da un papel.
—Eres una de las seleccionadas para las tutorías, ese es tu horario. Vas a ayudar a alguno de tus compañeros, voy a hacer la distribución de las parejas ahora.
—Elija usted a quien guste, no me molesta ayudar a mis compañeros, en verdad, necesito irme.
—Comienzan hoy en la tarde.
Asiento y salgo del salón rápidamente. Atravieso los pasillos y camino hacia el campus. Hay pocos estudiantes fuera debido a que muchos están en clases. Atravieso todo el jardín de la universidad hasta llegar al área de deporte, me siento en el césped. El aire mueve mi cabello y saco la botella de agua de mi mochila, tomo un sorbo con tranquilidad, hasta que alguien topa mi hombro y me giro encontrando a Koll.
—Vamos a conversar, Erin —me dice y se sienta en el césped frente a mi—. Ahora no puedes huir a ninguna parte.
Hola, hola
De vuelta con estos cuatro.
¿Que les está pareciendo la historia?
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