¿En qué momento había llegado a esto? A casi arrastrarse por migajas de afecto, no lo sabe, no recuerda. Lo que sabe es que este no es él.

No es Pablo Martín Gavira, no es el Gavi de siempre, cuanta razón tenían Lewan y Fermín.

El amor es ciego, tanto que puedes estar cayendo a un pozo y no te darías cuanta.

—Gavi...

—Ya sé, ya sé, no necesitas decirlo... Aunque conociéndote, estoy seguro de que mueres por decir "Te lo dije".

—Claro que no... Ay bueno sí, es que tú tampoco ayudas Gavi... Pero en serio, debes dejar esto, no puedes seguir sufriendo por alguien a quién ni siquiera le importan tus sentimientos.

—Lo sé Fer... Es solo que... Ah, tienes razón, ¿Sabes qué? Vamos por Lewan, hagamos nuestra obra de caridad del día, vamos a sacar a divertirse al viejito.

Fermín sonrió, tal vez no era el mismo Gavi, pero estaba tratando de volver a ser ese mismo loquito de sonrisa loca y llena de amor.

Que Jude Bellingham se cuide las espaldas, porque un español de 1.74 y un polaco conquistador lo tienen en su lista de "accidentes".

Pablo era un de los Omegas más hermosos del mundo del fútbol, eso era simplemente innegable, con esos ojos color avellanedas, esa sonrisa dulce y a la vez tan desafiante.

Esos labios tan bonitos y rosaditos, y su aroma a menta y dulce, muchos Alfas a lo largo de su carrera se habían quedado fascinados por él.

Pero... Pablo tenía que enamorarse precisamente del único Alfa que no le daba ni la hora, y para colmo, madridista... Sinceramente tenía unos gustos....

Jude Bellingham, Alfa, inglés y jugador del Real Madrid.

Si le preguntan a Fermín, te dirá que no sabe qué fue lo que le vio su amigo a ese desperdicio de oxígeno y si le preguntas a Robert... Te dirá que su cachorro tiene un corazón tan bonito que hasta hace caridad y deja entrar a unos animales bastante feos...

Gavi era ingenuo, creía que su amor podría hacer que Jude también lo amara, el "Sí tú me amas yo te amo"

Por meses, Jude se había burlado de sus sentimientos, un tira y afloja, le daba esperanzas para luego pisotearlas.

La última vez que se vieron, Jude tuve la osadía de coquetear con Gavi, para luego hacer lo mismo con la entrevistadora.

Eso fue suficiente, Gavi podría estar enamorado, pero no iba a ser el juguete de nadie.

Eran las diez de la noche, Robert sabía que no iba a poder dormir cuando escuchó el auto de Gavi estacionarse frente a su casa.

—Ah... ¿En qué momento tuve cuatro hijos?

—¡Prepárate viejo sexy, hoy nos vamos de fiesta!

Dijo Gavi entrando como Juan por su casa, Robert frunció ligeramente el ceño, ¿Cuándo le había dado una llave de su casa a Gavi?

—¿Cómo es qué...?

—Shhh, vamos, vamos, tenemos que irnos ya.—Gavi ni siquiera le dio oportunidad de hablar.

Lo empujó hacia la salida, Robert solo podía ver como Fermín cerraba las puertas y apagaba el horno.

—Fermín...

—A mí ni me mires, sabes que no tengo poder sobre esta bestia.

Los tres subieron al auto de Gavi... Robert se puso todos los cinturones de seguridad habidos y por haber del auto, Fermín solo se echó una Padre Nuestro y que sea lo que Dios quiera.

Bien... Quién les viera diría que Robert es papá Alfa de los dos Omegas, uno más loco que el otro.

Robert los amaba, eran como sus cachorros, en especial Gavi, con él tenía un vínculo diferente, desde el primer momento en que lo abrazó, supo que ese cachorro era suyo, no importa el hecho de que no lleve su sangre.

Así que ahora estaba ahí, cumpliendo el rol de papá y vigilando que ningún Alfa o Beta se les acerque a sus retoños.

Y vaya que la gente tiene ganas de morir hoy eh...

—Hola guapo, ¿No quieres ir conmigo a un lugar más calmado?

Gavi volteo a ver al Alfa, era incluso más bajo que él, el sevillano trató, en serio que sí, pero su diablillo interior ganó.

Se rió, y digamos que el Alfa no lo tomó bien.

—¿Qué se te hace tan gracioso zor..?

—Tú y tu trasero al cual voy a patear si no te largas de aquí ahora mismo.—Dijo Robert a espaldas del Alfa.

Alfa que salio huyen como ratita, con el rabo entre las patas.

—No mates a nadie Rob, Hansi nos dejaría en el calabozo como castigo.—Dijo Fermín medio bebido.

Robert suspiró, ya eran casi las dos de la mañana, ya era hora de llevar a ese par de atolondrados a sus casas.

—Es hora de irnos, Fermín ya se bebió hasta el agua del florero del baño y tú, Gavi, ya necesitas tu hora de sueño o de lo contrario seras un chihuahua gruñón todo el día.

Los cargo a ambos, a Gavi en el hombro y a Fermín lo sostuvo de la cintura, haciéndolo colgar... Sí claro, un viejito acabado y sin fuerzas, vegan a cuidar a dos niños con complejos de terremotos y veremos quién es el acabado.

A cada uno los dejo en sus respectivos apartamentos, bien arropados en sus camas y luego se fue a su casa. Mañana, o bueno, en un par de horas hablaría con Fermín, cuando este al menos recuerde su nombre claro.

Necesitaba saber que fue lo que paso para que Gavi los arrastrará hasta el bar, sabía que el cabeza de bombilla tenía algo que ver, ¿Pero qué?

Bueno, eso lo verá más tarde, ahora necesita dormir al menos tres horas, ser papá luchón es agotador.

—¡Calos!

—¡¿And now what?!

—You can't just do whatever you want, you have to follow the team's orders. 

—¿Or else what?

—Ahhhg you are unbearable, a stupid and arrogant Alpha.

—¡Y tú un omega engreído y feo!

—Ahh, ¡Calos malo!

Carlos rió, amaba molestar a su mejor amigo y más cuando le decía algo en español y sabía que el monegasco no le podía entender.

—I'm sorry, ¿Okay? I'm sorry I did that and I promise not to do it again. 

—Calos...

—I pinky promise.—Dijo el Alfa extendiendo su meñique y Leclerc le pego, al menos el omega ya no estaba enojado.