96 - 'Armonía' /Final/
— Los tres eran muy cascarrabias, sobre todo Robert, era el bebé más amargado que podías ver en tu vida — decía ella entre risas mientras empezábamos a armar la mesa, yo reí ante las palabras de mi suegra, mientras la esposa de George nos ayudaba llevando los platos con comida a la mesa.
— ¿Enserio? creí que lo de ser amargado era por la vejez — dije ya tomando algo de confianza, sacándole a Catherine una sutil carcajada de los labios.
— Si le dices anciano en su cara te va a mirar muy feo, lo sé porque yo lo hice en su cumpleaños y no me fue nada bien.
— Jaja, ya me lo imagino — dije terminando de colocar los platos, y mirando de reojo cómo cierto sujeto de abundante cabello negro llegaba con varias maletas entre sus manos.
— Huele bien, seguramente fue Molly quien cocinó — dijo él mientras se acercaba hacía nosotros.
— ¿Cómo sabes que no fui yo? — pregunté coquetamente recibiéndolo con un abrazo y un cálido beso en los labios, vivir juntos hizo que se me quitaran las penas y las dudas a la hora de darnos afecto frente a otras personas.
— Has dejado quemar pan tostado Ty, ¡en tostadora! — le golpee sutilmente el brazo cuando dijo eso, sacándole una sutil carcajada de los labios.
— Bueno ya que tú y George llegaron es hora de comer, iré a llamar a los niños — dijo Catherine mientras se quitaba el delantal y caminaba hacía las escaleras principales.
— ¿Todo bien? — preguntó Robert mientras se me acercaba y me abrazaba por detrás.
— Sí, todo bien — dije volteando para verle risueño, cosa que hizo a mi pareja arquear curioso una ceja.
— ¿Qué pasa?
— ¿Te escapaste de casa para ir a un concierto de Adele? — pregunté entre risas, logrando que Robert rodara sus ojos algo incrédulo.
— ¿Qué esperabas? es mi cantante favorita, es como si tuvieras oportunidad de ir a ver a luis miguel y la desaprovecharas.
— ¿Adele es tu cantante favorita?
— ¡Es grandiosa Ty!
— Oh Dios, ¡dilo mañana frente a Richard por favor, quiero verlos discutir para ver quién es mejor entre Taylor Swift y Adele!
— No discutiré con alguien por esa bobería Taylor, obviamente Adele es mucho mejor — afirmó alzando sus hombros sutilmente, empecé a reír al escuchar sus palabras.
— ¡¡Tío Robert!! — gritaron los más pequeños del clan Dawson al ver a mi pareja parado en el comedor, por lo que corrieron hacía él para abrazarlo.
— ¡Muchachos! — dijo mi novio mientras se agachaba para abrazar a sus sobrinos con fuerza — ¡Los extrañé mucho!
— Hola tío Robert — saludó el mayor de sus sobrinos mientras llegaba revisando su celular — ¡Hey Madonna, viniste tú también!
— ¿Qué puedo decir? no puedo dejar solo a tu tío — dije mientras sentía cómo Robert se reincorporaba para besarme la frente con ternura.
— Es bueno verte Taylor — me dijo uno de los niños a los que mi novio acababa de abrazar, sonreí apenado en cuanto me dijo eso.
— También es bueno verte Charlie — le saludé palmeándole un poco el cráneo, para luego palmear el del otro pequeño también.
— ¿Nos haces hot cakes?
— Claro, pero ya será mañana, ahora vayan sentándose para comer — dije palmeando los hombros ajenos, los niños sorprendentemente me hicieron caso y se fueron a sentar, junto con el chico adolescente que no dejaba de revisar su celular.
— Eres bueno con los niños — dijo Robert sonriéndome calmadamente.
— ¿Tú crees? — pregunté algo extrañado mientras inclinaba un poco la cabeza.
— Por supuesto — besó mi mejilla dulcemente — Serás un papá estupendo.
— No lo sé — murmuré algo nervioso mirando atentamente a mi novio — Sigo asustado sobre el tema.
— Relájate, no sucederá mañana, aún tienes tiempo para prepararte.
— Solo seré capáz de hacerlo si estás ahí conmigo para apoyarme — dije tomando su mejilla para darle un cálido beso en los labios, sentía la mirada de Dawson padre y de Alice sobre nosotros, pero eso me daba muy igual, al fin estaba todo tranquilo para mi pareja y para mí, quería gozar de dicha tranquilidad.
— ¿En verdad crees que te abandonaría luego de embarazarte?
— Idiota — dije entre risas para seguir con aquella ronda de cálidos besos, hasta que la voz de mi suegra nos interrumpió.
— ¡Bueno ya siéntense para comer! — dijo Catherine palmeando sus manos para llamar la atención de la familia, todos fuimos a sentarnos a la mesa cuando ella nos llamó; yo me senté junto a Robert para empezar a comer, todos empezaron a hablar animadamente, era increíble la forma en la que el ambiente familiar cambiaba cuando dicha mujer rubia estaba presente.
— Todo está delicioso Catherine — dijo Sandro mientras daba un bocado a la comida.
— Agradecele a Molly, Taylor y yo solo nos quedamos viéndola cocinar — varias risas resonaron cuando ella dijo eso, yo también empecé a reír mientras apretaba la mano de mi novio por encima de la mesa.
— ¿Y cuánto tiempo planean quedarse? — preguntó Robert.
— Tal vez varios meses, debemos estar al pendiente de cada movimiento que hagas con la empresa americana — dijo John mientras limpiaba su boca con una servilleta, a mí por mi parte me daba vergüenza comer, dado que todos eran tan finos hasta para beber agua, hasta los dos pequeños eran mucho más elegantes a la hora de comer que yo.
Sorpresivamente, sentí la mano de mi pareja acariciando mi mejilla dulcemente, le miré de reojo algo curioso, él me sonrió de vuelta para señalarme el plato sutilmente.
— Come a tus anchas — dijo tranquilamente, dichas palabras me motivaron a hacerle caso, por lo que tomé el tenedor y empecé a degustar aquella deliciosa comida, me causaba un cosquilleo en el paladar increíble, tanto fue mi gusto al probar dicha comida, que poca atención puse a la plática a partir de ese momento, todos hablaban de sus planes a futuro, nombraron una montaña nevada, pero yo estaba demasiado ocupado comiendo, debí haber puesto más atención, sobre todo cuando Robert llamó mi atención, pero yo solo asentí con la cabeza y seguí comiendo, sin saber el compromiso en el que me estaban empujando, aunque eso ya vendría después, porque el resto de la noche fue magníficamente tranquila, los Dawson hablaban como una familia felíz otra vez, y yo en vez de ser el chico no deseado, era un miembro más del clan Dawson, todo gracias a que mi suegra tuvo que interceder por nosotros.
-
Habían pasado un par de horas ya, los Dawson se dispusieron a beber y hablar un poco más en cuanto acabamos de comer, yo me quedé sentado junto a Robert escuchando atentamente sus historias, me daba gracia y ternura oír que mi novio en su juventud era todo un dolor de cabeza para sus padres, rebelde y apasionado por la vida, dicha imágen mental solo me hacía enamorarme aún más de él.
Bostecé sutilmente mientras seguía escuchándolos hablar, tantas noches durmiendo tarde pasaban factura en serio. Robert me miró curioso para pasar sus dedos por mi rostro.
— ¿Sueño? — preguntó sonriéndome de lado.
— No, estoy bien — murmuré tratando de hacerme el fuerte, no quería ser el único niño entre tantas personas adultas e irme a dormir temprano, pero mi novio efectivamente hizo caso omiso a mis palabras, ya que se levantó del sofá para tomarme del brazo y hacerme levantar también.
— Discúlpenme un momento, iré a acompañar a Ty a dormir.
— Descansa querido — dijo Catherine levantándose del sofá para ir hacía mí y besarme la mejilla con ternura — Es todo un placer tenerte aquí con nosotros.
— El placer es mío Catherine, le agradezco tanto que nos haya ayudado con esto.
— No te preocupes querido — murmuró sonriéndome con ternura, Robert me jaló sutilmente del brazo para guiarme a la habitación, a la que me moría por volver hace muchísimo tiempo.
— ¡Mi camaa! — dije al entrar a la habitación y empezar a caminar hacía el colchón, Robert empezó a reír al ver mi reacción.
— Luces cansado — dijo él mientras se acercaba a la cama también.
— Lo estoy — dije suspirando y quitándome la camisa — ¿A qué hora vienes?
— Tal vez en una hora, con mamá aquí seguramente dormiremos tarde.
— De acuerdo, entonces acompáñala cariño.
— ¿Puedo saber por qué mi mamá parece tenerte tanto afecto? — preguntó algo incrédulo arqueando una ceja, reí pícaramente para acostarme en la cama boca arriba y usar mis brazos como almohada.
— ¿Te da celos que tu mami me quiera más a mí que a ti?
— No te quiere más a ti que a mí — dijo haciendo un ligero puchero, reí cínicamente al ver su reacción.
— No lo sé, creo que le gusta que no soy tan estirado, ni yo mismo lo entiendo.
— Mh, bueno, es lindo que mi madre te quiera, pero no te excedas ¿bien? el hijo favorito aquí soy yo.
— Yo soy su yerno favorito — dije sonriendo con malicia — Pero puedo ser el hijo favorito si me lo propongo.
— Cuando vuelva tú y yo vamos a hablar seriamente — dijo sonriendo galantemente, no pude evitar sonrojarme al ver su reacción.
— Te estaré esperando — respondí entre sutiles risas.
En eso Robert se sentó a mi lado para empezar a acariciar mi rostro con dulzura.
— Al fin estaremos tranquilos — susurró mirándome fijamente a los ojos.
— Lo sé, es emocionante — admití tomando la mano ajena para besarla dulcemente — Todo lo que quiero es que estés conmigo.
— Yo también quiero eso — murmuró bajando sus manos para empezar a acariciar mis pezones, sacándome un suave gemido de placer — Perdona, no pude evitarlo.
— Descuida — dije arqueando la espalda — Mh, tan rico.
— Me esforzaré porque nada perturbe nuestra paz a partir de ahora — susurró agachándose para besar mi abdomen suavemente — Colette renunció.
— ¿Qué? — pregunté asombrado al escuchar eso.
— Cuando llegué con nuestras cosas me dijo que quiere renunciar, parece que Alice vivirá aquí unos meses, y se irá a trabajar con ella.
— Mh, así mejor — dije acariciando el cabello de mi novio — Podremos tener sexo en la sala sin que nos vean.
— Necesitamos una mujer del servicio, Ty.
— ¡Pero primero tengamos sexo en la sala! — le rogué mirando a mi novio con ternura y picardía, él empezó a reír ante mi petición, para volver a lamer mi abdomen de forma muy lasciva y sensual.
— Bien, lo que mi chico quiera — dicho esto, empezó a bajar mi pantalón lentamente.
— ¿No ibas con tus padres? — pregunté algo jadeante.
— Será algo rápido — dijo mientras me empezaba a dejar desnudo — Chico hermoso.
— ¿Me lo dices a mí? — pregunté entre risas coquetas, Robert se agachó de nuevo para darme un hambriento beso en los labios.
— ¿A quién más, sino a mi querido prometido?
— Mh — me aparté un poco del beso para verlo a los ojos — Tu madre no ha visto el anillo, ¿hay algo malo si ella lo llega a ver?
— Le caíste bien, así que no creo que reaccione mal, pero... por favor no dejes que Alice lo vea todavía, al menos mientras pasan unas semanas.
— De acuerdo — asentí mirando dicha prenda en mi mano, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro — Me pregunto qué tendrá el futuro preparado para nosotros.
— Sea lo que sea — tomó mi barbilla para hacerme verlo a lo ojos — Lo voy a aceptar, con tal de que sea contigo — mi pecho empezó a latir con fuerza mientras contemplaba la belleza de esas joyas azules frente a mí, eran tan luminosas, tan profundas, tan tiernas y al mismo tiempo tan serias, no sé si ya se los he dicho antes, pero amo con locura los hermosos ojos azules de mi pareja.
— Te amo — susurré tomando sus mejillas para pegar mi frente con la de él, Robert me volvió a besar mientras sus manos exploraban mi cuerpo, y así, de forma tan repentina, penetró mi cuerpo con fuerza, tal y como siempre lo ha hecho hasta ahora, moviéndose sobre mí de la manera más apasionada posible, usando su lengua para callar los toscos gemidos que quería soltar, pero me era imposible, esos besos me lograban callar por completo.
— Te noto ansioso por mí — susurró entre risas — La forma en que me aprietas me lo dice.
— E-Es que no quiero dejarte ir — susurré entre jadeos, luchando por contener mis gemidos.
— ¿Sabes qué completaría nuestra felicidad?
— ¿Q-Qué cosa?
— Que acce-¡Ah! — gimió ronco dando una embestida brusca, me mordí el labio inferior para evitar gemir de forma muy aguda.
— Mgh, a-aguanta — dije entre coquetas risas a las que mi novio me correspondió — ¿Decías?— Que si accedes a-¡ah! a estudiar medicina, nuestra felicidad será plena — susurró entre jadeos mientras separaba mis piernas, mi sangre se heló casi por completo al oírle, en el fondo quería volver a estudiar, pero temía que la carrera fuera mucho para mí, no obstante, ver el brillo en los ojos de mi pareja, la forma tan suave en la que tocaba mi piel, y en general todo por lo que habíamos pasado hasta ese entonces, me hicieron dejar de lado mis inseguridades, aunque más de una vez iba a sentirme arrepentido de haber dicho que sí, si me dieran la oportunidad de volver a ese momento, habría dicho que sí igualmente, porque ya no se trataba solo de mi sueño, sino del sueño de mi pareja por verme convertido en un gran doctor.
— ... Tienes razón — susurré tomando sus mejillas para darle un hambriento beso en los labios — Lo haré.
— ¡¿Lo dices enserio Ty?! — preguntó sonriéndome con ilusión, asentí emocionado mientras movía un poco mis caderas al compás de su vaivén.
— Por supuesto, y-ya descansé suficiente de la escuela — gemí mordiéndome el labio inferior, alzando un poco las caderas — Maldición Robert, n-no aguanto.
— Taylor — puso su muñeca en mi rostro para aumentar considerablemente su vaivén, yo tomé su brazo y mordí con fuerza su antebrazo, gozando del tosco vaivén y de los golpes que daba Robert contra mi próstata, "nadie me hará el amor nunca como tú" rebotaba por mi mente, al mismo tiempo que empezaba a sentir cómo mi cuerpo se preparaba para el orgasmo — M-Me haces tan felíz mi amor.
Sus palabras eran dulces y toscas al mismo tiempo, una combinación que me generaba un cosquilleo en mi vientre de lo más delicioso, y que mi pecho latiera con mucha fuerza.
Mordí con fuerza su muñeca al sentir un fuerte orgasmo atacándome, al mismo tiempo que mi novio llenaba mi cuerpo por completo, mordiéndose el labio inferior y gruñendo bruscamente, ¿les he dicho lo sexy que es mi prometido?
— Maldición — suspiró entre risas mirándome embobado, aparté su brazo de mi boca para ver las marcas que dejé en este mismo, me sentía orgulloso de dejar marcado el cuerpo del señor Dawson.
— No mentí — dije jugueteando con uno de sus mechones — En serio volveré a la universidad.
— Grandioso — susurró para agacharse y besar mi frente — Volveré a la sala, hablaremos de eso cuando vuelva.
— Claro — sonreí dándole un beso rápido en los labios.
— Te amo — me dijo al levantarse de la cama para arreglar un poco su ropa, le guiñé el ojo coquetamente mientras lo observaba, él me arrojó un beso al aire para darse vuelta y caminar a la puerta de la habitación, saliendo de esta misma y dejándome solo con la hermosa y embriagante sensación de felicidad que inundaba cada rincón de mi pecho, me sentía pleno, que mi vida era perfecta, y es que lo admito, desde que Robert llegó a ella, mi vida ha sido completamente perfecta.-— Buen día — saludamos al entrar en aquel edificio, nos habíamos levantado temprano para ir a hacer algunas compras, insistí en que Robert me dejara ir solo, pero luego de perderme en el mercado, el señor Dawson no me dejaba solo ni por equivocación.
— Maldición, cuantos libros — dije asombrado al ver los estantes repletos de libros, mi novio apretó mi mano dulcemente al oírme decir eso.
— Es la más grande de Londres, imaginé que te gustaría.
— Creo que viviré aquí a partir de ahora — dije entre suaves risas mientras entraba emocionado a los pasillos, jalando a mi prometido del brazo — Ven, quiero ver la sección de anatomía.
— Quiero que compres los mejores, no libros baratos que no traigan información.
— Ya que insistes — dije pícaramente mientras avanzábamos por el lugar, tomando cuanto libro nos llamaba la atención, mi novio me ilustraba sobre algunos grandes escritores cuyas obras eran reconocidas globalmente, yo le escuchaba atentamente, mientras sonreía como todo un tonto enamorado, y es que, tonto sí era, y sí estaba locamente enamorado de él.
— Mira esto Ty — me llamó para enseñarme un libro que tenía entre sus manos — Quiero que leas este.
— ¿"El retrato de Dorian Gray"? — dudé mirando atentamente dicho libro.
— Es de mis favoritos de Oscar Wilde, es un libro muy fascinante, me encantaría que lo leas.
— Por supuesto que sí — dije tomando dicho libro para besar la mejilla de mi pareja — ¿Otro libro que deba leer, abuelito?
— Pues, hay uno, basado en cultura hindú, mundialmente conocido, pero tenemos que ir a la sección erótica para tomarlo — le golpee sutilmente el brazo al escuchar sus palabras, él empezó a reír mientras tomaba mi mano y seguíamos caminando.
Me detuve un momento al pasar por un lugar y ver una pared con un enorme espejo en el que nos reflejábamos mi pareja y yo, tomados de mano y con libros entre nuestras manos; un gran rubor llegó a mis mejillas, al mismo tiempo que mi pecho latía con fuerza y mis ojos se cristalizaban considerablemente al recordar el día en que, ví a una pareja comprando felices en una librería, desbordaban ternura y felicidad, casi de igual forma en la que lo hacíamos Robert y yo (a mis ojos).
Sonreí conmovido al darme cuenta de esto, voltee a ver a Robert con detenimiento, él me miró curioso y algo preocupado, tomando mi mejilla para acariciarla con ternura.
— ¿Pasa algo? — preguntó con esa gentileza en su hablar que era toda una caricia para mi corazón.
— No, todo está bien, mejor imposible — admití acercándome a él para besar sus labios con dulzura, besos a los que él me correspondió mientras acariciaba mi cuello con ternura, la forma en la que me tocaba, en la que me miraba, en la que me repetía una y mil veces que me amaba y que jamás iba a fallarme, me daban una increíble sensación de paz y armonía que inundaban por completo mi ser, y me hacían querer quedarme aferrado a su cuerpo eternamente; la forma en que esos dulces y delicados labios rozaban con los míos hacía que mi cuerpo se estremeciera, siempre que nos besábamos pensaba en el día en que nos conocimos, en la primera tarde juntos, en nuestra primera pelea, nuestro hermoso viaje a la playa, cada beso era un recuerdo de toda mi vida con Robert hasta ese momento, rememorar dichas situaciones era agridulce, pero ello no significa que no me guste, al contrario, amo sentarme a recordar cómo conocí a mi esposo, cómo me enamoré de él, cómo llegó a mi vida para nunca volver a irse, tal vez es por eso que cada que tengo la oportunidad le doy tantos besos como me sea posible, para volver a recordar el día en que ví por primera vez, al señor Robert Dawson.
Gracias por haber leído "Amor Y Prejuicio" les agradezco mucho por todo el apoyo, y también por haber acompañado a Robert a Taylor en la primera etapa de su viaje <3
Esta pequeña historia de amor continuará en su segunda y última parte, titulada "Idilio Y Aflicción" la cual ya se encuentra disponible y completa aquí en Wattpad, así como también está disponible en Alphanovel, Manobook.
Por favor no olviden votar y comentar qué les ha parecido la historia, así como también apoyar el libro y su segunda parte a través de Alphanovel y Manobook para seguir trayendo capítulos gratuitos sin problema alguno.
Gracias por el apoyo, ¡nos veremos pronto! <3
- Gema
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