95 - 'Tranquilidad'
Apenas llegamos al salón principal, pude ver a todo el clan Dawson sentados con cara de pocos amigos, sobre todo al ver que Robert llegaba conmigo, y que ambos estábamos sujetados de manos.
— Mh, vaya que ustedes son perseverantes — dijo Robert de forma incrédula mirando a los lados — ¿Y mamá dónde está?
— En el baño — dijo George — Vendrá pronto.
— Bien, mientras ella llega, quiero dejarles algo en claro; Taylor y yo somos pareja, y eso no va a cambiar, como ya se habrán dado cuenta — dijo cruzándose de brazos y viendo a su familia con seriedad — Por lo que vengo a decirles que, si tanto "me extrañan y quieren que vuelva a ser parte de esta hermosa familia", muy bien, yo no tengo problema alguno, pero para aceptarme a mí tienen que aceptar el hecho de que Taylor es mi pareja, mi compañero, la persona que vivirá conmigo a partir de ahora.
— Esto es increíble — bufó Alice de mala gana.
— ¿Te sorprende, hermanita? — dijo Robert incrédulamente — ¿Porqué eh, porque odias tanto que yo viva con un hombre, no cumple con los estándares que debe llenar tu entorno familiar? ¡¿tu reputación de "tener la familia perfecta" con tus amigas se mancharía si descubren que tienes un hermano bisexual que vive con otro hombre?!
— No puedo creer que te volvieras tan desvergonzado, no eres el hijo al que crié — dijo Dawson padre con desprecio.
— Soy mejor de lo que tú crees, por algo tu empresa no funciona sin mí, he visto las noticias papá, vaya que sabes cómo arruinar el trabajo de la gente en cuestión de días — afirmó sonriendo cínicamente, su padre estuvo a punto de tomarlo de la camisa, yo jalé a Robert del brazo para alejarlo de ese hombre, pero no fui yo quien detuvo sus acciones, fue la voz de una mujer quien sí lo hizo.
— ¡¡¡Jhonathan Dawson que ni se te ocurra ponerle una mano encima a mi hijo!!! — gritó de forma brusca y nada sutil, logrando que todos los presentes voltearan a verla, yo me oculté tras la espalda de mi pareja, sintiendo que ya había escuchado esa voz antes.
— ¡¿Catherine qué acaso no escuchaste todo lo que él acaba de decir?!
— ¡¿Y acaso es una mentira lo que él acaba de decir?! — dijo aquella mujer de corto cabello rubio mientras salía de la que era nuestra habitación para caminar al centro del salón, parándose frente a mi novio y a su padre, observando al Dawson mayor con total seriedad, seriedad a la que él trataba de corresponder, pero le costaba muchísimo — Tú dejaste de ser el empresario exitoso que fuiste hace mucho tiempo, deja de jugar a ser jóven — reclamó con seriedad mientras miraba de reojo hacía sus hijos menores — ¡Y tú, Alice! ¡¡estás actuando como toda una ridicula hija, permíteme decírtelo!!
— ¡¿Pero madre cómo te atreves?!
— ¡¡Cuando te casaste con Sandro nadie objetó, Robert fue quien más te insistió para que llevaras a cabo tu casamiento, e incluso fue de los más emocionados cuando te embarazaste!! ¡¡¿y de esta forma te atreves a pagarle todo lo que él ha hecho por ti?!! — Alice agachó la cabeza con pesar al oír las palabras de su madre, me sorprendía ver cómo esa pequeña mujer era capaz de poner orden entre esa manada de lobos alfa, incluso llegaba a ser algo tierno de ver — ¡¡Todos ustedes hicieron su vida, Robert merece hacer la suya también!!
— ¡¿Catherine qué acaso no eres consciente de todas las idioteces que ha hecho tu hijo por culpa de ese bastardo con el que está saliendo?!
— Si él actuó de tal forma fue por una razón, John, ¡Robert es muy serio para actuar como un idiota, cosa que ustedes sin duda han hecho, cosa de la que estoy muy segura, porque los conozco muy bien a todos ustedes! — reclamó para sacudir su ropa y voltear a vernos a Robert y a mí, yo me quedé helado al ver de frente a la mujer en cuestión, y ella igualmente me miró totalmente asombrada y algo feliz — ¡¿Taylor?!
— ¿Se conocen? — preguntó Robert apartándose para verme con atención y algo de confusión.
— Él fue quien me ayudó a ubicarme ayer, se portó muy amable conmigo — dijo ella mientras se me acercaba para tomar mis manos con dulzura — ¿Tú eres el que tiene a mi hijo tan enamorado?
— B-Bueno... a-algo así — admití apenado mientras un gran rubor inundaba mis mejillas, noté cómo todos nos miraban perplejos, sobre todo Robert y sus hermanos.
— ¡No te dejes engañar madre, él es un bastardo que solo quiere jugar con Robert!
— ¡Alice deja de ofender a la gente al hablar, por amor de Dios! — reclamó volteando a verla con seriedad, la pelinegro frunció el ceño para tragar en seco.
— ¡Él hizo sufrir a Robert, señora Catherine! — dijo la odiosa Colette, quien estaba parada en las escaleras viendo todo lo que pasaba — ¡Él dejó a Robert, por eso fue que su hijo empezó a beber y a actuar como loco hace un tiempo!
— ¿Es eso cierto, Taylor? — preguntó ella mirándome con seriedad, tomé aire mientras agachaba la mirada con pesar.
— ... Sí, es cierto — admití con vergüenza, mi pecho empezó a doler mucho al recordar tal situación — Le juro que no lo hice de forma intencional, s-solo... fue un momento que se nos escapó de las manos a ambos, no sabe cómo me duele, y como me arrepiento de haberle causado tanto dolor a Robert — alcé la mirada para ver a mi pareja, quien me sonrió de lado al escuchar mis palabras — Me estoy esforzando por compensar todo el dolor que le causé, solo espero poder cumplir las expectativas.
Me sorprendió sentir cómo la mujer me tomaba de las mejillas para verme atentamente a los ojos, sonriéndome con calma al ver cómo estos mismos se empezaron a cristalizar.
— Vengan — dijo para empezar a caminar hacía la que era mi habitación y la de Robert, ambos la seguimos hacía dicho lugar, para cerrar la puerta detrás de nosotros, dejando al resto del clan Dawson totalmente abrumado.
En cuanto nos quedamos solos con mi suegra, ella se le acercó a Robert para darle una fuerte bofetada, cosa que me dejó totalmente abrumado y algo enojado.
— ¡¡¿Cómo se te ocurre dejar tus derechos en la empresa Dawson, estás loco?!!
— ¡¿Qué querías que hiciera?! ¡¡me tenían harto con su actitud y sus prejuicios, ya no aguantaba más que nos humillaran a Taylor y a mí!!
— ¡¡Debiste llamarme, pero como siempre soy la última en saber las cosas, a mí ni me toman en cuenta!! — bufó frustrada para tomar aire — No me perdono que te hayan hecho todo esto.
— Tranquila, sabía que ellos actuarían de esta forma — dijo sobándose la mejilla y suspirando sutilmente — Me sorprende que tú ya conocieras a Ty.
— Ah sí, me ayudó mucho ayer — dijo la mujer calmadamente para voltear a verme con una cálida sonrisa — Lamento que esto pueda ser tan abrumador para ti, se te ve en la cara que estás asustado.
— Yo... estoy acostumbrado a ambientes tensos — dije alzando sutilmente las cejas para acercarme a ella y verla con detenimiento — Señora Dawson, yo amo a su hijo, se lo juro que yo lo amo con mi alma, jamás amaré a alguien como lo amo a él.
— Querido, se te nota en la cara que estás enamorado de mi hijo — mencionó tomando mi mejilla para acariciarla con ternura — Y que sigas aquí aún después de todo lo que mis hijos y mi esposo te hicieron, es suficiente para saber lo mucho que debes amarlo.
— Ha sido difícil, pero por Robert lo vale — dije sonriendo y mirando atentamente a mi pareja, quien me sonrió para tomarme de la mejilla y apretarla suavemente.
— No puedo creerlo — dijo la mujer sonriendo — Ambos se ven tan tiernos juntos, ¡es increíble que mi hijo lograra conseguirse a alguien como tú!
— Creí que no sabía que Robert era bisexual.
— Querido, los círculos sociales grandes tienden a ser muy "comunicativos" y mi hijo adoraba hacerse el don Juan cuando era más jóven — dijo arqueando una ceja con seriedad, mi novio miró a otro lado sonriendo cínicamente — Además una madre conoce a sus hijos, desde que era adolescente supe que Robert era bisexual. La verdad siempre vivía preocupada, pensando que mi hijo no lograría conocer a una pareja decente con la que pudiera formar una familia.
— ¿Y qué opinas ahora, mamá? — preguntó Robert abrazándome desde atrás — ¿Crees que Ty es bueno para mí?
— ¿Creerlo? ¡estoy muy convencida! — me sorprendió que tan rápidamente dicha mujer creyera ciegamente en mí, pero de inmediato, me dejaron saber el porqué — Hace mucho tiempo que no veía tus ojos brillando como lo hacen ahora mi cielo, ni con Giselle tus ojos estaban tan hermosos, aunque esas ojeras no terminan de convencerme — murmuró algo seria arqueando una ceja, Robert empezó a reír alzando los hombros despreocupadamente, las palabras de su madre me hicieron sentir algo en mi pecho muy similar a lo que sentí cuando me despedí de Teddy, la forma en la que ella notó rápidamente lo mucho que Robert me hacía feliz, con tan solo ver mis ojos mi madre se dio cuenta de lo bien que me hacía sentir el amor del señor Dawson, me conmovió mucho que sucediera lo mismo con Robert y su madre.
— Me alegra mucho que creas eso — murmuró mi novio para besarme el cuello con ternura — Taylor y yo vamos a vivir juntos aquí.
— Como debe de ser, a tu edad ya no estás para jueguitos tontos, y se nota que este chico está muy ilusionado contigo, ¡si haces sufrir a este muchacho tan dulce te prometo que te voy a estrangular Robert Dawson, te lo digo enserio! — me sonrojé al notar la forma en la que la madre de Robert me defendió, él frunció sutilmente el ceño al oír las palabras ajenas.
— ¡Lo amo, madre! ¡¿enserio crees que le haría algo malo?!
— Solo te estoy advirtiendo — dijo ella para tomar mi mano y jalarme rumbo a la puerta de la habitación — Ven Taylor, quiero que preparemos café y me cuentes de ti, háblame de tu vida y de cómo se conocieron mi hijo y tú.
— C-Claro señora Dawson — dije algo nervioso mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.
— ¿Señora? por favor querido, ya te lo dije, llámame Catherine — dicho esto, abrió la puerta de la habitación, chocando con las gemas azules y verdes de sus familiares, a quienes miró con seriedad mientras salía sujetándome del brazo — Robert volverá a ser el jefe de la empresa Dawson, él y Taylor seguirán viviendo aquí.
— ¡¿Qué?! — clamaron todos al unísono, mi novio salió del cuarto con una sonrisa victoriosa.
— ¡¡Ninguno aquí tiene derecho alguno de objetar, todos están casados y tienen hijos, Robert merece una vida también!!
— ¡¿Y la parte de los hijos qué?! — reclamó Alice, Catherine me miró de reojo con curiosidad, yo estaba muy nervioso, pero sin dudarlo respondí:
— P-Planeamos adoptar — dije sonriendo algo dudoso, no sabía si realmente lo haríamos, pero necesitaba prometerle al clan Dawson una familia para mi pareja, era lo menos que podía hacer por ellos.
— ¡¿Un hijo ilegítimo?! — reclamó Dawson padre.
— ¡¡Cualquier hijo que tenga Robert será un Dawson digno, y al primero que decida seguir con sus prejuicios y recelos hacía Taylor, yo personalmente me encargaré de ponerlo en su lugar!! — todos guardaron silencio y se vieron los unos a los otros con seriedad, mientras la madre de Robert me jalaba del brazo y me guiaba a la cocina, trataba de no cantar victoria, que me trataran por obligación no implicaba que todos mis problemas se detuvieran ahí, o al menos eso fue lo que yo creí.
-
— Se lo agradezco — dije tomando la taza de café que mi suegra me entregaba, ella no dejaba de verme fascinada, sonriente, dicha mirada me hacía sentir muy avergonzado.
— Entonces él y tú se conocieron en casa de tu padre — dijo ella mientras se sentaba frente a mí, llevábamos un rato charlando, mientras Robert y su padre hablaban en el estudio, por orden de la propia Catherine.
— Así es, él quería asociarse con el cretino de mi padre, obviamente no lo hizo, porque yo le advertí los riesgos que eso conllevaba.
— Me sorprende que Robert se fijara en alguien tan jóven, pero al hablar un poco contigo, ya me doy cuenta porqué le gustas tanto — mis mejillas ardieron al oírle.
— ¿Porqué lo dice?
— Tu sencillez, querido; tu modestia, tu evidente falta de egolatría y de soberbia; como ya habrás notado, mi esposo y mis hijos son... particulares — admitió riendo algo frustrada — Los amo, pero son muy difíciles de tratar. En cambio Robert, a pesar de ser quien más se parece a su padre, también heredó mucho de mí, por lo que le desagradan bastante las reuniones con gente excesivamente frívola.
— Él ya me ha dicho algo así — admití apenado mientras llevaba uno de mis mechones tras mi oreja — Supongo que es por eso también que yo a usted le caigo bien.
— Sí, pero también me agradas porque se te nota en los ojos que tienes una naturaleza muy dulce, dulzura que ayudará a amansar el mal carácter de mi hijo — dijo suspirando sutilmente — Es un hombre muy difícil.
— La verdad sí, pero admito que... es de las cosas que más me gustan de él — dije sonriendo algo embobado, dando un sorbo a mi café.
— Ambos son afortunados de tenerse — afirmó sonriéndome con ternura, para extender su mano hacía la mía y apretarla con algo de fuerza — Cuida mucho de mi hijo, ¿sí Taylor? él ha estado solo por mucho tiempo, su padre siempre quiso dejarlo en internados y colegios especiales, y yo de tonta accedí, el haber dejado a mi hijo solo durante tanto tiempo es algo que nunca me voy a perdonar — dijo agachando la mirada con pesar — Y es también el motivo por el cual, a mí no me molesta que Robert te haya elegido para acompañarlo, siempre y cuando estés ahí para él, a mí eso me hará muy feliz, porque al fin y al cabo ¿quién soy yo para juzgarlo? yo lo dejé solo por mucho tiempo, y yo tengo un esposo con el cual vivo mientras él está solo en esta enorme casa, no me parece justo forzarlo a seguir estando solo.
— ... Me alegra que usted sí vea las cosas de esa forma, y no lo digo por ser la pareja de Robert y que ello me convenga, lo digo porque, su hijo es un hombre increíble, Catherine; es un hombre maravilloso, atento, el más amoroso y atento que podría existir en el mundo; vive por su familia y por la empresa de su padre, no sabe cómo me dolió verlo sufrir por todo este proceso de transición — ella me miró conmovida cuando dije todo eso.
— Qué fortuna que llegaras a la vida de mi hijo — dijo acariciando mi mano con ternura, sonreí apenado cuando me dijo eso.
— ¿Puedo pedirle algo? — pregunté dando otro sorbo a mi café.
— Desde luego querido.
— Por favor no vuelva a golpear a Robert frente a mí — dije con pena, ella me miró asombrada cuando dije eso — Sé que es insolente de mi parte, pero... realmente odio cuando golpean a Robert.
— Descuida cielo, no volveré a ponerle una mano encima frente a ti — dijo calmadamente mientras daba otro sorbo a su café — Ya conoces a Yelena ¿verdad?
— Así es.
— Mh bueno, si tienes el visto bueno de ella, yo no tengo más que preguntarte — admitió sonriendo encantada, sonreí de igual forma mientras sujetaba mi taza de café con ambas manos.
— Mañana temprano debes hablar con los socios sobre el trato con el señor Terrence — hablaba Dawson padre mientras llegaba a la sala con sus hijos, palmeando el hombro de mi novio.
— De acuerdo — asintió mirando a su padre atentamente, para luego voltear a verme y sonreírme coquetamente — ¿Bebiendo café?
— Es una tradición americana, debemos ser hospitalarios con nuestros huéspedes — dijo Catherine mientras se levantaba de su asiento y miraba a su esposo e hijos con seriedad — Creo que deben empezar con una disculpa — los tres suspiraron para luego verme con atención.
— Sentimos lo que pasó, Taylor — dijo George.
— Está bien, no pasa nada, ya quedó en el pasado — dije apenado mientras me levantaba de mi asiento, Alice y su padre no me miraban de frente, se notaba que ellos aún me tenían recelo.
— Bien, dado que ya todo se resolvió, debemos ir a buscar nuestras pertenencias para volver a mudarnos Ty.
— Anda tú con George — dijo Catherine mientras movía su mano sutilmente — Taylor y yo seguiremos conversando un poco más, charla yerno y suegra sin hijos ni novios de por medio.
— ¿Perdóna? — preguntó Robert algo incrédulo.
— Estás perdonado querido — dijo sonriendo maliciosamente, no pude evitar reír al ver cómo mi novio fruncía sutilmente el ceño ante las palabras de su madre.
— Bien, quédatelo, pero cuando llegue eres mío ¿entendido? — amenazó mirándome fijamente, yo asentí mientras mis mejillas se ruborizaban considerablemente, "van a dejarme sin caminar de nuevo" fue lo que pensé, mientras miraba cómo mi novio se marchaba en compañía de su hermano.
— ¿Dónde están Sandro y Molly? — preguntó Catherine volteando a ver a Alice.
— Están abajo con los niños — dijo ella suspirando sutilmente.
— Bien, mientras Robert y George vuelven, vamos entonces a preparar la cena para todos — dijo la mujer rubia mientras se levantaba de su asiento — Ven Ty.
— Y-Yo no sé cocinar muy bien — admití apenado mientras caminaba tras ella.
— ¡Ay no te preocupes, a mí tampoco se me da cocinar, pero Molly nos va a ayudar mucho! — dijo risueña mientras caminaba hacía las escaleras, yo la seguí, no sin antes voltear hacía la mujer de cabello negro y su padre, quienes aún me miraban con frialdad, por mi parte yo solo los ignoré y bajé las escaleras acompañado por mi suegra, me daba igual que los hermanos y padre de mi novio me odiaran, su madre parecía adorarme, con eso ya sentía que me había ganado toda la lotería.
Continuará
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- Gema
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