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77 - 'Agobiado'

— Ya no te soporto — exclamó mirándome con seriedad y algo de enojo, logrando que mi pecho doliera como nunca.


— Robert escúchame por favor—


— ¡No quiero oírte! — reclamó apartándose de mí — Tú siempre has pensado solo en ti, ¡ni siquiera me amas, solo amas mi dinero!


— ¡Robert no es así, te lo juro!


— Ahórrate tus palabras cursis, porque no quiero oírlas — dicho esto, me dió la espalda para caminar hacía una puerta, y al abrirla, pude ver a un sujeto pelirrojo que sujetaba a un pequeño bebé entre sus brazos.


— Buenas noticias, pudimos adoptar — dijo aquel sujeto pelirrojo, quien me miraba de reojo de manera burlona, yo no entendía nada de lo que estaba sucediendo.


Me quedé sin aliento al ver cómo mi novio se acercaba a besar los labios de ese sujeto, pero antes de que pudieran juntarse, un ruido alterno logró sacarme de esa horrible burbuja de sufrimiento que yo mismo me propiciaba.


— ¿Ty? — escuché a alguien llamándome, abrí los ojos con pesadez, sintiendo mi pecho algo endurecido por esa terrible pesadilla.


Al abrir mis ojos, pude ver a mi novio sentado a mi lado con expresión de estar totalmente agotado, verlo así me dió mucha ternura.


— Hola — murmuré sentándome para tomar sus mejillas y besarlo con dulzura, recordando con dificultad que anoche después de tirar la comida quemada, me fui directamente a dormir, para dejar de pensar en todo lo que la hermana de Robert me había dicho, lástima que aún ni en sueños yo lograba descansar — ¿Vienes llegando?


— Así es, mi padre no quería dejarme ir — murmuró con la voz algo apagada, tomándome de las mejillas para besarme la frente — ¿Cómo te fue con Alice ayer?


— Pues... — agaché la mirada pensando qué decir, obviamente no iba a decirle a Robert todo lo que Alice me dijo en la madrugada, solo iba a lograr que él peleara horriblemente con su hermana, y ya no quería que mi novio tuviera más problemas con su familia — Todo bien — sonreí calmadamente mirando sus ojos azules, me dolía mentirle a Robert, e iba en contra de mi promesa de sinceridad absoluta, pero era por una causa noble, o al menos eso quería creer.


— ¿Enserio? — preguntó algo receloso — Taylor si algo sucedió—


— Todo está bien — insistí interrumpiéndole — Mejor dime, ¿cómo te fue con tu padre?


— Jaj, te podrás imaginar — dijo de mala gana para levantarse de la cama y quitarse el suéter rojo que llevaba puesto — Empezó con sermones de lo que es correcto en la vida, "una familia normal, Robert, una esposa dedicada y un par de hijos sanos" — chasqueó su lengua caminando por la habitación cruzado de brazos, agaché la mirada sintiendo un horrible nudo formándose en mi garganta — También me sermoneó sobre la situación en la empresa, considera muy estúpido que haya dejado el trato con la empresa de tu padre solo por lo que tú me dices de él.


— ¿L-Le contaste?


— ¡Me obligó a decírselo Taylor! ¡¿querías que mintiera estando al borde del precipicio?! — reclamó volteando a verme, agaché apenado la mirada cuando él me dijo eso. Un pesado suspiro salió de sus labios mientras se acercaba hacía mí y me tomaba nuevamente de las mejillas — Perdón, no quiero desquitarme contigo.


— No te molestes — dije retirando su mano de mi cara para levantarme de la cama — Y emm... ¿debes ir a trabajar hoy?


— Así es, con mi padre aquí debo mostrar mucho interés y liderazgo en la empresa, no puedo actuar como un holgazán.


— Entiendo — dije sin saber qué decir con exactitud, aunque no hizo falta, ya que Robert se apartó de mí para ir al baño de la habitación, actuaba muy raro, más frío y tosco de lo usual, no traté de objetar o de cuestionarlo, entendía que estaba estresado, además de que temía que desquitara su enojo conmigo, lo menos que quería era que peleáramos entre nosotros con el panorama tan turbio, aunque sí empezaba a sentir una enorme barrera formándose entre ambos.


Suspiré sentándome en la cama pasando ambas manos por mi rostro, odiando mucho que ese sueño que tuve fuera igual de hostil que esa interacción que tuvimos, "¿qué debería hacer?" no dejaba de preguntarme, no quería dejar a Robert otra vez, pero las palabras de Alice no dejaban de rebotar por mi mente sin control alguno.


Escuché repentinamente mi celular resonando, por lo que me levanté para contestarlo, era Mónica, me alegró mucho ver que se trataba de ella, sin embargo, quería hablar con completa libertad, y el hecho de que Robert estuviera en el baño duchándose, me lo impedía.


Me puse unos jeans largos junto con un suéter celeste de mangas largas igualmente, para salir de la habitación haciendo la mínima cantidad de ruido posible. Caminaba descalzo hacía las escaleras del pasillo, nadie parecía levantarse aún, eso se me hacía raro, juraba que esas personas se levantaban con el sol al igual que mi novio, pero tal parece que no era así.


— ¿Hola? — hablé llegando a la puerta principal para salir de la casa, el frío en mis pies me hacía jadear sutilmente, pero lo ignoré por completo al oír la voz que tanto echaba de menos.


— ¡Ty! — clamó ella al oírme hablar — ¡Cariño! ¡¿cómo estás?! apenas pude ver tu mensaje, es que estoy estudiando para un parcial, ¡¿qué pasó?! cuentame.


— Ay Mónica, todo está del carajo — escupí rascándome la cabeza y bajando los pequeños escalones de piedra de la entrada, algunas gotas de lluvia mojaban mi cabello, pero yo les hice caso omiso — No tienes idea de lo horrible que ha sido todo esto, ¡nos está lloviendo sobre mojado a Robert y a mí!


— A ver Ty, cálmate, vamos por partes, me dijiste que llegaron sus hermanos y su padre, ¿su madre no está ahí?


— No, Robert cree que es porque ellos no le dijeron de nosotros para que ella no se ponga de nuestra parte — suspiré pesadamente mordiéndome el labio inferior — Pero eso no es lo peor ahora, Mónica; lo peor ahora es que la hermana de Robert me amenazó.


— ¡¿Qué?! ¡¿cómo que te amenazó?!


— Dijo que podía hacerme la vida imposible, y que si yo realmente amaba a Robert me iría antes de que su madre llegue... — jadee pasando mi mano por mi rostro — Me-Me dijo muchas cosas, incluso me habló de cuando Robert y yo nos separamos y él... — chasquee la lengua — Mónica y-yo no sé que hacer.


— ¿No estás considerando hacerle caso a lo que esa tipa está diciendo, verdad? — sentí un nudo formarse en mi garganta ante la pregunta de Mónica — ¡Taylor por el amor de Dios!


— ¡Mónica él quiere hijos, familia, estabilidad que conmigo no va a tener! y-yo no sé si estoy dispuesto a condenar a Robert a una amarga vida con la que él no se siente cómodo.


— Taylor si él no se sintiera cómodo con esa vida ¡no se habría ido a vivir con otro hombre! — gruñó agitando un poco el celular, yo sonreí nervioso mientras mi respiración empezaba a agitarse — Cariño, date cuenta de lo que intenta esa mujer, ¡quiere separarte de Robert! y lo hará de la forma más sucia y vil posible, al ver que Robert no te deja voluntariamente, hará que seas tú quien lo abandones para darle la razón.


— Ya sé pero... ¿y-y si ella tiene razón?


— ¡Escúchame Taylor! — reclamó con la voz bastante gastada, dudaba de si era por el desgaste al estudiar arduamente, o si era por sus extensas sesiones de sexo que su voz sonaba de esa forma, y considerando que la mía estaba normal, asumí que era cosa de la primera opción — No cometas la estupidéz de abandonar a Robert en un momento tan crucial y crítico como este, él te necesita hoy más que nunca Ty, si le haces caso a las intrigas de su hermana y lo abandonas, solo le darás la razón a ella.


— ¿Y qué debo hacer con todo lo que me dicen, Moni? no me atrevo a actuar como un desgraciado con ellos, ¡son la familia de Robert, él los ama, a pesar de todo este circo que están haciendo!


— Pues intenta hacerte oídos sordos.


— ¡¿Oídos sordos, ese es tu plan?! — reclamé algo frustrado pasando mi mano por mi rostro.


— ¡¿Tienes alguna mejor idea?!


— No lo sé Mónica, hacerse oídos sordos en esta situación es muy difícil, sobre todo porque cada que me acerco solo dicen cosas hirientes sobre Robert y sobre mí, y yo puedo tolerar que me molesten a mí, ¡pero Robert no se merece todo esto, mucho menos por mi culpa!


— Él hace esto porque te ama Ty, porque no quiere perderte — tomé aire al oírla — Ambos necesitan luchar juntos, que esto en vez de separarlos los una aún más, ¿o es que después de todo por lo que has pasado con Robert, estás dispuesto a perderlo tan fácilmente?


— ¡Primero me ahorco antes que perderlo! — dije entre pesados jadeos.


— ¡Entonces demuéstralo! no dejes que ese grupo de personas frívolas te alejen de él — las palabras de Mónica me daban aliento, hablaba con el coraje que a mí efectivamente me faltaba, no sabía si realmente no lo tenía, o si tenía miedo de sacarlo a flote, y que eso solo empeorara mis problemas con Robert.


— Tienes razón — suspiré pesadamente pasando mi mano por mi rostro — Todo sería más fácil si estuvieras aquí.


— Oh Ty... — murmuró con voz penosa, seguramente le dolía oírme tan mal y no poder apoyarme.


— Perdona, no quiero quitarte más tiempo, allá es de madrugada y necesitas descansar para los parciales, te llamaré después ¿de acuerdo?


— Bien Ty, solo... concéntrate en lo que te estoy diciendo ¿sí? por favor no hagas algo de lo que podrías arrepentirte.


— No lo haré, te lo prometo — mentí, me dolió en el alma hacerlo, pero no estaba 100% seguro de no desmoronarme frente a toda la familia Dawson, luchaba por mantenerme de pie, pero poco a poco me iba quedando sin energías, y las palabras de Alice estaban logrando rebosarme. Colgué el teléfono y lo guardé en mi bolsillo, miré los alrededores disfrutando de la suave brisa mañanera, era un deleite, lograba calmar un poco mi inquietud, no del todo, pero sí lograba tener un mínimo efecto en mí.


Voltee de reojo al escuchar la puerta de la casa abrirse, mi sangre se heló al ver frente mío a lo que sería mi novio en el futuro, un hombre de cabello negro un poco canoso, y unos muy intimidantes ojos azules,que rápidamente se clavaron sobre mi persona.


— Buen día — saludó haciendo una leve reverencia con la cabeza, acción que repliqué, en Inglaterra los modales eran muy importantes, era un concepto que en América desconocemos muchas personas, admito que yo me incluyo en dicho grupo — Pensé que todos dormían.


— E-El cambio de horario me sigue afectando — mentí, obviamente no iba a admitir que me despertaron mi novio y mi ansiedad, sonaba muy patético.


El hombre bajó los escalones, parándose junto a mí para ver la calle con detenimiento, solo tenerlo parado a mi lado, hacía que mis dientes castañearan de los nervios.


— Robert siempre ha sido mi orgullo — murmuró mirando a los lados y metiéndose ambas manos en los bolsillos — De mis hijos, él es el que más se parece a mí, de forma física y en su carácter, nunca habrá un hombre mejor que mi hijo para mí — sus palabras me sorprendían, era curioso, a juzgar por cómo actuaba y veía a mi novio, creí que no le tenía tanta estima, sin contar que, era raro oír palabras de genuino afecto paternal, era una lengua totalmente desconocida para mí — Oí un rumor de que él se sentía atraído por hombres, la idea me horrorizó, no podía creerlo, "¿mi hijo, amanerado?" no podía ser, no lo veía creíble. Ver la forma en que Robert te defiende, me ha dejado claro que, me he equivocado, mi hijo no es amanerado, pero le atraen los hombres, cosa que nunca esperé de él; de Robert esperaba tres nietos como mínimo, tal vez otro hombre Dawson igual de fuerte que él y yo, o la nieta que siempre añoramos su madre y yo.Me daba mala espina el rumbo que estaba tomando dicha conversación, ese hombre no me miraba de frente, y cuando lo hacía, se notaba el mismo desprecio y asco que en las joyas azules de Alice, ninguno me miraba igual que Robert, y eso era obvio, ellos no me verían con la misma gentileza, pero, por más familia que fueran, ellos no compartían la misma ternura y brillo que reflejaba la mirada de mi novio, era muy peculiar, he de admitirlo.


— He llegado a pensar, que no crié a Robert tan bien como pensé, pero... es imposible, él fue a internados, estudió en las mejores academias, la mejor universidad, educación de calidad, calor hogareño, por eso estoy convencido, de que la influencia tuya y de Yelena fue lo que corrompió a mi hijo — no sé cómo logré contenerme para no reír en su cara por lo que decía, ¿era enserio? — Mi hijo empezó con sus idioteces homosexuales desde que es amigo de esa mujer, y ahora que está contigo, es como si no fuera él mismo — sonreí de forma incrédula, mirándolo de reojo mientras llevaba mis manos tras mi espalda.


— Primero que nada, él es bisexual, señor Dawson, no gay; y en segunda, me parece increíble que un hombre de su edad siga usando la vieja artimaña de culpar a los demás por el comportamiento de su hijo 'adulto' — hice énfasis en esa última palabra, mientras ese hombre me miraba con odio absoluto, admito que estaba tentando mi suerte, pero, odiaba que insinuaran que Robert había caído en un horrible vicio por mi culpa, ojalá me hubiera callado la boca.


— ¿Tienes idea de a quién le estás hablando como lo estás haciendo?


— Al señor John Dawson, el responsable de que la empresa Dawson se fortaleciera y estableciera, y es todo un honor señor, pero Robert Dawson ha hecho que esa compañía sea de las más importantes de Inglaterra, por algo su nombre es el que resuena cuando hablan del imperio Dawson, no el de usted, creo que por eso es que siempre intenta menospreciarlo.


— Pf, mi hija tiene razón, eres todo un bastardo corriente — me miró de arriba a abajo con desdén — Por tu culpa mi hijo no vé claramente.


— Mire señor, no es mi culpa que Robert sea bisexual, tampoco de Yelena ¡él es así, con o sin influencias externas! pierde el tiempo buscando algún culpable.


— Tal vez sea así... pero por más homosexual que sea, mi hijo nunca se atrevería a cometer semejante estupidez como lo es querer vivir como pareja con un hombre, menos con un... — calló un momento sus palabras, observándome detenidamente.


— ¿"Un bastardo que ni siquiera llega a los 25 que solamente lo quiere por su dinero?" con todo respeto señor D, usted y sus hijos necesitan un mejor monólogo para ofenderme y desprestigiarme — él soltó una ácida risa nasal para cruzarse de brazos, yo di un paso atrás sin saber exactamente de qué forma corresponder ante su reacción.


— No permitiré que sigas arruinando la vida de mi hijo, nuestro negocio ha tenido bajas desde que Robert está contigo, no me sorprendería que el rencor de Albert Atwood sea tanto que envíe a su hijo para arruinar la vida del mío, por no asociarse con él.


— ¡¿Disculpe?! — solté una ácida carcajada al oírlo, ya no toleraba más esas palabras, que me insulten directamente es una cosa, pero relacionarme con plagas como el viejo, era otra totalmente diferente — Con todo el respeto que usted merece señor Dawson, ¡¿qué clase de tonterías está usted diciendo?! ¡yo primero me mato antes de trabajar con el infeliz de mi padre! ¡¿le quedó claro?! — dije mirándolo con severidad — ¡¡No vuelva a decir que estoy confabulado con mi padre para hacerle daño a Robert!! ¡¡usted no tiene idea de todo por lo que hemos pasado su hijo y yo para que diga todas esas cosas!!


— Ninguna empresa de América quiere firmar con Robert desde que rechazó a los Atwood, eso no me parece coincidencia — me quedé estático al oír eso, ¿cómo era posible? no lo creía, "debe estar mintiendo" fue lo que pensé.


— No le creo, no le creo nada, ¡ustedes solo quieren hacerme quedar como una plaga que arruina la vida de él!


— No creo que eso sea necesario, tú solo con tus acciones demuestras que todos tenemos razón.— ¡¿De qué está hablando?!


— "Todo sería mejor si estuvieras aquí" — fruncí el ceño al oírle — No sé con quién hablabas, pero no era con mi hijo, de eso estoy complétamente seguro.


— ... ¿Usted insinúa que yo— sus palabras interrumpieron las mías.


— No insinúo nada, te lo estoy diciendo claramente — se acercó más hacía mí para poner su dedo índice en mi pecho, en forma de amenaza — No eres más que un pobre mediocre que solo juega con mi hijo y su dinero, no sé si es con tu padre o con algún otro amante que tengas, pero no me cabe duda de que estás confabulado para arruinar a mi hijo — sentí un horrible nudo en mi garganta al oírlo, no podía creer lo que escuchaba, empezaba a creer que Robert era el único medianamente cuerdo en esa familia llena de paranóicos (a excepción de su madre, no me atrevía a juzgarla aún sin haberla conocido antes, aunque conocer a mi suegra me llenaba de terror).


— Ustedes solo están puestos para arruinar la felicidad de Robert — dije dando un paso hacía atrás, aunque me agité al sentir cómo me tomaba del suéter y me jaloneaba un poco.


— ¡Te garantizo que llegaré al fondo de tus intenciones, me aseguraré de que Robert sepa la clase de persona tan desagradable que eres!


— ¡Suélteme! — me quejé apartándome del agarre ajeno, aunque me heló escuchar la puerta de la casa abrirse, y ver la silueta de mi novio con semblante de pocos amigos, sobre todo al ver a su padre tan cerca de mí.


— ¿Me perdí de algo importante? — preguntó de forma tosca bajando las escalones, agaché la mirada por inercia, sigo viendo muy estúpido el hecho de que esa gente creyera que yo le hacía daño a Robert, cuando era evidente mi expresión sumisa y temerosa cada que él alzaba la voz, y ni hablar de cuando se enojaba.


— Al fin llegas — dijo su padre mientras miraba a Robert con detenimiento — Llegaremos tarde.


— Llegaremos a tiempo — recalcó parándose junto a mí, noté que me miraba de reojo con frialdad, me aterraba no saber lo que pasaba por su mente, no quería que Robert malinterpretara nada, eso definitivamente iba a terminar de quebrarme.


— Bien, vámonos ya entonces — dijo el señor John mientras se daba vuelta y avanzaba al auto de Robert, me dolió ver cómo él se apartaba de mí y avanzaba hacía el auto también, mis ojos se cristalizaron ante esto, no entendía la actitud de mi novio, me estaba aterrando mucho su indiferencia, él jamás actuó así conmigo, solo cuando me dejó, era obvio que mi paranoia hallaría rápidamente la conexión entre ambas situaciones.


Ambos subieron al auto y se marcharon del lugar, yo sentí un hueco en mi pecho al ver que mi novio ni siquiera me dedicó un "adiós" o "hasta luego" antes de irse, Robert siempre se caracterizó por ser atento incluso en las peores circunstancias, me aterraba que la plática con su padre y hermano le hubiera dado un muy mal concepto de mí, "le hicieron ver finalmente la clase de plaga que soy" pensé sin dudarlo, y no se me hacía descabellado, yo mismo me consideraba un ser humano despreciable, sabía que era cuestión de tiempo para que mi novio notara eso también.



-



Después de eso, subí las escaleras y me fui a la habitación, estaba agobiado, sentía que me ahogaba de la rabia y la ansiedad, pensar que Robert probablemente no me veía de igual forma, me estaba matando.


Doblaba mi ropa y la metía en la maleta que él mismo me regaló, por alguna razón no quería meterla al clóset con la de él, solo quería organizarla, lo digo enserio, aunque seguía rebotando por mi mente, la idea de irme no era la que dominaba mis acciones en ese momento, aunque se podrían malinterpretar fácilmente.


Me alertó sentir cómo vibraba mi celular, era un mensaje de Teddy, no podía llamarme, pero siempre nos dejábamos textos, me enviaba fotos de Tyson y ella, me conmovía y dolía mucho verlas, sobre todo al pensar en lo horrible que estaba yendo mi "soñada vida de pareja", cada que ella me preguntaba cómo me iba, yo debía mentirle a mi madre como todo un desgraciado, diciendo "bien mami, mejor imposible" no lo hacía por mí, o por alabar de más al señor Dawson, lo hacía por la salud de Teddy, no quería ni pensar en la crisis nerviosa que probablemente sufriría si yo le decía la verdad, me insultaría como nunca, para después rogarme que volviera, e indudablemente sufriría un infarto, de eso no tenía duda alguna.


Mi estómago empezó a rugir sutilmente, recordé que desde la noche anterior no comía nada, y amargamente mi lado doctor me empezó a decir "si no comes vas a morirte como un imbécil" por lo que de mala gana fui rumbo al baño para asearme, no sin antes cerrar la maleta y dejarla recostada a un lado de la cama, sentía mal presagio dejarla junto a la puerta, así que solo la dejé ahí para intentar que me trajera la suerte de quedarme, odio tanto la maldita ironía que siempre plaga por completo mi vida.



Continuará


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- Gema


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