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Capítulo 3: Secretos

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Lo que no dices,
lo demuestras con actos
defraudadores.

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Había pasado ya una semana desde que había encontrado a sus amigos con aquella carta. Durante esos días le fue imposible olvidarse de ello, la curiosidad por encontrar el verdadero significado no la dejaba en paz. Sin embargo, había otro asunto que tampoco la tenía muy contenta.

Hace un par de días que sospechaba que Lily la estaba evitando ya que hablaban menos entre sí o simplemente Lily no tenía el tiempo suficiente para convivir con ella. Sabía que la mayor parte del tiempo la pasaba con Severus, pero se preguntaba cuál era la razón de que no la invitaran.

Calynn se encontraba sola en casa, cosa que agradecía ya que podría salir de casa sin que su madre la viera, estaba cansada de sus insultos cada vez que regresaba. Tomó una chamarra ya que se sentía bastante frío afuera y salió hacia el árbol donde sabía que podía encontrar a alguno de sus amigos; a pesar de que eran los últimos días de invierno el frío no se desvanecía en su totalidad. Al doblar la esquina pudo ver a lo lejos a su amiga pelirroja quien estaba de pie, disfrutando de la sombra. Llegó hasta ella y se apresuró a hablar.

—Lily, ¿cómo estás? —preguntó la niña con simpatía. Lily tan solo le dedicó una sonrisa de incomodidad.

—Bien, gracias —respondió decentemente.

—¿Y qué has hecho estos días? —comentó Calynn, buscaba desesperadamente un tema de conversación para romper el silencio entre ambas.

—Nada —dijo Lily con la mirada hacia abajo, era evidente que algo había sucedido entre ambas y Lily no quería mencionarlo.

—¿Qué pasa, Lilianne? —cuestionó con seriedad, sin evitar alejarse de Lily.

—¿Por qué tendría que pasar algo? —El evidente tono de reproche de la pelirroja solo hizo enfadar más a la pequeña Black.

—No me diriges la palabra durante casi una semana y estás evitándome cada que puedes. Si te molesta algo mejor dímelo —contestó Calynn, terminando con voz más ronca, lo menos que deseaba era molestarse con Lily, no quería tener problemas con su mejor amiga.

—No me molesta nada... —dijo Lily por lo bajo, no estaba segura de lo que quería mencionar.

—¿Entonces? —replicó de nuevo Calynn, estaba perdiendo la paciencia.

—No puedo decirlo, solo déjame sola, o al menos eso me dijo Severus. —La pelirroja se alejó de aquel árbol a paso veloz, sin voltear atrás, hacia su hogar. Calynn solo se quedó allí sin saber exactamente qué hacer, ¿por qué Severus le diría a Lily que la evitara? Después de analizarlo por unos minutos decidió que lo mejor era volver a su hogar y distraerse con algo, aunque no le agradara mucho la idea.

Atravesó la puerta con desgana mientras dejaba las llaves de la casa junto a un retrato de sus padres, pero lo que vio la dejó atónita. Sus padres que aparecían en la foto comenzaron a moverse, sonriendo y abrazándose, la pequeña no lo creía.

—Perfecto, lo que me faltaba, perder la cabeza —suspiró la chica mientras volteaba el cuadro para olvidarse de esa ilusión, le parecía enteramente fuera de lo común aquella imagen—. Creo que hasta las tonterías de Severus me las he comenzado a creer —comentó para sí misma mientras subía los escalones hacia su habitación.

Algo que siempre le había disgustado eran los colores oscuros con los que había sido decorada su casa, los detestaba desde que era pequeña, o al menos algo así recordaba. Siempre había soñado con tener una habitación con colores más vivos, eso era lo que recordaba que le había pedido a su madre hace un par de días, donde le había explicado que su cuarto se quedaría así ya que antes era el cuarto de visitas. La niña abrió la puerta de su oscura habitación y se recostó en la cama, había volteado a un costado donde se encontraba un espacio vacío, sabía que algún juguete había estado por ahí, pero en su cumpleaños número once su madre la había obligado a deshacerse de todas esas "tonterías" que decoraban su habitación; o al menos eso le había dicho su padre que había pasado cuando le preguntó si le podía comprar una muñeca. Por lo que estaba totalmente sola, no tenía algo mejor que hacer que dormir hasta que diera el otro día, sabía que sin Lily y sin Severus no tenía a nadie, sus padres tardarían en volver y Thana se había ido a visitar a su familia como a veces lo hacía, estaba sola.

Creyó haberse quedado dormida cuando una imagen se comenzó a formar ante sus ojos, era una silueta que llevaba una túnica negra, pero estaba demasiado borrosa como para observar el rostro de aquella persona. La empujaban con fuerza desde atrás y sentía que caminaba obligadamente, acompañada de un miedo dentro de todo su cuerpo. Hubo momento en que se quedó frente aquella silueta con la cabeza gacha sin evitar sentir los temblores de su cuerpo y un par de lágrimas cristalinas que rodaban sobre sus mejillas.

—Se la hemos traído, mi señor —comentó una voz apenas audible, la pequeña no la logró reconocer.

En ese mismo instante sintió que le presionaban algo fuertemente que le provocaba dolor, cuando de la nada una voz en la realidad la sacó de sus sueños.

—¡Calla a esa mocosa! —gritó Druella desde la habitación contigua mientras su padre se aproximaba a ella y la tomaba de los hombros para intentar tranquilizarla.

—No sucedió nada, todo está bien —mencionó el hombre mientras los hombros de Calynn subían y bajaban con rapidez gracias a su agitada respiración. Hace mucho no tenía una pesadilla como esa, las sentía tan real que se despertaba por el miedo, aunque no comprendía del todo cómo había podido levantar a sus padres. Por la poca luz proveniente de afuera era evidente que ya era entrada la noche.

—Gracias papá —dijo la pequeña con cariño mientras rodeaba al hombre con ambos brazos, demostrándole el amor que sentía por él.

La mañana siguiente, cuando Calynn logró salir al jardín lo hizo de forma muy sigilosa para lograr escuchar a sus amigos sin que éstos se inmutasen. Se acercó lo más que pudo a ese árbol, escondiéndose entre los arbustos que la rodeaban para poder escuchar de mejor manera.

—¿Y cómo es que se elige la casa en la que quedas? —preguntó Lily al chico con una sonrisa en los labios.

—Te lo dice el sombrero seleccionador. —Calynn pensó haber escuchado mal, no podía existir un sombrero parlante. Además, ¿a qué se referían con "casas"?

—¿Cómo lo sabes? —expresó la niña con asombro y demostrando un mayor interés.

—Mi madre me lo contó, a ella la sortearon a Slytherin en cuanto el sombrero tocó su cabeza, ella espera lo mismo de mí —terminó un tanto orgulloso.

—¿Tu mamá también es bruja? ¡Qué emocionante! Debes de conocer mucho acerca del mundo mágico gracias a ella —comentó Lily. Severus solo le dedicó un asentimiento de cabeza—. ¿Por qué no nos dejan ocupar la magia hasta que entramos al colegio? ¿Por qué no nos dan una varita para practicar desde pequeños? —Lily siguió con sus preguntas mientras tomaba una flor del suelo y soplaba para que todos los pétalos salieran volando.

—Porque en realidad a esta edad no podemos controlar nuestros poderes, están presentes, pero no bajo nuestro control. Por eso necesitamos ir al colegio, para aprender a controlarlos y ocuparlos a nuestro beneficio —explicó el chico.

—¿Y qué enseñan en Hogwarts? ¿Es como una escuela normal? —cuestionó la pelirroja sin terminar de saciar su curiosidad.

—¿Te refieres a la escuela muggle? —preguntó el chico. Lily no sabía muy bien a lo que se refería.

—¿Qué es un muggle?

—Ya te lo había explicado una vez —comentó el chico, pero evitando molestarse siguió hablando—. Muggle se refiere a objetos o personas sin magia, que no pertenecen al mundo mágico. Por eso, la escuela a la que vas es muggle ya que no enseñan magia —contestó—. En Hogwarts te van a enseñar a manejar la varita, encantamientos, hechizos de defensa, Quidditch; todo acerca del mundo mágico —explicó con entusiasmo mientras enlistaba todo lo que había dicho anteriormente.

—¡Ya quiero entrar a Hogwarts! —exclamó Lily—. Estaremos en el mismo grado, tal vez en la misma casa —comentó mientras Severus solo le dedicaba una sonrisa, hasta que Lily cambió su semblante de felicidad a uno de tristeza—. Pero ¿Calynn y Thana son muggles?

—No lo sé, al parecer sí, pero no estoy seguro —comentó.

—¿Cómo lo podemos saber? ¿Qué pasa si revelamos nuestro mundo a personas muggles? —preguntó Lily bastante angustiada.

—Por eso te he dicho que te alejes hasta que nos den una señal, alguna de las dos, no podemos arriesgarnos —comenzó—. Además, aprovecha para estar conmigo. Calynn es demasiado sentimental e infantil como para que pueda entenderlo —terminó ligeramente enfadado.

En ese preciso momento, el suelo donde estaba Severus comenzó a hacerse cada vez más suave hasta que se convirtió en lo que parecía una arena movediza. Lily entró en pánico ya que no sabía exactamente qué hacer, estaba horrorizada. La pelirroja comenzó a intentar jalar a su amigo para sacarlo de aquel lugar cuando una persona llegó a su lado a observar la situación.

—Calynn, ¿tú hiciste esto? —preguntó Lily mientras ayudaba a Severus.

La niña se quedó callada. En realidad, no estaba segura de que ella lo hubiera hecho, estaba bastante lejos cuando el suelo comenzó a cambiar, ¿cómo lo pudo haber hecho ella?

Después de un silencio, Severus habló.

—Definitivamente no es ninguna muggle. —Un gesto de impresión se le formó en el rostro mientras Lily lo ayudaba a salir de aquel desastre que había ocasionado su amiga inconscientemente.

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"¿Solo somos tú y yo
en el fin del mundo?
Debe ser muy confuso para una niñita".
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⌞  Remember You - Adriana Figueroa  ⌟

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