03
Los siguientes días transcurrieron con total normalidad, demasiada para mí gusto ya que mi representante no había podido conseguir ningún trabajo nuevo para mí. Y no culpaba al señor Kim, de hecho entendía que para los modelos nuevos entrar en este mundo era muy difícil, peor aún intentar ser uno de los más reconocidos constaba de mucha paciencia y amor a nuestro trabajo.
— Que bueno que Hyunjin me habló de este empleo — suspiro terminando de tender la ropa del señor Lee. En el contrato no decía nada de lavar la ropa pero cómo me sobraba el tiempo comencé a hacerlo y él se dió cuenta así que aumentó la paga.
¿Me habrá visto muy necesitado?
Suspiro profundamente estirando mis brazos, quizás si pero no me importa mucho. Él ni siquiera habla conmigo así que realmente no es muy importante en que concepto de persona me tenga.
La alarma suena y entro corriendo sacando los panecillos con azúcar que preparé, aún a pesar de lo que acabo de mencionar antes cómo agradecimiento por la muy generosa paga comencé a preparar algunos postres cuando me sobra el tiempo y lo pongo en su charola de comida.
Él escritor Lee se come absolutamente todo lo que le doy. Así que intuyo que le ha gustado mi comida.
De pronto el timbre comienza a sonar y corro a abrir la puerta, Hyunjin se encuentra ahí con un pequeño ramo de girasoles así que las plantas casi marchitas que estaban aquí el día que llegué las había traído él.
— Hola Lixie — él ha comenzado a llamarme así y no me molesta, es agradable que alguien pueda ser así de cercano conmigo. — Este lugar ha mejorado desde que llegaste.
Sonrío tomando las flores y me apresuro a ponerlas en agua. — Realmente el señor Lee tenía un pequeño mundo aquí dentro.
— Tienes razón pero es tan gracioso oírte llamarlo "señor" pero a mí no me dices así — él ríe levemente. — Y tenemos la misma edad, sabes.
— Tú no luces cómo un treintañero para nada, te ves muy joven — le respondo y cuando me doy cuenta el escritor se encuentra mirándonos desde el marco de su puerta.
Esa habitación que en rara ocasión abandona.
— Oh, Minho.
Me rasco la nuca algo avergonzado ante su mirada, me escuchó llamarlo viejo tan descaradamente cuando no tenemos esa clase de confianza así que mejor me marcho de vuelta a tender la última ropa que dejé en la secadora.
Me pregunto desde cuándo se conocen y cómo es que se hicieron amigos, Hyunjin es cómo una cura para la tristeza que con su sonrisa anima a cualquiera en cambio el señor Lee es tan sombrío y callado, bueno, quizás es como dicen que los polos opuestos se atraen.
¿Y ese tal Han Jisung?, ¿Dónde estará ahora?. Probablemente no termino muy bien su relación con el escritor y mejor se fue por su lado.
— Cálmate Felix, deja de pensar en cosas que no te incumben — me regaño a mi mismo negando con la cabeza.
El pasar demasiado tiempo en este departamento y aunque el señor Lee siempre este encerrado me hace inevitablemente considerarlo cómo parte de mi vida; Debería salir a más lugares para conocer gente nueva y dejar que mi vida gire a su alrededor.
— Que aburrida vida tienes — me digo a mi mismo suspirando.
— ¿Aburrida? — volteo asustado al ver a Hyunjin ahí, se supone que se había quedado hablando con el señor Lee.
Me encojo de hombros. — Bueno, estoy en mis veinte y mírame, estoy lavando ropa en lugar de dominar el mundo.
Hyunjin enarca las cejas y comienza a carcajearse colocando su mano en su estómago. — Dios mío Lixie, eso suena muy trágico.
— Si, sonó muy rudo pero es la verdad — guardo los utensilios que utilice y antes de poder terminarlo Hyunjin me toma del brazo jalando me fuera de esa pequeña habitación. — ¿A dónde vamos?
— El señor Lee hará una pausa en su trabajo porque se lo he pedido, quizás rogué un poco pero acepto — él se detiene y sonríe mirándome fijamente.
— Iremos por unos tragos, tú, él y yo.
— ¿Qué?, ¿Yo también voy? — la sola idea de sentarme en un mismo lugar que el señor Lee me causa nervios, no hemos hablado en todo este tiempo además está el hecho de que hace un momento dije cosas indiscretas sobre su apariencia.
Ni siquiera pude negarme y ahora me encontraba en la parte trasera del auto mirando por la ventana cómo si mirar al tumulto de autos allá fuera más innovador que aquí dentro. Hyunjin va manejando y Minho a su lado, él solamente va callado mientras Hwang tararea una canción que no logro reconocer.
Finalmente llegamos a un llamativo bar y después de entrar nos sentamos en una mesa en la terraza, el lugar es lindo pero tampoco soy un buen bebedor.
— Hace mucho tiempo que no salía con amigos a divertirme — dice Hyunjin disfrutando de una bebida de un color muy extraño.
— Básicamente me arrastraste a este lugar — le responde Minho haciendo que me sorprenda porque más allá de aquella vez que nos vimos por primera vez no lo había escuchado hablar. — Es horrendo por cierto, la música no va conmigo.
— Déjame decirte que esto le gusta a la juventud de ahora, está bien, son músicas pasables — Hyunjin golpea ligeramente al contrario. — No esperes que pongan a Sade para bailar.
— Eso sería maravilloso pero la gente de ahora tiene otros gustos así que mejor prefiero llegar a casa y encerrarme a oír mi propia música — Minho rueda los ojos bebiendo de un solo trago su vodka.
Así que le gusta Sade, sonaré muy tonto si le digo que también me gusta oírla ya que la conocí viendo tiktok. He visto a mis padres usar la misma aplicación así que me pregunto si a él también le interesan estás cosas, bueno, el escritor Lee no es tan mayor. Ah, simplemente debería dejar de pensar en tonterías.
Pero porque habría de considerarme tonto por hablar de algo que me gusta.
— A mi también me gusta Sade — digo y ambos pares de ojos se posan en mí. — Y siempre que veo el videoclip de "No ordinary love" me acuerdo de "Baile de sirenas" por la sirena claro, aunque su libro no trate precisamente de sirenas.
Hyunjin asiente con una sonrisa sin embargo el escritor Lee solamente me mira fijamente sin decir nada. De pronto el teléfono de Hwang comienza a sonar y él se levanta rápidamente a contestar excusándose con qué ahí el ruido es muy fuerte y debe ir más allá dónde pueda escuchar con claridad.
Mi mirada lo sigue sintiéndome ansioso, no quiero que me deje solo aquí.
— No imaginaba que también hubieses leído uno de mis libros — parpadeo confundido cuando el escritor Lee habla al fin. — Y que también te guste Sade.
— Lo hice cuando tenía quince años, estaba pasando una etapa difícil y su libro fue una salvación — hablo finalmente quitándome este nerviosismo y lo miro a la cara. Él asiente ante cada palabra mía. — Siempre quise agradecerle por escribir algo tan caótico que irónicamente ordenó mi vida.
De pronto la expresión que él siempre tiene consigo en su rostro se suaviza y me sorprendo al verlo sonreír, es una sonrisa tan sincera que me hace sentir bien de alguna manera.
— Es la primera vez que alguien llama "caótico" a mi libro — él dice sin dejar de sonreír mientras niega con la cabeza.
— ¿Y eso es bueno o algo malo? — le pregunto jugando con el borde de la copa de mi bebida.
El escritor Lee se lleva a la boca unos cuantos bocados de frituras y me mira con los ojos entrecerrados. — Me ha gustado tu comentario así que es bueno.
Sonrío bajando la mirada de pronto sintiendo mis mejillas arder y mi estómago alborotarse quizás debido al nuevo sentimiento de estar hablando con quién nunca pensé lo haría.
— Oh, dijiste que también te gusta Sade, ¿Cuál es tu canción favorita? — me pregunta sirviéndose más vodka. Él parece no estarse midiendo con su bebida.
— Like a tatto — le respondo rápidamente. — Pero también tengo una obsesión severa con Kiss of Life.
A penas termine de responder su pregunta él comenzó a hablar sin parar sobre las canciones que más le gustaban, y coincidimos en que al final para los dos nuestra favorita sería la misma. Era cómo una persona diferente, sus pupilas brillaban al hablar y esa bonita sonrisa que no sabía que tendría estuvo siempre presente hasta que finalmente reparamos que Hyunjin no había vuelto aún con nosotros.
— ¿En dónde estará Hyunjin? — pregunto mirando al rededor.
— Ese tipo siempre ha sido así, desaparece de pronto — me responde sacando un cigarrillo de su chaqueta.
— ¿Te molesta si fumo?
— Ah, no. Adelante — niego con las manos indicándole que lo haga. Tampoco imaginé que le gustaba dañar sus pulmones con tabaco.
Él se levanta apoyándose del barandal y lo observo atentamente encender su cigarro para luego darle una calada que parece disfruta mucho. De pronto su mirada se encuentra con la mía y sonríe de nuevo, aunque está vez mostrándome sus pequeños dientes, sus delgados labios casi desapareciendo en esa curva.
Y verlo así me hace pensar que al final aceptar salir con Hyunjin está noche no había sido tan malo.
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