El regreso de las vacaciones nos agotó a toda la familia, sobre todo a mis padres y a mis tíos, todos dormían en su asiento del avión. Mi prima dormía al lado mío y yo la abrazaba. 

Salimos del aeropuerto con nuestras maletas y nos dirigimos al estacionamiento en donde mis tíos habían dejado su camioneta, ya que mis padres habían dejado su auto en casa de ellos.  

Cuando llegamos a casa de mis tíos nos bajamos a ayudarles con sus maletas y nos invitaron  a entrar a descansar un rato del viaje.

 —¡Gracias por las vacaciones Rosy! —Dijo muy agradecida mi tía a mi madre—, y con un beso le dijo:

—¡No hay de qué Martha! los invitamos con mucho cariño. 

Mis tíos y mis padres seguían platicando. 

Ayudé a mi prima a subir sus maletas y entramos a su habitación a seguir conversando  —¡Vaya que me encantaba conversar con ella!, parecíamos loritos—.

Fernanda cerró la puerta de su habitación, nos mirábamos, le acariciaba su cara y ella no se mostró ruborizada, sentíamos un gran cariño mutuo ella y yo, ambos nos amábamos, y lo mejor de todo esto era que Fernanda además de ser de mi familia jugábamos al juego infantil de ser novios y eso a mí me encantaba. Sentados en la cama observaba su traviesa mirada de niña inocente. 

Ella me dijo:

 —Amor, Te veo preocupado, ¿En que piensas?.

Le dije:

—Pienso en la aventura que tuvimos durante estas cortas vacaciones.

Se acercó provocativamente hacia mí y me dijo:

—Ah, ¿si?.

Temeroso le dije:

—Sí, aunque me siento culpable de lo sucedido entre nosotros. 

 Abrazándome y rodeándome con sus brazos me dijo: 

—Pero ¿Por qué te sientes culpable?, Si me la pasé muy bien a tu lado primito.

 —¿Ah ...  si?. 

—Claro Omar. ¿Acaso no disfrutaste mi compañía en la playa?. 

Le dije:

—Si, ¡Lo disfruté mucho!.

Dándome un beso cariñoso me dijo:

—Entonces, ¿Cuál es el problema?. 

—No sé. Fernanda ¿Te puedo hacer una pregunta?. 

Riendo  me dijo:

—Apuesto a que disfrutaste más las vacaciones teniendo sexo con tu prima. 

Me quedé atónito y le dije:

—Fernanda, ¿Te puedo hacer una pregunta?. 

Sonriendo me dijo:

—¡Claro amor!.

Cuando estaba listo para hacerle la pregunta, me sentí un poco afligido y comencé a llorar. Ella observó que estaba llorando y con un cálido abrazo me dijo:

—¿Qué pasa Omar?  ¿Qué te ocurre? ¿Por qué estas así?.

 La miré y le dije:

—Nada, nada, no ocurre nada. 

Ella me preguntó:

—Omar sé que estas triste, se te ve en la mirada,  me interesa saber lo que te pasa ¡Somos primos!  Puedes confiar en mí, y también recuerda que desde que éramos niños hicimos la promesa de contar nuestros secretos y  miedos, ¿Lo recuerdas cierto?. 

Le dije:

 —Si lo recuerdo. 

Fernanda besándome la mejilla y abrazándome me dijo:

—Entonces límpiate esas lágrimas de cocodrilo y cuéntale a tu primita lo que te pasa ¿De acuerdo?.

Secándome las lágrimas le dije:

—Sí, confió en ti, y nadie más que tú lo sabe en este mundo. 

Ella preocupada me volvió a  abrazar  y  me preguntó:

—¿Qué es lo que te ocurre?  Cuéntame.

 Suspiré y le pregunté:

—Fernanda ¿Crees que se de cuenta la familia de lo que hacemos a escondidas tú y yo?. Es que la verdad a mí me da miedo seguir con esto y que algún día se salga de control ó se lleguen a enterar por lengua de algún tercero.

Ella abrazándome fuertemente me dijo:

—Tranquilo, no creo que se den cuenta, y si algún día se llegara a saber de nuestra relación ¡Que demonios!. 

Me dio un beso de piquito en mis labios y me dijo:

—Te amo, recuerda que siempre estaré a tu lado en todo, incluso a la hora del sexo.

—¡Qué haces!. 

Vi que le puso seguro a la puerta, ella me bajaba los pants y observó que estaba excitado y dijo:

—¡Me gusta verte así! ¿Te la puedo chupar?. 

—Fernanda.

—Mande cariño, Se que te gustaría que te la chupara Omar, niégamelo. 

No dejó que dijera nada más y comenzó a hacerme la felación, era muy buena haciendo eso, me babeaba el miembro, hacia gemidos y ruidos excitantes  cada ves que engullía mi pene a su maravillosa boca, succionaba el frenillo y cuando lo hacía sentía una sensación de placer extremo a tal grado de correrme y terminar en su boca. 

—Fernanda.

—¡Ja,Ja! ¡Ummh! Mande ternurita. ¿Quieres que continúe ó hasta que me acabes en mi boca?. 

—¡Ohh! No, No lo sé. ¡Ummh! ¡Fernanda! ¡Me... Me vengo!. 

—Dámelo todo. 

Solté un gran orgasmo y sentí como mi pene liberaba varios litros de semen. 

Fernanda no pudo tragárselo todo, mi miembro viril que aún sostenía en sus manos expulsaba la última gota de semen. Ella se sorprendió y echó a reír cuando vio la cantidad que terminé de expulsar y me dijo:

—¡Con esto creo que sí embarazas a alguien Omar! ¡Ja, Ja!.  

 Se ríe coqueta y antes de que saliera a despedirme de mis tíos Martha y Mario me sopló un beso al aire y tocó una de mis orejas con sus suaves y tersas manos y me dijo:

—Este juego cada ves me gusta más, pero tú me encantas. Me dio un enorme beso y al observar que todo estuviera tranquilo bajé de su habitación.

Flashback

En el camino a casa recordaba aquel sueño en que estaba junto a ella. Fernanda estaba desnuda frente a mí y yo admirando  su cuerpo y ... ¿Teniendo sexo? ¡Sí!  

Teniendo el mejor sexo de nuestra pronta juventud.