Capítulo 14 - Estando a tú lado
—De verdad no me esperaba tú respuesta, hermosa.
Me preguntó:
—¿Qué no te dabas cuenta que desde niña no te soltaba ni un segundo?
—Eh.. Pues la verdad no, hasta ahora que lo dices. Yo también tengo algo que decirte Fernanda.
Ella me dijo:
—Dime soy toda oídos.
—También quiero pasar a otro nivel contigo.
Sorprendida me preguntó:
—¿Me estás proponiendo matrimonio Omar? Porque estaba pensando en pedírtelo primero a ti.
Sorprendido le dije:
—¡Qué! ¿No estarás bromeando verdad?
—!Ja! !Ja! ¡Ja!, ¡Cómo crees ahorita no estoy en plan de casarme! Pero.. Puede ser que a la larga si.
No sabía que decirle ni que pensar, mientras caminábamos por la calle estaba dirigiéndome a comprar un helado, le dije:
—¿De que sabor quieres tú cono?
Ella lo pidió de Choco menta su sabor favorito. Seguíamos caminando comiendo nuestro helado. Se miraba tan divertida saboreándolo, que me dieron ganas de besarle sus labios y lo hice.
—¡Delicioso!
—¡Ah! Amor ¿Qué es lo qué te pasa? —Me dijo risueña—.
—Nada pequeña, sólo quería darte un beso y decirte a la cara cuánto te amo, eso es todo, espero no te hayas enojado.
—¡Ay ternurita! Claro qué no estoy enojada, al contrario estoy súper feliz de saber que en verdad tú me amas.
—Y a mí me pone más contento saberlo amor.
Íbamos llegando a casa, entramos por la puerta principal, vi que estaba la camioneta de mi Tío Mario, antes de abrir le solté la mano a Fernanda para que no hubiera sospechas y entramos.
Al entrar me llegó un fabuloso olor a pizza horneada y vi que Fernanda se relamía los labios y me dijo:
—Omar ¿Acaso mi mamá y mi tía están horneando pizzas? —Eso parece, ¿Tienes hambre? — Le dije —.
Ella me dijo:
—¿Y tú qué crees? ¡Claro que tengo hambre!.
Mi madre escuchó la voz de mi prima y preguntó:
—¿Fernanda? ¿Omar? ¡Dónde estaban! .
Saludé a mi Tía y a mi madre y les dije:
—¡Hola Tía! ¡Hola Mamá! Salimos por un helado ¿Verdad Fernanda?
—Así es primo. Tía ¡Tengo hambre! De casualidad ¿Ya estarán listas las pizzas?
Mi madre le dijo a mi prima:
—Ya casi están listas, hicimos de varios sabores Pepperoni, Mexicana, Hawaiana y Pastor ¿Cuál quieren primero?
Los dos dijimos:
—Hawaiana por favor, —nos reímos—.
Toda la familia estaba cenando la pizza. Yo me sentía feliz compartiendo momentos tan agradables con ella.
Después de comer, Fernanda me dijo:
—Subamos a tu habitación Omar, quiero platicar algo contigo.
Una vez dentro cerramos con seguro, Fernanda me dijo:
—Ya que estamos solos tú y yo amor, tengo muchas ganas de tener sexo aquí y no en un hotel.
Sorprendido le dije:
—¡Pero Fernanda¡ creo que aquí no es muy seguro que lo hagamos.
Ella me observó con su mirada pervertida y lentamente se acercó a mí y me dijo:
—Tranquilo, acaso ¿No confías en mí?
Le dije:
—Claro que confió en ti, sólo que me da miedo que seamos descubiertos.
Ella comenzó a besarme y me preguntó:
—¿Acaso te dan miedo mis gemidos? ó ¿No quieres que escuchen cómo eres en la cama?
Le dije:
—¡Eso no me importa! Por mí que lo escuchen si quieren.
Ella solamente echó a reír y me dijo:
—¡Eres tan gracioso mi vida! Te propongo algo, ¿Qué tal si lo hacemos cuando estemos solos tú y yo?
—De acuerdo—. Le dije y besé sus labios de miel.
Era viernes, estábamos en un parque de diversiones, Fernanda y yo amábamos los juegos mecánicos, entonces nos subimos a uno de ellos, después de eso ella se comenzó a marear y me dijo:
—Me siento mal creo que voy a vomitar.
—¿Te sientes bien?
—No.
—¿Quieres vomitar? Vomita. Y eso hizo... sobre mi playera.
Después de el pequeño accidente que tuvo, nos regresamos a casa, mi tía Martha que estaba de visita, vio que Fernanda estaba algo mal y me preguntó:
—¿Qué te pasó Omar?
Apenado le dije a mi tía:
—Lo que pasó fue que mi prima comió mucho antes de subirse a la montaña rusa y pues acabando el juego no aguantó las ganas de volver el estómago y vomitó.
Mi tía muy apenada me dijo:
—¿Tienes una playera nueva que ponerte?
—Si tía, enseguida me cambio y no te preocupes fue un accidente.
Mi tía le dijo a mi prima:
—¡Fernanda, le debes una playera nueva a tú primo!
Ella con los ojos llorosos se disculpó.
Me cambié la playera y nos subimos a mi habitación a platicar sobre lo sucedido. Corría el verano y las vacaciones también, Fernanda recordó que en dos semanas tenía que tener todo listo para irme becado a la Universidad Imperial de Tokio. Cuando lo recordó se puso algo sentimental y me abrazó como la primera vez y me dijo:
—Omar, me siento triste porque ya están por terminar las vacaciones de Verano y porqué... (No pudo contenerse más y echó a llorar) ¡Te vas a Japón sin mí!.
La abracé fuertemente y le dije:
—No llores Fernanda.
Me dijo:
—¡Cómo no voy a llorar! Si te voy a extrañar pequeño. ¡Estaré sola como perro sin dueño!
La comencé a calmar dándole pequeños besos en su boca y acariciando su cuello, ella risueña me dijo:
—Omar me haces cosquillas ¡Por favor detente!
Pero no me detuve, ella también comenzó a besarme y a desabotonarme la camisa, después de tocar con sus libidinosas manos mi pecho semidesnudo, comenzó a deshacerse de la poca ropa que traía puesta y dijo:
—Te lo ruego, te quiero dentro de mí en este instante, justo ahora que estamos solos y nadie nos molestará.
Obedecí y la besé con mucha pasión y locura, una vez desnudos me miró y dijo:
—Amor, si solo quieres coger dímelo y probablemente cojamos. Pero no andes fingiendo sentimientos para llevarme a la cama.
—Voy por un preservativo.
Antes de que pudiera agarrar el condón y ponérmelo en mi duro miembro. Fernanda se puso a horcajadas sobre mi y ella misma agarró mi pene y sin pensarlo dos veces comenzó a moverse y al estarla penetrando comenzó a gemir y a gritar de la manera que me encanta.
—¡Ahhh! Omar ¡Me encantas! ¡Te amo!¡Dame placer, que es lo que necesito en éste momento ¡Ah! ¡Ah! ¡Ahhh! ¡Ummm! ¡Muévete sólo como tú sabes! ¡Hazme sentir mujer! ¡Dale Aquiles! ¡Ahhhh!
Mientras la penetraba vi cómo comenzaba a sangrar de la vagina, junto a mis penetraciones y fluidos de ella y míos le pregunté:
—¿Amor? ¿Te bajo la regla?
Ella excitada y gimiendo me dijo:
—¿Que? ¡Ummm Dale!, No sé Omar. ¿Porqué lo pre.. ¡Ah! guntas?
Le dije mirándola a los ojos y tocando su cuerpo desnudo:
—Te lo pregunto porque no vaya a estar lastimándote teniendo sexo sin protección y ¡No quiero dejarte preñada!
Ella me dijo :
—¡Qué importa! Ya me tomaré la pastilla ó me daré un baño inmediatamente después de eyacular no te preocupes.
Ella agarrándome del cuello, nos mecíamos mientras ambos entrelazábamos nuestras piernas, yo me tumbé sobre mi espalda mientras la figura de Fernanda se sienta sobre mí, nos mirábamos a los ojos, sentíamos un mar de sensaciones placenteras.
Le dije:
—¡Argg! !Me estoy viniendo!
—!Ahhhh! No lo contengas lo recibiré todo.
Caímos en la cama exhaustos de placer, ella mirándome con su tierna mirada me abrazó fuertemente y yo le correspondí a su abrazo diciéndole:
—No te vayas a olvidar de tomar la pastilla.
—Descuida Omar, te prometo que la tomaré.
Alarmado le dije :
—¡Qué! ¿No la llevas consigo?.
—No, se me ha olvidado comprarla. Pero ahora me meto a la ducha para quitar los restos de fluidos. Estuviste fantástico como siempre. Me dio un gran beso, me abrazó y nos quedamos profundamente dormidos.
Justo antes de que llegaran mis tíos, ya despiertos y vestidos nos pusimos a ver una película. Cuando llegaron me saludaron y yo también los saludé, vi que ya era tarde y decidí retirarme.
Antes de que pusiera un pie afuera, Fernanda me recordó:
—Acuérdate que mañana quedamos de ir a cenar con Kiyoshi y Kazumi porque ya se van a Japón. ¿Entonces te veo mañana?
Asentí con la cabeza. Antes de que regresará a cerrar la puerta de su casa cuidó de que no hubiera nadie vigilando y se despidió de mí dándome un beso en mis labios. A la mañana siguiente Fernanda recordó que tenía cita con Julio el de la estética, él le dijo que llegara temprano porque tiene mucha clientela. Ella se emocionó mucho imaginando lo bien que le caería un bonito corte de pelo, pero sobre todo teniendo en mente la impresión de mi cara al verla con nuevo look y su corazón saltó de la emoción.
—Ya estoy lista mamá, me voy a la Estética.
—Ok hija, con cuidado.
Llegó la noche de "ir a despedir y a cenar con los amigos", cuando la vi con su nuevo corte de cabello no le podía quitar la mirada de encima, ella lo notó y me dijo muy coquetamente:
—Veo que te impresioné con mi nuevo corte de cabello, ¿Verdad?.
—Si.. La.. La verdad es que sí, no dejo de ver tu belleza Fernanda enserio.
—¡Ja! ¡Ja¡ ¡Ja¡ ¡Que tierno!
Le dije dirigiendo mi mirada hacia ella:
—¡Es que en serio Fernanda! Qué te hiciste mujer, ¿Qué quedaste cómo modelo de revista?
Comenzó a reír y me dijo:
—¡Ya Omar me sonrojas!
Fuimos a Cenar ella y yo a un restaurante de comida Italiana, platicábamos de muchas cosas y de entre ellas salió el tema de nuestra relación de casi tres años, en los que ni mis padres ni mis tíos saben porqué nos hemos llevado demasiado bien.
—Fernanda ¿De casualidad le has comentado algo a la familia sobre lo nuestro?
Ella mirándome algo molesta por la pregunta que no salía desde aquel día en que nos escapamos al bosque me dijo:
—¡Otra vez con lo mismo! ¿Acaso no confías en mí? o ¿De plano tienes baja autoestima?
Callé por un minuto dejando que la pregunta flotara por mi cabeza y luego con el paso de los minutos me dejara muy sensible casi a punto de llorar.
Le dije:
—No, lo que pasa es que tengo miedo que sospechen algo y nos separen para siempre.
Ella viéndome al rostro, me acarició la mano y me dijo:
—No tienes de que preocuparte ternurita, aunque nos separasen movería cielo mar y tierra para estar siempre juntos. Al término de esas palabras seguimos cenando pero el ambiente se tornaba tenso.
Fernanda se quedó callada todo el camino de regreso, al llegar a su casa antes de bajarse del auto me miró y me plantó un beso en la mejilla muy reconciliador, yo no supe que hacer más que corresponder al mismo. Sin imaginarme que quien estaba presenciando tal acto de amor era mi Tía Martha.
Antes de que me arrancara para irme a casa, vi que mi tía le preguntó con cara de pocos amigos algo que me heló el cuerpo completamente:
—Hija, ¿Por qué tu primo te abrazó más de un minuto?...
Fernanda le dijo:
—Es que me conmovió porque no lo voy a ver y ya no podre salir más con él, y en realidad voy a extrañar a mi hermanito.
—Hija ¡No llores! aparte él no es tu hermano es tú primo y ¿Por qué dices que es tú hermano? —Le preguntó dudosamente—.
—No lo sé mamá, es que siempre me divierto mucho con él.
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