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Único

Wriothesley miro el cielo, el cielo no era tan cálido como otros días, había regresado a la corte de Fontanie, después de un largo viaje, se sentía cansando, pero no quitaba la idea de ir a ver a su amado.

Para ser sinceros, el carcelero estaba seguro que su amado lo estaría esperando en casa, pero, desde que vio las nubes y como las costante lluvia no cesaba eso le hizo temer mucho, incluso pensando que algo había sucedido.

Cuando llegó a la casa que ambos compartían, fue para verlo sentando en la sala, todos se habían marchado a dormir, la oscura noche era notoria debido a las nubes, sin embargo el albino de ojos llamativos, tenía una mirada de tristeza, su expresión fue tranquila aunque algunas veces las lágrimas salian, por fortuna en esos momentos no hubo tal evento, a menos no tan pronto.

Finalmente Wriothesley tuvo la fuerza para caminar hasta quedar enfrente de ese hombre, era claro que le gustaba verlo, pero no de esa manera, no verlo sufrir, por eso en muchas de las ocasiones intentaba animarlo, tanto era su deseo por animarlo que olvidaba rotundamente su vida privada o trabajo, por fortuna tomaba sus tiempos para hacer su labor.

— Wriothesley...

Dijo Neuvillette, quien se puso de pie con sorpresa, incluso intento ocultar su felicidad, aunque era más que obvio, las nubes se despejaron del cielo dejando ver una hermosa luna que entraba la luz hacia la habitación, quien para esos momentos una vela sobre la mesa del centro había.

— ¿Me extrañaste?

La sonrisa del contrario hizo que el albino sonriera, afirmando camina algo apresurado, incluso se logra trompezar pero es sujetado por los fuertes y musculosos brazos del hombre que tiene enfrente, Neuvillette sabe que el hombre que tiene enfrente es diferente a él, ese hombre humano es bastante fuerte, no por nada usa sus propias manos para propinas fuertes golpes que son capaces de aniquilar a cualquier enemigo. En cambio, él... Él es alguien hábil, es capaz de usar su elemental sin problema, es cierto que es un ser superior, pero en esos momentos. Se siente protegido, seguro entre esos brazos, como si fuera un niño pequeño y curioso, subes su rostro hasta estar a menos lo suficiente para darle un cálido beso, beso que es recibido de buena manera por parte de ese carcelero.

Puede sentir esa mano, esos guantes sobre su piel, incluso cuando se separa siente su rostro arder, más no es lo único, el mismo juez se aleja, avergonzado por todo lo que ha hecho, es un hombre de etiqueta, bueno a menos eso aparenta.

— ¿Sucede algo?

Esa acción hizo que el azabache le mire, incluso quite sus guantes seguido de esas vendas oscuras que ayudan a sus manos amortiguar el impacto, las lanzó hacia el sofá individual. Su mirada es aguda, afilada esperando una especie de movimiento, sus oídos son agudos, espera escuchar algún quejido o intento de hablar, sabe que ese juez puede actuar de una manera tan tímida para su estatus.

Se acercó de nuevo, sus manos desnudas llegaron a tocar los antebrazos de ese juez y de manera suave las guío por su espalda, incluso abrazándolo con dulzura.

— Te he extrañado mucho.

Hablo Wriothesley, sin alejarse de ese cuerpo, aún manteniéndose abrazado, no esperaba nada, sabía que en esos momentos su amado estaría estático incapaz de moverse en lo más mínimo.

— También te extreñe...

Susurro, incluso dejando sorprendido a ese hombre, quien sin alejarse demostró una gran sorpresa, aunque eso pronto se olvidó y a pesar que su agarre no era destruido demostró una sonrisa.

— Eso es bueno, vamos a la cama necesitas dormir.

Le pidió, brindo su brazo, cosa que Neuvillette parecía aceptarlo y abrazo con confianza ese abrazo. Neuvillette quedó en silencio, mientras el era guiado por este hombre, quien demostraba tanta amabilidad. Incluso escuchar su nombre era alguien de que emocionar.

Cuando ingresaron a su habitación, a menos la del juez este le dejo descansar, sabía que el viejo dragón quería su espacio, Wriothesley era paciente y pronto demostraría su devoción, pero en esos momentos Neuvillette le detuvo.

— Duerme conmigo...

Pidió, mientras demostraba un poco de nervios, el carcelero no sabía si sería buena idea, su rostro no demostró alguna emoción, pero si fue capaz de acercarse al juez, le tomo de ambas mejillas y de manera suave le respondió.

— Primero piensa las cosas, ¿Si? Tomaré un baño, entenderé sino quieres.

Con un beso cálido en la frente, dejo a Neuvillette ahí, en su habitación, el albino sintió un hueco y viejos recuerdos de antaño hicieron actos, uno de ellos se trataba de la persona que estaba con él, como si de un guardian se tratara. Wriothesley se fue, dejando a Neuvillette ahí, solo, sintiendo esas emociones de tristeza haciendo que el cielo nocturno volviera a tener esa aura de tristeza y dolor.

_

Wriothesley salió del baño, le tomo unos minutos para cambiarse y secar su cabello, cuando fue a revisar a su pareja fue para verlo en la cama, hecho bolita, cubierto por completo, a menos dejando su rostro a la vista, aunque esté daba hacia la ventana, viendo como las gruesas gotas golpeaban el cristal, Wriothesley entro y quedó enfrente del pie de la cama, ya que la cama queda a enfrente de la puerta de la habitación.

El carcelero miro el cielo, de nuevo estaba triste y de manera calmada se acercó a él, brindando pequeñas caricias aunque eso no ayudo.

— Neu, no deberías estar tan deprimido, puedes enfermarte, sabes que Lady Furina no le gustará eso.

— Esa chiquilla...

El dragón se sentó, dejando ver un poco de su cuerpo humano, incluso dejando a la vista un poco sus pectorales y parte de sus pezones rosados, cosa que hizo que el carcelero alejara la vista, puesto un notorio rubor salió de este.

— Dormiré contigo, pero por favor, no estés triste, no hay motivos para estarlo.

— Si la hay, tener miedo que alguien te haga daño y no poder ayudarte.

— Hmp~ parece que no me conoces Neuvillette, se defenderme solo, voy a defenderte a ti también, si algo sale mal, espero a menos que tú sigas con vida.

Neuvillette abrió sus ojos, incluso miro como el carcelero demostró una linda sonrisa, solo para lanzarse de nuevo a sus brazos para atrerlo a él. Beso por unos momentos los labios del contrario, solo para darle un cálido susurro.

— A menos no me dejes solo~

Apenas dijo, cuando de nuevo beso al hombre, cosa que el carcelero solo llevo a acabo su gran labor.

_

Otro día, ambos despertaron, Neuvillette despertó un poco adolorido de sus caderas, más no se irritó tanto, incluso estaba más feliz ya que la lluvia nocturna había desaparecido, a su lado y bocabajo se encontraba ese hombre, miro su espalda marcada por sus músculos, cicatrices y las más recientes marcas de rasguños del presente dueño, Neuvillette se sintió tan avergonzado que incluso se atrevió a alejar su vista.

Aunque no contó con las mordidas y chupetes que había dejado en el azabache. Ya que eran demasiado notorios una clara seña de territorio, de que ese carcelero era solo suyo y que no sería capaz de compartir, ya una vez paso aquello, una vez sucedió un mal entendido y en ese tiempo, Neuvillette estaba tan irritado, ya que un conocido de Wriothesley había venido a visitar Fontanie, pero la cercanía de ambos era tan extraña, tanto que incluso le resultaba incómodo de verlo y eso causó en cierta forma irritación.

Cuando se aclaró todo ese asunto, Neuvillette aún no podía perdonarme eso, ya que no sabía que tan verídica era esa verdad, pero todo salió bien, puesto una noche en dónde ambos se encontraron en los jardines, se atrevieron a demostrarlo, se mostraron sus sentimientos, incluso en un inicio de esa confesión, Neuvillette le había contestado de una manera estúpida, "Ve a buscarlo a él y que crea tu mentira", cosa que Wriothesley no entendió hasta que volvió a insistir, fue hay cuando las explicaciones surgieron y un lindo final salió de ahí.

Neuvillette miro una vez más, cuando se dispuso acercarse para besarle, sin embargo su beso pronto fue lleno emociones, ya que el albino abrió sus ojos para ver a cierto carcelero disfrutarlo. Pudo notar a cierto albino alejarse, con un notorio rubor en su rostro, incluso el carcelero miro con cautela la espalda del contrario, viendo las marcas de sus agarre en la cintura, y como en los hombros de este marcas de dientes, era claro que anoche era intenso, más no iba a mentir, era muy sobreprotector con ese viejo dragón, una vez con la visita de los fatui, tuvo que ser un policía malo, al saber que había provocado una leve herida pequeña en su amado, fue capaz de castigar a ese fatui, quien con el pasar del tiempo, fue incapaz de superarlo hasta que ese sujeto se marchó.

Wriothesley era astuto, era listo cuando tenía que tratarse de su amado, por eso cuando el contrario entro al baño el hizo lo mismo y dándose más amor que esa misma noche, sabía que el juez de la corte suprema le reprenderia en el futuro pero tenía que intentarlo.

[Pasado]

Neuvillette se sentía feliz, Fontanie estaba creciendo con ayuda de la arconte, todo iba a salir bien después de todo, sin embargo durante sus intenciones de descansar, alejado de todo humano, se atrevió a ser visto por uno, un sujeto de elegante postura, a menos con un atuendo elegante. Neuvillette le miro sin mucho gesto, más cuando se encontraba desnudo, era sus primeros días siendo un humano, cosa que la arconte le había pedido, en cambio, en ese momento ese hombre que estaba ahí tenía una mirada de sorpresa, incluso el rubor era notorio, tanto que comenzó a sentirse avergonzado, incluso se puso de pie de una manera torpe, dispuesto a lanzarse aunque sea en el océano.

Pero todo su método no salió del todo bien, ya que antes de marcharse fue sujetado por las manos de ese hombre, pudo sentir las manos callosas y rasposas del contrario, sin contar esa mirada albina que podía congelada a cualquiera, fácilmente podía confundirlo con cualquiera incluso si era preciso con aquellos híbridos de lobos debido a su altos sentidos, siendo agudos al momento de muchas cosas.

Con tan solo verse una vez su necesidad fue en aumento, fueron conociéndose, fueron conociendo a la familia, incluso la ropa que no era de buena marca pero elegante fue suficiente para guiar a Neuvillette al pueblo, quien de una manera tranquila no lograron reconocer y que paso desaparcibido hasta los últimos días, a menos esos pensaban tras la muerte de ese hombre.

Ese hombre le había prometido a Neuvillette estar con él todo este tiempo, darle una familia, amor, y muchas cosas más que llenara un viejo corazón, sin embargo todo eso se volvió cuando no lo hizo y solo prometió en regresar en una reencarnación.

[Presente]

Neuvillette reaccionó, Furina le había llamado por unos minutos y este simplemente seguía sumido en sus pensamientos, cuando finalmente le dió la atención necesaria a la arconte decidió que era un buen momento de descansar.  Era claro que Wriothesley lo estaría esperando en casa y así fue, estaba ahí, ambos se acurrucadon en la cama, disfrutando de todo su tiempo perdido atraves de los siglos.

Fin.

\Bonus extra/


[El futuro]

Neuvillette se encontraba tranquilo, disfrutando de una hermosa ciudad, el nuevo Teyvat había sido salvado, laa siete naciones ya estaban en armonía, sin embargo cierto hombre se encontraba dando una camina tranquila por toda Fontanie, fue ahí cuando vio a un elegante hombre, hambre que logro reconocer al instante y a pesar que en esta era volvería a tener un nombre diferente, era claro que era el mismo hombre de hace siglos, ambas mirada se cruzaron dejando a la vista el romance de antaño y a pesar que ese hombre no lo reconocería a la primera a menos esperaba que con el tiempo lo hiciera.

Cuando Neuvillette regreso a su hogar fue para ser recibido por un par de gemelos, a manos Neuvillette lo asume, debido a su gran parecido y en cierta forma apariencia hacia Wriothesley, cabellos oscuros y piel morena, a menos en uno, el segundo gemelo tenía la piel clara como lo era su el juez supremo. Sus orbes eran curioso, el primero tenía sus color de ojos, mientras el segundo tenía aquellos pálidos orbes, cosa que a muchos le daría un miedo, sin embargo el segundo gemelo tenía pequeñas marcas debajo de sus ojos, iguales a su padre.

— Es muy tarde padre, debes de llegar más temprano.

Hablo el primer gemelo, quien con una voz tranquila y suave se acercó, incluso ayudo a su padre a llevarlo hasta la sala. El albino ya no formaba parte de la corte, sino su gemelo mayor quien ahora tomaba ese cargo y con el pasar del tiempo aún seguía enseñándole algunas leyes y como manejar a la arconte, en cambio, el segundo gemelo era demasiado travieso, su aspecto no era tan sorprendete, ya que no sabía que ese muchacho fuera capaz de ser un rebelde. Siendo un amante de las muchas en el bajo mundo por así decirle, aunque a Neuvillette parecía no importarle mucho, manteniendo siempre a su hijo menor bajo su vista, en caso de alguna herida, puesto este último había recibido su pequeña parte dragonica, comparado con su primer hijo.

La apariencia de ese albino jamás cambio, seguía siendo muy hermoso, era claro, cosa que fue llamativo en cierto hombre que no trabajaba para el gobierno, sino que era un simple empresario capaz de hacer negocios como si fuera un comerciante, pero seguía siendo él.

En cambio ese hombres que con el pasar del tiempo no pudo olvidar al viejo juez le atormentó, no en el mal sentido, sino en el bueno, lleno de emociones únicas y capaces de hacerle emocionar.

Y cuando volvieron a verse, está vez de frente a frente, fue para darse una nueva oportunidad, así como hacia sucedido dos veces antes.

Fin.

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