Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cómo contratar a un prostituto sin olvidar la opción 2. Parte II

Alice había decidido venir a mi apartamento después de la llamada. Era una buena chica y ambas habíamos sido amigas desde la Universidad (la mejor época de todas). También habíamos tenido nuestra breve aventura lésbica en su tiempo, pero no duró mucho. Después de algunos besos y arrumacos nos dimos cuenta que salir con mujeres no era lo nuestro. Ella extrañaba el roce suave de la barba masculina en su mejilla y cuello, y yo no iba a dejarme el bigote por complacerla. Por otro lado, mi añoranza estaba en un roce un poco más conciso y menos suave concentrado de la cintura para abajo.

Como sea, después de aquello la amistad siguió igual que siempre y mejorada, porque teníamos claros nuestros gustos sexuales y éramos más confiadas entre nosotras, ya sin secretos, ni temores. Y la amistad se fue reforzando y agigantándose con los años. Alice era la única persona en esta vida con la que me sentía absolutamente libre.

—Creo que deberías exponer con delicadeza y sutileza las razones por las cuales tú no eres afín a las bodas Ely —Ely era su apodo cariñoso y original, para mí (nótese la falta de correspondencia con mi nombre). También era a la única persona a quien le dejaba ponerme motes.

Delicadeza y sutileza no son palabras que me definan, hermosa. Además, cualquier excusa que ofrezca quedará mal vista, lo sé. No quiero que me tomen como una persona de mente cerrada— «Como mi madre», pensé—. ¿Quieres una cerveza? —le ofrecí una lata recién sacada de la nevera, mientras ella hacía zapping en la TV, sin mucha ilusión.

—¿Te cortaron Netflix? —hizo una mueca y dejó el control remoto resignada. Tendría que conformarse solo con la charla. Luego, se acomodó en la banqueta frente a la barra de la cocina y me miró, asintiendo—. Sí, te acepto una, gracias. En cuanto a lo otro, no eres anti-pro, todo lo contrario, y a ambas nos consta esome guiñó uno de sus magníficos ojos castaños de manera sexy.

—¡Eres una idiota! —reí mientras le daba la fresca latita de cerveza y abría otra para mi—. Y sí, me cortaron Netflix y dentro de poco otros servicios. Soy una mujer pobre, más ahora que me acaban de sancionar en el trabajohice un mohín y me apoyé sobre la barra frente a ella con actitud de mártir. Observar las expresiones de Bella me ha otorgado su increíble habilidad para parecer una víctima desahuciada—. ¿Y si vas tú conmigo? Podríamos decir que eres mi pareja y así encajaría a la perfección en esa boda y me ahorraría de ir sola, de nuevo, a un encuentro con esa gente odiosa.

—¡Ajá! Por ahí venía la cosa. Entonces no es que no desees ir al evento. ¡Tú no quieres ir sola! —me miró con expresión inquisitiva.

—¡No es eso! —refuté—. Es decir, claro que me ofusca ir a la boda, pero como mencioné, tengo la obligación de ir, una reputación que cuidar y subsecuentemente esto me obliga a ir con pareja, porque ¿en qué cabeza cabe ir a una boda sin acompañante? ¿Sabes dónde me sentarán acaso? Te lo diré: tengo todas las papeletas de ir a la mesa de abuelitas viudas o niños púberos precoces.

Alice soltó una carcajada y casi derrama su cerveza.

—¡Vamos mujer! ¿Aún estás traumatizada por lo del adolescente que te acosó la otra noche?

—Puede...—admití, horrorizada ante la posibilidad de que me pasara algo similar.

—No creo que te sienten allí Ely. Y lamento decirte que no puedo ser tu pareja falsa en la boda, porque ese finde Kevin y yo nos vamos a la casa veraniega de sus padres —se excusó.

Kevin era el novio de Alice. Sería un sujeto maravilloso de no ser porque era un poco bajo de estatura, en comparación con el fabuloso metro setenta y cinco de Alice, y además odiaba su horripilante bigote de Mortdecai, cualidad que seguramente le había dado el mérito de conquista con mi amiga.

También me daba un poco de envidia el hecho de que desde que estaban juntos Alice y yo pasábamos menos tiempo en compañía. Y eso era grave porque no soy de esas personas que tienen un sinfín de amistades rodeándome. Sucede que soy «muy selectiva con la gente» #PerdedoraAsocial.

Pero en fin, todas mis esperanzas de que ese nuevo encuentro fuese exitoso se esfumaron con sus palabras.

—No pongas esa cara cariño, me rompes el corazóndijo, pasando una de sus manos por mi cabello rojizo desordenado peinándolo—. Sabes que de no ser por esto yo iría como tu pareja gustosa, porque te quiero y haría todo por tipuso los ojos de gato con botas que tanto amaba y me conmovió. Cogí su mano y dejé un beso en su dorso.

—Lo sé Alice, no te preocupes ya conseguiré a alguien más...—susurré y sus ojos se iluminaron de pronto.

—Oye y ¿qué me dices de Jake, el gigoló?

—Ellos prefieren el término acompañantes temporales —aclaré—. Y no, también pensé en él en su momento pero...—empecé a enunciar las negativas— A: Fue pareja de Emma en la fiesta del reencuentro y ¿cómo justificarías el hecho de que ahora sea mi pareja en la boda? Y b y aún más importante, no tengo dinero para pagar sus servicios —dicho esto, Alice saltó de la banqueta y corrió hacia su bolso sacando su tarjeta dorada de emergencias.

—Esto solucionará el problema del dineroanunció radiante (la culpa la carcomía)

—¡Noo Alice! De ninguna manera. Yo no puedo aceptarlade ser otra si podría, pero no me gustaba aprovecharme de mi mejor amiga—. Y además es tu tarjeta de emergenciasdije negándome rotundamente.

—Bueno, tú estás en una emergencia querida amiga y siempre puedes pagarme cuando te restituyan el salariome guiñó. Ella me conocía y sabía que solo así yo aceptaría, aún cuando no quisiera luego la devolución. Estaba pensando seriamente en dejar de imitar a Bella, y aprender de las tácticas de manipulación de Alice.

—Vale, ¿y cómo soluciono lo de él y Emma?

—Puedes decir que ellos pelearon esa noche y tú ofreciste consuelo y luego una cosa llevó a la otra y ahora están juntos —lo simplificó—. Además, siendo sincera ¿tú crees que Emma este invitada a la boda, habiendo sido ella la causante de los celos de Brigitte? Al contrario, deben odiarla más que antes, ahora que se ve mejor —Alice sabía todos los pormenores de la fiesta como si la hubiera vivido en carne propia porque se la conté con detalles inéditos mientras me ahogaba en mi depresión—. ¡Creo que incluso te amarán por haberle quitado el novio a Emma! —añadió astutamente.

—Quizá tienes razón —Alice era buena convenciendo.

—¡Claro que la tengo! —aseguró, cogió el móvil y me lo entregó—. Ups...sin servicio — «¡Maldición me han cortado la línea! Lucrativas compañías de teléfono celular, que perciben la pobreza» exclamé mentalmente—. Anda toma el mío, cariño —me lo ofreció— Llama a Jake y luego usa la tarjeta para que te restablezcan el servicio.

—Te adoro ¿lo sabías? —dije cogiendo el móvil—. Sin embargo... —me frené. Me sentía aún dubitativa y debí repensarlo un momento.

Cinco segundos después...

—Okey, dame el maldito móvil, antes de que en serio lo considere.

Para hacer la llamada me había ido a mi cuarto, porque necesitaba espacio y privacidad. La contratación de un prostituto es algo trascendental en la vida de una mujer.

—Buenos tardes, usted se ha comunicado con la agencia de Escorts masculinos «Soy todo tuyo» por favor escuche con atención las siguientes opciones:

—Para contratar nuestros servicios temporales marque uno.

—Para quejas sobre el servicio marque dos.

—Para alquiler por tiempo prolongado marque tres.

—Para comunicarse directamente con un representante de la empresa marque cuatro.

Por favor seleccione...

Marqué el uno directamente. Mi corazón latía demasiado rápido, era la primera vez que hacía esto y no sabía si sentirme como una proxeneta o una clienta.

¿Estaba fomentando con mis acciones el negocio de la prostitución, tan vapuleado por las instituciones religiosas —aunque sus hipócritas principios morales no me importaban demasiado en realidad— y por abolicionistas de la trata y el esclavismo sexual que no hacían distinciones en la mayoría de sus slogan sobre la prostitución forzada y la que era por elección (eso sí me preocupaba) o era yo una generosa ciudadana que, al contratar su servicio, incrementaba la fuente de trabajo de estas personas y posibilitaba que pudieran llevar el pan a algún hogar necesitado?

Cuestiones que suscitaban una reflexión más minuciosa y profunda, aunque yo no tenía tiempo para ponerme tan juiciosa.

—Por favor, ingrese el código del acompañante y del servicio que desea adquirir —dijo el operador.

«¡Mierda! ¿Un código? ¿Por qué tengo que hablar con esa puta y confusa máquina a la cual no se le pueden hacer preguntas?», pensé. Busqué el código en el reverso de la tarjeta y...¡Eureka!

Estaban los códigos de los distintos servicios, que incluían: «solo compañía», «compañía y sexo tradicional», «compañía y sexo no convencional con alquiler de juguetes eróticos»...

¡Era toda una empresa!

Me limité a marcar el código de «solo compañía» junto con el que identificaba a Jake y aguardé en línea.

—Por favor, seleccione la fecha del día y el mes y el horario en que desea contratar el servicio para completar la operación.

—¿Cuándo es el condenado evento?empecé a hablar conmigo misma mientras buscaba en los chats de WhatsApp—. ¡Ah, sí! El veintiuno de septiembre ¿Y la hora? Veintidós horas. Hasta las... Ni idea hasta qué hora sería conveniente quedarse...Ocho de la mañana estaría bien, por si quieren extenderse. Al fin que la moda ahora es servir desayuno en las fiestas, ¡Como si con comida te retuvieran más! Aunque de hecho...

—Por favor seleccione la fecha y el día...

—¡Ya va!

«¡Qué impaciente esta máquina que no lo deja pensar a uno!».

Pulsé los números con calma para no equivocarme.

—Aguarde en línea para confirmar disponibilidad.

Después de interminables minutos con una recurrente melodía monótona que ya había aprendido a tararear a la perfección (sospechaba que el ritmo no me abandonaría en todo el día, ni la noche) mientras rogaba a los dioses, en los que no creía, que en esa fecha él estuviera disponible (porque me negaba a ir con un prostituto desconocido a la fiesta) la operadora dijo:

—Gracias por contratar nuestros servicios. El acompañante 007 —«Como James Bond» reí por dentro —, ha sido asignado para el día sábado 21 de septiembre de 2016, desde las veintidós p.m hasta las ocho a.m... —siguió con su bla bla bla— Anote su número de confirmación— eso sí es importante, así que tomé nota —y aguardé en línea para acreditar sus datos básicos.

Tras ingresar el resto de mis datos que me acreditaban como una persona real y confiable —como si fuera una asesina serial adicta a matar prostitutos— y después de pautar el sitio de encuentro, la transacción se concretó a la perfección. Y eso fue todo.

Alice ya se había ido para ese entonces porque «Mortdecai» la había llamado para terminar los preparativos de su fin de semana ultraromántico en su paradisiaca casa de verano en el Caribe. #MuriendoDeEnvidia.

Me recosté en la cama, el efecto de la cerveza se hacía presente y sumado a toda mi experiencia adrenalínica de la contratación de un prostituto, cerré mis ojos quedándome casi adormecida. Aunque eso no me evitó fantasear con él y suspirar por esa pronta posibilidad de volver a ver su hermosa y atrevida sonrisa.

«¡Mierda debí marcar la opción de sexo además de compañía!»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro