Una señorita de mediana estatura, vestida semi-carnavalera y supersonriente me ofrece una tentadora bandeja de pasantes de carne. Por su acento aseguraría que es Brasileña.

Y antes de que mi estómago reviente con un sofisticado auxilio en forma de rugido, tomo toda la bandeja en mi poder con entusiasmo. El olor que emana es exquisito.

La chica carialegre me indica con mímicas —luego de perderme en su portugués— que comparta los pasantes con los demás invitados como si fuera un mesero. Mis carnitas para repartir.

Asiento convincente y ella se pierde de vista confiada.

«Pero claro que no».

Me escabullo ágilmente entre la multitud y esquivo miradas de recelo, siento que a todos se les antoja de mi carne. Se me atraviesa un coctel en la barra y lo subo en mi bandeja sin que pueda notarlo el barman.

Finalmente y como ratón de iglesia, me termino devorando la bandeja en uno de los sillones más apartados, excluidos y hasta exóticos del sitio. Ahí se encuentran otros tres iguales al mío.

Nadie me nota. Soy feliz. El cóctel está algo fuerte para mi gusto, pero con hambre todo pasa.

Mis ojos capturan la hora de mi reloj sin proponérselo. Ahora son las 10:05p.m.

«No sé si podré verla antes de las 12:00a.m.».

Mientras estoy ocupado llenando la panza, escondiendo mi "crimen" y pasando desapercibido por el mundo, una chica se sienta en mi sillón pegadita a mí.

Volteo a verla estupefacto. ¿Vendrá a denunciarme o por carne?

Es pequeña, me llega al hombro. Su cabellera es negra y muy abundante. No trae maquillaje como las demás chicas, pero me pregunto si sus pestañas son reales. Su vestido encubierto no encaja mucho con el lugar y sus medias de malla pretenden dejar todo a la imaginación. Tiene botas agraciadas estilo Bratz y pulseras muy curiosas en sus muñecas.

Diría que es dark, pero su actitud no va, menos su carita. Diría que es muy fresa, pero sus uñas masticadas y escasez de maquillaje tampoco ayudan. Será un intermedio.

Ella es tímida. La sangre se le subió a las mejillas desde que se sentó y no modula. Sinceramente no sé por qué se sentó aquí y no en los otros.

Ella sonríe frente a su celular y yo hago el intento de seguir disfrutando mis presas tranquilo.

De repente me determina y la curva de sus labios me menea a mí. Me entrega su teléfono para que lo vea y me quedo pasmado cuando percibo un tablero de nuevo contacto para colocar mi número, en el nombre puso: "Futuro Amigo".

Me parece muy agradable y decido ponerle mi número, también mi nombre. Después le devuelvo el teléfono con una sonrisa.

—Mmm ¿y tú?, ¿cómo te llamas?

Sigue sin hablar, solo se sume en la pantalla. Doy por hecho que, tal vez, no quiere conversar ahora y vuelvo a lo mío.

Me entra un mensaje y pienso inmediatamente en Dafne. Tomo el móvil de mi bolsillo y reviso esperanzado.

Mi notificación dice:

▶[10:23 p.m.] Número desconocido: Me llamo Denisse.

Doy un suspiro de indignación y volteo hacia ella confundido. Está colorada mirándome.

No sé si ofrecerle carne o tal vez preguntarle por qué está tan cerca habiendo tanto espacio. Creo que mejor ninguna.

—Bonito nombre —declaro intimidado.

Vuelve a teclear con afán y me manda un nuevo mensaje.

▶[10:25 p.m.] Número desconocido: ¿Y cuál es tu posición favorita, Joseph?

Parpadeo dos, tres, hasta 4 veces. El cóctel está fuerte pero ¿qué?

—¿Qué?

▶[10:26 p.m.] Número desconocido: Eres nuevo. Yo también. Eso es tan emocionante.

Comienzo a sudar. No sé por qué estoy sudando.

—Eeeeh, ¡¿qué?!

Ella sigue sonriendo mientras escribe. Le gusta ponerme nervioso y a mí me gusta su… olor.

¿Por qué me gustaría el olor de una extraña?

▶[10:26 p.m.] Número desconocido: Deberíamos ayudarnos, Joseph.

Me gusta cuando leo eso. Pero quiero que sea Dafne, necesito que sea Dafne detrás de la pantalla.

▶[10:27 p.m.] Número desconocido: Me gustaría ver lo que escondes debajo de esa bandeja.

«Prefiero que siga escondido».

Sigo callado. Se supone que mi foto de perfil está pública y se ve claramente mi relación.

▶[10:29 p.m.] Número desconocido: ¿Y si me das de tu carne, Joseph?

Pienso en lo deliciosa que se vería mi novia pidiendo tal cosa mientras la dejo en visto en ambas partes.

Pero cuando desvío la mirada hacia el teléfono de Denisse la encuentro stalkeando mi Instagram. Tal vez lo encontró por medio de mi número.

Esto da miedo.

Luego hace lo mismo con el perfil de Dafne, el cual encontró por medio del mío.

Miedo no, terror.

Ella pone cara de sorpresa y parece reconocer a mi novia. Me observa y después a las personas del lugar, como si estuviera buscando algo.

Se levanta del asiento y puedo detallar más lo que me negaba a imaginar. Si tan solo Dafne estuviera debajo de ese vestido.

No sé en qué momento se me dispararon las hormonas, me siento incómodo con esta bandeja aplastando mi virilidad. Tampoco me acuerdo en qué momento las luces del espacio disminuyeron y la música es más serena.

Denisse se marcha en busca de ese nosequé y los mensajes se detienen en breve.

Ahora mi bandeja está vacía y no sé qué hacer con mi vida en este extraño lugar. Las parejas ya están usando los sillones para practicar el Kamasutra.

«Ahora entiendo el por qué de este sillón encorvado, los misteriosos mensajes de esa chica...

—¡Este afrodisíaco es lo mejor! ¡Tráiganme otro! —proclama alborotado uno de los prestigiosos invitados del club. Tiene una copa idéntica a mi "cóctel"—. ¡Si! ¡Qué bien lo tragas! —destaca haciendo referencia a su stripper, quien se encuentra con la cabeza entre sus piernas.

...y de la erección. No puede ser».

Le envío un mensaje a Denisse, me siento mal. Claro, ella seguramente pensó que yo venía para eso.

◀[10:36 p.m.] Joseph Queen: Oye, lo siento. Tal vez no me creas, pero no vine aquí para buscar diversión... como sabes tengo novia y pues vine por ella. No tenía idea de que hacían eventos eróticos en este espacio [emoji de mueca].

No obtengo respuesta. Me levanto del sillón para evitar ser parte de una orgia. La gente enloqueció.

Conforme avanzo y veo strippers y bailarinas en la tarima de atracción, todos los rostros compiten por parecerse a Dafne. Todo de mí la desea solo a ella. Enloquezco junto a mis hormonas. Todo es tan vibrante, daltónico y alebrestado.

Sigo de largo esquivando tentaciones. Deambulo buscando el ascensor por el que vine y dejo la bandeja en una barra de licores.

Vibra mi teléfono y es Denisse. Encuentro el ascensor y presiono el botón.

▶[10:48 p.m.] Número desconocido: ¿En dónde te metiste?

◀[10:48 p.m.] Joseph Queen: Mmm lo siento, ya no puedo estar en este lugar.

▶[10:49 p.m.] Número desconocido: ¿Y Mandy?

La puerta del ascensor se despliega y en su interior hay una chica idéntica a Dafne. De nuevo mi cerebro me engaña.

Parpadeo aturdido y vuelvo a la pantalla.

◀[10:50 p.m.] Joseph Queen: ¿Quién?

▶[10:51 p.m.] Número desconocido: Tu novia.

◀[10:51 p.m.] Joseph Queen: ¿Qué pasa con ella?

Me meto en el ascensor con el doppelganger de mi novia. Me parece mejor llamarle así que princesita y ganarme una demanda.

La puerta nos encierra. Ahora somos ella, yo y la presa que no compartí afuera.

▶[10:52 p.m.] Número desconocido: Ella es Mandy.

◀[10:54 p.m.] Joseph Queen: Eeh, mi novia se llama Dafne.

▶[10:54 p.m.] Número desconocido: No es así.

◀[10:55 p.m.] Joseph Queen: Claro que sí.

«Está loca», relincho para mis adentros y luego volteo hacia la chica, quien todavía conserva el rostro y cuerpo de Dafne, y concluyo que yo puedo estar aún más desquiciado.

La chica es de semblante relajado, pero por más que desee evitarte su belleza te atrae hasta envolverte. Si no fuera por mi locura juraría que estoy al lado de mi chica.

Ella me mira por encima con seriedad, creo que ya se me notó la idiotez.

—...¿Se te perdió una igualita?

«Mmm bueno, en realidad sí».

El doppelganger también tiene su voz. Ese afrodisíaco tenía algo más.

—Eeeeh, disculpa. Yo... —titubeo nervioso—, estoy perdido.

Ella sonríe mínimamente. Conozco esa sonrisa de notecreonadainfeliz. Dafne siempre la usa.

—Sí, en mis tetas.

Soy moreno pero creo que por esta ocasión seré como Visión: rojo.

—¡No! T-te juro que...

—Los botones están aquí. —Se inclina hacia el mando incrustado a la pared con la intención de mostrar un poco más de su infinito escote. Pretende que me fracture el cuello y provoque una lumbalgia para verla—, y se usan así. —Coloca su dedo en el botón número 4, circunda en una caricia lenta a su alrededor y finaliza hundiendo en su centro con satisfacción. Ese botón no es normal.

Mi boca se llenó de baba y mis neuronas se congelaron. Este doppelganger es un peligro riquísimo.

«Pero no es Dafne, maldita sea».

El piso a nuestros pies se eleva y me entra un nuevo mensaje. Denisse, qué sorpresa.

▶[11:01 p.m.] Número desconocido: Te mandaré una foto de Mandy, tu novia.

◀[11:02 p.m.] Joseph Queen: Mmm ok.

No tiene caso. Volteo hacia la chica y sigue intacta. Mi alucinación está potente.

—Mmm me llamo Joseph, ¿y tú? —rompo el hielo antes de llegar al piso.

—No quiero conocerte —admite tajante.

—¿Por qué? No soy como piensas.

—No sabes qué pienso.

—Mm me ves como un asqueroso.

—Un cochino.

—Eso —confirmo apenado.

—No pienso que seas cochino. Simplemente babeas como el resto, como tu instinto te lo exige, y yo no deseo ser parte de los paisajes de esa naturaleza —rectifica estricta, como si fuese una regla impuesta a su integridad.

—Nada de eso, sé respetar a las mujeres. No sé de dónde sacas que miraba tu escote cuando estaba detallando el gran parecido que tienes con alguien que conozco...

—Seguro me le parezco en las tetas entonces.

Vuelve a poner la sonrisita donde ultraja mi honestidad.

—Pero ¿qué quieres de mí? Solo soy amable.

—Pues tu amabilidad está al borde de explotar. —Señala con su índice sutilmente mi erección, haciendo un mohín de asco—. Pero menos mal y no tienen nada que ver mis tet...

—¡Ya por favor! ¡Quieres dejar de mencionarlas! —suplico indignado, retirándome hacia la esquina del ascensor.

Ella se burla y es realmente odiosa. Logra su cometido de que no insista en conocerla.

El elevador llega a su destino y ella avanza en cuanto las puertas le abren paso. La hermosa caderona de short corto y melena larga me abandona.

En ese momento me llega la foto que me prometió Denisse. Mi corazón y virilidad parecen haber encontrado un consuelo en medio de tanta cochinada. Al fin veo luz, al fin estoy más cerca de lo que quiero, al fin alcanzaré lo que deseo.

Es indiscutiblemente Dafne. La reconozco por sus botines y la amiga que tiene a su lado: Miranda. Están en la misma sección VIP de donde salí.

Aprieto el botón 3 emocionado mientras doy por hecho que la doppelganger simplemente seguirá su camino y no tendré que lidiar más con su risita tonta.

◀[11:14 p.m.] Joseph Queen: Voy para allá.

Estoy sumergido en la pantalla y ella da media vuelta hacia mí sin darme cuenta.

—Soy Mandy —se presenta risueña y en ese momento alzo mi vista. Ella retrocede a su piso y las puertas se cierran entre ambos, dejándome con la palabra en la boca.

Me quedo descolocado y veo hacia mi teléfono. ¿Denisse se refería a ella?

Fugaz. Así se sintió el remolino de emociones que me dio esa chica. De hecho, es parecida a la huella que deja Dafne cuando la conoces por primera vez: inquietante y atrayente. Ella es el tipo de chica que hace conexión con todos y es un reto ser la excepción, no mostrar la baba ante ella. Y Mandy, bueno, su hermosa cara delata que no tiene muchos amigos, pero es igual de difícil de evitar.

El ascensor llega a la sala anterior y el lugar me recibe nuevamente. Todo sigue tal cual lo dejé, de hecho, mi compañero de abajo también se conserva alerta.

Dafne tendrá un trabajito por hacer.

Voy en busca de la barra principal y allí está Denisse sentada viendo hacia el móvil, está sola. ¿Por qué estaría sola?

Me aproximo y toco su hombro preguntándole por mi novia. Ella alza la vista y suspira con paciencia, yo me preparo para lo que sea que tenga que decir.

Me timbra el teléfono otra vez.

O bueno, lo que tenga que escribir. Sigo sin comprender por qué no habla.

Su mensaje:

▶[11:25 p.m.] Número desconocido: Te tengo dos noticias.

◀[11:26 p.m.] Joseph Queen: Mmm la mala primero.

Respondo automático y tomo asiento en una banca. Ahora somos dos extraños a centímetros que se mensajean sin modular.

▶[11:28 p.m.] Número desconocido: Ella se ha ido con otro chico.

«Ahora sí espero que sea Mandy».

Afilo la mirada y busco sus ojos. Ella se intimida y vuelve a mensajear para alivianarme. O eso creyó.

▶[11:29 p.m.] Número desconocido: Y la buena es que puedes descargar tu erección conmigo [emoji de monito con vergüenza].

—¿¿Eeeh?? ¡No! —susurro para no llamar la atención—. No insinues eso. Tengo novia.

▶[11:30 p.m.] Número desconocido: Quiero ayudar. Tu pantalón no se ve nada cómodo.

◀[11:30 p.m.] Joseph Queen: Mm tus mensajes lo incomodan.

▶[11:31 p.m.] Número desconocido: Te gustan mis palabras... tengo algo que te gustará aún más, Joseph.

No le respondo.

▶[11:32 p.m.] Número desconocido: Puedo enseñártelo si me acompañas.

Se pasa de necia y no daré mi brazo a torcer. Encontraré su debilidad también.

◀[11:33 p.m.] Joseph Queen: Mm de acuerdo. Pero quiero que lo pidas con tu voz.

Ella parece atragantarse conforme detalla la pantalla un buen rato. No la dejo pensar y envío otro.

◀[11:35 p.m.] Joseph Queen: Diciéndome todo eso de frente, seguramente aceptaría.

Me mira algo enfadada. Nunca contesta.

◀[11:36 p.m.] Joseph Queen: ¿Qué pasa?, ¿solo eres atrevida por texto?

Me bloquea.

La miro estupefacto y está sonrojada, sonrojada de la ira. Se bebe su vaso de agua con inmediatez y se levanta.

Hago lo mismo y la sujeto de su brazo por instinto. En realidad no buscaba ofenderla.

—Espera. Discúlpame. No... no te vayas así.

—Déjame —exige terminante y su voz con aire de masculinidad la delata. Bastó una sola palabra para saber que ella es un hombre.

El shock prima en ese instante, haciéndome liberar el agarre. Ella desaparece y el efecto del afrodisíaco también.