Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❄️ VEINTIOCHO ❄️

(2/2)

(Narrador Omnisciente)


- Cuéntame tú historia Jimin - Dijo la psicóloga al Omega temeroso.

La Omega mayor sonrió cálida al chico, ella sabía un poco acerca de lo que vivió Jimin, ya que fue una historia muy conocida en Daegu, pero al enterarse que sería su paciente durante un tiempo, prefirió no indagar sobre él y esperar que sus consultas fuesen avanzando con lentitud y hasta que esté lo desee o ella lo recomiende.

Hace una semana había sido la última tormenta de nieve que los había encerrado. Desde entonces las cosas habían seguido su curso con tranquilidad.

Taehyung regreso a sus entrenamientos con Seokjin, ya que dentro de dos semanas sería el campeonato nacional en el complejo deportivo de Daegu. El Omega peliazul estaba realmente nervioso.

Seokjin había iniciado hace solo tres días a trabajar también en la cafetería de Mina, con horarios realmente accesibles. Mientras Namjoon regreso a su trabajo también, el tener una tienda a su nombre con muchos equipos deportivos a su disposición no era trabajo sencillo y su padre sabía que su hijo mayor sabría llevar perfectamente las tiendas, ya que eran de las más solicitadas y cotizadas durante la temporada de campeonatos.

Yoongi siguió trabajando con su madre, al igual que aún vivía con ella, pero eso no por mucho tiempo, pues había acordado con Jimin que justo en dos días más podrían iniciar una vida juntos bajo el mismo techo. Habían atrasado un poco todo el tema, debido a que Yoongi no quería dejar tan pronto a su madre, pero está le insistía tanto, que al final accedió. Parecía que Mina lo corría de casa, pero en realidad la mujer solo quiere ver completamente feliz a su único hijo.

Jimin había decidido iniciar sus terapias con un psicólogo, Yoongi era su soporte y sostén. El Alfa había iniciado sus terapias dos días antes, así iba avanzando un poco más que el mismo Jimin.

- ¿Cómo podría iniciar a contar una historia que todo mundo conoce? - Sonrió triste el menor.

- Cuenta lo que tú corazón desea Jimin. Tú podrías decir que pareces ser un libro abierto, que todos parecieran conocerte antes que tú mismo, pero lo cierto es, que nadie conoce lo que tú corazón guarda o esconde tan bien que ni siquiera tu Alfa puede descifrarte.

Jimin volteó su mirada hacia la Omega mayor. Sonrió levemente y sus ojitos se nublaron un poco. Sentado sobre aquella enorme silla reclinable, con un ambiente relajante y tan impecable como en las películas, Jimin sintió que por primera vez, podría iniciar hablar lo que siempre guardo muy bien en su corazón, tanto, que jamás nadie había podido descifrar correctamente.

- Iniciemos con una pregunta Jimin, ¿Te parece? - El Omega asintió - ¿Te gustaba patinar?, ¿Amabas patinar tanto como amas aún a tus padres?

El Omega llevó sus ojitos hasta aquel adorno tan bonito de una ballena pequeña que colgaba del techo, deseó ser una y viajar por las profundidades del océano, no pensar, no sentir y vivir libre. Pensó entonces... ¿Amaba patinar tanto como ama a sus padres?

- Puede ser... - Respondió dudoso el menor.

- ¿Amabas más una cosa que la otra? - Indago la mayor.

- Mis padres siempre fueron mi motor, ¿Sabe?, Ellos me inculcaron el patinaje artístico desde muy pequeño, ellos fueron pareja en el patinaje, se conocieron de esa forma. Desde niño me mantuvieron en constantes clases de postura en mi cuerpo, incluso aprendí sobre el ballet, el baile contemporáneo, yo... No tuve infancia, nunca tuve un amigo de niño - Frunció el ceño al pensarlo - Conocí a mi mejor amigo de pequeño, pero nunca pude considerarlo mejor amigo antes, porque no convivimos, sino hasta tres años antes que mis padres fallecieran.

En ese momento Jimin sintió una fuerte opresión instalarse en su pecho al pensar en toda su niñez. Comprendió que quizá fue un poco forzado amar el patinaje, él nunca lo pidió, sus padres querían un hijo que amará lo mismo que ellos amaron, ¿No es así?

Aún así, Jimin no creía que sus padres hayan sido malos, al contrario, ellos lo protegieron y amaron hasta el último segundo de sus vidas, pero entonces, el Omega se preguntó.

¿Por qué sus padres jamás lo dejaron tener una infancia o niñez como cualquier otro niño?, ¿Por qué lo tenían en constantes clases y entrenamientos desde que tiene uso de razón? Y la pregunta más importante...

¿En verdad llegó amar el patinaje artístico?

- Supongo que eso responde a mi pregunta, ¿No? - Sonrió la mayor.

Jimin cerró los ojos un momento, recordó cada momento que vivió con sus padres, desde que inicio en el mundo del patinaje, hasta el último de este y sus últimas palabras con sus padres. El Omega sonrió y entonces comprendió algo que estaba dejando pasar.

A pesar de que no tuvo una infancia como la de muchos niños, él siempre amo cada segundo en que patinaba, cada entrenamiento guiado por sus padres, pues estos le mostraban tanto amor, paciencia y comprensión en sus entrenamientos que jamás ninguno fue forzado, nunca sintió que ellos lo obligarán amar el patinaje artístico, al contrario, en un punto de su vida, comenzó amar tanto el deporte, que no creyó verse sin el, antes de que sus padres partieran de este mundo.

- Amo el patinaje artístico tanto como ame y amo a mis padres - Sonrió ante su respuesta.

La Omega mayor sonrió y asintió, es lo que ella creyó desde que vió a Jimin entrar por la puerta, tan nervioso y temeroso de lo que fuese a suceder.

- Sientes que al morir tus padres, es como si tu amor por el patinaje se hubiese ido con ellos, ¿Me equivoco Jimin?

- No se equivoca - Afirmó - Tan influenciado estaba mi pasión por el patinaje por ellos, que yo... Sentí que sin sus entrenamientos, enseñanza, asesorías y todo lo demás, no sería lo mismo. Es como si el motor que me mantenía en marcha, se hubiese averiado o algo así.

- Está averiado - Dijo con cuidado la mayor - Más no destruido.

Jimin volvió a sonreír, con sus ojitos nuevamente nublados por las prontas lágrimas.

- ¿Crees que exista alguna reparación? - Pregunto la psicóloga - ¿Aún crees que ese motor pueda volver andar y que tú vuelvas amar el patinaje?

El Omega pensó en una única persona que ahora podía ser su motor, quien sin él darse cuenta fue reparando el daño en su corazón, el dolor que lo mantenía encerrado, sin que él mismo se diese cuenta, su amado Alfa fue reparando aquel daño lentamente, hasta tal punto de encontrarse más de una vez, deseando utilizar nuevamente sus patines y dejarse llevar en el hielo congelado frente a su casa.

- Si... - Respondió - Mi Alfa lo reparó.

La mujer asintió y pareció anotar algo en su libreta. Pues al parecer aquel Alfa es alguien fundamental en la vida del Omega.

Este comenzó a contarle voluntariamente la forma en que conoció a su destinado, todos los momentos juntos y como necesita de él para sus decisiones importantes y entre ellas está, el que haya aceptado asistir a terapias.

- ¿Puedes responderme a otra pregunta Jimin? - El nombrado asintió, aún viendo aquella llamativa ballenita - ¿Tú tenías ese color de cabello cuando tus padres fallecieron?

El Omega pareció tensarse y dejando de lado la ballenita, volteó su mirada a la mayor. Esta le sonrió tan cálidamente, que el Omega se relajó un poco ante el acto.

- Si.

- ¿Nunca has pensando en cambiarlo?, ¿O de alguna forma sientes que guardas sus recuerdos conservando el color?

- Este color... Lo sugirieron ambos, una semana antes de su accidente, mamá me acompañó a cambiar de color, les encantó tanto a ellos y a mi, que si... De alguna forma llegué a sentir que estaba cerca de ellos, con el paso del tiempo y años, lo fui retocando y dejándolo de este color. Mi Alfa y mi mejor amigo me sugirieron cambiarlo también.

- ¿Y puedo saber por qué aún no lo has hecho?

- Por miedo... Miedo a sentir que los he olvidado, yo... Se que suena tonto, pero me siento tan aferrado a sus recuerdos, que no quiero alejar nada que me recuerde a ellos.

- Entiendo - Respondió la Omega - ¿Pero sabes Jimin?, Tú no estarías cambiando o alejando nada que te recuerde a ellos si cambias un poco tu estilo. De lo contrario... Eso hubiese sucedido antes, cuando tomándose la decisión de alejarte del patinaje artístico, que fue inducido por ellos.

En ese momento una fuerte opresión se instaló en el pecho del Omega. Él jamás pensó en aquello. La psicóloga tenía toda la razón y entonces él se dio cuenta que desde el primer día, él enterró su amor por el patinaje, junto a sus padres.

- A veces Jimin, nos aferramos tanto a algo o a alguien, que no queremos soltarlo de ninguna forma, pero sin darnos cuenta lo hacemos con un simple acto, que creemos insignificante, pero no está mal, es una forma de protegernos a nosotros mismos también. Tú miedo no fue sólo eso, tú viviste un shock al intentar patinar nuevamente, tus recuerdos con tus padres estaban tan presentes, que no te creíste capaz de seguir y entonces decidiste alejarte de lo que tú tanto amas y lo que tus padres amaron.

Las lágrimas de los ojitos del Omega comenzaron a descender y en aquella sala se permitió llorar, rompió en llanto como nunca lo hizo, ni siquiera cuando sus padres recién habían fallecido. El Omega se dejó caer una vez más, dejó que todo el dolor guardado en su corazón saliera y entonces la mujer se puso de pie y se acercó al menor, lo levantó del asiento y dejó que el chico se aferrara a ella.

Yoongi sintió a su lobo removerse inquieto fuera de la sala, pudo sentir las feromonas a tristeza de su Omega. Así que abrió y al ver a su amado llorar con tanto dolor, intento acercarse, pero una mirada comprensiva y un gesto de la psicóloga lo detuvieron, haciendo que este regresará por el camino y los dejará solos.

Ella sabía que si el Alfa del chico entraba e intentaba consolarlo, este se detendría y no sacaría todo lo que su corazón retiene. Era más favorable que Jimin se desahogara con una persona desconocida, a retenerse para no ver sufrir a nadie su mismo dolor.

Pasaron al rededor de 30 minutos en los que Jimin sollozo con todo el dolor guardado en su mundo y su corazón, se aferraba tanto a la Omega mayor, que cuando parecía estar por calmarse, este volvía a romper en llanto.

Así, hasta que después de varios minutos, pareció irse relajando poco a poco. Mantenía sus ojitos cerrados, pero aún se mantenía consciente.

- Lo siento - Se disculpó el Omega unos segundos después.

- No tienes por qué - Sonó la suave y melodiosa voz de la mayor - ¿Te sientes mejor?

- La verdad... Si - Sonrió cálidamente - ¿Agendará otra fecha?

- No - Fueron las palabras de la mujer, obteniendo la atención de Jimin - Tu mismo regresarás cuando lo desees Jimin. Si consideras que haber aclarado tus dudas y sacar tu dolor no fue suficiente, estaré aquí para escucharte atentamente, pero si crees que no es necesario, tú mismo encontrarás la forma de regresar a tu mundo. Si necesitas más tiempo, adelante, toma el que deseas, sino... Sabes que la pista espera ansiosa por ti.

Entonces Jimin se permitió sonreír abiertamente como no pudo durante toda la sesión, una hermosa sonrisa que hizo sonreír instintivamente a la mayor. Una que oculto los bellos ojitos del chico que a pesar de estar hinchados, aún se veía realmente hermoso.

Irene, la psicóloga sabía que Jimin no regresaría a sus terapias en un largo tiempo o quizá... No vuelva a su consultorio.

Desde ese momento Jimin se prometió a si mismo que se perdonaría por todo lo que se lastimó inconscientemente, que intentaría regresar al mundo del patinaje artístico muy pronto y que cerraría un ciclo doloroso de su vida, para iniciar uno nuevo.

El Omega salió de aquel consultorio y se aferró al torso de su Alfa con tanto fervor que el mayor solamente sonrió y reconfortó cálidamente a su pequeño Minnie.

- Te amo Yoonnie - Susurró suavemente el Omega.

- También te amo cachorro - Respondió sin dudar el mayor.

Jimin pronto estaría listo para regresar a su mundo artístico.

❄️❄️❄️

- ¡Amor!, ¡Ven a cenar! - Llamo Yoongi a su Omega.

Justo esa misma tarde el Alfa se había mudado a casa de su Omega, la que ahora era de ambos.

Jimin estaba realmente feliz, al igual que su pareja. Desde la única sesión psicológica que el menor tuvo con la doctora Irene, está se había sentido más tranquilo y con un peso menos en su pecho, se sentía tan liviano y con tanta felicidad desbordante.

El Omega se encontraba en su habitación, doblando unas prendas de su Alfa y ubicándolas en la parte del clóset que fue desocupado para él.

- ¡Voy! - Respondió el menor, terminando de doblar una sudadera, para después salir hasta la cocina, donde su Alfa estaba sirviendo la cena.

Se acercó a este y lo abrazo por detrás, recargando su rostro sobre la fuerte espalda de su amado Alfa. Jimin no había querido tocar el tema sobre lo que hablo con la psicóloga, pero el Alfa sabía que todo había salido bien, por la evidente felicidad de su pequeño.

- Vamos cielo, es hora de cenar, hoy fue un día muy cansado - Yoongi sonrió al sentir un beso de su amado sobre su espalda y como este tomaba asiento con una risilla traviesa.

Ambos comenzaron su cena, hablando sobre la mudanza del mayor, como no sería difícil acoplarse o acostumbrarse, pues ellos pasaban la mayor parte del tiempo juntos.

- Entonces decidí buscar algún equipo - Comentó el mayor - Mamá dijo que trataría de averiguar si la sanción también es válida aquí.

- Eso es bueno Yoon, ¿Ya has pensado en algún equipo? - Pregunto el menor.

- Si, hay uno que llamó mucho mi atención, se llama Bangtan - Sonrió Yoongi.

- Oh, ese es el equipo del entrenador Jung.

- Si, recuerdo que me hablaste sobre su equipo. Es uno muy pequeño, pero creeme Minnie, que tienen un potencial increíble, justo el mismo día en que Tae se presentará en el campeonato nacional de patinaje, ellos tendrán una competencia en el complejo a las afueras de Daegu, tengo entendido que será contra el equipo de Taemin.

- Espero que le ganen a ese idiota - Refunfuñó Jimin - ¿Irás a verlos?

- Si, pero también quiero asistir al campeonato de Tae. Este equipo competirá cerca de las 6:00pm.

- Quizá llegues a tiempo Yoon, el campeonato de Tae será a las 8:00, los complejos solo tienen como 20 minutos de distancia.

- Créeme que deseo poder formar parte de ese equipo - Dijo con ansias el mayor.

- Lo lograrás Yoon - Sonrió Jimin, muy feliz por su Alfa.

- ¿Y tu amor?, ¿Me dirás... Qué sucedió en la sesión?, Si no quieres, no lo hagas, es solo que... Tengo curiosidad.

- Todo salió mejor de lo que pensaba - Se animó a iniciar el Omega - ¿Sabes Yoon?, Tengo un inmenso deseo por regresar al patinaje, es tan fuerte, que... Quisiera iniciar ya, pero haber estado dos años fuera del hielo, me tiene un poco tieso - Bromeó - Así que lo llevaré con calma.

- ¿Hablas enserio cielo? - Pregunto con ilusión y entusiasmo el Alfa. Feliz por su Omega.

- Muy en serio Yoonnie. Pero antes de eso, hay cosas que debo resolver antes.

- ¿Cómo que Minnie?, Sabes que sea lo que sea, yo siempre te apoyaré por sobre todas las cosas.

- Lo sé cariño, es más..., ¿Me acompañas mañana al cementerio? - Yoongi lo vio con curiosidad, pero asintió muy sonriente.

- Claro que sí cariño, iré contigo.

- Gracias Yoon - La pareja se acercó y se regaló un dulce beso, uno corto, pero cálido para ellos.

Minutos después, ambos terminaron de lavar los platos y decidieron ir a la habitación para ver alguna película, pero Jimin desvío su camino, trayendo consigo a su Alfa.

El mayor de asombro al ver como este sacaba una llave debajo de una maceta, cerca de aquella puerta que no había visto abierta ni una sola vez. El Omega abrió y tomo la mano de su Alfa, aferrándose a esta.

Juntos entraron, Jimin encendió la luz y todo parecía estar tan nítido, limpio y luminoso, que Yoongi creía estar en el paraíso por la delicadeza y orden del lugar.

- ¿Esta...? - Dejó a medias la pregunta.

- Fue mi habitación - Respondió Jimin - Jamás la use - Sonrió - Decidí dejarla con todos los recuerdos que me atormentaron durante meses. Cuando me vine a vivir a este lugar, pensé que sería bueno guardar todos mis recuerdos en ese espacio. Medallas, trofeos, fotografía, incluso... Cheques.

Yoongi observó detenidamente el lugar. Tres de las paredes estaban llenas de estantes con trofeos desde el más grande al más pequeño, medallas en colgantes, tanto de plata, bronce y oro, también fotografías de Jimin con sus diferentes trajes de patinaje, algunas de ellas mientras hacía alguna acrobacia, algún salto o giro, unas otras con sus trofeos en mano o el dinero que ganaba por los lugares que obtenía.

El Alfa caminaba lentamente, viendo cada una de las fotografías, sonriendo al ver el brillo en los ojitos de su pareja. Cómo el cabello de su pequeño, cambiaba en varias fotografías, en algunas rosa, en otras azul, morado, negro, castaño, pero en ninguna tenía el cabello rubio.

Vio en otro estante, dos filas con diferentes patines, desde los más desgastados, hasta los que considero, los más nuevos, por el poco o nulo daño que se le veían. Habían en tono blanco y negro. Pudo ver fotografías de su Omega con sus padres y por su puesto, un clóset con todos los trajes que Jimin utilizo, incluso unos que aún se mantenían protegidos, trajes que nunca llegó a usar.

- ¿Cuantos años tenías cuando iniciaste a patinar? - Pregunto suavemente el Alfa, viendo una fotografía de un Jimin muy pequeño, ganando una medalla de oro.

- Tenía 6 años - Sonrió, acercándose a su Alfa y observando la fotografía que este mismo veía - Esa... Fue mi primer medalla, en mi primer campeonato.

- No sabes cuánto deseo Minnie... Verte patinar - Susurró el mayor, pero aún así, siendo audible para el platinado.

- Me verás Yoon - El Alfa volteó su mirada hacía su Omega, muy sorprendido por sus palabras.

- ¿Hablas... En serio Minnie?

- Si Yoon - Sonrió - Creo que es momento de regresar al mundo del que jamás debí salir, es por eso que... Quise mostrarte este espacio, cada semana, vengo y limpio, revivo mis recuerdos. Lloraba desconsolado, viendo cada una de esas cosas y me sentía martirizado, pero... Ayer entre y... No sentí más que una bonita nostalgia, ¿Sabes?, Entre y... Deseé de todo corazón, regresar a esto, el patinaje, mi mundo y una de las cosas que más amo.

- No sabes cuanto me alegra y emociona por ti Minnie. Sólo deseo que seas feliz mi amor, si tú corazón desea regresar a este mundo, tendrás mi apoyo incondicional, por siempre cariño.

- Lo sé Yoon y agradezco de todo corazón el apoyo que me has dado hasta ahora, si tú no hubieses aparecido en mi vida, no se en que mundo oscuro estaría viviendo aún, engañandome a mi mismo. Tú me mostraste el camino que realmente tenía antes y me desvíe.

El Alfa sonrió y abrazo cálidamente a su adorado Omega. Dejó un suave y reconfortante beso sobre su frente y después mejilla.

- Te amo mi pequeño cachorro, seré siempre feliz si tú lo eres.

- También te amo Yoonnie, gracias por ser feliz a mi lado.

La pareja se vió tiernamente a los ojos, para después regalarse un dulce beso sobre sus labios. Uno que siempre se sentiría como si fuese el primero, lleno de ilusiones, anhelo y un amor tan inmenso, que jamás podría ser destruido, pues es más fuerte que nada.

Tanto Jimin y Yoongi, estaban por regresar a lo que realmente los apasiona. El patinaje artístico y el hockey.

.
.
.
.
.
.
.

¡Hola amigos!

¿Qué les pareció este capítulo?

Que no se note que no tengo ni la más mínima idea de cómo trabaja un psicólogo 🤧 ¿Pero saben?, Mi sueño frustrado es poder sacar esa carrera en un futuro y espero poder lograrlo.

Aún así, en verdad espero que les haya gustado mucho este capítulo mis chiquillos.

¡Jimin regresara al patinaje artístico!

Esperenlo con ansias⛸️

Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto chiquillos!

Bye💜

No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro