❄️ VEINTICUATRO ❄️
Maratón por día (4/5)
(Narrador Omnisciente)
La resplandeciente mañana con el cántico de los pájaros por un nuevo día, parecía que se habían puesto de acuerdo para otorgar un brillante amanecer para la nueva pareja.
No hablamos exactamente de la pareja más dulce y amorosa que se la ha vivido regalando corazoncitos desde que se conocieron.
Seokjin sonrió al ver el pacífico rostro dormido de Namjoon. Jamás imaginó que después ocho años de soledad, profunda tristeza y dolor, por fin encontraría lo que creyó perdido para su vida. Frente a él se encontraba su Alfa, su destinado y con ello podía sentir una felicidad tan enorme que no cabía en su corazón.
Sin importar que sea 4 años mayor que Namjoon que para él es casi nada. Siente la enorme necesidad de proteger el inmenso amor que decidieron profesarse durante la noche. Se acercó a los labios del menor y plantó un suave beso sobre estos antes de decidir ponerse de pie para ir al baño.
Claro que le dolió como la mierda sentarse sobre la cama y sentir el malestar en su espalda baja y trasero, pero era un maldito dolor que valía toda la pena del mundo. Así que solo fue hasta su maleta pues no había terminando de desempacar desde que llegó. Tomo unos boxer, se los puso y después tomo el suéter de Namjoon que era unas dos tallas más grandes que él y se lo puso.
Entró al baño, hizo sus necesidades que claramente también dolió un poco. Labo su rostro y dientes y después salió del baño rumbo a la cocina. Su casa era pequeña, estaba cerca del centro de la ciudad de Daegu, había decidido alquilarla y pensaba pronto poder comprarla para vivir ahí definitivamente, con lo que había ahorrado durante años en sus diferentes trabajos de medio tiempo y con lo que ahora ganaba como entrenador de Taehyung, podía cubrir todas sus necesidades básicas y más.
Decidió preparar un poco de chocolate caliente, pues aún le hacía falta instalar un calefactor. Prendió la pequeña chimenea con leña y suspiró más cálido que antes. Regreso sus pasos a la cocina y siguió preparando chocolate y pronto un delicioso desayuno.
Sonrió cuando sintió el aroma de Namjoon acercarse y pronto unos fuertes y varoniles brazos aferrarse a su delgada cintura. Para pronto unos dulces y húmedos labios pasearse por su cuello y marca.
- Buenos días Jinnie - Esa ronca voz hicieron delirar al Omega mayor.
- Buen día Nam - Sonrió.
Namjoon anteriormente había admirado las prominentes piernas del Omega y como su pie se paseaba por parte de estas coquetamente. El Alfa sabía que su hermoso Omega se había dado cuenta de su presencia y hacía aquello con todas las intenciones del mundo.
El Alfa volteó al Omega y de inmediato plantó un sonoro beso sobre los abultados belfos de su precioso Omega.
- Me encanta sentir mi aroma sobre ti Jinnie - Susurró mientras llevaba sus labios al cuello de su Omega una vez más.
Seokjin río ante la sensación de los labios del Alfa sobre su piel. Alejó un poco al menor y termino de preparar el chocolate para después darle una taza.
- Ven Nammie, creo que tú y yo tenemos que hablar largo y tendido - Se encaminó al único sofá en aquella sala.
Namjoon lo siguió, admirando el escultural cuerpo de su Omega, relamió sus labios e intento reprimir sus deseos de poseerlo una vez más, pues su pareja tenía razón. Tenían mucho de que hablar.
El Alfa tomo asiento seguido de Jin, quien acomodó sus piernas sobre las de su Alfa. Quedando uno pegado al otro, con esa posición, Namjoon pudo ver con mejor claridad la cicatriz en la rodilla de Jin y cómo estás se encontraban un poco inclinadas, no dudó en dejar un besito sobre la cicatriz.
Seokjin sonrió y aquella cicatriz que había odiado por años, comenzaba a formar sentido en su vida y de alguna u otra forma, sin ella quizá nunca hubiese conocido al que ahora es su Alfa.
- ¿Es justo de esto de lo que me quieres hablar Jinnie? - Pregunto Namjoon.
- Si Nammie - Suspiró el mayor - Está cicatriz... Se formó el mismo día que la cicatriz que cubriste en mi cuello.
Namjoon frunció el ceño, pues creyó que ambas habían sido en diferente momento, pero jamás imaginó que el mismo día o mucho menos al mismo momento.
- Dime Jinnie. Prometo no interrumpir hasta que me lo pidas - El Alfa atrajo más hasta su pecho al Omega y este se sintió mucho más seguro de iniciar con su relato.
- Bien... - Inicio el Omega.
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~ Flash Back ~
(Narra Seokjin)
Estaba realmente emocionado, en pocas semana competiría contra grandes del patinaje artístico, sería la tercera vez que participaría en un campeonato internacional.
Cuando tenía 10 años, mamá decidió traerme con ella hasta Canadá, uno de los países donde estaban los mejores entrenadores de patinaje artístico. Ella fue una patinadora en sus tiempos, pero decidió retirarse cuando su enfermedad fue avanzando.
Le detectaron cáncer de seno cuando aún era patinadora, tenía solo 23 años cuando eso sucedió. Decidió dejar un tiempo el patinaje, hasta superar el cáncer, pero conoció a papá, se enamoraron y me tuvieron a mi. Papá murió a causa de un ataque al corazón cuando yo solamente tenía 5 años, desde entonces siempre estuve al cuidado de mamá, ella sufrió durante mucho tiempo la perdida de papá y aunque ella más de una vez me dijo que no eran destinados por él ser beta y ella Alfa, aún así llegaron amarse tanto que haberlo perdido le dolió demasiado.
Justo después de eso mamá intento regresar al patinaje, pero su cáncer apareció después de que creyó haberlo superado. Pero no me quiso decir nada, hasta que note que las quimioterapias, la estaban haciendo perder su cabello una vez más y los dolores eran constantes. Mamá parecía una mujer guerrera y aferrada a la vida, en aquel entonces no sabía que su única motivación era yo.
A mis 10 años decidió traerme a Canadá y que los que fueron sus entrenadores, se conviertan en los míos. Ellos aceptaron gustosos poder entrenar al hijo de la que fue su mejor patinadora en aquel tiempo, el tiempo fue pasando y yo iban mejorando, llegue a mis 15 años siento uno de los mejores en el mundo del patinaje artístico aquí en Canadá.
Sin embargo, jamás me imaginé que la vida comenzaría a golpearme cruelmente desde ese momento. Mamá perdió la vida en su última operación, el cáncer la venció, se pudo mantener durante muchos años desde que este decidió atacar su cuerpo por segunda vez. Pero ella se cansó, no pudo resistir más y se fue de este mundo, dejándome lo único que ella amo además de papá. Su pasión y amor por el patinaje artístico.
Mamá me dejó una muy buena herencia, una casa en Canadá y con las comodidades que deseará, pago alrededor de 4 años de entrenamiento para mí. Hasta que cumplierá la mayoría de edad y pudiese hacerlo por mi mismo con lo que ganaba por cada torneo que ganaba y me premiaban.
La muerte de mamá solo fue el inicio de mis desgracias y dolores. Cuando cumplí los 16 conocí a un Alfa. Era el hijo mayor de mi entrenadora, él era 6 años mayor que yo. Así que él tenía 22 cuando lo conocí, yo era menor de edad aún, un inmaduro e inocente Omega que no conocía del amor.
Caí en las redes de Choi Si-won. Un Alfa atractivo, encantador y sobre todo, un mujeriego, al cual le encantaba envolverse con la mayoría de chicas patinadoras en esta área. Pero yo era demasiado ciego para darme cuenta de ello o de sus intenciones conmigo.
Mi entrenadora me advirtió sobre él. A pensar de ser su madre, muchas veces me dijo que me cuidará de su hijo, porque él no conoce del amor y yo era demasiado ingenuo para darme cuenta. No quise escucharla y seguí bobamente enamorado de Si-won.
Durante un año y medio Si-won se dedicó a enamorarme completamente. Mientras yo seguía entrenando y participando en muchos campeonatos, ganando mucho dinero con ello, aumentando considerablemente mi cuenta bancaria con el dinero que mamá me dejó.
En ese entonces no me di cuenta que lo que Choi Si-won quería era mi dinero.
Un día, después de un campeonato amistoso, me llevo a comer a un restaurante muy fino y hermoso. Era tan elegante que yo me sentía fuera de lugar, sobre todo porque andaba con vestimenta deportiva y él no me dijo a que tipo de lugar me llevaba.
- ¿No crees que este lugar es... Demasiado elegante para mí? - Pregunté bajo al ver a todas las personas con elegante vestimentas y viéndome despectivamente.
- Claro que no cariño, ignoralos y tú solo disfruta del momento.
Creí en sus palabras y trate de relajarme. Durante la noche él se había dedicado halagarme incansablemente, me hacía sonrojar cada cierto momento y me robaba constantes besos que hacían a mi corazón bombear alocadamente.
En ese momento no me di cuenta que mi lobo jamás hacía acto de presencia cuando Si-won estaba cerca.
Esa misma noche, Si-won me llevo a casa y sin darme cuenta entró conmigo. Me plantó un beso tan brusco y poco delicado que me sentí aturdido por la acción. Él ya tenía 25 años y yo apenas cumpliriá mis 18 en unos meses.
- ¿Qué te pasa Si-won? - Pregunto por su pesada acción.
- Jinnie, ¿Aún no te das cuenta que me traes loco cariño?, ¿No has notado que estoy perdidamente enamorado de ti?, Quiero poseerte completamente Seokjin, hacerte mío, marcarte y que el mundo sepa que me perteneces.
Una vez más, no me di cuenta que él hablaba de mi dinero, no de mi. Estaba enamorado, estaba cegado por el amor que creí era correspondido, así que aquella noche me dejé llevar, dejé que las cosas sucedieran y me dejé querer por Si-won, sin darme cuenta que lo que él me hizo fue solamente sexo brusco y para satisfacerse así mismo y no hacerme el amor.
Me marco esa misma noche creo que en contra de su voluntad y muy inconscientemente de la mía también, él estaba tomando y me anudo, me marco y después de ello, se fue a su casa. Yo me quedé dormido después de llorar por el vacío en mi cama.
Pero tontamente creí que solo había sido la sorpresa del momento. Al siguiente día, fui a una farmacia y tome las pastillas del siguiente día. Dos días después sin saber nada de Si-won tuve que ir al médico al sentir constantemente los malestares en mi parte baja.
Encontraron mucho daño en mi parte trasera, había quedado tan lastimado que yo no me había dado cuenta de lo abusivo que fue Si-won aquella noche. Tuve que guardar reposo por unos días. Mi corazón dolía porque creía que mi Alfa me había abandonado después de marcarme.
Sin embargo, dos días después Si-won apareció, pidiéndome perdón y llorando que fue un tonto por haberme lastimado. Una vez más... Le creí, estaba tan cegado ante un sentimiento que creí amor que le perdonaba cada una de sus malas acciones hacia mi persona.
Cada noche llegaba a mi casa, dormía conmigo y a la mañana siguiente no estaba. Sólo teníamos relaciones, me dejaba dormido y se iba, comencé a cuidarme, pues aún estaba en la cima de mi carrera, no quería un cachorro cuando aún no me sentía listo y amaba más mi carrera artística en ese momento.
Al cumplir mis 18 años. Si-won los celebró en grande, con muchos de los patinadores del complejo, aunque la mayoría eran chicos y chicas más amigos suyos que míos, también sin darme cuenta en ese momento que todos habían pasado por sus sábanas también.
- Creí que mi hijo no sentaría cabeza y te lastimaría Jinnie - Se acercó la señora Choi. Mi entrenadora y madre de Si-won - Pero me alegra que lo hayas hecho entrar en razón, eres un buen chico para él.
La señora Choi parecía ser la única con sentido común en su familia, pero hasta ella era muy inocente de muchas de las sinverguenzadas de su hijo y hasta de su propia esposa.
Aquella noche después de la fiesta. Me sentía tan cansado que solo quería dormir. Si-won se quedó conmigo y una vez más quería sexo, pero yo no, me sentía tan cansado que mis ojos se cerraban involuntariamente.
- Vamos Seokjin, no te hagas del rogar, se que quieres cariño - Lo escuché.
- No Si-won, solo déjame dormir por esta noche, ¿Si?, Mi cuerpo está demasiado cansado - Respondí entrando al baño para lavarme el rostro.
Al salir lo vi con un semblante serio que me congelo en mi lugar. Me sentía paralizado, sobre todo cuando se acercó a mí y me tomo de la barbilla bruscamente, lastimandome en el proceso.
- ¿Qué te pasa?, Suéltame - Intenté alejarme.
- No - Uso su voz de mando, algo que involuntariamente me hizo doblegarme ante él.
- S-iw-oon... - Tartamudee cuando se acercó a mí amenazadoramente.
- Te enseñaré a no rechazarme cuando te estoy diciendo que es lo que quiero Seokjin, ¿Te quedo claro? - En todo momento uso su voz de mando en mi.
Me aterre tanto que solo pude asentir y cerrar mis ojos ante su fuerte presencia. Aquella noche fue el inicio de muchos abusos de su parte a mi persona. Dejé de querer tener relaciones con él a temer que llegará a mi casa, tontamente seguía creyendo que él hacía todo lo que hacía por amor y porque ahora era su Omega.
Nunca nadie me dijo que eso no era amor y que era solo maltrato físico y emocional de su parte a mi persona. Siguió haciendo lo mismo durante los próximos 3 meses, donde mi relación con él se había vuelto demasiado tóxica.
Llegó un punto en que mi cuerpo comenzó a cambiar, ya no era el de un niño puberto y de un chiquillo. Comenzaba a tener las caderas más contorneadas. Mis piernas más voluminosas, aunque constantemente intentaba cubrirlas con mi ropa deportiva o mayas para entrenar por los moretones en ellas al igual que mis brazos.
Si-won se volvió posesivo, pero era tan excesivo e intimidante. Qué ni siquiera un compañero de entrenamiento se podía acercar a mi, porque el que pagaba era yo durante la noche.
Mi vida personal era un desastre. Si-won jamás me pidió ser su pareja formalmente, solo se metió a mi casa y llegaba cuánta vez quería, no sabía si vivía conmigo o no, pues casi siempre solo llegaba durante la noche, me obligaba acostarme con él y después se iba. Suspiraba de alivio cuando no llegaba, sentía que podía dormir tranquilo.
Pero en ese entonces yo no sabía que las relaciones amorosas no eran así, que eso ni siquiera era amor. Yo me enamore perdidamente del primer Alfa que se interesó en mi, tanto que no me importó la diferencia de edades y que él prácticamente se metió con un menor de edad, porque yo aún era menor cuando me acosté con él por primera vez.
Se robó toda mi inocencia, se aprovechó de mi inmadurez y cero experiencia en la vida y en el amor.
Justo unos días antes de mi campeonato internacional, en donde podría ganar por tercer año consecutivo la medalla de oro, el trofeo y un cheque con la suma de 25 mil dólares. Dejé de ver a Si-won. No se apareció en mi casa durante tres noches consecutivas, no sabía nada de él y jamás es como que haya sentido algo a través del lazo pues él nunca volvió a renovarla desde la primera vez que la hizo.
Así que le reste importancia y trate de concentrarme para mí campeonato. El día había llegado y yo estaba muy ansioso, tenía el respeto de muchos artistas del patinaje, que confiaban en mi capacidad, yo me sentía ansioso, pero muy emocionado también.
Mi turno llegó y suspiré tranquilo, recibiendo una sonrisa de confianza de parte de mi entrenadora y... ¿suegra?
La música dió inicio, era un tono tan relajante, pero con un toque nostálgico, una melodía que se caló en lo más profundo de mi corazón, pues sentía que describía perfectamente el poco amor mutuo que tenía hacía mí y del cual yo no me daba cuenta. Mis movimientos eran ligeros, delicados y cada salto era alabado por el público y demás, cada giro me había volar hasta lo más alto de mis pensamientos nulos en ese momento.
Estaba tan concentrado y a punto de terminar mi punto artístico, estaba a nada de ganar el oro. Pero todo se vió destruido en un abrir y cerrar de ojos, cuando sentí un tirón tan insoportable en mi cuello que me hizo fallar y caer al piso después de haber hecho un salto, el cual ocasionó que pegará contra mi rodilla izquierda al hielo y todo saliera mal.
El dolor en mi cuello era más insoportable en ese momento que el que me había ocasionado al dislocar mi rodilla izquierda, de la cual no me di cuenta hasta que me llevaban de urgencias a un hospital.
Tenía mi vista borrosa, el dolor latente en mi pecho y el quemar de la marca rota taladrando cada uno de mis sentidos. Hasta que caí desmayado, no sabiendo que más había sucedido.
Al despertar, me sentía abrumado y desorientado. No entendía nada, mucho menos en donde me encontraba, mi garganta dolía y mi cuello lastimaba horrores, hasta ese momento recordé el dolor en mi cuello.
Me queje y la señora Choi corrió hasta mi, llamo al doctor y este después de revisarme me hizo preguntas de rutina.
- ¿Recuerdas que te sucedió? - Pregunto.
- No lo sé... - Susurré con malestar - Yo estaba... - Entonces mi mente pareció recobrar el sentido y me aterre - El campeonato... No, yo... - Mi llanto se hizo presente y con ello la preocupación.
Después de darme un calmante y llorar desconsolado, volví a quedarme dormido, o mejor dicho inconsciente por los sedantes.
Una vez volví a despertar, intenté mantener la mente serena y más tranquilo. Mi entrenadora seguía ahí, en el mismo lugar, ella al verme, se puso de pie y me sonrió, tomando mano.
- Perdóname Jinnie - Dijo con un nudo en su garganta - Yo... - Suspiró temblorosa.
- Dígame... Qué gane por favor - Le rogué.
- Lleve tu diagnóstico a los jueces y... - Sonrió un poco - Decidieron darte la medalla de plata.
Fruncí el ceño y no comprendí, ¿Por qué la de plata?, Yo no entendía nada, mi lazo había sido roto nada más eso, ¿No es así?
- Pero... Caí en el último salto, yo... Hice el resto de la coreografía muy bien y...
- Jin - Me detuvo - ¿Aún no te das cuenta no es así? - Negué al no comprender.
- ¿Darme cuenta de que?, ¿Qué su hijo rompió nuestro lazo?, ¿Qué él y su egoísmo hicieron que perdiera el oro?, ¿De que quiere que me de cuenta? - Me sentía furioso por todo lo sucedido - Yo... Regresaré el próximo año y ganaré el oro, yo...
- Seokjin - Me detuvo por segunda vez con sus lagrimas bañando sus mejillas - Tuviese una fractura en tu rodilla izquierda.
Sólo aquellas palabras faltaron para que sintiera mi mundo desmoronarse y todo mi esfuerzo venirse abajo. Sólo eso faltó para que me sintiera morir y en el peor de los casos desear morir.
- ¿De que... E-stá hablando?, No yo... N-o... ¡No! - Negué inconsolable.
Desde ese momento mi vida cambió completamente. Mis sueños se vieron frustrados, se me fueron arrebatados, mi vida completa se destruyó por culpa de un Alfa que jamás me amo y solo me utilizó desde el primer segundo.
Si-won me había robado casi todo el dinero, encontró la contraseña de mi cuenta bancaria y sacó todo el dinero y justo cuando estaba por terminar mi presentación, él había marcado a otra persona, rompiendo el lazo que tenía conmigo. Tuve una lesión irreparable en mi rodilla izquierda, una fractura que podía irse recuperando mediante los años pasarán, pero jamás me permitirá regresar a la pista de hielo, pues mi rodilla necesitaría terapia por mucho tiempo y ni así se repondría por completo.
La señora Choi, madre de Si-won, pago toda mi estancia en el hospital, mis terapias y operación. Ella dijo que era la única forma de enmendar un poco el daño que su hijo me causó, pero aún así, el daño jamás podría ser recompensado o reparado.
Mi vida se volvió un infierno y con los 10 mil que había ganado por la medalla de plata, logré mantenerme durante unos meses mientras mi rehabilitación avanzaba.
Decidí mudarme y alejarme del hielo y de los Choi. Dos años después encontraron a Si-won, había malgastado gran parte de mi herencia, la cual estaba valorada en grandes cantidades de dinero. Yo lo había denunciado por el robo y no lo habían encontrado, logré recuperar una pequeña cifra y lo que me depositaron por daños y perjuicios. Aún así, decidí alejarme de todo lo que me daño, me lastimo y de lo que me fue arrebatado.
No podía regresarme a Corea porque no tenía el dinero suficiente para poder pagar una casa estando allá. Así que me quedé en Canadá y comencé a tener trabajos de medio tiempo, pues mis estudios se habían quedado hasta la preparatoria. No tenía ninguna carrera universitaria que me otorgara más oportunidades.
Seguí trabajando durante los próximos seis años. Sin darme cuenta mi vida se había vuelto monótona y aburrida, pero pensaba que era lo que me merecía por no haberme dado cuenta antes de mis errores, por haber sido demasiado ingenuo y creer que el amor existía cuando el único imbécil enamorado era yo.
Recordaba constantemente cuando los doctores me dijeron que el lazo roto no me mato porque mi lobo lo resistió y acepto. Mi lobo había aceptado el lazo roto y por él yo aún seguía con vida. Mi lobo paso mucho tiempo enojado conmigo y le prometí que jamás haría nada para lastimarlo y que intentaría seguir sus consejos y tomar en cuenta sus deseos.
Comenzamos a tener una buena amistad y de pronto ya no era solo yo. Eramos mi lobo y yo, luchando constantemente contra el mundo y protegiéndonos uno al otro. Cubría mi olor natural constantemente, para ocultar que era un Omega con lazo roto. Se me presentaron muchos Alfas y betas en el camino, pero los rechazaba constantemente.
Un día después de mi trabajo, decí tomar un corto viaje hasta donde la vida decidiera llevarme. Sin darme cuenta fui a parar al mismo complejo deportivo en el cual se me fueron arrebatados todos mis sueños. Reí irónico y aceptando todo, entre.
Tome asiento en una de las butacas alejadas y pude presenciar la rudeza con la que entrenaban a un chico de no más de 20 años. Cómo se casaban de su torpeza y lo dejaban, pero llamaba más mi atención que después que cada uno de los entrenadores que pasaba por él. Él seguía entrenando, se levantaba, sin llorar una sola vez o verse derrotado, volvía a ponerse de pie e intentar hacer el mismo salto una y otra vez hasta lograrlo.
Sonreí una vez cuando lo consiguió y quiso saltar de emoción, cayendo sobre su trasero y quedándose ante el dolor pero después riéndose por ello.
- No creí volver a verte - Ignore aquella voz.
La señora Choi se sentó a mi lado y un sonoro suspiró salió de sus labios. Yo seguí ignorandola y viendo aquel chiquillo que comenzaba a dar giro tras giro por toda la pista, mientras caía una tras otra vez.
- Se llama Kim Taehyung. Es un Omega de 19 años, llegó aquí hace 3 meses, le he seleccionado muchos entrenadores y ninguno es capaz de entrenarlo correctamente.
- No te pregunté sobre la vida de él - Respondí.
Su risa me desconcertó, pero aún así, mantuve la mirada fija sobre aquel chiquillo del cual ahora se su nombre. Sonreí al verlo lograr dar el giro que tanto quería.
- Haz cambiado mucho Seokjin - La ignoré - Pero no tanto como para emocionarte y ver los logros de un chiquillo que fácilmente te recuerda mucho a ti, ¿No es así?
No respondí a sus palabras. Pero claramente aquel chico me recordó mucho a mis inicios, cuando solo tenía 10 años. Todos los entrenadores me dejaban por torpe y ella, la señora Choi fue la única con suficiente paciencia y capacidad de entrenarme. Una Omega que fue de las mejores amigas de mi madre y en algún tiempo su entrenadora también.
- Se que... No quieres saber nada de nosotros y creeme que te comprendo. No puedo obligarte a nada, no se como llegaste aquí otra vez, después de que te fuiste. Pero mi hijo esta pagando tras las rejas todo lo que te hizo, yo misma me aseguré que así fuese. Por mucho que lo ame por ser mi hijo, debí haberle puesto un alto desde el inicio...
- Tú me lo advertiste - La detuve.
- Si, pero no hice suficiente. Sólo... - Suspiró - Perdóname Jinnie. Jamás quise que esto sucediera, hubiera deseado verte llegar más lejos, créeme que tú ahora fueras un icono muy importante del patinaje artístico.
- Eso es tiempo pasado. Me alejé completamente de este mundo. Al final... No era lo mío, ni mi destino.
- ¿No te gustaría regresar? - Fruncí mi ceño al creer que era una broma de muy mal gusto de su parte - Me refiero... ¿No quisieras regresar como entrenador personal?
- No - Respondí.
- Piénsalo Jin. No serias más un patinador, pero creo que aún tienes el espíritu competitivo y audaz. Se que serías increíble impulsando a más chicos amantes del hielo a lograr sus sueños. Sólo... Piénsalo un poco Seokjin.
Dichas sus palabras, se retiró y me dejó ahí. Mientras veía aquel chico luchar consigo mismo por lograr más saltos y giros, mientras mi mente era un lío de pensamientos.
Sin darme cuenta regresé aquel mismo lugar durante cinco días consecutivos. Mientras seguía viendo cómo más entrenadores se cansaban y lo dejaban solo, pero nunca lo vi llorar, ni cuando su padre el señor Kim, iba por él. El chico era persistente y ninguno de los tontos que se hacían llamar entrenadores se habían dado cuenta de ello.
Entonces recordé las palabras de la señora Choi y me di cuenta que ella tenía razón en un punto muy importante. Yo aún mantenía muy intacto mi espíritu competitivo y audaz, el que me hacía lograr lo que me proponía y lograr hasta el salto más difícil.
Un día, el chico llegó, pero el entrenador no. Según supe ya todos sabían que el chico "es un fracaso" y por esa razón, nadie quería entrenarlo. Entonces me arme de valor y tome una decisión.
Baje hasta la pista, dejándome guiar por lo que mi lobo me pedía que hiciera y así fue. Me presenté ante el chico y le aclaré que yo no era entrenador y nunca lo había sido, pero que fui un patinador artístico y que trataría de ayudarlo. El pareció entusiasmarse con ello y desde ese día luche incansable día a día con él. Muchas veces me frustre, pero jamás me di por vencido con él. Incontables veces me pidió que hiciera el mismo salto que le explicaba, pero no podía hacerlo y solo le dije que debido a mi lesión no podía hacerlo más, él entendió y dejó de pedirlo.
Así durante los siguientes 10 meses en donde mejoró considerablemente. Me convertí en su entrenador personal y muchas nuevas ofertas llegaron a mi, pero las rechacé todas, de alguna forma me sentía más tranquilo cerca de Taehyung y sin darme cuenta era su leve aroma a Lima o coco lo que me mantenía cerca de él.
Hasta que un día me dijo que pronto serían los campeonatos en Corea, la ciudad de la eterna nevada en Daegu. Sonreí al ver mi oportunidad de regresar a mi país y ciudad natal. El pareció emocionarse cuando le dije que me iría con él y su padre.
Nunca creí que mi decisión de regresar a Corea, regresaría la felicidad completa a mi solitaria vida.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Es un capítulo muy largo acerca de la vida de Jin antes de convertirse en entrenador de Tae. Espero en verdad que es haya gustado mucho.
En cierta parte me inspire en Epiphany para crear la vida de Jin, pero como él poco a poco se irá dando cuenta que para amar, debe aprender amarse a si mismo primero✨
¿Les gustó el especial de Jinnie?✨
Sin más que decir.... ¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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