❄️ ONCE ❄️
(Narrador Omnisciente)
La semana había pasado y ese día, Jimin cumplía 20 años.
Para el Omega era algo irrelevante, desde que sus padres fallecieron no le toma importancia a su cumpleaños. Pues sus padres solían llevarlo a otras ciudades de Corea, le regalaban siempre algo que él haya estado deseando por mucho tiempo, lo consentían tanto en su día, que volver a recordar todo aquello era un dolor inmenso para su corazón.
Sin embargo, parecía que en su cumpleaños número 20, algo había cambiado. El Omega se encontraba emocionado, su corazón palpitaba cada cierto momento, y aunque su lobo permanecía oculto y sin ningún interés en su humano, parecía que Jimin comenzaba a sentir la felicidad en su pequeño.
Pero... ¿Realmente era felicidad?
Jimin sonrió al recordar el día en el que casi se besa con su Hyung y aunque aquel beso nunca llegó, deseaba que llegara pronto.
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~ Flash Back ~
Sus miradas se encontraban perdidas entre sus labios. Sus rostros comenzaban acercarse lentamente, sus corazones palpitaban desenfrenados. La tención del momento casi de podía palpar en el aire.
Estuvieron a nada de unir sus labios en un inesperado beso. Sin embargo, Namjoon volteó su rostro hacia un lado y solo sintió los labios de Jimin sobre su mejilla.
El Alfa se acercó a la cocina y dejó a Jimin sobre la isla de esta. Mientras él se quedaba entre las piernas del Omega, Jimin se mantuvo con sus brazos alrededor del cuello de Namjoon, con su corazón acelerado y preguntándose, ¿Por qué Namjoon se alejó?
- Minnie... - Llamo el Alfa después de unos minutos en silencio - Perdóname, pero no puedo dejar que esto suceda, si tú no sientes nada por mi, no quiero que hagamos algo de lo que después sientas arrepentimiento, no quiero que después te alejes porque sientas que hiciste mal. Prefiero mil veces que sigamos siendo muy buenos amigos, que nuestra cercanía siga como hasta ahora, a arruinarla con un beso que... Es deseado solo por uno y no por ambos.
El Omega entendió a lo que su Hyung se refería y en ese momento pensó en que tenía mucha razón, quizá el casi beso fue impulsado por la emoción que sintió al verlo, no porque realmente lo haya deseado. Jimin se sintió culpable de casi cometer un error, no quería lastimar a su Hyung, no quería pensar que sentía algo por Namjoon cuando no está totalmente seguro de sus sentimientos.
- Perdón Hyung... - Susurró Jimin después de unos segundos.
- No te sientas culpable mi Mochi - Namjoon elevó el rostro del Omega entre sus manos y dejó un suave beso sobre la frente de este - Solo debes estar seguro de lo que haces y no dejarte llevar, yo prometo jamás faltarte al respeto Minnie, prometo que jamás haré algo que tú no quieras, te protegeré siempre, hasta que encuentres a alguien que lo haga mucho mejor que yo.
- Dudo mucho encontrar a alguien mejor que tú Nammie Hyung - Sonrió con tristeza el Omega - Tú eres perfecto, ¿Cómo llegaré a conocer a alguien mejor que tú, si tú eres todo para mí?
Las palabras del Omega inundaron de emociones diferentes al Alfa. Quizá Jimin tenía razón o en realidad estaba muy equivocado al creer que no encontraría a nadie mejor.
- Quizá tu persona ideal aún no aparezca, quizá el mío tampoco. Solo... Debemos estar juntos Minnie, hasta que lleguen nuestras personas indicadas...
- ¿Y si eso jamás sucede Nammie?, ¿Cómo conoceré a mi persona indicada si odio salir y que la gente me vea por miedo a ser señalado?, ¿Y si tú eres mi persona y por idiota no me estoy dando cuenta? - Jimin sintió sus ojitos nublarse.
- Minnie... Mi pequeño y tonto Minnie - Namjoon sonrió al ver el puchero entre los labios del Omega, suspiró y lo abrazó dulcemente entre sus brazos - Sucederá Minnie, conocerás a tu persona indicada, si llego a ser yo, estaré para ti siempre, prometo hacerte feliz y protegerte con mi vida y si no... Date una oportunidad de conocer al mundo, de salir y encontrar a tu persona Minnie. Quizá está allá afuera, también esperando por su persona indicada y tú aquí, encerrado en un mundo que has creado para ti Minnie.
- ¿Por qué... No puedes ser tú Nam? - Susurró el Omega.
Namjoon solamente sonrió y suspiró, deseando ser él, deseando que la madre luna se apiade de ambos y los una, para ser feliz. Lastimosamente el Alfa sabía que aquel deseo sería difícil ya que ni su lobo ni el de Jimin no muestran ningún interés amoroso, solamente amistoso y familiar, el Alfa lo supo desde que ninguno de sus aromas congeneaban o se atraían.
- Minnie... - Susurró el Alfa - ¿Me permites intentarlo una vez más? - Pregunto el Alfa, sabiendo que quizá la madre luna no los uniría de por vida.
Jimin guardo silencio unos segundos y se abrazo fuertemente al Alfa, para después suspirar y llenarse del aroma de este.
- Hazlo Nammie Hyung... - Sonrió Jimin - Por favor, solo quiero tenerte a ti en mi vida. Quiero poder amarte y sentir que estoy haciendo bien y que no me llegaré arrepentir jamás.
El Alfa sonrió y pensó en que esa era su oportunidad para lograr enamorar a su pequeño Minnie. Tendría únicamente una semana, ya que pensó en confesarse justo en el cumpleaños de Jimin y para ello, necesitaba lograr que el Omega se enamoré de él. Que el sentimiento sea mutuo y no unilateral.
- Lo haré Minnie. Prometo lograrlo, quiero ser el único en tu vida y tú qué seas el único en la mía - Dijo con seguridad el Alfa.
Desde ese día, Namjoon se prometió el lograr que Jimin lo quiera únicamente a él. Pero si la madre luna los separa, lo aceptará como se debe, como un verdadero Alfa.
Mientras que Jimin, se prometió a sí mismo, darse una oportunidad con su Hyung, buscar la felicidad absoluta al lado del único Alfa que hasta el momento le ha mostrado su lealtad, protección y amor.
~Fin Flash Back~
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Jimin sonrió una vez más al recordar aquel día y ansiaba que las 6:30pm se acercará pronto, ya que su Hyung lo invito a cenar en un restaurante privado el día de su cumpleaños.
El Omega pensó que su Hyung eligió aquel día para confesarse una vez más y Jimin estaba decidido aceptarlo.
Durante aquellos días, tanto Alfa como Omega se habían mantenido muy unidos, 24/7. No se separaban, Namjoon iba a su trabajo y volvía temprano a casa de Jimin, era casi como si ambos vivieran juntos. El Alfa no regresaba a su casa, en su lugar, se iba a la cabaña de Jimin, veían películas, cocinaban juntos, salían a caminar juntos por el bosque que está detrás de la casa del menor.
Cuando no estaba demasiado nublado o caía demasiada nieve, salían a pasear en bicicleta, pero siempre cerca de la casa del menor. Nunca demasiado lejos, aquel día era la primera vez que Jimin iría a otro lugar que no sea al trabajo, el cementerio o alrededor de su hogar.
Si, se encontraba nervioso, no era tanto de su agrado salir a otro lugar que desconozca un poco. Pero aquellos sentimientos negativos desaparecían cuando llevaba a su mente la imagen de un sonriente Namjoon.
Sintió que su día se hacía eterno. Había sido demasiado largo para su gusto personal, pero se alegro cuando se dio cuenta que cada vez estaba más cerca, así que comenzó a prepararse para ir hasta el restaurante que su Hyung le dijo.
Jimin sonrió al pensar en que por fin se daría la oportunidad de ser feliz.
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Yoongi se encontraba de pie en el balcón de su habitación observando el hermoso paisaje que tenía ante sus ojos.
Vivía con su madre desde hace una semana. Cada día sonreía feliz y tranquilo de tenerla con él nuevamente, su madre le pidió vivir con ella, argumentando que su casa es enorme y no quería seguir viviendo sola, que si él lo aceptaba, vivieran juntos.
Claro que Yoongi no se negó, ya que no tenía suficiente dinero para pagar ningún otro hotel y tampoco es que tenga trabajo, sí, ha estado buscando, fue a varias entrevistas y espera que lo acepten en algún trabajo. Aunque su madre le recalco más de una vez que tiene una gran herencia en el banco que es toda suya y puede hacer con ese dinero todo lo que él desee y que si trabajo es lo que quería, podía trabajar en su cafetería mientras encontraba algo que le gustará más.
Yoongi lo estaba considerando, ya que aquellos días se iba con su madre y le ayudaba en la cafetería durante la mañana y durante la tarde, intentaba conocer un poco más de Daegu y sus alrededores.
El Alfa no quería ser ningún mantenido y tampoco aprovecharse del dinero de su madre ni la herencia que su padre le dejo, quería ser útil por una vez en su vida y buscar hacer algo por si mismo, no que sea impuesto por alguien más como Do-Jae solía hacer con su vida.
Yoongi quería ser independiente completamente, crear su propia vida y no ser alguien quien no es.
El Alfa observó más allá de donde se encontraba y por cuarta vez sintió demasiada atracción por la cabaña-casa que se encontraba a varios metros de distancia, se veía muy lejana, pero también muy llamativa y bonita, pero lo que más había llamado la atención del Alfa, era el lago congelado, aquel hielo lo atraía día con día, pues deseaba patinar sobre el y jugar un poco al hockey.
No sabía a quien le pertenecía la propiedad, tenía mucha curiosidad, tampoco sabía si podía cruzarla, si aquello era legal o no, solo quería jugar al hockey, ya que hace dos semanas que no lo hace y eso comenzaba a ponerlo ansioso y tampoco es que se pueda inscribir en ninguno de los complejos por la sanción impuesta a su persona. No quiere ser señalado también en Corea, suficiente tiene con ser odiado en Canadá para que Corea se una a la lista.
Suspiró al ver nuevamente el lago, deseando que la casa de su madre también tenga uno, pero no era así y solo le tocaba apreciar a la lejanía aquella tan llamativa pista de hielo.
Decidió bajar y buscar a su madre, la encontró en la cocina, mientras preparaba un poco de chocolate caliente con malvaviscos.
- Oye madre - Llamo el Alfa, obteniendo la atención de la Omega.
- Dime cachorro - Hablo Mina, aún sintiendo emoción por la confianza tan rápida que Yoongi tiene sobre ella.
- ¿De quién es la pequeña cabaña que está a unos metros de esta propiedad? - Pregunto con curiosidad.
- Oh, así que ya la viste - Sonrió Mina - Te habías demorado mucho en preguntar.
- Lo sabías y por eso me diste esa habitación, ¿No? - Entre cerró los ojos el menor.
- Algo así - Río divertida la Omega - Es la residencia Park - Respondió Mina - El dueño es un chico de 19 o 20 años, sus padres se la dejaron cuando fallecieron. Aunque creo que él actualmente se encuentra en un viaje, si no estoy mal... - Dudo por un segundo la Omega - Su mejor amigo es un patinador y ambos viajaron para mejorar en sus habilidades, aunque no estoy segura, no conozco mucho al chico, jamás lo he visto, pareciera como si la casa siempre está sola.
Claro que Mina estaba nada más un poco equivocada, pero ella no sabía que parte de su comentario era erróneo, solo dijo lo que antes le habían mencionado unos clientes de su cafetería.
- Entonces... - Sonrió Yoongi - ¿Actualmente no hay nadie en esa casa? - Pregunto con interés.
Mina se volteó y vio una mirada diferente en Yoongi. Sus ojitos brillaron y esperaba ansioso por la respuesta de su madre. Mina sonrió y entendió a donde iba tantas preguntas de parte de su hijo.
- Creo que no - Negó Mina - ¿Por qué?, ¿Qué piensas hacer Yoon? - Pregunto acusadora.
- No creo que pase nada si voy y... Juego un poco al hockey, ¿O si? - Sonrió con malicia el Alfa.
Mina sonreía mientras negaba con la cabeza. Sabía que la mayor pasión de su hijo es el hockey y cuánto ansiaba volver a jugar, ella también creyó que no estaría mal que vaya y juegue un poco. Después ella trataría de hacer algún tipo de acuerdo con el dueño de la residencia y que deje a su hijo ir al menos dos o tres veces por semana un par de horas a jugar. No sabía si lo lograría, pero haría el intento.
- No creo que eso sea una buena idea Yoon - Respondió Mina - Pero sabiendo que el chico no está en casa, puedes ir, solo que ten cuidado, ¿Bien?, Puede que nadie te vea porque cada residencia tiene varios metros cuadrados. No hay más que 4 residencias en esta zona y las otras dos están más alejadas.
- Esa es una gran noticia - Asintió Yoongi - Prometo que solo serán dos horas, regresaré pronto.
- Bien, pero regresa antes de la cena - Dijo Mina mientras veía a Yoongi correr escaleras arriba.
El Alfa fue por sus cosas con gran emoción. Solamente se abrigo muy bien, tomo el palo de hockey, más el disco y sus patines, agradecía enormemente haberlos llevado consigo. Después de dos semanas de no tocar una pista de hielo, por fin podría hacerlo, jugaría un poco y después regresaría a casa, antes de la cena como le dijo su madre.
Una vez tuvo sus pertenencias, bajo y salió de casa, iba con gran emoción. Ansiaba más que nunca poder jugar un poco, cruzó un bosque que era lo único que dividía ambas residencias, era una zona bastante segura. Aunque Mina suele tener algunos guarda espaldas, ya que antes solamente ella vivía en casa y al ser una mujer Omega solía tener un poco de miedo.
Yoongi se iba acercando poco a poco al lago congelado. Pudo observar que todo alrededor era hielo, solo había un camino que llevaba a la entrada de aquella casa, que más bien era una acogedora y bonita cabaña. El pelinegro quedó encantado con el lugar.
Al estar frente a la pista, no pudo evitar chillar de emoción como un niño feliz por un dulce. Se colocó sus patines y después entró al hielo.
Yoongi suspiró de satisfacción cuando sus patines tocaron tan glorioso lugar. Se dejó llevar y dio un par de vueltas por el hielo, con su palo de hockey y el disco en mano, comenzó a jugar un poco, no lo lanzaba, en su lugar, solo movía el disco lentamente, mientras sonreía cálidamente y disfrutaba del momento.
El Alfa pelinegro realmente se sentía en la gloria y sentía felicidad en su pecho.
Todo estaba saliendo de maravilla.
- ¡¡Oye tú!! - El Alfa se asustó tanto por el agudo grito que sin querer le pegó fuerte al disco y este salió volando por el aire.
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Jimin salió de su habitación, solo quedaba colocarse su gorro y bufanda para después poder salir.
Una vez se colocó lo necesario, tomo las llaves de su casa y su teléfono. Cuando estaba por tomar el teléfono entre sus manitos escuchó un ruido extraño fuera, se extrañó al pensar que era Nam, ya que este le había dicho que lo estaría esperando en el restaurante.
Jimin se acercó a la ventana y frunció el ceño al ver a un extraño patinar en el hielo, se molestó mucho al ver aquella persona en su prioridad como si fuese suya.
No pudo identificar quien era ya que lo vio de espaldas, así que con cierta molestia salio de su casa y camino decidido a correrlo de su propiedad. Jimin mantenía un puchero muy marcado en sus labios y el entrecejo fruncido, mientras sus manitos estaban hecho puño, con una actitud decidida y sería, caminaba en dirección al lago.
Entre más de acercaba, intentaba reconocer a la persona, pero le era difícil. Aún cuando aquel extraño dio la vuelta, no levantó la mirada por estar demasiado concentrado en el disco y el palo entre sus manos. Claro que Jimin se dio cuenta rápidamente que era algún jugador de Hockey de aquellos que lo acosaban y se había metido a su propiedad.
Jimin no sabía lo que estaba por suceder.
- ¡¡Oye tú!! - Ante su fuerte grito. Jimin solo fue consciente de la persona dando un salto en su lugar y pegándole fuerte al disco. El cual fue a caer justo en su frente, tirándolo a la nieve al instante - ¡Auch! - Se quejó el Omega.
Yoongi se asustó por su movimiento brusco, salió del hielo y con dificultad intento acercarse al chico para ayudarlo y disculparse por su error.
- ¡Lo lamento! - Dijo el Alfa, acercándose.
Jimin levantó la mirada y Yoongi la mantuvo.
Desde ese momento el mundo a su alrededor se detuvo. Todo parecía lejano para ellos, menos sus miradas, sus aromas, sus lobos y su brillo, parecían que se conocían y tenían una conexión tan fuerte que jamás nadie podría romper.
El aroma de chocolate amargo, chocolate blanco, la madera y el caramelo se mezclaron y crearon una esencia inigualable.
Sus lobos salieron de sus escondites y alzando sus orejas y colas, lograron reconocerse al instante. ¿Cómo no hacerlo, cuando lo que tanto habían esperado estaba frente a ellos.
Sus corazones sintieron una paz, calidez, emoción y felicidad, que no comprendían, pero que les gustaba.
Sus miradas encontradas y aquel brillo especial que apareció al instante en que sus ojos se encontraron fue como una chispa de luz brillante.
Sus lobos lo supieron, sus corazones lo entendieron, sus miradas lo comprendieron.
¿Cómo no reconocer a quien les mostraría el camino de la felicidad por el resto de sus vidas?
Alfa y Omega destinados estaban uno frente al otro, mirándose fijamente, mientras eran acompañados por la madre luna, quien desde la altura sonreía al haber creado el mejor escenario para su pareja preferida.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
¡Mi Yoonmin alfin se conoció!
De una forma muy peculiar, un pequeño golpe de por medio, pero gracias a una pista de hielo y un disco claro.🤭
La historia del Yoonmin será un poquito diferente a lo que suelen leer de mi parte, quiero incluir mucho el romance. Claro que habrá drama y mucho, ustedes saben que me encanta, pero así mismo serán recompensados con el romance y mucho fluff.
Esperen ansiosos el próximo capítulo, recuerden que Jimin estaba por aceptar a Nam, ¿Cómo creen que suceda todo desde este punto en adelante?🤔
¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐
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