Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XVI

Una semana después

Santi

Estiré mí mano para alcanzar el maldito despertador, cuándo logro despertarme bien me doy cuenta que se me hace tarde para ir a la escuela.

Me levanto de un salto y voy corriendo al baño, terminó de hacer mis necesidades, y vuelvo a la habitación en donde elijo lo que me voy a poner, no me arreglo mucho, total no tengo a quién impresionar.

Me coloco un pantalón gris, de gimnasia, con una remera negra y mis zapatillas. Agarró mí mochila y las llaves de casa, creo que por hoy caminare.

Hoy marcos vuelve a la escuela, hace unos días le han dado el alta y yo estoy ansioso de volver a verlo.

Bajo las escaleras y me encuentro con papá y mamá

-Buenos días -saludé cortante.

-Buen día hijo -saludo, papá.

Me acomode en la mesa, estaba por probar bocado cuándo de repente se me viene un recuerdo a la mente, de la conversación que tuve con Marcos, minutos antes del accidente.

Flashback

—Amor ¿A qué te referías, con que hay alguien que no nos quiere juntos?

—No comprendo.

—No te hagas, la carta decía que había alguien que no nos quería juntos ¿Quién es ?

Quedo unos minutos en silencio.

—Tu padre.

—¿Qué?

Tu padre no nos quiere juntos.

Fin del flashback

—Hijo ¿Estás bien? —habló nuevamente mí padre, poniendo su mano en mí hombro.

Asénti con la cabeza, dejando el plato a un lado.

—Si, ya me voy —dije levantándome.

—Pero no has comido.

—No tengo hambre, adiós.

Salí a pasó rápido de casa, no  puedo creerlo ¿Cómo me pude a ver olvidado algo tanto tan importante?

Llegué en diez minutos a la escuela, fui directamente al aula, tocó la puerta ya que el profesor de música se encontraba allí.

—Disculpe profe ¿Puedo pasar?

El profesor se hizo a un lado para que pueda pasar.

Entré enseguida, me fui a sentar en el primer asiento libre que vi, veo todo el aula y me di cuenta que Marcos estaba en la fila de enfrente, se lo veía bastante bien, tan hermoso como siempre.

Después de media hora, el profe nos llevó de nuevo a la sala de música.

Estuvimos el resto de la hora allí, no intercambiamos palabra alguna con Marcos, pero de vez en cuándo lo miraba de reojo

Terminó la clase, todos se fueron, pero yo me quedé unos minutos más, me acerco al piano, y lo abro, al instante se me viene una canción acordé a mí situación

Terminé la canción y mantuve mi cabeza agachada sobre las teclas del piano, para este entonces ya era un mar de lágrimas, me sacó de mí tristeza un ruido, proveniente en dirección a la puerta.

Giro la cabeza y me sorprendo a quién veo, Marcos se encontraba en el marco de la puerta, y sobre sus mejillas caían dos lágrimas.

Me levanté de la butaca, y antes de poder decir algo el se me adelantó

—Que hermosa canción. —murmuró por lo bajo.

—Lo sé, tu me la enseñaste —Sonreí apenas.

—Me voy, nos vemos.

—¡Espera Marcos! Quédate por favor. —susurré

Se acercó a dónde estaba, y se sentó en la butaca, imite su acción y me senté al lado suyo.

—¿Cómo has estado?. —pregunté después de estar unos segundos en silencio.

—Bien, ya sabes adaptándome supongo, es todo nuevo para mí.

—Me imagino

—¿Sabes? Por las noches tengo pesadillas. —dijo en un leve susurro.

—¿Qué clase de pesadilla?

—Es todo muy confuso, pero todo el tiempo recae en el accidente, me despierto sudando y llorando y...—su voz se quiebra por un momento.— Tengo mucho miedo Santi y no se porque.

Lo abrazo tomándolo por sorpresa, ha estado sufriendo en silencio todo este tiempo, y solo por ser un idiota.

—Estoy acá cariño, no tienes que tener miedo. —susurro en su oído.

—Ya hablamos Santi, es mejor que tu sigas tu propio camino y yo el mío. —dijo separándose de mí bruscamente.

—Marcos entiende algo, ya te perdí una vez no volveré a perderte, porque se que en el fondo tu me amas y no pienses que me voy a alejar de ti tan fácilmente . —dicho esto me acerco hasta donde estaba el y lo beso.

Primero quedó en shock, pero luego me correspondió, fue un beso distinto, este era con mucho sabor a reencuentro. Nos separamos por falta de aire, pegue mí frente a la de el y con mí respiración agitada le susurré :

—No sabes lo que te extraño mí amor, mis días no son iguales sin ti.

— Santi, si te quedas conmigo tu vida será horrible, no te recuerdo, no se quién sos, no se quién es Ian ni Samuel ni ninguno de los chicos que pasan y me saludan amistosamente. No recuerdo a nadie lo último que tengo en mí mente es a mis padres y a mí decidiendo que nos íbamos a mudar pero después todo es negro —tomó aire para continuar.— No quiero que tu vida recaiga en alguien que no te recuerda.

—Marcos, el día que te pedí ser mí novio y tú aceptaste fue el mejor día de mí vida, te prometí que nuestra relación no sería un cuento de hadas pero que cada día te iba a demostrar que me vuelves loco. Marcos te amo, amo todo de vos; tu voz, tus debilidades, tus fortalezas; amo cuando te enojas y se te arruga la nariz, amo verte cuando te despiertas, cuando sonríes, te amo

Termino de hablar y Marcos ya estaba llorando

—¿Por que lloras? no quise decir algo que te lastimara.

—Es que tu me dices estás cosas hermosas, y yo te he tratado mal, he intentado alejarte de mí, no te mereces a alguien como yo

—Mí amor, como ya te dije, te perdí una vez y no volveré a perderte dos veces ¿Me dejas cuidarte y amarte?

Tardo unos minutos en responder.

—Te prometo que voy a protegerte siempre. —Insistí una vez más

Se quedó callado sin mirarme.

Suspiré levantándose de la butaca—¿Sabes qué? Mejor me voy, cuídate por favor.

Estaba por abrir la puerta, cuándo de pronto me hizo girar con todo y estampó sus labios con los mios.

Cerré mis ojos, disfrutando el sabor de sus labios. Fue un beso corto pero suficiente para hacerme enloquecer.

—¿Marcos?

—Quedate a mí lado por favor, no entiendo porque pero a tu lado siento seguridad y protección por favor quédate a mí lado. —murmuro  sollozando en mí pecho.

Lo abrace y el escondió su rostro en mí cuello.

—Acá estoy cariño, te prometo que ya no estarás solo.

Salimos del aula agarrados de la mano.

—Oye Santi, ¿No se te hace raro que nadie nos mire?

—Cariño ellos ya estan acostumbrados a nuestra relación, hace como cuatro meses andamos juntos —dije regalandole una sonrisa

Fuimos al patio, y comenzé a buscar a Ian y Samuel

—¿A quién buscas? —preguntó

—A Ian y Samuel, me dijeron que iban a estar acá.


Después de unos minutos los encontré o mas bien ellos nos encontraron a nosotros.

—¡Ey amigo! Acá estabas, te buscamos por todas partes —dijo Ian acercándose —Marcos, me alegra verte ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias. —habló tímido.

Bajó la vista hacía nuestras manos, y levantó la vista confundido.

—Esperen un momento ¿De qué nos perdimos? —pregunto señalando nuestras manos.

Rasque mí nuca, algo nervioso

—Digamos que, estamos juntos de nuevo —dije sonriendo, al instante intenté negar con cabeza a la próxima pregunta de Ian, ya sabía lo que iba a decir.

—¿Eso quiere decir que ya nos recuerdas? —y no me vio, idiota.

Denle un un golpe por ser tan bruto

Marcos negó con la cabeza

—Lo siento pero no, aún no los recuerdos, pero con Santi decidimos darnos una oportunidad.

Ian no se aguanto y le dio un abrazo a Marcos.

Felicitaciones, chicos.

—¿Porque no vamos a mí casa y comemos algo? —dije sacando mí celular del bolsillo.

—Esperen ¿Y Las clases?— preguntó mí novio.

Mí novio, que hermoso es decirlo de vuelta.

—Cariño, estuvimos como una hora y media en el aula —pase mí brazo por alrededor de sus hombros.

—Además, no tenemos la última clase —dijo Samuel.

—¿En serio? Y yo que creí que nos íbamos a perder clases —dije soltando una carcajada

—Vamos a tu casa San, estoy hambriento —dijo Samuel, golpeando mí hombro.

Salimos los cuatro del colegio y nos fuimos directo para mí casa.

Estábamos llegando a la entrada cuando Marcos se detuvo bruscamente

—Cariño ¿Qué paso? ¿estás bien?

Negó con la cabeza

—Tengo un mal presentimiento Santi —hablo mirándome preocupado.

—Vamos, entremos —Tomé su mano y lo adentre a mí casa.

Llame a mis padres pero no recibí respuesta alguna.

—¿Mamá? ¿Papá?

La única que estaba en casa era Rosita?

—Rosita ¿Están mis padres?

—No joven Santiago, sus padres salieron y me parece que no volverán hasta la noche.

—Gracias rosita, ¿Nos preparas algo de comer? Porfa

—Si joven, por cierto, que bueno verlo, joven Marcos. Permiso.

Mí chico sólo le dio una sonrisa de boca cerrada

—Vengan chicos, subamos a mí habitación.

Subimos los cuatro a mí habitación, estuvimos boludiando un rato hasta que apareció Rosita con nuestra comida.

—Acá tiene joven Santiago, les prepare hamburguesas y les traje un poco de jugo.

Dejó la comida en una mesa, y se retiró del cuarto.

Mis amigos se abalanzaron sobre las hamburguesas, con Marcos agarramos las que quedaron y nos pusimos a comer en silencio.

—Chicos, tengo algo que decirles— dije tomando jugo.

—¿Qué pasó, Santi?

—Hoy en la mañana cuándo me levanté, baje a desayunar y me encontré con mis padres, es raro porqué por lo general están en sus trabajos.
La cuestion es que cuándo lo vi a mí papá se me vino un recuerdo que había olvidado, era una conversación entre Marcos y yo cuando volvíamos del aeropuerto.

—¿Aeropuerto? ¿Que hacíamos ahí?

Suspiré levantándome de la cama, abrí el cajón de mi mesa de luz, y saque la carta que Marcos me había dejado.

—Está carta se la dejaste a los chicos una noche en que yo me emborrache, y tú me trajiste a casa junto con los chicos. Léela.

Le entregué la carta y el la leyó detenidamente.

—¿Me estaba por ir? ¿A dónde?

—A Mendoza. —dijo Samuel —¿Tienes algún familiar allá?

—Tengo una tia en Mendoza, pero ¿Por qué me iría?

—A eso voy, en la carta vos pusiste que alguien no nos quería juntos, y cuando estábamos en el taxi te lo pregunte y me lo confezaste.

—¿Y quién es San? —pregunto está vez, Ian.

—Mí padre y no se que pasó entré ustedes para que me dejaras pero algo tuvo que ver.

—¿Yo conocía a tus padres ?

—No, nunca te los presente, pero sospechó que en algún momento los conociste o al menos conociste a mí padre.

—¿Yo terminé nuestra relación?— preguntó Marcos, en un susurro

Asentí con la cabeza, creó que llegó el momento de hablar de esto

—Chicos ¿Pueden dejarnos a mí y a Marcos, sólos? Tenemos que hablar en privado —dije mirando a mis amigos.

—Si, nosotros vamos a estar abajo.

Se fueron los dos, dejándome a solas con mí chico

—Marcos...

—Perdón. —hablo interrumpiendome a penas comenzé a hablar —Perdón por todo, perdón por dejarte, por hacerte sufrir perdón por...—no deje que continuara su monólogo, y en un rápido movimiento, deposite su cuerpo en mí cama juntó con el mío encima.

—¿San? ¿qué haces? —pregunto Marcos en un susurro.

Tenía las mejillas sonrojadas, acaricie su pómulo, mientras comenzaba a repartir besos por todo su rostro.

—Espera San, yo ...—dejo las palabras a la mitad, ya que lo calle de un beso.

A medida que avanzaba el beso se intensificando a punto de querer demorarnos uno al otro

—Espera amor, ¿estás seguro? —me arrepentí al instante ¿Y si el no quería?, debía asegurarme de que no fuera algo forzado y que en realidad quería estar conmigo

Asintió con la cabeza, tenía las me mejillas sonrojadas.

( Escena +18, si no quieres leerla puedes adelantar está parte)

Retomé mí camino de besos mientras fui despojandolo de su ropa, al cabo de minutos ya ninguno de los dos tenía su ropa puesta.

Me acercó a mí mesa de luz y sacó un paquete de preservativo, busque también un tarro de lubricante, para lubricar su entrada, una vez listo me coloque el preservativo.

Me coloque entre sus piernas y entre jadeos y suspiros, hablé:

—Te amo. —Y entré lentamente.

Me mantuve quieto por unos minutos para que se acostumbré, comenzé a moverme lentamente y eso parecía hacerlo delirar.

Nuestros cuerpos se unían a la perfecciónz, y se movía en la misma sincronía.

Mis movimientos comenzaron a hacer más rápido, la habitación de lleno de jadeos y gemidos bajos.

Después de unos minutos, Marcos se corrio soltando un gran gemido, a los segundos me corrí yo cayendo arriba de el.

Cuando estuve recuperado me levanté a tirar el preservativo en el tacho del baño, me puse unos boxer y me acosté a su lado, nuevamente.

Tímidamente se acercó a mí y se acostó sobre mí pecho.

—Eso estuvo sensacional. —dijo, Marcos, entre suspiros.

—S, mí amor, fue increíble —dije dándole un beso en los labios.

—¿Santi? —me llamó levantando apenas la cabeza.

—¿Qué pasó?

—Te amo.

Quedé un momento  en silencio.

—Amor, yo no quiero que te sientas presionado, yo te dije que te amaba porqué eso es lo que siento, no quiero presionarte a decirme que me amas cuando no me recuerdas.

—Santi, cariño, te amo y siempre te voy a amar, te ame cuándo nos conocimos, te ame cuándo me pediste ser tu novio y te amo mucho más por estar conmigo.

Estaba por hablar, cuándo me percate que había comenzado a hablé en pasado.

—Mí amor ¿Recordaste? —Podía jurar que mí corazón se me salía de mí pecho, por tanta felicidad junta.

Asintió, sonriendo.

—¿Cómo me pude haber olvidado de tus ojos? Si me enamoran cada vez que los veo.

Enseguida sentí las mejillas calientes, idiota, siempre me hace sonrojar.

Me acerque a él lentamente y lo abrace.

—Te extrañe tanto, cariño.

—Siempre estuve acá, además cuándo no te recordaba, de igual forma sentía ese cosquilleo en mí estómago cada vez que te veía.

Estaba en el cielo, nadie podría arruinar mí felicidad.

En eso, entra Samuel a la habitación.

—¡Maldición chicos! Perdón, pero creo que deberían bajar.

—¿Qué pasó?

—Tus padres están en casa San.

Pude ver un destello de terror en los ojos de Marcos.

Maldición.

Creo que hable demasiado rápido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro