Capítulo 18: ¡Ayuda, Afrodita!
—¡Pero eso no es posible, Afrodita!- Saori se levantó de la cómoda silla en la que se encontraba aún en estado de shock.
Todo estaba llendo muy rápido, aún no terminaba de procesar la información dada.
—Ya te expliqué que eso era diferente al presente que estamos viviendo. Hay universos alternos por si no lo sabes— rodó los ojos y suspiró.
La intrusa que la visitó esa tarde era demasiado expresiva, quizá demasiado. Aunque si recordaba con claridad, ella había sido la que le había mostrado aquel destino.
Flashback.
El báculo de Athena estaba recostado en uno de los sofás lujosos que tenía la diosa Afrodita en su propio templo, todo aquel lugar tenía tan pequeños detalles que le daba un aspecto más delicado, no era tan extraño para ser el aposento de la diosa de la belleza.
El sofá era de madera caoba, lijado y pulido con suaves materiales hechos por los que servían a las divinidades, en el centro había una pequeña mesita de vidrio que contenía algunas frutas frescas recién cortadas de los árboles más túpidos y fuertes que habitaban en aquel terreno sagrado, así como dulces, crocantes, y picantes se encontraban en un recipiente.
—¿Podrías dejar de dar tantas vueltas?
Las voz fina, y suave de Afrodita era melodiosa para cualquiera que la escuchara, siendo un pecado para los mismos humanos, y una bella voz para los dioses, pero a pesar de todas esas características que poseía, no pudo evitar su deje de molestia en ella. La joven diosa que habitaba entre las personas y protegía a la tierra, le preocupaba su estado, contagiándola de ese sentimiento.
—Me estás mareando—. cruzó sus blancas y blandas piernas con delicadeza una sobre la otra, elegantemente. Echó su cabello de un color vivo e intenso como el oro, hacia atrás del sillón.
—Pido disculpas por atreverme a visitar tu palacio con fines poco convencionales, unos que solo se ven involucrados mis caballeros, y su servidora.
Saori hizo una pequeña reverencia a la bella y muy bien conservada dama. Afrodita relajó sus facciones con comprensión, esa era la primera vez que la misma Atenea, conocida como Athena en el mundo de los humanos, se le presentaba con un pequeño problema que lastimosamente ella misma no podía resolver, ambas podían encontrar una solución pero no le aseguraba una completa y racional.
La de ojos de lechuza la miró detenidamente, la diosa del amor y la belleza portaba un recipiente de una muy hermosa muchacha, digna de. Sus cabellos era resplandecientes como un sol, y aquellos rizos que caían en perfectas ondulaciones como cascada por sus pechos y espalda, le añadían un aire seductor y sensual, permitiéndole que sus finas facciones relucieran sin restricciones.
—Quiero agradecerte por brindarme tu ayuda. Me avergüenza tener que pedírtelo, pero ese problema se salió de mis manos.
—¿Y según tú, que quieres que yo haga?— se inclinó hacia delante abandonando la pose de total relajación, y obtando una más seria.
—¿De casualidad no te atreviste a jugar con los sentimientos de mis caballeros, verdad?
La rubia frunció el ceño y abrió ligeramente la boca, ofendida por tal acusación.
—¿Veniste a faltarme el respeto con esa increíble acusación?
En realidad Athena no pretendía ofenderla, simplemente presentía que todo podía ser un juego por parte de ella y de Eros, dios de la atracción sexual y del amor. La diferencia de ambos se denotaba por una delgada línea desde eras muy antiguas, mientras Afrodita presidía sobre el amor de los hombres por las mujeres, Eros era principalmente el patrón del amor entre hombres, conocía muy bien sus raíces, y viendo así el conflicto en el que se encontraban sus santos dorados, cabía la posibilidad de que todo fuese una mala broma de los dioses, también le podía pedir ayuda a Eros pero no sin antes hablar con la diosa griega que identifica las cosas lindas y bellas.
—No lo tomes a mal, pero hace mucho tiempo me quitaste algo de mi propiedad, y en las grandes reuniones con mi padre Zeus no paras de recordármelo— habló con seriedad, y tomó asiento, meditando en lo más profundo de su cabeza alguna posible respuesta lógica—. Cabe la posibilidad que quisieras desquitarte con mis jóvenes guerreros.
—Oh vamos Atenea, no puedes culparme porque Paris me entregó la manzana dorada de Eris y no a tí, ni a Hera.
Ella no lo hacía por molestar, estaba conciente de todos los problemas que se desencadenó después de que Eris, diosa de la discordia, se resintiera al no ser invitada a la boda de Peleo y dejara una manzana dorada que decía "Para la más bella" como venganza. Tres de las diosas presentes en ese momento, Hera, Atenea y Afrodita se pelearon por tal manzana, por lo que Zeus escogió como juez para dirimir la disputa al príncipe pastor de Troya, Paris. Las tres intentaron sobornarlo ofreciéndole distintos dones, al final él eligió a Afrodita, ésta le había prometido el amor de la mujer más bella del mundo. Y esa era la esposa del rey Menelao, Helena.
—Literalmente por tu culpa se libró la batalla de Troya—. cruzó sus brazos.
En realidad sí tenía algo de razón. Después de que Helena terminara enamorada de Paris, y él la raptara, provocó la venganza de Menelao. Siendo así la gran guerra de Troya.
—¿Sin resentimientos?
—Seguro— respondió Athena—. Por lo que puedo ver, tú no tienes nada que ver con mis caballeros, pero... Quisiera saber un porqué.
—¿Un por qué, de qué?
—Afrodita, tú controlas el amor entre los seres humanos, ya deberías saberlo.
—Pero que astuta eres—. Enarcó una ceja con diversión— Para serte sincera, llevo bastante tiempo observando a los imprudentes que se atrevieron a desafiar a los dioses— se colocó un mechón de cabello detrás de su oreja, dejando relucir los diversos aretes de oro y de plata que tenía en ella—. Yo puedo ver todo, Atenea, el futuro de tus guerreros, quienes terminarán juntos, cuales son sus amores más secretos. Todo, siempre y cuando hablemos del amor, claro.
—¿Entonces sabes el por qué mis caballeros de Escorpio y Acuario, se detestan?— preguntó esperanzada. Quizá después de tanto tiempo, obtendría la respuesta de lo que tanto buscaba, que ni si quiera ellos mismos podían responder.
—Ven acá— se levantó y se encaminó a una pequeña mesa encontrada cerca de la ventana.
La más jovencita hizo caso a su llamado y se acercó a ella, tomando asiento casi al instante. Afrodita tenía una clase de bola de cristal transparente en aquella mesa.
—¿Qué es esto?—preguntó curiosa,
—Escucha, voy a mostrarte un futuro que no abarca nuestra dimensión, en realidad fue afectado por tu llegada.
—¿Me quieres decir que cambié un futuro?
—Sí—. confirmó con seriedad.
Afrodita chasqueó los dedos y pronto aquel objeto comenzó a emitir luz. Athena miró con atención como algunas imágenes se presentaban.
Se concentró lo más que pudo, acercándose más para observar sin alguna dificultad.
Afrodita sabía que el futuro que tenían los guerreros de Acuario y Escorpio no habían cambiado en los últimos años, siempre era el mismo, pero, antes de verse sorprendida por la visita de Saori, observó como la burbuja del futuro, se desprendía de otra, dándole dos alternativas.
La anterior pompa que representaba el futuro del caballero de Acuario con el capricorniano, despegó otro universo alterno después de qué, Athena decidiera visitarla.
Aunque nunca había visto la nueva burbuja que se presentaba en la vida del Acuario, ¿Cómo una decisión, podía cambiar un futuro de veinte años? A cambio de eso, obtuvo uno muy diferente, y lleno de amor, mejor que el anterior destino.
Sus pensamientos fueron interrumpidos de una forma violenta, al escuchar el tremendo grito de Athena.
— ¡Camus!— exclamó sorprendida, aún observando lo que que la bola de cristal le mostraba—. ¡¿P-Por qué?!
—¡No grites así!
—¿Pero por qué?— aún no salía de su estado de shock—. ¿Shura y Camus? Eso no debió pasar... Entonces, ¿Por qué...?
La rubia también miró lo que proyectaba el cristal, al parecer Athena no creía lo que estaba pasando, el español y el francés celebraban cuatro años de aniversario, después de la terrible misión que aún había en su presente.
Volvió a chasquear los dedos y la bola de cristal volvió a la claridad del principio.
—Aún no lo entiendo...— pensó— Milo... Él en verdad no le interesaba Camus— llevó una mano a su mentón, pensativa. Debía admitir que muy dentro suyo, había una diminuto presentimiento, y ese era que el griego siempre había estado enamorado de Camus, pero lo trató de ocultar con odio. Ahora que lo pensaba eso no tenía el mayor de los sentidos ¿O sí?, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Eso que Afrodita le había mostrado solo la dejó mas confusa— Necesito posibles opciones—se llevó una mano a su cabeza, preocupada.
—En realidad en eso te equivocas—le devolvió la mirada— Athena, quizá no lo sepas pero... Tu santo de oro, Milo de Escorpio tiene un problema, y yo no soy la causante.
Fin Flashback.
—A ver si entendí— entrelazó sus manos—. Mi decisión repentina de hoy, cambió ese futuro que aún se tiene previsto, ¿Así es?
— Supongamos que es así.
—¿Pero por qué con Shura?
—Que relajo contigo. Pon atención porque no pienso explicártelo dos veces— frunció el ceño— El destino de Camus y Shura está implantado desde que Camus nació, ¿Sabes por qué? Porque al final tú te rindes con el destino que tiene Escorpio y Acuario y desistes de encontrar una solución, simplemente abandonas la oportunidad de conocer la respuesta. En el futuro alterno que se tenía previsto, tú nunca me llegas a pedir ayuda, después del accidente de Camus, ese pelinegro se encargó de él durante un año, en ese lapso de tiempo se despertó sentimientos en ambos, hasta que quedan unidos por lo que queda.
—¿Shura siempre estuvo enamorado de Camus?— interrumpió.
—No. Sólo mira a Camus como su mejor amigo— respondió— Pero eso cambiará después de un año.
—¿Aún hay una posibilidad de que se cumpla?
—Ciertamente sí cabe una posibilidad— comentó— Todo depende de tí.
La menor estuvo por protestar, pero Afrodita continuó.
—Como ya sabes todo esto, se abre una nueva oportunidad de cambiar ese destino— terminó con una sonrisa.
—¿Y cuál es la otra alternativa?
La rubia rió.
—¿En verdad quieres saberlo?
Athena asintió.
—Antes de eso, explícame cuál es problema de Milo.
La mayor la miró con preocupación, sería difícil de comprender. ¿Pero quién dijo que el amor lo era?
•••×•••
Shion miró por enésima vez el reloj, la señorita Athena se estaba tardando demasiado, y por primera vez, Camus tenía fiebre, una temperatura peligrosa para un ser humano, pero regular para un santo dorado. Aún así necesitaba enfriar su cuerpo con algo, increíble que el mago del hielo y del agua estuviese pasando por una temperatura que le rodeaba los 45 grados.
Necesitaba bajarle la fiebre, pero su cosmos no era suficiente para hacerlo, solo Athena podía.
Y justo cuando estaba por marcharse a la estatua para poder comunicarse con ella, apareció por la puerta principal con un semblante serio, uno que no permitía adivinar si quiera lo que pensaba.
—¡Athena! ¡Camus está muy mal! Ha empeorado.— la faceta de seriedad se quebró por una de preocupación.
Inmediatamente se encaminó junto con el patriarca a su habitación personal.
—Shion ve y llama a Milo. Necesito que cuide de Camus— no detuvo su paso, pero el de hebras verdes sí lo hizo, completamente sorprendido.
—¿Qué?
—Escucha Shion, puede que parezca increíble porque yo tampoco quería que Milo tuviera contacto con Camus. Pero te explicaré todo con detalle. Lo prometo y eso valdrá la pena.
—¡Athena! ¿Acaso está usted loca? ¿Después del estado en el que se encuentra Camus, usted aún quiere qué...?
—Ya basta Shion, he tomado una decisión como la nieta de Mitsumasa Kido, como la diosa de la guerra y de la sabiduría. Soy Saori Kido. Y se cumplirá a mi voluntad— lo miró de reojo— Porque yo lo digo.
El pontífice suspiró en cansancio, solo esperaba que aquella respuesta que Athena le daría, fuera justificable para la tontería que estaba por hacer.
—Así sea, señorita.
Sin rechistar, mandó a llamar a Milo de Escorpio, debía de tener una buena respuesta de sus actos.
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[ C O R R E G I D O ]
Hola mis amores, espero que estén súper bien, y que les haya gustado el capítulo. Si no entendieron, déjenme hacerles un breve resumen.
El capítulo anterior di a entender que habían pasado 5 años y que efectivamente, Camus y Milo no quedan juntos. PERO, ese capítulo se basaba a lo que Athena vio hoy por la bola de cristal de Afrodita, ese era el futuro si Saori nunca hubiera pedido ayuda a la diosa del amor.
Si tienen una duda, me la pueden dejar en los comentarios, estaré contestando cualquiera:D
Gracias por leer!✨
-Moondust
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