Capitulo 3
Narra Tn:
Me desperte a eso de las 3:00 am ya que escuche pasos, no le di importancia y segui durmiendo, aunque mi sueño fue mayormente una vision que sueño:
En el sueño:
Estaba con un vestido negro y unos tacones caminando por una desolada carretera, cuando depronto el suelo se abrio, dejando a mi vista llamas rojizas danzando ante mis pies, estaba a punto de caer en las garras del infierno.
Al caer, vi un trono, alli estaban mi padre, Ananel, y una mujer, una demonio con alas negras que semejaban plumas, un largo vestido y una oz, estaba sentada hay, solo observandome, hasta que hablo:
-Tn, ¿Eres tu pequeña?.- Dijo parandose y acercandose.
-¿Quien eres?.- Dije, se me hacia conocida, me pare del suelo y me sacudi.
-Cariño ¿No me recuerdas?.- Pregunto, yo negue con la cabeza.
-Soy tu madre.-
¿Mama? ¿Que mierda?
-Pero, si papa me dijo que habias muerto en una guerra contra los angeles.
-Y asi fue, solo que esto es un sueño, puedo comunicarme contigo mediante tus sueños.- Me abrazo y un calor erratico recorrio nuestros cuerpos, yo correspondi, papa solo miraba.
-Y bueno ¿Que hago aqui?.-
-Hija, vine a advertirte de algo.
-¿Que cosa?
-Los cambios en tu hija, Emily, ya comenzaran...
-¿Ca-cambios?.- Dije, sabia perfectamente que cambios, pero no queria aceptarlo.
-Hija, ella no se podra controlar, es una descendencia nuestra que ella no podra afrontar, debes ayudarla.- Una lagrima rodo por su mejilla.
-Gracias por decirmelo...- La abraze y llore un poco.
-Vuelve ya, sera lo mejor.- Beso mi cabeza y yo le sonrei.
Cerre los ojos y deje que la realidad me tragara.
Fin del sueño.
Desperte, mi cuerpo estaba hirviendo, acababa de estar en el infierno y mi cuerpo ardia, era horrible.
Me pare y fui al baño a mojar mi cara, Emily iba a pasar por lo mismo, odiaba que ella tuviese que sufrir lo mismo que yo.
Fui a su habitacion y ella estaba despierta.
-¿Hija?.-
-Ah! Mama que susto!.-
-Perdon. ¿Que haces despierta?
-Mama, no se que pasa conmigo...-Dijo, empezando a sollozar.
Sabia de que hablaria con ella aquella noche; era una cruda realidad que debia afrontar.
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