Narra Becca//

En asuntos de el corazón es bien sabido que la mente no siempre toma las mejores decisiones, los errores por amor son más comunes que la gripe y nadie está libre de cometerlos... ni siquiera una reina; el error que nuestra reina Orianna cometió hace un año fue renunciar a mi con la excusa de protegerme y mi error en ese momento fue permitir que ella se alejará de mí, justo ahora nuestros errores son diferentes... Ella está matando a su corazón por protegernos a todos y yo estoy dispuesta incluso a iniciar otra guerra solo por quedarme con ella, tal vez mi error es sumamente egoísta comparado con el de Orianna, pero ya sufrí lo suficiente... ya me la quitaron, ya sentí el vacío de perder a quien amas y creo que ese dolor ya fue suficiente.

No debiste irte con ella, Rebecca -dijo mi madre mientras conducía- sabes que su vida no es sencilla...

Podría ser sencilla si no me hubiera alejado -dije molesta-

Piensa en lo que ella está sintiendo, no solo se trata de ti -me miró efímeramente-

Sé que está sufriendo y eso es lo que más me molesta, madre... -susurre- ella no se merece lo que le está pasando, la obligaron a olvidarse de todo lo que la hacía ella...

Incluso se comporta diferente a como era cuando estaban juntas -afirmo-

Mire por la ventana como nos alejabamos de el palacio donde se encuentra cautiva mi hermosa princesa y de nuevo se apoderó de mí ese dolor que no se ha alejado ni un momento de mi durante todo este tiempo lejos de Orianna y que se fue cuando la tuve enfrente con ese pánico de saberme cerca. Este año no ha sido más sencillo para mí de lo que lo ha sido para ella; Orianna se volvió reina de Citabella y se casó con el príncipe de Vietta, mientras yo recorría una parte de el mundo en busca de olvidarme de mi princesa... Claro que jamás pude olvidarme de ella, en cada lugar que visitaba me acompañaba el constante pensamiento «me gustaría que mi princesa viera esto...» así que después de un tiempo decidí dejar de intentar lo imposible y regresé a casa por lo que es mío, regrese por qué mi princesa me hizo muchas promesas que tiene que cumplir, y si, se que estoy siendo una egoísta con el reino en incluso con Orianna, pero yo estoy segura de que debemos estar juntas... ese es nuestro destino.

Deberías dejarla ir... -dijo mi madre-

¿Que? -la mire incrédula-

Ella está casada -afirmo son mirarme-

No es por gusto -respondi molesta- sabes que ella no lo ama, madre

Cómo sea, Rebecca... -suspiro- ella le debe respeto a su esposo, tú ya no eres nadie en su vida y tal vez es hora de que lo entiendas

No supe que responder, sentí un agudo dolor en el pecho y las lágrimas salieron con total libertad... Pero no por las palabras de mi madre, sino por qué ella está casada, está sufriendo sentó de esas paredes llenas de lujos, le están robando esa personalidad tan preciosa de la que me enamore, le están quitando su belleza... y apesar de las ganas que tengo de mandar al carajo todo, lo cierto es que no hay mucho que yo pueda hacer.

Narra Orianna//

Me duele la cabeza de tanto llorar, Milán se ha quedado aquí en la biblioteca conmigo tratando de calmar el mar de lágrimas en el que me convertí, pero todos los intentos son en vano por qué solo hay alguien que podría arreglar mi destrozado corazón y esa persona se fue hace unos minutos dejándome solo un nuevo recuerdo de sus orbes verdosas y sus rizos dorados.

Cielo, de verdad no quisiera decirte esto, pero si no vamos a la fiesta ellls vendran a buscarnos -dijo la castaña-

Si... -me alejé un poco de ella y empecé a limpiarme las lágrimas- ve abajo, yo iré en un segundo por qué debo arreglar mi maquillaje

Está bien -beso mi mejilla- todo estará bien, Ori... -asentí levemente-

La castaña salió de el lugar dejándome sola con mis pensamientos, deseé como nunca poder quedarme aquí encerrada en este lugar que me parece tan seguro, pero en vez de eso tuve que salir directo a mi habitación para arreglar mi aspecto y después regresar a mi fachada de reina felizmente casada. Caminé por el largo pasillo hasta mi habitación, entre en ella y de inmediato el aroma de el perfume de Jack inhundo mis sentidos, no pasó mucho para que el apareciera frente a mí.

Orianna... -susurro y se acercó rápidamente a mi con evidente preocupación- ¿Estabas... llorando?

No -lo evadi y entre rápidamente a el baño cerrando la puerta con pestillo-

Oye... por favor, vamos a hablar... -dijo al otro lado de la puerta- escucharé lo que sea que tengas que decirme...

No hay de que hablar, Jack -me mire al espejo- por favor solo vete...

Pero, mi amor... -susurro-

¡No me llames así! -grite molesta- no soy tu amor y por favor ya déjame tranquila

El no dijo nada más, luego de un momento escuché sus pasos alejándose y después la puerta cerrarse de golpe; me mire al espejo y de nuevo fue muy fácil notarlo... fue sencillo notar que estoy rota, que ya no queda nada de la princesa que fui hace un año, que esa chica se quedo con Becca viviendo su sueño de amor y la chica que está aquí es simplemente una autómata... alguien que ya no siente nada bueno, que hace las cosas que le ordena un rey inepto y las que son su deber realizar en su propio reino, la que está en este momento frente al espejo ya no es la chica que se enamoró de la florista, pero si es quien aún la ama con cada pieza de su corazón.